Cabaret de dulces

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Parejas: ItaFushi Fem, SukuFushi fem, GoYuu fem.

Personajes extra en las parejas: Nanami.

Número de palabras (según word): 4971 palabras.

Advertencias: +18, nantaimori/sploshing/sitofilia. Yuuji y Megumi fem.

En aquella sala mediana de espectáculos se encontraban las mesas rectangulares que tenían sus propias cortinas estaban siendo acomodadas por las personas que trabajaban en el lugar de manera separada, las luces se encontraban en mantenimiento mientras el escenario y el bar se encontraban completamente listos desde la mañana de ese mismo día.

El dueño del cabaret Jujutsu había tomado la decisión de presentar esa misma noche un número especial para sus invitados más importantes y más fieles, aquellos que no habían dejado de ir desde un principio cuando abrió el lugar; casi todas sus bailarinas estaban completamente de acuerdo con el plan de esa noche y las que no, había decidido que no trabajaran, de todas formas el sueldo se lo ganaban dependiendo del espectáculo y si no hacían alguno, no cobraban, algo simple de comprender pero esa pequeña parte que no iba a trabajar había estado de acuerdo y eso lo hizo feliz.

Para esa noche había preparado para las bailarinas un conjunto de lencería satinada transparente que solo sería la ropa que utilizarían antes de que la o las personas que decidieran tenerlas esa noche, se la quitaran; no le importaba demasiado lo que fuesen a hacerle a sus bailarinas mientras no salieran lastimadas, aunque cada una de ellas parecía tener sus propias reglas para cuando fuese escogida y eso estaba bien, incluso ya le había hecho ese mismo comentario a sus clientes y estos no parecieron tener problema alguno con eso.

Las bailarinas por otra parte se encontraban dentro del enorme camerino, arreglándose para el evento que sería dentro de pocas horas, el lugar estaba casi en silencio de no ser por los sonidos de los maquillajes siendo abiertos, cosas pequeñas cayéndose, collares rompiéndose o incluso resoplidos frustrados por labiales rotos, las dos últimas cosas hicieron a las demás voltear hacia las víctimas de la mala suerte de esa noche y terminaron sonriendo con pena al ver que se trataban de Nobara y de Maki, ambas veían sus cosas rotas con el ceño fruncido apesar de que en sus ojos se podía ver claramente la preocupación de ambas y es que para ninguna era secreto que si algo se rompía en tus propias manos unas horas antes del espectáculo, significaba que tendrías pésima suerte los siguientes tres días.

Increíble que esta cosa barata se haya roto justo hoy y justo aquí Se quejó Nobara con lo que quedaba del collar de perlas.

Lo mismo digo de mi labial, venía bien y de repente, simplemente me quebró como si fuese nada Explicó Maki resoplando con fuerza antes de lanzar el labial a la basura y ver hacia las demás que ya le estaban extendiendo un brillo labial del mismo color que se iba a colocar. Ustedes... Ni se les ocurra decir algo sobre la "mala suerte" de las cosas que se rompen o yo las romperé a ustedes.

No tiene que molestarse, Ze'in-sempai Comentó Yuuji con una sonrisa apenada antes de acercarse a ayudar a la peliverde con su cabello. Recuerde lo que sucede en cada espectáculo cuando algo se nos rompe, por eso es que creemos en la leyenda de la mala suerte antes de nuestras funciones.

Eso se le llama pensamientos basura, Itadori Sentenció Nobara chasqueando la lengua mientras dejaba que le acomodaran el conjunto para evitar que nada más se rompiera en sus manos.

Si tan basura son ¿Por que te estás dejando ayudar por las demás? Cuestionó Megumi con una sonrisa burlona.

Todas las demás vieron un cepillo volar en dirección hacia la pelinegra con intención de golpearla pero no se preocuparon porque como siempre, Megumi terminaba esquivándolo rápidamente Por suerte, porque a ningún cliente le gustaba ver hematomas en el cuerpo de ninguna para luego regresárselo. Yuuji tuvo que atrapar lo siguiente que Nobara le iba a lanzar antes de verlas a ambas con seriedad.

