XI Alquimia mortal

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El terror que causaban las bestias salidas de la nada, pese a que no habían aparecido en bastante tiempo, había causado mucho eco y bastante miedo en la población humana. Se decretó toques de queda nocturnos en el Cusco, como en la región en sí, esperando que las criaturas no aparecieran en otras regiones del país. La gente generalmente acato las ordenes, cerrando sus comercios y negocios más temprano. Aunque claro, igualmente hubo los que no creyeron en las afirmaciones y continuaron con su vida normal como si nada pasara, acusando de ser noticias falsas lo que ocurría. Algunos lamentaron esa decisión más tarde, y lo peor fue que sin poder hacer nada.

En una casa vieja en la noche, una mujer rápidamente preparaba la comida, mientras su hijo permanecía en su cuarto revisando su celular. Sin embargo, ambos estaban muy alterados, como si algo malo se aproximará a su posición.

Fuera de la casa, un hombre en completo estado de ebriedad, además de desaseado y sucio con ropa casi harapienta, empezó a golpear la puerta de manera tan fuerte que parecía un loco a simple vista.

-¡Ábranme la puerta carajo, soy el hombre de la casa!

De solo escuchar esas palabras, sus temores se hicieron realidad. Nerviosa, lentamente abrió la puerta, ingresando su esposo rápidamente sin saludarla, sentándose de frente en la mesa, gritando exigiendo su cena tras, según él, un duro día de trabajo sin paga. El joven de la habitación solo siguió en lo suyo, ignorando lo que sucedía entre sus padres esperando que no escalara más la situación. Bajo la cabeza al escuchar como su padre lo llamaba maricón y que mejor no viniera a cenar con él. Asustada, la ama de casa coloco el plato de comida, comiéndolo su esposo sin cubiertos solo para escupirlo en la mesa luego.

-¡Estúpida mujer, trabajo todo el día y no me cocinas la maldita cena!

-Pero como querías eso si no me das dinero.

-¡Por algo es mi plata carajo!

-Pero como quieres que tenga dinero propio si no me dejas trabajar.

-¡Eso es tu maldito problema mujer de mierda, por algo tienes vagina!

-Otra vez has estado bebiendo.

-¡Y a ti que mierda te importa, encima de inútil lesbiana!-Tirando el plato violentamente al suelo, rompiéndose en el acto.

-Por favor, baja la voz.

-¡Yo grito cuando me da la gana por ser hombre!

En completo estado de furia, el hombre molió a golpes a su esposa, no importándole cuanto suplicará para que dejara de golpearla, observando todo desde una ventana del lugar una criatura de las que se buscaba. Dejándola tendida en el suelo, violentamente abrió la puerta del cuarto de su hijo para hacer lo mismo, gritando que era un inútil y vago, no importándole tampoco sus suplicas para que parara. Terminando de desquitarse con su hijo, rompió todos los artefactos de la casa, además de tirar los muebles y objetos de vidrio.

-Mejor me voy afuera, dúo de inútiles-Tras pronunciar eso, cogió una botella de licor que sacó de la refrigeradora, dejando llorando a su familia.

-Tranquilo hijo. Tu padre solo tuvo un mal día...-Menciono la herida mujer tratando de consolar a su hijo.

En la calle, el hombre empezó a alcoholizarse, lanzando insultos al aire como a cualquiera que se le atravesará. Igualmente, amenazó con romperle la botella en la cabeza a quien sea que se atreviera a cuestionarlo, pese a que no había casi nadie en la calle donde ahora estaba tras alejarse de su hogar.

-¿Quién carajo se creen para cuestionarme? ¡Por algo soy hombre, yo sostengo esa casa de mierda y así me pagan esos malagradecidos!

Lo que no sabía, tanto por su estado alcoholizado como por ignorancia propia, era que detrás suyo alguien lo estaba siguiendo desde que salió de su hogar. El hombre continuó caminando a rumbo errante, notándose más su ebriedad al temblar y casi caerse varias veces, no importándole siquiera si termino su botella o no.

-Le sacaré la mierda a cualquier imbécil que me diga algo. Los hombres de antes ya no son los de ahora. ¡Ahora solo hay puros maricas que lavan platos y barren la casa! ¡Y el colmo es que...!

Por primera vez, sintió que algo lo seguía detrás suyo tras presenciar algo similar a una sombra pese a su estado. Sin embargo, no le dio ninguna importancia y continúo su camino.

-Mocosos de mierda, queriendo jugarme bromitas a mí...

A medida que continúo caminando, los pasos de lo que lo perseguía se hicieron más fuertes, molestando bastante al hombre.

-¡Voy a sacarme la puta correa y les daré una paliza malditos niños y no me importara si se me caen los malditos pantalones o venga la puta policía!

Sin embargo, nuevamente no hubo nada detrás suyo. Creyendo que quizá solo alucinaba, se dio un tremendo susto al ver a la criatura delante suyo.

-¿Pero qué...? Bah, seguro solo es esta cosa que me hace alucinar como casi siempre-Refiriéndose a su botella, bebiéndola pese a que ya no tenía nada de líquido dentro.

La criatura solo pronuncio un tenue rugido de cólera, no importándole al hombre.

-Fuera monstruo feo, solo eres un producto de mi...

Para su enorme sorpresa, el ser soltó un gran rugido al desplegar sus grandes alas ante la mirada de terror y asombro del hombre. Quitándosele la borrachera del miedo, salió corriendo aterrado gritando, siendo en vano al cogerlo rápidamente por la espalda, enterrándole sus garras, dando un gran grito de dolor, para seguidamente acabar con su vida al morderle violentamente la cabeza, llevándose su cadáver consigo surcando los cielos.

En el patio de entrenamiento, entrenando el jaguar y la pishtaco, sobretodo en mostrarle sus recientes habilidades para perfeccionarlas, hablando principalmente en que o quien sería el alquimista nombrado por Mantícora, como su relación con las criaturas. Sin embargo, su mente también pensaba en otra cosa además de eso propiamente.

