Apocalipsis (1/3)

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Parejas: GoYuu / SukuYuu

Número de palabras (según word): 2815 palabras.

Advertencias: Muerte de personaje.

Una ciudad ha sido destruida, nadie fuera de ella sabe la razón de esto, pero gracias a los drones, las personas de afuera pueden ver por sus televisores lo que las cámaras están transmitiendo en vivo; se pueden ver escombros de lo que antes eran edificios, se pueden ver casas casi completamente destruidas, autos aplastados por grandes rocas de cemento y ladrillos, incluso se puede ver charcos de sangre por entre los escombros y sobre estos pero ningún cuerpo. Las cámaras seguían su camino, notando que la parte de la clase alta estaba en un poquito mejor estado que las demás casas, pero todas las puertas se hallaban abiertas y se notaban esos sitios bastante desolados.

¿Dónde estaba metida la gente de la ciudad? ¿Cómo hacían para alimentarse? ¿Qué había sucedido allí?.

Muchas preguntas de ese tipo se hacían las personas mientras seguían observando, las cámaras de un momento a otro detectaron humo en dos edificios más allá de donde estaban, así que se acercaron primero al edificio más cercano, notando que era un hospital y al ladito había una morgue que al parecer estaba siendo utilizada por tres personas que estaban encorvadas, no se les podía ver el rostro por las túnicas que llevaban encima y por lo quietos que estaban, no parecían haber visto los drones; no le siguieron dando importancia y los televidentes vieron cómo las cámaras se acercaban hacia las ventanas del hospital, algunas estaban cubiertas de un plástico negro, otras no lo tenían y las demás estaban rotas de adentro hacia afuera.

Uno de los drones entró por una de las ventanas para darles imagen del interior del lugar, notando que esa habitación estaba en el mismo estado que las primeras casas, era un desastre; la camilla yacía en el suelo, las cortinas parecían haber sido rasgadas, las máquinas estaban completamente descompuestas, el suelo parecía haber sido destrozado con algo pesado, la puerta estaba guindando fuera de su sitio y fue cuando el drone siguió su camino hacia la puerta, dándoles la imagen más terrorífica que se podría encontrar en esos momentos por los pasillos del hospital, el drone volteó a ver la placa al lado de la habitación para que todos leyeran el nombre del paciente que había estado allí: Wasuke Itadori. Rezaba la placa, algunos reconocían el apellido pero no por el señor sino por su nieto el cual no parecía estar por allí, esperaban de corazón que estuviera bien.

El drone volvió su lente al pasillo y avanzó por estos, notando todos lo mismo: Paredes tintadas de rojo (sangre), partes del cuerpo pegadas a las mismas paredes de manera desordenada, incluso cabezas decapitadas colgando del techo, una lejos de la otra pero todas con los ojos y la boca abiertos, sin duda una escena que muchos no se esperaban, pero se dieron cuenta que casi todos eran enfermeras y personas que no trabajaban allí en el hospital, no había ni un doctor (al menos los que conocían a los doctores del hospital lo confirmaban) y entonces cayeron en cuenta que tal vez estos estaban escondidos en alguna parte. Alguna de las habitaciones estaban de puertas cerradas y sus ventanas tapadas pero se podía escuchar los sonidos de las maquinas que delataban que había alguien adentro con vida o al menos con ella pendiendo de un hilo, no estaban seguros realmente porque el drone no podía entrar a ver.

Vieron la segunda imagen que les daba ahora el drone que había quedado afuera y notaron que este ya se había acercado al lugar donde el segundo humo estaba saliendo y se dieron cuenta que a pesar de que el edificio seguía en pie, había escombros de paredes alrededor, puertas y ventanas destruidas, sangre por algunos sitios pero aun así parecía ser el sitio en mejor estado junto al hospital; todos seguían sin saber: ¿Qué demonios había sucedido en aquel lugar?, ¿Que había pasado con todas las personas?, ¿Con qué se alimentaban los que quedaban?, ¿Dónde estaban los que quedaban? y aún con todas esas preguntas en mente, siguieron observando.

Dentro, en el fondo de aquella residencia que antes había sido una escuela técnica de magia fuera del área metropolitana de Tokio, se hallaban un grupo de personas sentadas en banquillos con la mirada perdida, sabían que casi todos, excepto uno, debían salir y luchar contra aquellos demonios que las mismas personas dentro de aquella residencia habían llamado luego de que uno de los estudiantes hiciera un pacto con el demonio de las maldiciones.