¡Ya saben lo que puede pasar si Mahito-san las llega a ver lanzándose cosas para golpearse la una a la otra! Regañó Yuuji con total seriedad antes de ver la puerta siendo abierta y escondió la plancha que había atajado en el aire antes de sonreír con inocencia.

¿Escuché mi nombre acaso? Cuestionó Mahito entrando sin tocar como siempre hacía sin importarle el ceño fruncido de algunas. ¿Están peleando de nuevo, Nobara, Megumi?

No, no lo hacemos.

Respondieron ambas chicas al mismo tiempo antes de que la sonrisa ajena se formara por completo, buscando protección en la peli-rosa pero ésta ni siquiera las estaba viendo por estar ayudando a las demás a vestirse y maquillarse, aquel acto era de traición para ambas ya que Yuuji era la única que evadía la furia de Mahito como si fuese un campo de fuerza pero en esos momentos ellas no tenían a su campo de fuerza protector.

Uhm no pueden estar peleando faltando una hora para abrir, chicas Comentó Mahito caminando hacia el centro del camerino.

¿Cómo que falta una hora? ¿No íbamos a empezar a las once? Cuestionó Yuuji ladeando el rostro antes de acomodarse en una de las sillas para prestar atención.

Íbamos, tú lo has dicho querida Concordó Mahito con un par de asentimientos antes de continuar. Pero hice un cambio de planes porque ustedes ya saben quién, me amenazó con llegar temprano a casa o me quedaría afuera por una semana.

Geto-san es el único, además de algunas veces Yuuji-chan, que puede amenazarlo y hacerlo obedecer al mismo tiempo Se burló Maki sin importarle la mala mirada que le daba el dueño del lugar.

Como sea, no nos interesa lo problemas amorosos del jefe Comentó Mai mientras se estiraba en su silla. Ahora tenemos poco tiempo, así que a comer antes de comenzar el show.

¡No son problemas amorosos! Se quejó Mahito con el ceño fruncido.

Todas terminaron riéndose mientras se levantaban de sus sillas, tomando sus batas a juego con la lencería para salir caminando descalzas por el largo pasillo en dirección a la sala de descansos donde tomarían un aperitivo como parte de su cena, aunque esa noche ellas mismas serían el aperitivo para muchos o solo uno de los clientes, estaban de acuerdo con serlo porque todas se habían sentido atraídas más de una vez por alguno de ellos y con justa razón, todos esos hombres eran bastante guapos, aunque algunos les triplicaban a todas la edad eso no importaba porque igual estaban bastante buenos y no iban a negar que un par de veces hicieron su show a algunos de ellos para llamar aún más su atención.

¿Creen que escojan a dos al mismo tiempo? Cuestionó Mei bastante divertida.

Mahito-san dijo que eso no se podría hacer a menos que fuese un grupo de más de tres personas Respondió Yuuji quien le daba otro mordisco a su onigiri relleno.

Tsk serán unos viejos ambiciosos si lo llegan a hacer, yo no iré con ninguna de ustedes Comentó Nobara rápidamente antes de dar bocado a su emparedado de jamón y queso.

Estoy segura de que terminarás aceptando si es Satoru-san quien te pide con alguna de nosotras Comentó Yuuji a modo de burla.

Calla mocosa Exigió Nobara con el rostro sonrojado.

A mí no me importa mientras me dejen con Yuuji Comentó Megumi ganándose la mirada de todas, viendo a las hermanas sonreír ladina y supo que no iban a decir nada bueno.

Oh, ¿con que no tienes problemas mientras sea Yuuji-chan tu compañera? Cuestionó Mai antes de ver a su hermana y agregó. De seguro no quiere compartirla sin estar presente también~

Claro, si son pareja a escondidas de nosotras tiene sentido Se burló Nobara de igual manera.

Si lo somos ¿Qué tiene de malo? Cuestionó Yuuji con expresión seria.

Todas las demás chicas se quedaron calladas en el momento en el que vieron que su compañera más tranquila se ponía seria por el comentario realizado anteriormente y se tensaron al verla levantarse sin terminar de comer, aquello les preocupó pero Yuuji simplemente tomó de la mano a Megumi antes de llevársela fuera del comedor y viendo a Mahito frente al comedor, de seguro había escuchado pero no le importaba en absoluto y simplemente siguió de largo de vuelta hacia el camerino aún llevando de la mano a la contraria que no salía de la sorpresa por lo que Yuuji había dicho.