-(Bien Jaguaret. Tranquilo. Puedes hacerlo. Solo se lo pedirás y ya. No importa si no quiere. De todos modos, hay cosas más importantes de lo que preocuparse)

-Me da mucho gusto que te hayas vuelto más fuerte.

-Tú también.

Descansando un poco tras una dura sesión, se acercó a ella para hacerle una pregunta, tras haberse llenado de valor para ello.

-Siento interrumpirte Pauline, pero necesito hacerte una pregunta importante.

-Claro ¿De qué se trata?

-Bueno, pues....sé que quizá no es el mejor momento, pero...quería preguntarte si querías...no mal entiendas...no es una cita lo que propongo...solo...

-¿Salir contigo? Claro que sí-Respondió sonriéndole.

-Si no quieres no...-Su tono cambio al escuchar que ella le había dicho lo que no esperaba escuchar-¿Dijiste que sí?

-Estaré lista desde las 5 de la tarde. No faltes por favor, no me gustan los tardones. Y no envíes a una de tus copias porque me daré cuenta.

-Jaja, tranquila, no haré eso. Nos vemos a esa hora entonces. Oye, recuerda que no es una cita, solo una salida de amigos.

-Claro que si campeón.

Muy sorprendido internamente por la respuesta, solo se retiró en silencio.

-(Aceptó realmente. No puedo creer que aceptara. Aunque quizá solo es muy amorosa y no es señal de nada. Bueno, igual tendré que prepararme)

En un noticiero local en vivo y en directo, dos presentadores escuchaban a su reciente invitado, el excéntrico profesor Federico Betancourt, experto en criptozoología, que estaba hablando acerca de cómo muchos criptidos vivían camuflados entre la gente humana, presentando aparentes pruebas en imágenes y videos, para burla y risa de sus entrevistadores y su público.

-¿Tiene idea que es absurdo lo que nos dice?-Le dijo uno de los presentadores.

-Es que ustedes jamás han visto lo que yo sí en todos mis años de carrera-Dijo el hombre completamente seguro de lo que había estado explicando a los televidentes.

-Es ridículo y fantasioso todo lo que propone-Respondió el otro presentador.

-Por favor ¡Abran los ojos!-Dijo golpeando el escritorio con ambas manos-¡Ellos ya están entre nosotros desde inicios de los tiempos y nunca nos dimos cuenta por su apariencia multirracial tan similar a la nuestra! ¡Incluso ya tenemos a uno entre nosotros que se deshace de los delincuentes que aterran nuestro país!

-¿¡El jaguar gigante de la Ciudad del Cusco!?-Pregunto uno de los presentadores.

-Por favor, eso es solo un mito señor Betancourt, del mismo modo que la Tía Rigoleta también en la Ciudad del Cusco-Respondió el otro presentador.

-Y del mismo modo que los alienígenas supongo, principalmente los reptilianos-Dijo uno de los presentadores.

-Esto es diferente a eso, porque esto si es real ¡No solo ellos, varias otras criaturas como los nahuales en México también hacen lo mismo! De hecho, aquí tengo una lista-Dijo colocando un gran archivero en el escritorio para cierta sorpresa de sus entrevistadores-De todas las personas, aparentemente desaparecidas cuyos datos ya no están disponibles-Continuo su oración.

-Señor Betancourt, lo invitamos solo por ser una eminencia, no sé cómo honestamente, de la UNSA y para que nos hable al respecto de su última novela histórica, no porque nos interesen sus locas teorías e ideas-Dijo uno de los presentadores.

-Además, se nota lo insensible que es al pensar que gente desaparecida en realidad eran criaturas sobrenaturales-Dijo otro de los presentadores.

-Está bien, búrlense si quieren. De los más grandes genios de toda la historia también se burlaron en su momento.

-Usted no es un genio, solo un loco obsesionado con seres que solo son mitos y fantasía-Le respondió uno de los presentadores.

-Al parecer, a alguien le leyeron muchos cuentos de hadas cuando era niño-Complemento el otro presentador.

Sin aguantar más, se echaron a reír tras el comentario, no causándole nada de gracia al profesor. Mientras tanto en el resto del país, algunos que veían el noticiero también se rieron, otros lo ignoraron o le dijeron loco de frente mientras seguían haciendo lo suyo.

No aguantando los insultos, pero manteniendo la calma a pesar que realmente quería explotar contra sus humilladores, solo dijo-Mejor me retiro, no merecen escucharme junto a todo su público de ignorantes y homúnculos. Recuerden que de Einstein, Lovecraft, Paulet, Poe y Sagan también se burlaron. Se burlaran ahora, pero luego me darán la razón pedazo de ignorantes.

Molesto, se retiró del set tras coger su folder donde cargaba sus pruebas, desapareciendo de la vista de los televidentes, pasando los presentadores a simplemente dar otra noticia tras que el ataque de risa se les pasara, a pesar de que aún reían mínimamente.

Horas más tarde, como habían quedado, Jaguaret se movilizaba con Pauline en dirección al centro de Paititi. Aterrizando en plena calle sin sorprenderse sus transeúntes, caminaron para mezclarse con la gente de a pie.

-Y bien señor citas, ya que acepte salir contigo ¿Qué haremos primero?

-Siéndote honesto, no lo había pensado.

-Descuida manchas, sé a dónde podemos ir primero.

En el centro comercial, eligiendo lo que iban a comer, viendo que no podían ponerse de acuerdo en la comida, decidieron pedir lo que les gustaba por separado.

-Si no tienes como pagar no te preocupes.

-Tengo algunos ahorros en realidad. Pero no me molesta si quieres pagar.

-De todos modos tengo que pagar yo. Dudo que hayas cambiado el inti cusqueño por la moneda paititiana-Dijo Pauline.

-Cierto-Rio-No lo pensé-Expreso Jaguaret tratando de disimular su olvido en ese detalle pequeño.