Hasta esos momentos no sabían quién era el estudiante que había hecho el pacto con el demonio y desde que llegó aquel apocalipsis (como la gente lo había llamado) había un profesor nuevo que estaba lleno de tatuajes en el cuerpo y la cara, siempre llevaba una túnica negra enorme que lo tapaba del cuello hasta los pies, incluso a veces tenía el rostro tapado con la capucha de la túnica pero ese día no la tenía puesta, como cosa extraña.

Espero que todos estén preparados para pelear Comenzó a hablar Sukuna antes de proseguir. Muchos han sabido cómo enfrentar esos monstruos mientras siguen las indicaciones de los profesores, otros simplemente han muerto por no seguir indicaciones Comentó con seriedad mientras los veía a todos, deteniéndose en su pareja. Espero que todos los que están presentes y van a misión hoy, regresen con vida y menos lastimados de lo que deberían.

No quiero... No quiero... ¡No quiero ir! Exclamó Miwa abrazándose a sí misma con terror.

Tranquila, Miwa-san, estarás bien si sigues las indicaciones de Gojō-sensei Animó Yūji apretándole la mano a modo de apoyo con suavidad.

No quiero... No quiero morir, Itadori-san Murmuró Miwa apoyando la frente en el brazo del muchacho mientras lloraba.

Yūji abrió la boca para animarla y que no llorara pero sabía que nada de lo qu saliera de su boca lograría calmar a la chica y eso solo lo hacía sentir más culpable de lo que ya se sentía, había hecho que en esa ciudad, su ciudad, cayera aquella maldición que lo había hecho su esposo y había reclamado su cuerpo como trato para cobrar lo que le pidió, se arrepentía pero desgraciadamente ya no podía echarse para atrás porque aquel demonio no se lo permitiría.

Yūji, ven aquí Llamó Sukuna llevando el ceño fruncido mientras lo observaba.

¡No! Por favor... Pidió Miwa de manera silenciosa sin dejar de sostenerlo.

Lo siento, Miwa-san pero debo obedecer o te matará antes que esos allá afuera lo hagan Respondió Yūji con preocupación, soltándose del agarre para acercarse al mayor y quedarse de pie al lado del profesor que también había sido su pareja pero que con su trato habían tenido que terminar la relación.

Yūji, no volveré a llamarte Regañó Sukuna cruzando sus cuatro brazos ocultos bajo su túnica.

El nombrado formó una mueca antes de ver hacia afuera y luego ver hacia Sukuna, sabía que el demonio no lo dejaría salir a cazar como a los demás porque además de ser su esposo, también era el recipiente perfecto para un futuro hijo, si moría, el pacto se rompería y Sukuna tendría que encontrar otro recipiente, volvió a ver la puerta abierta de par en par para aquellos que saldría y sin importarle si luego era regañado o si terminaba muriendo, salió corriendo hacia afuera, escuchando el coro de gritos y llamados que hacían a su nombre, no se detendría, tenía que llegar a aquel lugar donde todos tenían que ir pero solo unos pocos lo lograban.

Corrió con la misma rapidez que ha tenido desde pequeño, escuchando a los nueve minutos las campanas que anunciaban que aquellas cosas desconocidas para él mismo, saldrían a cazar y él mismo era la única carnada, ni siquiera había agarrado ninguna arma por lo que tendría que defenderse con sus manos , aquello no le molestaba porque no sería la primera vez pero no estaba seguro qué tan bien funcionaría con aquellos monstruos.

Alzó la mirada cuando vio dos cosas extrañas sobrevolar su cabeza y las buscó con la mirada, deteniéndose de repente para darse cuenta que eran drones con cámaras que de uno j lo habían estado siguiendo desde que salió, iba a hacer una señal de S.O.S pero un sonido, como de dientes chocando entre sí y huesos tronando sin cesar se escucharon detrás de sí mismo, volteó para notar que era uno de aquellos monstruos que lo había alcanzado rápidamente.

