Gotham, 7:15 P.M.

Bruce Wayne.

Su primer celo llegó a sus dieciséis años. Fue difícil, como muchas cosas después del asesinato de sus padres, por suerte para él, Alfred siempre estuvo allí para ayudarlo y aconsejarlo en todo lo que pudiese.

Durante su celo se mantuvo bajo supresores los cuales no fueron de mucha ayuda, solo aliviaron un poco el dolor y la extraña necesidad de buscar algo que no podía encontrar en ningún lugar.

¿Qué buscaba exactamente?

No lo sabía, pero ese sentimiento de búsqueda infructuosa todo el tiempo era desolador.

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Gotham, 8:37 A.M.

Joker.

Joker despertó, sintiendo su cuerpo adolorido ahora que las hormonas del celo se habían ido. Los recuerdos de las interminables noches de sexo con el alfa le cayeron como un aluvión haciendo que sus mejillas cogieran una ligera rubicundez, no obstante, su furia era mayor al recordar la mordida que ahora los ataba indiscutiblemente.

Intentó levantarse, pero el musculoso brazo de su rival alrededor de su cintura se lo impidió, hastiado, cansado y con las caderas matándole, se giró, cerró su mano en un puño y golpeó con fuerza la nariz de su rival haciendo que se despertada aturdido y cayera de la cama.

—¡¿Qué demonios te sucede?!— Exclamó, limpiándose la sangre de la nariz.

—Buenos días, querido Brucie— Saludó con claro sarcasmo y continuó —¡¿Qué demonios te sucede a ti?! ¡¿En qué pensabas al marcarme?!

—Yo...— Rápidamente el payaso le interrumpió.

—¡Oh, por supuesto qué no piensas, tienes la cabeza infestada de murciélagos! Pero, conozco una solución— Tomó el vaso de cristal colocado en la mesita de noche y lo estrelló contra esta para hacer un arma blanca —Uno de los dos debe morir y definitivamente no voy a ser yo— Amenazó blandiendo el recipiente roto en su mano.

—Joker cálmate— Dijo, analizando los movimientos del contrario.

—¡No te atrevas a darme una orden!— Gritó, listo para atacar pero su lado omega se lo impidió.

¡No dañes a nuestro alfa!

Joker no pudo moverse, solo pudo apretar el vaso entre su mano hasta reventarlo y maldijo a esa voz en su cabeza al verse incapaz de dañar al imbécil que tanto odiaba. Quitó los restos de los cristales que hacían sangrar su mano y se alejó para tomar su ropa colocada sobre una silla.

—Matarte sin el traje no sería divertido— Bisbiseó, comenzando a vestirse con rapidez.

—¿A dónde vas?

—¿Realmente importa? No tengo obligación de decirte, cogimos y me mordiste— Hizo énfasis en lo último —Creo que has tomado más que suficiente de mí— Pasó a un lado de Bruce y salió.

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Gotham, 5:47 P.M.

Joker.

Había pasado una semana desde la última vez que vio al murciélago y en ese tiempo se preparó física y mentalmente para encararlo y no flaquear en su presencia. Fue agotador, el reciente vínculo era doloroso, no en el sentido físico pero sí en el emocional, podía percibir todo lo que sentía Batman, su angustia, su dolor y su enojo, las dos primeras eran emociones que conocía muy bien pero que no estaba acostumbrado a que estuvieran dirigidas hacia él.

Lo que sea que Batman haya estado pasando en soledad, le estaba afectando y volviéndolo aún más loco. Era terrible saber como se sentía el héroe en todo momento pues eso alteraba a su omega interno.

¡Mi alfa me necesita, debo ir con él!

Exhaló y quemó la última pila de billetes en el banco. Disfrutaba con sadismo las lágrimas de los empresarios que lloraban la pérdida de su dinero y era aún más satisfactorio que la mayoría de ellos fuesen alfas. Sonrió, tomó un bidón y empezó a bañar a los presentes con combustible, haría unas carnitas asadas con ellos.

—¡Detente!

Joker giró sobre sus talones y observó al motivo de sus dolores de cabeza golpear al último de los matones en pie. Sí, por la manera en la que atacaba a los hombres podía determinar que Batman, estaba furioso. Joker, esbozó una de sus amplias sonrisas y sacó una de sus navajas, lanzándose al combate. Se decepcionó un poco al notar que el héroe evitaba golpearlo, en cambio, buscaba someterlo y reducirlo hasta el suelo. Lo cual consiguió tiempo después.

—Tenemos que hablar— Habló, Joker se removió en la llave mata leones.

—No conseguirás nada de mí, Batsy, mis labios están sellados— Sacó otra navaja de su manga y acuchilló al murciélago en la pierna, no consiguió hacerle mucho daño pero al menos lo había soltado.

—Es sobre nuestra condición— Retiró la navaja y la arrojó a un lado

—¡Qué divertido eres, Batsy!— Rió estruendosamente y lanzó varios puñetazo que fueron esquivados con maestría —Escucha...— Batman lo tumbó y lo aplastó con su peso contra el piso —No me importa que nunca hayas tenido un omega ofreciéndote su culo antes, pero te prometo que no soy como los demás.

—¿Realmente no has sentido nada?— Joker entendió al instante.

—¿Por ti?, sí, te odio. ¿Por el vínculo?, no, nadita de nada— Batman suspiró, derrotado y le colocó las manos detrás de la espalda para ponerle las esposas —Oh. ¿Te gustan este tipo de juegos, alfa? No conocía este lado tuyo— Ronroneó consiguiendo incomodar al héroe ahora que conocía lo sensual que podía ser su némesis.