Habiendo pedido él salchichas de llama a la parrilla, y ella salteñas de cuy, durante la comida ambos no evitaron compartirse su respectivo alimento pese a su desacuerdo inicial. Realmente se sentían bien juntos el uno al otro, tanto para reírse en juego del otro cuando tuvieron pedazos de comida fuera de sus bocas.

Tras la comida, fueron al cine dentro del centro comercial, comprando una gran bolsa de palomitas de quinua para compartirla, además de los boletos para la función en una de las salas, como gaseosas para cada uno. Durante la función, Pauline no evito apoyarse en su hombro izquierdo, sonrojando a Jaguaret, que a pesar de la sorpresa inicial por el gesto, posiciono su mano en el hombro derecho de ella.

-Te seré sincero. De mucho tiempo estoy en el cine-Dijo Jaguaret.

-Jajaja ¿En serio?-Dijo Pauline.

-Y lo estoy disfrutando realmente-Dijo Jaguaret-La primera vez que fui al cine fue a los 7 años.

-Una infantil supongo-Dijo Pauline.

-Para nada. Era una de acción de hecho-Dijo Jaguaret.

Sonriendo mutuamente, se acomodó más cerca para su sorpresa, continuando viendo la cinta proyectada.

Terminada la película, ambos observaban la ciudad al atardecer sobre un edificio, acurrucados el uno al otro.

-Gracias por la cita-Dijo Pauline.

-Te dije que no es una cita. Solo es una salida de amigos-Dijo Jaguaret.

-No parece eso honestamente-Dijo Pauline.

-Oye, quería hacerte una pregunta desde hace tiempo, principalmente porque tú sabes mucho sobre Paititi-Dijo Jaguaret.

-¿Cuál?-Pregunto Pauline.

-¿Qué significa mi nombre de runapuma?-Pregunto curioso Jaguaret.

-Es una contracción de Yaguareté. Significa jaguar en guaraní-Respondió Pauline.

-Ya le veo el sentido-Dijo Jaguaret.

-¿Cómo fue tu infancia allá arriba?-Pregunto Pauline.

-Siempre los demás niños me vieron como alguien raro. Y es entendible. Empecé a manifestar mis habilidades, sobre todo la de oler intensamente. Era la que más me fastidiaba. Afortunadamente, aprendí a controlarla con el tiempo-Dijo Jaguaret.

-Imagino no dejaste que te intimidaran-Dijo Pauline.

-Fue por defenderme cuando entendí que no era igual que los demás, pero papa y mama me dijeron que lo mantuviera oculto-Dijo Jaguaret.

-Es comprensible-Dijo Pauline.

-¿Cómo te hiciste miembro del Consejo?-Pregunto Jaguaret.

-Makonde me lo ofreció un día, y acepte por supuesto-Dijo Pauline-Aunque, siendo muy honesta, no confió mucho en ellos. Solo acepte para darme un lugar en la ciudad.

-Y creo que ellos en ti tampoco-Dijo Jaguaret.

-También lo eh notado-Dijo Pauline-Pero prefiero ignorarlo mayoría de las veces-Sabes, quería agradecerte, en caso no pueda hacerlo antes cuando decidas irte.

-Eso aún no lo eh decidido, más que nada, por una razón en especial-Dijo Jaguaret.

-Jajaja. No te ilusiones mucho conmigo manchas. En parte, aún está mal visto la unión de nuestras razas-Dijo Pauline sonriéndole coquetamente.

-No has reaccionado mal tú tampoco. Oye, disculpa si la salida no fue lo que esperabas-Dijo Jaguaret.

-No te preocupes. Todo bien-Dijo Pauline-Pero si debiste ser más amable al inicio. Aun así, siempre me caíste bien-Dijo Pauline-Y también me pareciste muy lindo.

-Sí, tú también eres una chica muy linda-Dijo Jaguaret.

-Bueno, solo eso. Eh pasado realmente bien todos estos días con tu presencia, te agradezco mucho a ti, si a futuro es un adiós-Dijo Pauline.

-No quiero que sea para siempre si lo decido-Dijo Jaguaret-Gracias por tu gran comprensión. Realmente eres una excelente chica-Dijo dándole una gran sonrisa.

-Realmente, es muy lindo lo que nos pasó-Dijo Pauline.

Riendo mutuamente, sin haberlo notado, acercaron más sus rostros, principalmente sus labios. No pensando en nada más, solo se dejaron llevar por el mágico momento, cerrando lentamente los ojos, acercando sus labios. Sin embargo, una llamada al celular de Pauline interrumpió el momento.

-Diga-Contesto Pauline regresando a la realidad, haciendo Jaguaret lo mismo, encontrándose sonrojados por lo que iban a hacer.

-¿¡Donde están!? ¡Regresen a Paititi, tenemos una emergencia aquí!

-Tranquila Alisha ¿Qué ocurre?-Pregunto Pauline.

-¡Los monstruos han vuelto a aparecer!

Esas palabras no solo los impresionaron, sino que lo pusieron en alerta como nunca antes desde que esas cosas aparecieron.

En el palacio, Makonde y los concejales explicaban que las criaturas habían sido nuevamente avistadas, no solo en sus ciudades satélite, sino adicionalmente en tres localizaciones; una zona forestal al este de la ciudad de Pucallpa en Perú, una fábrica de refrescos en Sucre, Bolivia, y una mina en Tacna, Cusco. Sin embargo, eso no era lo que más llamaba su atención ahora.

-Lo curioso, es que, basándonos en su reportado nuevo comportamiento, ahora parece que no están solo para alimentarse. Parece que buscan algo o a alguien-Explico Makonde.

-Dividirnos en grupos será mala idea-Dijo Olusegun.

-En ese caso vamos juntos a cada una de las locaciones-Dijo Jaguaret.

-¿A qué lugar podemos ir primero?-Dijo Alisha.

-Eso ya es decisión suya, pero deben elegir sabiamente-Dijo Makonde.

-¿Sabiamente?-Pregunto Jaguaret.