Ninguna de las chicas que quedaron en el comedor vieron a Yuuji y a Megumi hasta que el show dio comienzo, aun así la peli-rosa no le dirigía la palabra a ninguna y sabían que la pelinegra era de pocas palabras, así que tampoco recibirían nada de ella; se sentían mal por las burlas pero ninguna daba pie a que se disculparan por sus palabras porque terminaban ignoradas.

¡Quiten esas malas caras chicas, es hora del show! Exclamó Mahito llegando a los bastidores con el micrófono en la diestra y una sonrisa amplia. Afuera ya están llegando los clientes y todos saben quiénes son las que están presentes hoy, así que a sonreír y ser más bonitas para los clientes.

No exijas tanto, jefe Se quejó Nobara con una mueca.

No me importa serlo, por mí es que te están pagando, obedece Comentó Mahito con seriedad. Yuuji tienes mi permiso para hacer el show junto a Megumi, suerte a ambas.

Gracias, Mahito-san Respondió Megumi apretando la mano de su pareja para que quitara su seriedad.

Mahito sonrió con pesar al ver la expresión de la peli-rosa antes de suspirar y salir de bambalinas para caminar hasta el centro del escenario en el momento justo en el que el telón fue abierto, pudo ver de manera positiva que todos los clientes ya tenían sus tragos de alcohol suave en mano, sus bailarinas pidieron que no se sirviera nada fuerte con las cosas dulces por el hecho de que no querían terminar siendo lastimadas si alguno de ellos perdía el control al emborracharse y no dudó en darles la razón para proceder a hablar con los bartenders a cargo de esa noche.

Saludó y dio la bienvenida a todos en el cabaret, hablándoles de la invitación especial que les hizo a cada uno y agradeciendo que aceptaran el cambio de horario tan drástico, explicó que los shows serían como todas las noches con dos diferencias, la primera que al terminar el show de cada una de las bailarinas, de una vez podrían escogerla para llevársela hacia alguna de las mesas y la segunda es que dos shows se convertirían en uno, y por lo tanto, debían escoger a ambas chicas pero debían ser un grupo de más de tres personas o no dejaría que las tuvieran.

Luego de dar aquella explicación dio inicio al primer show de apertura que pertenecía a Nobara y su extraño espectáculo de nudismo con voodoo, casi nadie entendía la razón de que lo utilizara pero habían a algunos que sí les gustaba y Mahito supo que no la podía despedir. Al terminar el acto, la mujer esperaba con ansias ser escogida por el cliente peli-blanco de lentes negros que siempre iba con traje junto a dos hombres más: Un rubio y un peli-rosa que le recordaba a Yuuji; para su desgracia, quien la escogió fue otra persona que se veía que era unos poquitos años mayor que ella misma y aquello la puso de mal humor a pesar de haber aceptado.

La segunda que salió a hacer su espectáculo fue Maki quien al terminar su show pudo irse con quien quería. La tercera en salir a seguir el espectáculo fue Mai quien al igual que su hermana, pudo irse con quien ella misma quería y no con algún viejo verde Como ella misma llamaba a Satoru Gojō.

Para el cuarto show, Yuuji y Megumi se acomodaron en el centro del escenario frente a frente sin ver hacia el público ya que solo tenían ojos para la otra, la posición de ambas parecía la de un caballero a punto de besar a la princesa y así era como se sentían, el espectáculo comenzó con música suave dejando que ambas chicas disfrutaran el momento mientras se desvestían la una a la otra con total sensualidad y quitándole el aliento a los clientes que quedaban, ambas chicas estaban completamente perdidas entre sí mismas que al terminar el show estuvieron por culminar en un beso que muchos esperaban porque se notaba que sería tan candente como su espectáculo.