Su aspecto era realmente asqueroso; era un humano deforme, aunque ni siquiera estaba seguro de que esa cosa fuese humana, quizá mucho antes pero ahora ya no lo era, en la cara tenía dos hoyos vacíos donde sus ojos debían ir, su nariz estaba movida de su lugar, la boca ni siquiera tenía labios por lo que se veían los dientes podridos. Su cabeza se encontraba totalmente ladeada, el cuerpo encorvado en una dirección completamente de manera extraña, sus manos y brazos estaban pegados a su torso de manera un poco retorcidas mientras que sus dedos estaban incluso rotos y Yūji se preguntó cómo demonios lo habían alcanzado.

Mierda, esto es malo...

Murmuró antes de salir corriendo de nuevo hacia aquel lugar de refugio, olvidándose por completo de los drones y las cámaras que estos traían, ni siquiera volvió a observar hacia atrás porque sabía que lo perseguían. Aun así, a lo lejos podía escuchar lo que parecía ser un auto, tenía de no escuchar ninguno pero quizá solo era su imaginación y el miedo lo estabas haciendo volver loco de repente.

¡Yūji!

Llamó una voz conocida para el peli-rosa que lo hizo voltear, una disparo de algo bastante fuerte se dejó escuchar a su alrededor pero él solo estaba pendiente de aquel peliblanco que manejaba con una mano en el volante mientras le extendía la otra para que la agarrara; no podía, simplemente no podía tomar de nuevo su mano porque entonces aquella cosa que se había aferrado a su pie en algún momento desconocido para sí mismo, también se lo tragaría y él mismo estaba dispuesto a sacrificar su vida por aquel a quien amaba.

¿Dónde están los demás, Satoru-san? Cuestionó Yūji sin dejar de correr.

¡Eso no importa! ¡Toma mi mano de una vez antes de que te alcancen! Respondió Gojō con total preocupación por su amado.

¡Sabes que sí importan! ¡Responde la pregunta! Exigió Yūji con seriedad, alejándose del auto para que el mayor no lo fuera a jalar.

Gojō no comprendía por qué el chico se preocupaba por los demás y no por su propia seguridad pero respondió:

¡Todos están en los demás autos! ¡Todos lo que quedaban en la residencia han salido por ti, Yūji! Recalcó con fuerza para que se diera cuenta de una vez por todas que era importante para muchos.

¡Sigue adelante, yo te alcanzo! Mintió Yūji con una sonrisa que se veía totalmente sincera y que lo hacía achicar los ojos de manera que no se viera que estaba mintiendo. ¡Sabes que puedo correr igual de rápido que un auto, así que sigue adelante!

Gojō no estaba muy seguro de dejarlo atrás pero terminó asintiendo y presionó el acelerador para seguir hacia aquel lugar seguro que les permitiría ver la luz al final de aquel oscuro túnel en el que no debieron haber caído nunca pero que aun así no culpaba a Yūji de nada, la culpa la tenía Yaga por lo que le hizo al abuelo de su pareja y estudiante, si no hubiese mandado a matar al anciano, Yūji no habría acudido a Ryōmen Sukuna y ellos no habrían caído en ese infierno donde muchas cosas salieron a la luz, cosas que no debieron haber conocido nunca, cosas como las que lo perseguían.

Yūji aprovechó que el mayor se fue adelante para acercarse a uno de los autos y sonrió viendo a Miwa quien a pesar de seguir llorando del miedo, estaba manejando con tres personas acompañándola.

¡Itadori-san suba! Pidió uno de los chicos detrás.

¡Sigan a Gojō-sensei, yo los estaré alcanzando! Volvió a ordenar. ¡Miwa-san pisa el acelerador y acércate a tu libertad, te prometo que nada pasará!

Itadori-san no... Murmuró Miwa al saber lo que el peli-rosa haría pero su sonrisa terminó haciendo que pisara el acelerador como se le fue dicho.

Yūji siguió acercándose a los demás autos e indicándoles lo mismo mientras dejaba que más de esas cosas se pegaran a él y aunque era algo doloroso, soportaba tan bien que parecía no dolerle ninguno de los mordiscos que le daban, sentía algunas partes de su piel ser arrancada pero aun así no se detuvo, tenía que salvar a toda esa gente para que salieran sin ser dañados; seguía corriendo, un poco más lento por el cansancio y por el hecho de estarse desangrando pero no se detenía, era la carnada, no podía decaer o su misión se iría por el drenaje.