-No saben que encontrarán-Respondió Makonde.

Esas palabras dejaron pensativo al grupo, sobre todo al jaguar, por ser la primera vez que Makonde se comportaba de esa manera respecto a la investigación de las criaturas.

Tras ponerse de acuerdo los cuatro, quedaron en que visitarían las localizaciones citadas en el orden que fueron nombradas.

La primera ubicación a la que se dirigieron fue al este de Pucallpa. Pese a la preocupación, no encontraron grandes horadas ni grupos de las abominaciones, eliminando a los pocos solitarios que encontraron sin mayor problema. Finalmente se retiraron al ver que no había nada que los llevara a que buscaban en ese lugar esas cosas.

La segunda ubicación a la que fueron fue a la fábrica de refrescos en Sucre. En esta ocasión si tuvieron algunos problemas mayores al enfrentar ciertas hordas de las criaturas, pero, aun así, lograron deshacerse de ellas fácilmente, sobre todo gracias a los poderes mágicos del adze y la raksasi.

Sabiendo que solo quedaba una ubicación, la mina de Tacna, empezaba a parecerles bastante extraño que las criaturas estuvieran previamente en áreas donde no había muchas cosas que llamaran la atención. En la mina, un verdadero combate se inició por las mayores hordas que había de criaturas combinadas entre sí. Al derrotarlas tras un duro combate, finalmente encontraron algo relacionado a las criaturas; en una pared de la mina, parecía que algo violentamente había extraído algo, dejando metales realmente valiosos como el oro o la plata de lado. Repasando en su mente, Jaguaret parecía entender el curioso patrón trazado.

De vuelta en Cusco, nuevamente sin nada que llevara a esas cosas, todo cambio cuando observaron el mismo extraño liquido verde que tenía el zapato del Profesor Máscara, ahora en las desérticas calles.

-No es posible...-Dijo Jaguaret.

-Será...-Dijo Pauline.

-¿Pero? ¿Será el mismo liquido?-Pregunto Olusegun.

Reconociendo inmediatamente el mismo compuesto que daba vida a las criaturas como observaron en la máquina, empezaron a seguir el curioso rastro que debía llevar a alguna dirección posible, extrayendo muestras Alisha para su posterior análisis, asqueándose junto a Olusegun por lo más viscoso que era a simple vista del que tenían en Paititi.

El extraño camino los llevo al sitio que el runapuma y la pishtaco menos pensaban que irían nuevamente, el Museo de Historia.

Dentro del lugar, echaron un pequeño vistazo, no encontrando nada llamativo o inusual, por el momento, y menos más del extraño líquido.

-Esto no tiene ningún sentido-Pronunció Olusegun.

-El rastro termina aquí, pero no hay nada que...-Dijo Alisha, no terminando su oración al ser interrumpida por algo, alterando su sola presencia al jaguar.

-Al fin. Ya era hora de que llegaran ¿Aunque no los invite cierto? Espero sepan lo que les hago a los que se cuelan en mis celebraciones-Pronunció tal figura desde un piso de arriba, bajando levitando lentamente por los escalones, apoderándose muchos escalofríos en los cuerpos de los que lo observaban-¡Deben estar frente a frente, con el mejor alquimista del mundo!-Dijo con gran grandilocuencia-O para ustedes, mortales, Transmaster-Dijo la figura saliendo de las sombras, presentándose finalmente en persona tras un largo tiempo de su búsqueda por parte de sus enemigos.

Al solo verlo, Jaguaret y Pauline recordaron su experiencia en el hospital abandonado respecto a la figura que una y otra vez habían avistado en su recorrido por el lugar, quedándose petrificados del miedo. Era el, exactamente como lo recordaban. De larga túnica marrón oscuro, no parecía tener pies, a menos que esa ropa, o lo que pareciera, se los estuviera tapando, penetrantes ojos purpuras, lo único que sobresalía de su completamente oscuro rostro que era más un vacío espacial interminable como inquietante, tanto como sus manos, cubriéndolo una capucha como parte de la misma túnica-Veo que siguieron el rastro de mi Reanimador. Que bien que fueron ustedes. Los humanos no merecen observarlo ante sus ojos.

-¿Transmaster?-Pregunto Jaguaret por ese nombre tan inusual como extraño de simplemente escucharlo.

-¿Qué tipo de nombre es ese?-Pregunto Pauline.

-Uno que pronto recordarán las mentes débiles de este mundo, lo único que harán probablemente-Respondió la figura.

-Eres tú...-Dijo Pauline, recordando lo acontecido en el hospital abandonado.

-Eres la figura de la túnica en el hospital colonial...-Dijo Jaguaret sorprendido al también recordar lo sucedido tiempo atrás.

-Cuando explotaron la máquina que con tanto esfuerzo construí tres años seguidos. Pero no importa mucho la verdad, de todos modos, solo era un prototipo-Dijo Transmaster expresando una gran arrogancia.

-¿Qué demonios pretendes humano?-Pregunto Jaguaret.

-¿Humano? Jajaja-Río de una forma tan fría y calmada que helo con facilidad los huesos de los presentes-Deje de ser cualquier ser de este mundo hace mucho tiempo. Ahora soy algo, digamos, distinto...-Dijo Transmaster acercándose arrastrándose de pie como un gusano o babosa hacia ellos, causando que se colocaran en posición de guardia.

-Danos la roca-Dijo Pauline extendiendo una de sus manos exigiendo el objeto.

-Para ustedes será una simple roca, para mí, es el futuro-Dijo Transmaster.

-Solo hablas estupideces. Claramente la aparición de esas cosas tuyas eran distracciones para que finalmente la extrajeras de la mina-Dijo Jaguaret.

-Correcto. Eres más listo de lo que pensaba tras haberte observado, maldito jaguar-Dijo Transmaster.

-¿¡Nos observabas!?-Dijeron juntos Jaguaret y Pauline.