Al Mahito dar la señal para que los grupos que dieran más por ambas, se presentaran, todo cerca del bar se pudo ver y escuchar el escándalo de precios exorbitantes para tenerlas a ambas, el peli-celeste simplemente sonreía de manera divertida por el caos y cuando hizo una señal, todos se quedaron en silencio mientras esperaban a que el jefe del lugar viera quién daba más por las dos chicas detrás suyo que se mantenían abrazadas y expectantes a la decisión que se tomaría, Mahito veía los precios de los carteles y se detuvo en el grupo donde estaba uno de los clientes que Nobara quería y mismo que era visto con odio por la castaña en esos momentos, terminó riendo bajo por ese detalle pero aun así los señaló para señalar al trío que se quedaría con las dos bailarinas y un coro de voces decepcionadas se dejó escuchar en segundo plano cuando un grito de emoción salió del peli-blanco que aplaudía como niño pequeño de la emoción.

Uhg parece un crío Murmuró Mahito volteando a ver a las chicas. Suerte, si los golpean asegúrense de avisarme para que no nos demanden.

Tranquilo, Mahito-san Respondió Yuuji con una sonrisa amplia. La única que tiene ganas de golpearlo es Nobara-chan.

Mahito vio hacia la nombrada y rió dándole la razón, les hizo una señal para que se fuesen a la mesa rectangular que les tocaría y esperó que ambas supieran como servir de platos vivientes para los tres clientes, les deseó suerte a los clientes ganadores y se marchó hacia su oficina a comer ansias, y a desear que nada saliera mal; sobre todo con Nobara y con las hermanas Ze'in.

Yuuji tomó la mano de Megumi para caminar con calma hacia la mesa faltante, tenían entendido que era un lugar pequeño con una mesa rectangular mediana rodeada de una cortina que colgaba en el techo y llegaba al suelo pero al entrar se dieron cuenta que el lugar parecía tener una mesa parecida a cuando se hace un pacto satánico, ambas formaron una mueca mientras se acercaban a ella y detrás de las chicas entraron los tres hombres en silencio, observando sin pudor alguno los cuerpos ajenos, más el de la peli-rosa que era la que tenía curvas llamativas, la pelinegra en cambio no las tenía tan formadas pero eso no significaba que no les pareciera igual de hermosa.

¿Estás segura que esto no es para un acto satánico? Cuestionó Yuuji a su pareja, pensando que seguían solas.

¿Un acto satánico con dulces? Cuestionó Megumi de regreso con una ceja alzada al ver a su pareja alzar los hombros. No seas tonta, Yuu.

Bueno pero la mesa si lo parece, mejor pedimos cambio de mesa Comentó Yuuji queriendo salir corriendo de allí.

Ambas se tensaron y asustaron al escuchar un grupo de risas que las hicieron voltear rápidamente, notando a sus tres clientes de brazos cruzados en la entrada de la cortina.

La mesa es así por temática de Halloween, querida Explicó Gojō con tranquilidad mientras los otros dos le daban la razón, como pocas veces sucedía. —No es ni será, un acto satánico, no somos esa clase de personas.

Al menos nosotros no, tal vez Sukuna sí Comentó Nanami señalando al peli-rosa al lado de Satoru.

Admito que sí hago cosas de ese tipo, pero nunca he sacrificado a un humano, así que no deben preocuparse Respondió Sukuna acercándose a las chicas y notando que se alejaban de inmediato.

Idiota, es obvio que no te van a querer cerca luego de lo que dijiste Acusó Satoru con el ceño fruncido.

¿Deberíamos pedir que nos cambien de clientes? Murmuró Megumi tratando de escapar de allí para buscar al jefe.

Nanami vio la intención de la pelinegra y se interpuso en la entrada para evitar que escapara, Satoru suspiró hondo antes de acercarse despacio a ambas chicas para tomar sus manos con una sonrisa coqueta.

No tienen que marcharse, les puedo prometer que nada malo les pasará con nosotros, así que ¿Podemos comenzar? Cuestionó Satoru esperando que ambas confiaran en él mismo.

Si algo le pasa a mi novia, los mato Prometió Yuuji con seriedad antes de darse la vuelta ye hacerle un movimiento de cabeza a su pareja para que se subiesen a la mesa.

Que buen carácter Comentó Sukuna con una sonrisa complacida sobre sus labios antes de rodear la mesa para detenerse del lado donde estaba el carrito lleno de siropes y dulces de diferentes tipos.

Ahora entiendo por qué estaban dándolas dos por una Comentó Nanami acercándose a la mesa mientras se aflojaba la corbata, quitándose los lentes ya que no las luces eran opacas y no lastimaría sus ojos. Aunque su show fue el mejor y dejó deseando más.

