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   Jungkook mantenía su vista pegada en la ventana, las clases pasaban aburridas y el sólo estaba bastante entretenido mirando al castaño correr e intentando no ahogarse en el asunto.
Soltó una pequeña risa al ver como este se detenía y dejaba a sus brazos descansar en sus rodillas.

—Adorable —musitó para él y mantuvo su vista pegada ahí.

—Jeon —habló el profesor, mencionando al azabache pero haciéndolo frente a toda la clase.

Este de inmediato le miró.

—¿Mi clase está aburrida? —Continuó y se acercó al menor.

—No me siento muy bien, creo que iré a enfermería. Ando mal del estomago y… Uff —comentó y la clase empezó a reír.

—No le he dado permis-

—Lo sé, lo sé. La urgencia llama, profesor. Debe entender —finalizó, tomó su mochila y salió rápidamente.

Jungkook esperaba un buen regaño y algún castigo de por medio; salirse porque sí no era algo que tal maestro iba a tolerar, pero bueno. ¿Para qué quedarse si ni estaba prestando atención?

El tema de Taehyung era algo que le interesaba en sobremanera. Le impresionaba también el hecho de no poder verle, porque absolutamente toda su atención iba dirigida hacia él; algo jodido, pero a Jungkook más que molestarle, le agradaba.

Y es que desde que había llegado hace un año, nunca dejó de notar al castaño. Al principio le resultaba bastante curioso y lindo; su comportamiento, su manera de tratar a su amigo y la forma en que tendía a sonrojarse por todo. Pero después, todo aquello que le resultaba curioso, terminaba siendo algo más, algo que él al principio no entendía, pero que ahora lo tenía más que claro.

Le gustaba de forma inmesurable Taehyung, y a partir de ahí, no dejó de hacérselo saber.

Detuvo su paso y dirigió sus ojos hacia una de las canchas, ahí, se encontraba el castaño. Hecho un total asco debido al movimiento físico y dejando a su cuerpo caer en una de las gradas. Jungkook sonrió en grande por aquello y decidió irse.


    Pasó alrededor de una hora y media, Taehyung se mantenía técnicamente muerto mientras intentaba sacar agua de su botellón que ya estaba terminado.

—Voy a demandar a ese hombre —aseguró Jimin, mientras se sentaba al lado del castaño—. ¡Casi nos mata!

Taehyung negó y dejó su botellón a un lado. —Pensé que iba a morir.

—Kim —comentó el profesor y éste le miró. —, termine de recoger las mallas —pidió.

—¿Qué-

No pudo terminar de hablar, ya que el tipo se fue y dejó al alumnado completamente solo. Los demás igual salían e ignoraban la cantidad de implementos deportivos que se encontraban afuera.

—¿Qué no piensan ayudar? —Preguntó Park.

—¿Dijeron alguno de nuestros nombres? —Habló con burla una de las chicas y simplemente salió, junto con todo el grupo.

—Está bien, Jiminie —mencionó Taehyung, se colocó de pie y se acercó hasta el montonal de cosas desordenadas.

—Es injusto —aseguró.

—Igual —continuó el castaño y empezó a quitar las mallas de los marcos. —No es como que me enoje hacer esto. Sí, es mucho, pero no para quejarme…

El menor continuaba hablando, y Jimin dirigió sus ojos hacia la reja que dividía la cancha al aire libre, del patio. Notó a un azabache que se detuvo justo en medio de la puerta y pidió, a señas, que el rubio se acercara.
Jimin miró a su amigo, lo dejó hablando solo y simplemente se acercó.

—Sé que nunca hablamos, pero necesito pedirte un favor —habló el azabache.

Jimin lo miró por unos segundos, y al final decidió escucharle.

—Entonces, esas son mis razones del porqué esta situación no me enoja—. Se encogió de hombros, y terminó de quitar la primera malla. —¿Jimin? —Se percató del completo silencio que su amigo había dejado, y dirigió su vista hasta la cancha en general.

—Tuvo que irse —comentó una voz diferente, y Taehyung de inmediato se incomodó—. Hola —saludó y el castaño prefirió quedarse en silencio.

Jungkook hizo una mueca, dejó una botella de agua en las gradas y también su mochila. —Eres hiriente —mencionó entre risas.

—Lo siento —musitó.

—Como sea —continuó el azabache y se acercó hasta él. —¿Te ayudo?

El castaño de inmediato negó y empezó a caminar hasta el otro lado de la cancha para poder retirar la otra malla.

—Ya estoy terminando —aseguró. Obviamente era una mentira muy descarada.

—Tomaré tu mentira piadosa como un: "Por favor, ayudame, hay muchas cosas y no creo terminar aún".

Taehyung simplemente se quedó en silencio.