-Claro ¿Cómo creen que cayeron tan fácil en mi pequeña trampa?-Dijo Transmaster.

-Pero co...-Dijeron, siendo interrumpidos por Transmaster-Tengo mis secretos también-Dijo él.

-No sé quién seas, pero ya causaste bastante daño con tus aberraciones-Dijo Olusegun.

-Entrégate y termina esto de una vez-Dijo Alisha.

Cansado de la cháchara, procedió a atacarlos extendiendo sus brazos como tentáculos para golpearlos, sorprendiéndolos al ver lo bastante veloz que era, apresándolos con facilidad contra la pared sin poder oponer ninguna resistencia.

-Créanme que no me gusta hacer esto.

-Por lo fuerte de la apretada estoy dudándolo-Dijo Jaguaret siendo irónico.

-Alguien no deja de ser sarcástico-Arremetiéndolos Transmaster contra el suelo una y otra vez.

-¿Eso es todo Frankenstein?-Dijo Jaguaret claramente burlándose.

-Sí, muchos nos han golpeado con mucha más fuerza-Arremetió Pauline siguiendo el juego.

Como simples trapos, manteniendo completamente la calma, los golpeo fuertemente contra una pared, quedando realmente adoloridos por la gran fuerza ejercida que hasta ese entonces no habían aplicado a ese nivel con ninguno de ellos.

-Por su bien, retírense-Resoplo Transmaster calmadamente.

-¿Retirarnos? Pero si esto apenas está empezando-Respondió Jaguaret nuevamente burlándose.

Bajo otra arremetida de golpes variados con sus largos brazos y piernas que parecían estirarse sin fin, el grupo hacia lo posible por esquivarlos, dificultándoseles mucho por su enorme rapidez en combate por todo el lugar. Cuando Jaguaret logro con mucho esfuerzo acercársele lo suficiente, el combate cuerpo a cuerpo tampoco funciono al ser realmente excepcional en calcular y saber cómo se movían y atacaban sus contrincantes, además de poseer grandes movimientos en combate con los que con simples golpes los dejaba fácilmente en el suelo.

Los ataques mágicos de la raksasi y el adze solo le hacían cosquillas como el mismo decía, redirigiéndolos en su contra con suma facilidad, y ni hablar de sus campos de fuerza que rompía y/o atravesaba como si fuera simple espuma. Los rugidos de Jaguaret tampoco tuvieron efecto en él, incluso a toda su potencia por el momento, ni siquiera logrando moverlo de su lugar como se hubiera o estuviera plantado en la tierra. Del mismo modo, su bioelectricidad igualmente fue redirigida en contra suya, no teniendo ningún efecto en él al usar escudos protectores, que aunque Olusegun y Alisha intentaron destruir, poco lograron para siquiera hacerle algún rasguño, y menos las copias del runapuma que deshizo fácilmente de una fuerte palmada que los mando hacia atrás, diciendo que no caía en esos trucos. Intentando encerrarlo Olusegun y Alisha en sus dimensiones de bolsillo, quedaron realmente impactados al ver como las destruyo como simple papel. Sabiendo por todo lo que había visto que sería inútil usar sus armas de fuego o explosivos, Pauline ni se molestó en mostrarlas ante una gran impotencia.

-¿Solo eso tienen? Creí que darían más resistencia-Dijo Transmaster con cierta decepción en sus palabras, aunque no tanta en realidad.

-¡Estamos dando todo!-Dijo Jaguaret.

-No es culpa mía que ustedes no hayan descubierto todos los grandes como fabulosos secretos de la alquimia.

Ignorándolo, continuaron la batalla, siendo peor el resultado cuando intentaron golpearlo mano a mano nuevamente. Alisha y Olusegun lo atravesaron como si fuera un fantasma, Pauline fue enviada a volar lejos de un fuerte golpe tras que se disolviera y se volviera a agrupar como agua en un río, y Jaguaret se llevó la peor parte al romperse las garras y las manos al asestarle en el rostro, como si su cuerpo estuviera hecho de un material muy duro incluso para él.

-Aunque no lo creas, no quiero ni deseo matarte Jaguaret. Eres una gran forma de vida. Por eso mismo, te daré la oportunidad de retirarte de este conflicto que ni te corresponde junto a tu compañera y amigos.

-¡Empezó a corresponderme desde que tus engendros empezaron a meterse con la gente de la ciudad!

-Debieron pensar antes de nacer humanos. Me lo enseño una hábil hechicera que conocí en un viaje.

-No es mi pensamiento.

-Cuando las garras de la oscuridad cubran este mundo, tú desaparecerás junto a la escoria criminal, gente ignorante y de poco cerebro que lo habitan. Lo comprenderías si hubieras visto los mundos y criaturas que eh visto yo, como del verdadero poder que puede corregir todo.

-Hablas solo estupideces.

No sabían que hacer realmente. Transmaster había resultado ser un rival mejor de lo que esperaban, habiendo superado sus expectativas en todo sentido. Ni el Profesor Máscara, como ningún otro ser con el que habían luchado antes, por el momento, se le comparaba.

La batalla con suma desventaja para Jaguaret y amigos hubiera continuado de no ser porque el alquimista inesperadamente se detuvo al observar la hora por un reloj del lugar.

-Discúlpenme. Me retiro.

-¿Qué?-Dijeron los cuatro sorprendidos por tal oración inesperada de su enemigo.

-Tengo cosas que hacer, más mundos que explorar y muchos más secretos que descubrir.

Plantando sus piernas en el suelo como si fuera una planta con su raíz, su cuerpo se estiró hasta llegar al que rompió, cayendo encima suyo los escombros al tratar de seguirlo.

-Y no vuelvan a hacerme frente. Si lo hacen morirán. Pero sé que lo harán de todos modos-Dijo de forma amenazante antes de desaparecer partícula por partícula, viéndolo Jaguaret asombrado como adolorido al hasta ahora no poder creer lo que sus ojos veían-Ah, por cierto, creí que hasta este momento ya se habrían dado cuenta que no era el yo original, sino un homúnculo. Que tengan buenas noches.