Nanami tiene razón ¿Qué tal si nos dan un show privado utilizando los dulces del carrito? Pidió Satoru quitándose los lentes de igual manera, desabrochándose los primeros tres botones de su camisa de vestir.

Yuuji y Megumi vieron con sorpresa aquellos ojos tan azules como el mar mismo, completamente hermoso aunque no se viera con más claridad por las opacas luces, ambas asintieron al pedido de manera silenciosa y viéndose a los ojos acordaron rápidamente la posición en la que se colocarían, además de saber qué show le podían dar. Yuuji se acostó de espalda a la mesa mientras Megumi se acomoda sobre su abdomen con las piernas a cada lado del cuerpo de su pareja y se apoyó con suavidad antes de sonreír ladina, volteando hacia los otros tres.

¿Estarían dispuestos a pagar un poco más? Cuestionó Megumi con un plan en su cabeza y sabía que su pareja sabía de qué se trataba.

Depende de si el show es lo suficientemente bueno para hacernos pagar un poco más Respondió Satoru con una ceja alzada.

¿Qué tienen en mente? Cuestionó Sukuna cruzándose de brazos.

Ambas chicas rieron sin responder aquella pregunta, simplemente voltearon a verse y con un asentimiento se pusieron de acuerdo para comenzar el espectáculo. Yuuji apoyó las manos en los muslos de su pareja mientras Megumi tomaba los botes de miel y chocolate líquido, no era fan del dulce pero si querían un poco más de dinero, el show debería darse lo mejor que fuese; se acomodó más arriba del torso de su novia para arquear la espalda, alzó la diestra con el bote de la miel y la apretó para dejar caer el chorro de aquel líquido dulce sobre su pecho, dejando que siguiera camino hacia el pecho de Yuuji quien solo tenía ojos para su pareja. Tenía los talones apoyados sobre la orilla de la mesa, por ende tenía las piernas abiertas pero ninguno de los tres hombres parecía interesado Aún en su zona íntima al descubierto y eso estaba bien.

La diestra de Megumi se extendió para llenar los grandes pechos de su pareja con miel, pasando la zurda por los mismos para regar el líquido por todo su pecho, tomando uno de sus pezones con dos dedos ante des pellizcarlos con un poco de fuerza, estremeciéndose al escuchar el gemido que le había sacado y sonrió inclinándose bajo la mirada de los otros dos para tomar el otro pezón en su boca, lamiendo y succionando con la misma fuerza antes de separarse para hacer lo mismo con su otro pezón, alejándose para ahora dejar sobre su boca un chorro de chocolate líquido antes de acercarse a besar a su pareja, cumpliendo lo que todos los otros clientes querían ver durante el final de su show y el trío de amigos confirmaban que el beso podía llegar a ser realmente candente de cerca.

Megumi se separó del beso teniendo un poco de chocolate líquido mezclado con saliva cayéndole de los labios y volteó a ver a sus clientes con una sonrisa ladina antes de señalar a Sukuna para indicarle que se colocara frente a ella misma, luego señaló a Satoru y viendo la señal de su pareja, le indicó que se colocara detrás de sí misma entre las piernas de su pareja, terminó viendo luego a Nanami y se inclinó para jalarlo del saco para acercarlo a la mesa.

No pueden solo quedarse a observar y menos ser los únicos vestidos Comentó Yuuji teniendo los ojos nublados del calor que recorría poco a poco el ambiente y su cuerpo. Recuerden que pueden usarnos de platos para comer los dulces, así que jueguen con nosotras y hagan que valga la pena pagar un poco más.

La jodida mocosa tiene razón Escupió Sukuna comenzando a desabrochar los botones de su camisa para dejarla abierta, haciendo lo mismo con su pantalón.

Yo prefiero solo observar, no quiero tocarla a ninguna ni que me toquen, por favor Pidió Nanami viendo hacia la mano de la pelinegra.

Suéltalo Megumi-chan, el señor parece ser misofóbico Comentó Yuuji tomando con suavidad la mano de su pareja para ver hacia el rubio. Detrás de Sukuna-san hay una silla que puede utilizar para observar con más comodidad.