Los televidentes veía con gran terror la escena que las cámaras grababan, el peli-rosa estaba siendo tragado lentamente por aquellos monstruos y aun así no se detenía de correr, sabían que no lograría llegar a la salida de la ciudad, no saldría de aquella ciudad con vida y eso era lo que más los entristecía porque muchos de los que lo reconocían esperaban volver a verlo para abrazarlo y darle la bienvenida junto a los demás.

Habían sido avisados que algunos doctores de todas las ramas posibles ya esperaban afuera de ese lado de la ciudad, atenderían a todos los que salieran y cruzaban los dedos para que el peli-rosa también saliera, no importaba si estaba lastimado porque creían que los doctores podrían salvarles la vida.

"¡Alguien más grande está detrás de Itadori-san!"

Se anunció desde la estación de noticias quienes eran los que estaban transmitiendo aquellas imágenes, el drone les dio la imagen de un enorme hombre con túnica negra, una capucha tapándole la cabeza y la cara de igual manera, parecía que en verdad perseguía al chico y todos temieron por él, rezando para que no fuera nadie malo.

"¡Ya los autos están cerca de la salida! ¡Los doctores se están preparando para recibirlos y algunos militares esperan con armas para deshacerse de esas horribles cosas! ¡Recen desde donde quiera que nos vean para que todos salgan sanos y salvos!"

Informaron con la ansiedad trepando también sus cuerpos, sentían que eran ellos los que estaban corriendo con el muchacho por la ansiedad que experimentaban en esos momentos e incluso habían algunos con ganas de llorar por no poder meterse en el televisor y sacarlos a todos de aquel terrible peligro que parecían acostumbrados a manejar, sin saber cuánto tiempo pudieron haber estado luchando contra aquellos asqueroso monstruos.

Los autos lograron salir de la ciudad, estacionando con fuerzas mientras Gojō salía del auto para correr hacia la puerta y esperar a que Yūji llegara pero lo que vio lo hizo tensarse por completo, el chico se había detenido antes de llegar a la puerta mientras los monstruos recorrían su cuerpo como si fuesen sanguijuelas, sus ojos soltaron las primeras lágrimas porque sabía que ya no había salvación para él y cayó de rodillas frente a las puertas mientras su mirada se conectaba con la contraria, recibiendo una sonrisa de aquellas que siempre había amado ver en el rostro de su pequeña pareja.

Me alegra ver que estarás bien, Satoru-san Comentó Yūji en alto, escupiendo sangre de repente y sintiendo que aquellas cosas llegaban a su rostro. Te amo, Satoru-san, gracias por todo...

¡No, Yūji! Exclamó Gojō viendo como aquellas cosas se tragaban el cuerpo del chico y luego las puertas fueron cerradas. Yo también te amo, Yūji Murmuró entre lágrimas mientras se abrazaba a sí mismo.

Al otro lado de la puerta donde había quedado Yūji siendo devorado por aquellos monstruos, llegó Sukuna quien colocó la mano en la espalda del peli-rosa y cerró la misma para desaparecer aquellas cosas que él mismo había sacado de los laboratorios de aquella ciudad, abrazó a su esposo con sus cuatro brazos y se lo llevó, sabiendo que era observado por unas cámaras, no le importaba, solo estaba interesado en salvarle la vida a su pareja. Así que corrió hacia el frente de la residencia para sostener a Yūji con dos de sus brazos para usar las manos de los otros dos para formar una señal que hizo que bajo de ambos se creara un círculo negro que los dejó caer a ambos hasta desaparecer.

Las cámaras de los drones se acercaron a observar más de cerca, pero no encontraron dicho círculo negro y mucho menos veían a las dos personas que habían estado de pie en aquella figura geométrica, la gente al otro lado no entendían qué diablos había sucedido pero no creían posible encontrar respuesta alguna que los hiciera quedarse tranquilos y aunque a todos les gustaría saber si el chico estaba vivo o si había muerto durante aquella desaparición, no podrían saberlo.

¡Hello!

Sí, ya sé que me salté muchos días para llegar de una al día 18 pero ayer desperté con esta historia (así es, la soñé) y como no pude subirla porque #CaracasSinLuz pues aquí está hoy.

¿Recuerdan la frase: El orden de los factores no altera el producto? Pues, la temática del día 16 es la que le sigue a esta, así es, tiene segunda parte :3

Espero les haya gustado ♥

¡Nos leemos en el siguiente os! ¡LOVIU lunitas, besitos en la cola! ♥

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