El solo escuchar esas palabras lleno de temor sus corazones y mentes. Si con lo que habían luchado era solo una copia, no quería ninguno imaginar cómo sería tener una batalla con el original, les daba terror de solo imaginárselo.

Habiendo regresado apenas caminando a Paititi, atendiéndolos su amauta, Makonde y los concejales estaban sumamente preocupados por todo lo narrado, más que nada el líder de la ciudad, principalmente por la gran paliza de la que se recuperaban sus alumnos. Jaguaret observo como por primera vez como su amauta y los concejales sintieron miedo, expresados más que nada en sus ojos. Makonde yacía sumamente preocupado por la situación nueva, tanto que les prohibió a sus estudiantes volver a salir hasta nuevo aviso.

-No puede hacer eso amauta-Dijo Jaguaret en protesta.

-Si. Debemos detener a esa cosa-Complemento Pauline.

-¡No! ¡Él no es como las otras cosas que han combatido!-Dijo Makonde.

-¿¡Pero qué vamos a hacer!? ¿¡Quedarnos sentados sin hacer nada!?-Reclamo Jaguaret ante la actitud de su amauta.

-Ya decidí con los concejales que enviaremos batallones para rastrear y eliminar a ese alquimista o lo que sea-Dijo Makonde.

-Con todo respeto, no funcionará amauta-Dijo Olusegun.

-Sí, lo vi con mis propios ojos. Ni la magia lo afecta-Expreso Alisha.

-Y eso que la magia adze como raksasi son de las más poderosas-Dijo Olusegun.

-Es la verdad. Por favor amauta Makonde, si nosotros no pudimos, menos cualquiera podrá-Dijo Pauline tratando de convencerlo.

-¡Por última vez no! ¡Esto es realmente serio!-Respondió Makonde de manera fulminante.

-Creí que todo lo anterior también lo era-Dijo Jaguaret.

-¡Que parte no entienden que no es igual! ¡Tuvieron suerte que se retiró! ¡Esa cosa los matará sin dudarlo en el siguiente encuentro!

Fue la última palabra de Makonde. También fue la primera vez que lo vieron molesto como sumamente nervioso, una curiosa actitud que despertó cierto instinto de sospecha en su alumno más reciente.

En su lúgubre guarida, el verdadero Transmaster miraba una y otra vez por sus pantallas por medio de una grabación la batalla de su copia contra el jaguar y compañía, mientras detrás suyo sus bestias se movilizaban salvajemente por el lugar.

-Pese a que no me hicieron mucho frente, si dieron batalla, principalmente él. Su insistencia es mayor de la que imaginaba-Dijo Transmaster.

Prestando mucha atención cuidadosamente a sus movimientos, como si estuviera recordando algo de un pasado remoto, llegó a una conclusión-Si quiero que mi operación funcione, necesitaré algo más que a mis niños para hacerle frente.

Dejando de mirar las pantallas, camino un poco hasta llegar a lo que parecía ser el cuerpo sin vida de una especie de criatura pequeña similar a un cuy, pero con alas de paloma, y partes cibernéticas en la cabeza y pequeñas patas, que al parecer había estado armando poco a poco, observándola por unos segundos antes de hablar.

-Necesito algo mucho más serio y unido que garantice, la aniquilación de Jaguaret-Dijo Transmaster accionando un botón en la parte de abajo del ser, abriendo fuertemente sus dilatadas pupilas.

Pensando, analizando y asimilando toda la situación como lo vivido recientemente, mientras entrenaba, pese al dolor mínimo que ahora sentía, incluso habiéndose regenerado ya, Jaguaret no podía evitar sentir miedo por las grandes habilidades del alquimista que lo hacían literalmente intocable. Pese a eso, no podía dejar que los recuerdos de la mala experiencia llenaran de miedo su mente y corazón como Makonde mucho antes le había dicho contra el Supay.

Por eso mismo, y hiendo contra las reglas como hacía antes de entrar a Paititi, Jaguaret se dirigía junto a Pauline a una salida del lugar, tras antes asegurarse que Makonde ni nadie los observará.

-Pese a sus temibles habilidades, alguien tiene que hacerle frente a Transmaster-Dijo Jaguaret.

-Te apoyo. Iré contigo-Dijo Pauline.

A punto de salir hacia la superficie, sus compañeros los interceptaron, posicionándose delante de ambos.

-¿A dónde creen que van?-Pregunto Olusegun.

-Olusegun, Alisha, por favor no traten de detenernos-Dijo Pauline.

-Y menos convencernos de no ir. Y por favor, no nos obliguen a luchar-Dijo Jaguaret.

-No haremos nada de eso-Dijo Alisha.

-¿Qué?-Dijeron Jaguaret y Pauline al unisonó al pensar que los iban a detener.

-Iremos con ustedes-Dijo Olusegun.

Guardando silencio por la sorpresa dada, realmente estaban conmovidos por el acto de hermandad y valor que tenían sus amigos y compañeros de batalla.

-Es peligroso-Dijo Jaguaret.

-Por algo nos comprometimos con ustedes a detener a esas cosas-Dijo Alisha.

-Y nuestras especies como gente no son las que rompen promesas para bien o para mal-Dijo Olusegun.

-Siendo honesta, no creo que podamos detener a Transmaster ahora-Dijo Pauline.

-Pero si retrasar su avance-Dijo Jaguaret.

-Entonces ¿Cuál es el plan?-Pregunto Alisha.

-Cuando estuve con Madam Wolf, ella me menciono que Empresas Matsumoto había encontrado algo raro recientemente. En ese entonces no le preste atención por no pensar que sería importante-Dijo Jaguaret.

-Creo que ya sabemos a dónde irá nuestro alquimista...-Dijo Pauline.

Movilizándose con sus piernas estiradas por la ciudad, causando ciertos temblores para sorpresa de la población, rompiendo la ventana de una sola patada que asustó al jefe del lugar, el alquimista llegó a su destino.