Nanami no le llevó la contraria a la chica, aunque no creía tener en sí una fobia pero en serio prefería ver el espectáculo que los otros tenía y masturbarse como si estuviera viendo una película porno en la pantalla de su televisor pero la diferencia era que ahora estaría en vivo y sería mucho mejor. Tomó la silla para acomodarla a unos pasos de la mesa, se desvistió casi por completo para sentarse y dejar su pene medio duro a la vista, Sukuna estaba en la misma situación pero él sí seguía de pie frente a la pelinegra mientras Satoru solo mantenía su camisa abierta y su mirada yendo de la zona íntima de la peli-rosa hacia el trasero de la pelinegra.

Satoru y Sukuna se vieron por pocos momentos antes de asentir, poniéndose de acuerdo para comenzar a tomar algunos dulces y siropes que apoyaron en la mesa. Satoru comenzó a introducir dulces en la vagina de la peli-rosa como si fuese un cotillón mientras la escuchaba jadear y Megumi sonrió sin vacilación antes de apoyar las manos a los lados de la cabeza de su novia e inclinarse hacia Sukuna con la espalda arqueada y dejando que el hombre la bañara con los siropes que quisiera y los dulces que más parecían gustarle, sobresaltándose al sentir las pequeñas bolitas de chocolate ser introducidas en su vagina junto a otro par de dulces que la hicieron apretar las manos y para evitar gemir se acercó al pene del hombre suyo para pasar la lengua sin mucho apuro, tenían horas demás para disfrutar el momento pero eso Sukuna no lo sabía y la hizo abrir la boca para que introducirse en ella mientras lamía la piel bañada en diferentes siropes, chupando con esmero.

Satoru dejó que el sirope de chocolate bañara el culo de la pelinegra, llevando el chorro hacia la vagina de la peli-risa quien apretaba los dedos de sus pies con un poco de fuerzas, callando sus jadeos contra uno de los pezones de su pareja y lamiendo los siropes que caía por la piel de ese lado, Nanami simplemente le dio un asentimiento a Satoru cuando éste lo volteó a ver y lo vio enterrar la cara en la vagina de la chica quien gimió con profundidad por la sensación placentera, sosteniéndose de la cintura de su novia; Satoru paseó la lengua sin mucho apuro, apretando el clítoris con la punta de su propia lengua, sosteniendo los muslos internos de la chica al sentir que iba a dejar caer las piernas, fue sacando poco a poco los dulces que metió en su interior, comiéndoselos con gusto antes de seguir su trabajo y sólo alzó la mirada al ver que la pelinegra se daba la vuelta hasta quedar en un sesenta y nueve con su pareja, y lo vio divertida por unos segundos antes de cerrar los ojos para abrir la boca y gemir de manera placentera.

Satoru terminó de quitarse la ropa sobrante y tomando un condón del carrito, se lo colocó sin mucho apuro, llevando a la peli-rosa a la orilla para penetrarla de una vez al saber que ya no había dulce alguno y el gemido de la chica se dejó escuchar de manera fuerte, de seguro los que quedaban en el bar lo habían escuchado de igual forma y vio a la pelinegra abrir los ojos para ver la unión que había provocado el gemido de su pareja, no dijo nada, simplemente se inclinó hacia abajo tomando con su boca el clítoris de su novia, succionando despacio mientras Satoru comenzaba a embestir, apoyando las piernas ajenas sobre sus hombros para llenarlos de dulces y comérselos uno a uno bajo la atenta mirada de la contraria, sonriendo ladino antes de tomar uno de los dulces y acercarse a besarla para pasarle el dulce.

Sukuna por su lado observaba a la peli-rosa lamer y tomar los dulces de la vagina de su pareja, su pene ya estaba completamente parado con la estimulación que ambas había dado, aunque una de ellas de manera indirecta pero aun así funcionaba y si veía de reojo, a Nanami también le funcionaba, sonrió de manera depredadora antes de tomar un condón del carrito de dulces para colocárselo y poder acomodarse en la entrada de la vagina de la pelinegra antes de introducirse sin aviso alguno, escuchando un gemido cortado por el beso que la chica se daba con su compañero, no le molestaba y menos cuando la chica debajo había comenzado a lamer y chupar sus testículos como si fuera una paleta, comenzó el vaivén de manera lenta para disfrutar de aquella sensación tan placentera.