—Basta...— Gruñó, excitado por la mención de su casta, pero Joker, solo rió mientras lo ponían en pie.

—He neutralizado a Harley, jefe y ya está en una patrulla— Informó Robin, apareciendo detrás de Batman —Me tengo que ir, me necesitan en otro lado— Y se fue tan rápido como llegó.

—Parece que solo seremos tú y yo, Batsy, ¿no te encanta?— Joker, se relamió los sabios para provocarlo ahora que sabía que eso irritaría al murciélago.

—Cállate, payaso— Ordenó, lacónico.

(...)

El camino a Arkham era incómodo, ninguno de los dos hablaba o se miraba, solo se escuchaba el sonido del motor del bat-movil y las gotas de agua que golpeaban contra el parabrisas. Joker normalmente no pararía de contarle sus futuros planes, amenazarlo, poner la radio y decir chistes sin gracia hasta el cansancio, pero ahora... Joder, hasta extrañaba lo parlanchín y molesto que era su némesis. Batman fue quien decidió hablar:

—Joker...— El payaso se crispó y musitó.

—Soy un psicópata, te detesto y por supuesto que nunca me acostaré contigo fuera de mis celos— Espetó y se giró hacia la ventana evitando ver al héroe —Debiste dejar que otro alfa me reivindicara— Murmuró, viendo las gotas de agua deslizarse por el cristal.

Batman frenó de golpe y Joker agradeció tener el cinturón de seguridad. Iba a maldecir al murciélago, pero el vigilante estaba muy enojado por la declaración y no se percató de que estaba usando su voz de mando:

—Mírame— Joker tembló y con el ceño fruncido obedeció —Soy un alfa, uno muy fuerte y no, no estoy presumiendo— Aclaró antes de que le interrumpiera como solía hacer —Antes de unirme a ti estaba al borde del colapso, las alfas y betas con los que estaba no eran suficiente, he abusado de supresores y he hecho de todo para controlar a mi alfa, ya no podía más hasta que te revelaste— Explicó y un poco más tranquilo, admitió —Tú... Tú me salvaste— Joker no pudo resistir la risa ante la debilidad mostrada por Batman.

—¡Ha! ¿Así es cómo me ves ahora? ¿Cómo una maldita vía de escape?— Se secó las lágrimas de los ojos con el hombro y gritó, cabreado —¡No soy tu salvavidas, soy tu némesis, imbécil!

—Solo...— Joker se sorprendió ante el repentino tono melancólico que cogió la voz del alfa —Déjame sentir tu aroma, por lo menos de camino a Arkham. ¿Por favor?— El payaso hizo una mueca, ningún alfa pedía las cosas, solo las tomaba.

Hazlo, no te lo está exigiendo.

Gruñó al escuchar esa voz en su cabeza.

—Espero traigas parches contigo. Ayúdame, ¿no?— Señaló obviando que tenía las manos atadas.

El héroe comenzó a retirar el parche que yacía en la base de su cuello ocultando su aroma omega. Batman inhaló y la tensión en sus músculos disminuyó, aquella reacción hizo sentir incómodo y un poco avergonzado al payaso. Realmente era nuevo ese poder que tenía sobre el murciélago, ahora era como una especie de calmante para el alfa.

—¿Contento, Batsy?— Preguntó con un deje de burla en su voz

—Gracias— Susurró y volvió a conducir.

Debía admitir que los primeros días de estar vinculado a Batman, tampoco habían sido tan fáciles para él como esperaba. Era extraño, en sus anteriores vínculos nunca había sentido tanta necesidad y anhelo en un alfa. Se preguntó cómo reaccionaría al volver a sentir el verdadero aroma del alfa ahora que estaban atados. ¿Se volvería a paralizar y obedecer sus órdenes sin rechistar? De pronto las dudas asaltaron su cabeza y pasaron algunos minutos antes de que Joker se atreviera a preguntar:

—¿Por qué ocultas tu aroma? Cualquier alfa estaría feliz de tener tu poder.

—La razón más obvia es para que no descubran mi identidad, la segunda, no me gusta el efecto que tengo en las personas solo por ser un alfa.

—Pensé que lo usarías para controlarme...— Soltó y Batman, lo miró de soslayo —Ya sabes, el vínculo y tu aroma...— El murciélago pareció entender su preocupación.

—Sería muy fácil, pero no pienso someterte, no de esa manera— Joker chasqueó la lengua.

—¿Dónde estaba esa línea de pensamiento cuando me obligaste a firmar?— Cuestionó con ironía.

—Te necesitaba, sin embargo, no pienso volver a usarte de esa manera— Dijo Batman, pero Joker rió, sabiendo que eso no sucedería —Pasarás tu próximo celo con supresores, no tienes que venir a mí si no quieres.

¡No, alfa, yo te quiero, te necesito! ¡No me alejes de ti!

—¡Por supuesto que no te buscaré!— Bramó y con saña añadió —De haber tenido la oportunidad ni siquiera habría pasado mi celo contigo la primera vez. ¡Tú y tu estúpido aroma me obligaron!— Imprecó.

Batman no dijo nada pero Joker, sintió el vínculo tirar con fuerza y percibió... tristeza.

¡Lo estás lastimando!

Silencio. Poco después llegaron a Arkham y Batman, le colocó otro parche antes de bajar y entregarlo a las autoridades:

—Gracias Batman, nosotros nos encargaremos— Habló uno de los policías halando al payaso.

—Adiós, Batsy, sé lo mucho que te divertirás sin mí— Rió, sabiendo el mensaje detrás de sus palabras.

No había peor castigo para un omega que estar separadode su alfa. Solo que en esta ocasión, sería al revés.