-Ah, Empresas Matsumoto, uno de los numerosos lugares donde siempre quise trabajar-Dijo Transmaster observando el lugar.

-¿Pero quién demonios es usted?-Respondió el jefe de la empresa de rasgos japoneses, jalándolo Transmaster a su ubicación para su temor por medio de un tentáculo salido de la espalda.

-Siempre quise trabajar aquí, pero, el lugar de donde vengo tenía otros planes que nunca quise en realidad. Ahora ¿Dónde está lo que busco?

-No tengo idea de que me habla, por favor suélteme antes que llame a la policía-Amenazo el hombre.

-Mala respuesta-Dijo Transmaster tirándolo sin más de manera contundente hacia una pared, matándolo del impacto al romperse su cabeza y cuello.

Tras observa silenciosamente el lugar, como si estuviera estudiándolo de arriba abajo, disuelto en materia similar a agua, pasó fácilmente una gran puerta de seguridad hecha de hierro, acercándose al estante que resguardaba lo que tanto buscaba; otra de las extrañas piedras.

-Al fin, todo estará completo y en su lugar como debe ser.

Sin esperárselo, Jaguaret apareció detrás suyo, quitándole la piedra en un ágil movimiento-Esto no es tuyo.

-De nuevo tú después de esa paliza, sí que eres insistente.

-Ya me lo dijeron varias veces.

-Dame eso, ahora-Tendiendo una mano.

-¿Cómo se dice?

-De una vez.

-Esperaba un por favor en realidad. Aunque de todos modos no te la hubiera dado.

-Como rechazaste unirte a mí, y viendo que no me dejarás en paz por más que trate de negociar contigo, no tengo de otra que acabarte. Bienvenido a tu final Jaguaret-Desplego tentáculos a gran velocidad, acorralándolo sin salida. Pese a eso, fue bastante rápido para zarpar su rostro y huir con la piedra, no viéndose afectado el alquimista pese a haber gritado de dolor, regenerándose rápidamente su rostro-Te espera mucho sufrimiento por esto-Empezó a seguirlo con sus piernas extendidas.

Fuera del edificio, Pauline y los demás observaban el nuevo encuentro, teniendo lo que el alquimista creía buscar; la verdadera piedra.

-¿Crees que podrá con él?

-El plan es cansarlo y distraerlo para darnos tiempo de regresar a Paititi.

-Resguardemos esta cosa mientras tanto.

-No lo sé, estoy preocupada-Pauline no dejaba de pensar en su último enfrentamiento contra el alquimista, temiendo por la seguridad de su amigo.

De vuelta en el enfrentamiento, Transmaster perseguía muy a la par a Jaguaret por la ciudad, esquivando diversos ataques que le lanzaba, casi dándole algunos.

-(¡Realmente es rápido! Si salgo vivo de esto le agradeceré a Pauline el indicarme mi entonces velocidad inferior. Tengo que mantenerlo ocupado hasta que mis compañeros respalden la verdadera piedra. Espero no equivocarme)

En medio de sus pensamientos fue golpeado fuertemente por uno de sus brazos, mandándolo a volar directo a una feria artesanal, chocándose con varias tiendas hasta caer al suelo.

Adolorido, Jaguaret se puso de pie rápidamente, justo a tiempo salvando a dos niñas que se perdieron por la gran cantidad de personas y quedaron aterradas por lo que pasaba, dejándolas con su familia antes que saliera corriendo de vuelta a la batalla.

Cogido por su enemigo en pleno aire, fue arrojado al envolverlo en un torbellino, mandándolo nuevamente a volar directo a un juego de darle al martillo-Para ser una especie de científico no eres muy intelectual.

Moviéndose por una rueda de la fortuna, esquivando diversos ataques a la vez usando su rugido con el que el alquimista no se vio nada afectado al usar nuevamente escudos protectores, la pelea se movió de nuevo al suelo.

-¿Dónde demonios estás estúpido jaguar humanoide?-Inesperadamente le cayó algodón de azúcar.

-Endulza tu voz-Lanzándole más, Transmaster los evaporo fácilmente, volviendo al ataque desplegando sus tentáculos, pasando Jaguaret caminando por encima de ellos a su vez esquivándolos, cogiéndolos para amarrarlo con sus propias armas y hacerlo caer al suelo.

El alquimista se liberó haciéndose agua nuevamente, cogiendo con sus manos y tentáculos publicidades en vallas elevadas para lanzarlas, y aunque las pudo esquivar, no conto con que Pauline aparecería detrás suyo asestándole dagas a su enemigo.

-¡Pauline no!

Sabiendo su presencia, Transmaster desplego tentáculos atrás suyo, salvándola Jaguaret del ataque sorpresa por poco.

-¿¡Que haces aquí!?

-No podía quedarme de brazos cruzados mientras peleas con él.

-¿Olusegun y Alisha?

-Están...

Nuevamente golpeado, Pauline fue apresada por los tentáculos de Transmaster.

-Como mayoría de los seres vivos eres débil mentalmente. No quieres ver a ninguno de tus compañeros y menos a ninguna persona herida.

-Con tu resistencia puedo hacer una excepción.

-Me decepcionas en parte. Tu razonamiento es muy fácil de deducir-Dando un gran salto hacia atrás, cayó encima de un carrusel, siguiéndolo Jaguaret-¿Pensaron que me engañarían con una piedra falsa y que no me daría cuenta? El jaguar pelea con el chiflado y los demás le hurtamos la piedra. Ya se habrán dado cuenta que no soy rival fácil. Además, no me canso como ustedes en combate y en otros ámbitos. Imagina todo lo que puedo hacer sin eso-De escuchar eso, Jaguaret apretó fuertemente sus puños, además de gruñir molesto-Empezando por tu amiga-Ese último comentario hizo que abriera realmente los ojos.