Nanami había comenzado a masturbarse minutos atrás, por el lugar se escuchaban el choque de pieles y los gemidos del cuarteto sobre la mesa, confirmaba que valdría completamente el pago extra del que ala pelinegra les había hablado; se acomodó de mejor manera con las piernas abiertas para aumentar el ritmo al mismo tiempo que Sukuna mientras Satoru subía ritmo sin dejar de sostener las piernas ajenas, bajando sus labios al cuello de la pelinegra para dejarla respirar y para disfrutar de mejor manera la piel ajena.

Afuera de aquellas cortinas quedaban pocos clientes, Nobara y Maki eran las únicas que ya había terminado con sus clientes y ahora se mantenían sentadas a orillas del escenario con expresión seria mientras escuchaba a sus compañeras gemir como gatas en celo, las odiaban por la simple razón de que ellas no habían podido divertirse de esa manera con sus clientes.

De seguro fue por esa mala suerte de que se nos rompió algo antes del espectáculo Comentó Nobara viendo hacia las cortinas donde sabía que se encontraba Satoru.

No quería creer justo eso pero como que sí, creo que fue por eso Respondió Maki con el ceño fruncido y una mueca con la mirada hacia las cortinas donde su hermana mayor estaba. Las odio.

Yo también Concordó Nobara al escuchar la voz de Yuuji gemir el nombre del peliblanco. La mataré cuando salga, lo prometo.

Yuuji y Megumi gemían casi al compás mientras eran embestidas por el par de hombres que se movían en sus interiores con insistencia y da manera placentera. Yuuji terminó apretando la cintura de su novia y arqueó la espalda con los ojos cerrados de manera fuerte.

¡Oh por Dios! ¡Satoru-san me ven-go...!

Gimió en alto sintiendo calambres en todo su cuerpo mientras se corría, apretando aquella gruesa dureza de carne que no paraba de moverse hasta minutos después cuando Satoru también se corrió con un gemido ronco y dejando caer la cabeza sobre sus hombros. Megumi no estaba muy diferente, gemía bastante quedo y solo hasta el último momento fue que gimió en alto.

¡S-Sukuna-san, Dios, e-espere!

Sukuna por supuesto no se detuvo, de hecho terminó aumentando el ritmo hasta que escuchó el gemido de la chica salir largo y tendido, corriéndose junto a sí mismo con Nanami siguiéndolos de cerca. Salió segundos después junto a Satoru que sí se había quedado más tiempo en el interior de al peli-rosa y ambos sonrieron tomando una paleta antes de metérselas a la boca, quitándose el condón para hacerles nudo y botarlos en el cesto de la basura, viendo a la pelinegra caer de espaldas en la mesa con la respiración igual de agitada que su pareja.

E-Espero que haya sido lo suficientemente buenoComentó Yuuji luego de tomar aire de manera honda y ver hacia aquellos ojos azules que sonreían en su dirección.

Créeme que lo fue, se ganaron ese dinero extra Respondió Nanami quien se hallaba acomodándose la ropa luego de limpiarse. Vístanse, debemos pagar.

Sukuna y Satoru se quejaron pero obedecieron, acomodándose la ropa y viendo a ambas chicas sentarse despacio en la orilla de la mesa mientras Nanami salía del lugar para dejarlos solos.

Espero que se pueda repetir Pidió Satoru de manera coqueta, dejando caer su saco sobre los hombros de la peli-rosa. Dentro de uno los bolsillos están nuestros número para que nos llamen para otro cuarteto.

Esta vez sin Nanami presente Agregó Sukuna quien le había colocado ya su saco encima a la pelinegra.

Yuuji vio hacia su novia sin responder nada y ambas vieron a los hombres salir sin sus sacos, suspiraron al mismo tiempo antes de tomarse de las manos y salir, esperando los gritos de reclamos de Nobara junto a su mirada llena de odio, pero no se arrepentirían de lo que hicieron.

¡Dioses, este me quedó largo y no había podido terminarlo hasta ahora!

Voy un día atrasada pero en algún momento me organizo, no desesperen :3

Espero les haya gustado ♥

¡Nos leemos lunitas, LOVIU besitos en la cola! ♥

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