—Hay muchas cosas que no entiendo y tampoco los motivos —habló Jungkook, y empezó a recoger otros implementos; desde balones, hasta conos y platillos. —Por ejemplo tú. No entiendo tu odio hacia mí.

—No te odio —se apresuró a decir.

—Oh, eso es un avance—. Rió.

Taehyung sonrió levemente y negó con su cabeza. —Siento que creyeras eso, sólo… no me gustan las bromas y menos las de 'ése' tipo.

—Nunca he bromeado contigo—. Terminó de recoger los balones y los dejó dentro del saco para poder guardarlo—. Que no me tomes de forma seria, es totalmente distinto. ¿Sabes? Podrías simplemente decir: "¡Ey, Jungkook, dejame en paz, imbécil. No me gustas y nunca me gustarás, así que deja de acosarme de una vez!" Y listo, Jeon Jungkook desaparece.

Taehyung rió al escuchar su voz siendo imitada por el azabache. —No es eso, tampoco.

—¿Entonces te gusto? —Preguntó sorprendido, y dirigió su mirada hasta el castaño, el cual de inmediato se colocó colorado y empezó a negar de forma frenética.

—¡Ta-tampoco es eso! —Chilló avergonzado.

—Fue lindo mientras duró —habló en broma el menor.

—Es absurdo—. Hizo una mueca.

—¿Por qué tendría que serlo? Me gust-

—No —interrumpió de inmediato—. ¿Por qué te gustaría? Digo, soy simple-

—Hermoso.

—¡Ya! —Bufó y se sentó en una grada. —Primeramente, ¿por qué estás aquí?

—Se escuchará cliché, pero le dije al profesor que estaba mal del estomago para venir a verte—. Sonrió de forma brillante.

Taehyung se sonrojó al ver tal expresión y bajó su mirada. —No lo entiendo.

—¿Por qué?

—Simplemente no lo hago, y ya —habló tosco.

—Sólo soy una persona normal que tiene sentimientos hacia otra. ¿Qué no entiendes? ¡No hay perdida!

—¡Sí la hay porque eres tú!

—¡¿Quién se supone que soy yo?!

—¡Eres Jungkook!

—Obviamente soy Jungkook, ¿y?

—No…. Digo—. Hizo una mueca—. Tú eres muy… guapo y lindo.

—¿Estoy escuchando bien?

—¡Eso es lo que dicen todos! —Alegó muy rojo y cubrió su rostro con sus manos.

—Sigo sin entender tus razones —comentó.

—No las entiendas y ya —habló cansado, se colocó de pie e iba a irse.

—No, no, no, espera. —Tomó del brazo al castaño, notó su acción y simplemente lo soltó con inmediatez—. Vamos, Taehyung. ¿Por qué no me crees?, ¿tengo fama de ser un mentiroso aquí? —Preguntó, de forma muy seria.

El castaño lo observó por un rato y negó levemente. —No.

—¡Entonces ya está! —Volvió a sonreír. —¡Confía en mí! ¡Seamos novios y verás como seremos muy felices!

Taehyung volvió a sonrojarse. —¡O-oye, relájate un poco!

—La emoción. Lo siento.

El mayor respiró profundo, lo pensó de forma detenida y relamió sus labios para finalmente decir—: No.

La expresión de Jungkook se tornó bastante seria.

—Lo siento. —Apretó sus labios e iba a salir, mas las palabras de Jungkook, hicieron a este detenerse.

—¡Ya sé que no me odias! —Alegó, intentando sonreír—. ¡Para la próxima esperaré algo mejor!

Taehyung tragó fuerte, bajó su cabeza y simplemente salió.

Jungkook soltó un suspiro cansado, pasó una de sus manos por su cabello y dirigió sus ojos hacia el montonal de cosas que el castaño no guardó.

Era frustrante, bastante, pero bueno, realmente el hecho de saber que no era odiado, era un gran avance.

—Lento pero seguro —comentó para él y se burló después de sus ridículas palabras. 

Y no era algo descabellado, simplemente que era la hora, y Jungkook no sabía porqué tanta desconfianza por parte del mayor.

¿O es que le gustaba alguien más?

Tal pregunta pasó por su cabeza y su preocupación aumentó al mil. No sería justo, no iba a serlo.

Hizo una mueca llena de inconformidad y optó por continuar recogiendo todo.

—¡Lo que hace el amor! —Gritó desde las primeras gradas, Yugyeom.

—¡Cállate y ayudame de una vez!

—Ah, no, bro, yo no me meto en tus acciones de conquista —se burló.

Jungkook lo fulminó con la mirada.

—Bueno, bueno, está bien—. Se acercó rápidamente y empezó a ayudarle—. El profesor te mandó a detención —informó.

—Lo supuse. —Suspiró pesado y simplemente continuó.

Y es que al final, Jungkook sabía que tales acciones irresponsables, en algún momento iban a dar frutos.


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