Tratando de zafarse, siendo inútil tratar de hacerse transparente para escapar, el alquimista se movilizo con sus grandes piernas por los juegos, llegando a un tanque de agua, amenazando con ahogarla.

-Elige. Tu amiga o la verdadera roca. Sin trucos esta vez ¿Ves lo que tu impulsividad causo?

Guardando silencio seriamente, viendo que pensaba que él tenía la verdadera, tomo finalmente una decisión-¿Quieres la roca? ¡Ve por ella!-Dijo dándole un fuerte golpe mandándola lejos del lugar, hiendo Transmaster a recogerla.

Aun sujeta a los tentáculos movibles, Jaguaret fue rápido al cogerla en medio del aire, depositándola en el suelo quitándole esas aberrantes cosas, dejándola a disposición de Olusegun y Alisha que aparecieron de la nada.

-Le dijimos que no viniera, pero no hizo caso-Dijo Alisha.

-Tranquilos, el sigue creyendo que tengo la verdadera-Dijo Jaguaret sonriendo para cierta alegría suya.

Justo cuando se estrellaría en el suelo, Transmaster cogió la piedra una de sus manos-Al fin eres mía.

-No por mucho-Dijo Jaguaret acercándose a él por detrás.

-No si ya no me estorbas-Menciono golpeándolo en pleno aire, haciéndolo rebotar entre dos juegos, cayendo al de arroja y gana para ser golpeado por diversos barriles lanzados por el alquimista, impactando varios en su rostro. Como si no fuera bastante castigo ya, una de sus piernas fue cogida para ser zarandeado peor que un trapo de un lado a otro por el lugar, para finalmente estrellarlo contra una tienda que se rompió del impacto.

-Como dije-Transmaster se preparaba para guardar la roca dentro de su pecho igual de oscuro que el resto de su cuerpo, sorprendiéndolo Jaguaret al lanzarle una pulsación eléctrica directo al rostro, arrebatándosela rápidamente para patearlo y cogerlo de una de sus piernas para darle varias vueltas, estrellándolo contra otro juego. Sin embargo, cuando fue a buscarlo, el alquimista ya no estaba, dejando solo un nuevo rastro de líquido verde en el suelo. Jaguaret realmente no supo si había luchado contra el verdadero Transmaster, o si en realidad se había tratado de otro homúnculo.

En su hogar, el grupo analizaba la piedra, como continuando su análisis del líquido junto a la nueva muestra, no teniendo ni idea de que eran exactamente o porque tanto la buscaba Transmaster, pero dispuestos a encontrar la verdad detrás, entrando Makonde a la sala para su sorpresa.

-Sí, lo sé. Fue muy irresponsable lo que hicimos al enfrentarlo nuevamente y....-Dijo Jaguaret, esperando que el Amauta los regañara por su arriesgada actividad anterior.

-No, fue lo correcto-Dijo Makonde.

-¿Perdón?-Pregunto Jaguaret, al no ser lo que esperaba.

-Fue correcto lo que hicieron esta vez pese al peligro. Si no fuera así, no tendríamos esta pista sobre lo que pretende ese ser-Dijo Makonde refiriéndose a la piedra-A veces es bueno saltarse ciertas reglas.

Suspirando todos al saber que no serían regañados esta vez, Makonde se acercó a la roca, fascinándose al solo verla.

-Curioso como esto causa tantos problemas-Dijo Makonde contemplando el extraño objeto aun sin respuesta.

-Lo peor es que ni sabemos que es hasta ahora-Dijo Olusegun.

-Tengan cuidado, algunas cosas por más simples que parezcan ocultan cosas escalofriantes-Dijo Makonde dándole un último reojo a la roca antes de retirarse.

Solos nuevamente, dejándolos pensativos lo dicho, tenían que encargarse de cierto órgano de gobierno que seguro buscaría y tendrían mucha curiosidad si se enteraba de la existencia de tal cosa.

-¿En que estábamos?-Dijo Pauline.

-No confió en los concejales. Mantengamos oculta esta cosa hasta saber que es o para que sirve-Dijo Jaguaret.

-Estoy de acuerdo. No deben enterarse de esto-Dijo Alisha.

-Nosotros podemos ocultarla bien en nuestra habitación. Nadie sospechará en buscarla ahí-Respondió Olusegun.

-Buena idea-Dijo Jaguaret.

-¿Qué haremos con Transmaster? ¿Y que buscará exactamente con esto?-Pregunto Pauline.

-Menciono que la máquina que destruimos Pauline y yo era un prototipo, quizá quiera crear una más grande y poderosa para continuar dando a nacer sus creaciones. Pero no lo sé exactamente chicos, es tan misterioso que hace pensar varias cosas, pero sí se una cosa. Entrenarnos más. Así sabrá que no estamos jugando con él. Y si, sé que tiene habilidades que salen de lo común a las nuestras, pero eso no debe detenernos-Dijo Jaguaret.

-Te apoyo-Respondió Pauline.

-Nosotros también-Dijeron Alisha y Olusegun.

Dicho eso, el equipo empezó a entrenar mucho más fuerte que antes en el patio, esperando, sobretodo Jaguaret, volver a encontrar al alquimista, el causante de la pesadilla que se vivía, para ponerle fin definitivo y acabar toda esa pesadilla, como en lo que le dijo sobre que su amauta no había sido honesto con él.

-(Algo estas ocultando Makonde, y descubriré el que)-Pensó mientras entrenaba con sus amigos, sabiendo que la actitud de su amauta era muy extraña desde la aparición del alquimista, o incluso antes.

En el cuarto secreto de la biblioteca, Makonde continuaba ojeando el libro que había desempolvado con anterioridad.

-Lo subestime demasiado. Creíste que te ibas a salir con la tuya verdad. Ni lo creas ni lo pienses. Solo fue un pequeño retraso lo sucedido.

La máquina continuaba dando vueltas, continuando reparando las otras que aún no servían, habiendo hecho funcionar casi todas.

-Muy pronto sabrás que no debiste meterte conmigo...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro