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   Nunca Taehyung había imaginado que algo tan puro, bello y sano, podría volverse la cosa más tóxica, lamentable e indeseada de todo su mundo.
Los sucesos no dejaban de repetirse en su cabeza; desde la forma en que Minho llegó, todo lo que le dijo y cómo lo trató, hasta la manera en que él se había dirigido hacia Jungkook.

Se encontraba en su día número seis después de aquellos hechos. Todo lo que prefería, era llegar temprano a la preparatoria y salir de forma inmediata. El castaño era consiente de que no debía bajar su promedio y mucho menos, dejar que tal situación afectase otro aspecto de su vida. O bueno, eso era lo que intentaba, porque Taehyung admitía abiertamente que le preocupaba el hecho de que Jungkook se había vuelto menos insistente, de vez en cuando lo veía y lo único que el azabache le regalaba, era una leve sonrisa que desaparecía justo después de que lo dejaba de mirar.

¿Lo odiaba? ¿Ya había conseguido a alguien mejor?, ¿alguien más estable?

Tales preguntas aparecieron como bombas en su cabeza y lo único que logró hacer, fue acurrucarse aún más en su cama, lamentar un poco más lo idiota que había sido y por supuesto, acribillar su cabeza por no saber qué hacer, o cómo manejar la situación.

El fin de semana seguía largo, triste y muy tortuoso. El silencio era lo único que retumbaba en toda su habitación y por ese motivo, el castaño se sentía cada vez más deprimido. Las ganas de llorar eran constantes, el desorden en toda la zona ponía al descubierto el desinterés hacia otros temas que no fuesen el principal, y claro, lo poco que lograba hablar con Jimin, no eran palabras nuevas o muy sinceras.

“Estoy bien.”

“Sólo tengo sueño.”

“Debo regresar temprano o mamá me matará.”

Iba a cerrar sus ojos e iba a intentar seguir durmiendo, mas la puerta fue abierta de par en par, y las palabras siguientes de aquella persona terminaron dejando muy sorprendido al menor.

—Entonces… —Continuó el rubio, cerró la puerta y miró hacia el bulto en la cama—. ¿Debo enterarme por terceros que Choi Minho volvió y que esa es la verdadera razón de que estés así?

—Jimin… —Musitó el menor, aún 'protegido' por sus cálidas sábanas—. ¿Fue Jungk-

—No —interrumpió de inmediato—. No he hablado con él. —Se acercó a la cama y se sentó. —Le tuve que hacer ojitos a Yugyeom para que soltara todo.

El castaño se sentó, lo miró por unos segundos y después talló sus ojos con sus manos.

—¿Qué pasó? —Preguntó Jimin.

—Llegó justo cuando me iba —mencionó y bajó su cabeza—. Me dijo… que me amaba.

—Y tú, obviamente, no le creiste, ¿verdad?

El castaño prefirió mantenerse en silencio y abrazar sus dos piernas con sus brazos.

—Tae. —Soltó un pequeño suspiro el mayor y acarició su desordenado cabello. —Tú sabes qué pasó, tú sabes cómo fueron esos días y créeme, todo fue absolutamente injusto.

—Yo… le creo —admitió y mantuvo su cabeza gacha—. Pero me da miedo. No-no quiero sentirme estúpido de nuevo.

Jimin se acercó aún más, abrazó al castaño e hizo a este recostarse en su pecho. —¿Recuerdas lo que te dije cuando todo eso pasó? Te encontrabas aquí conmigo y de esta forma. —Rió levemente.

—Dijiste que ibas a golpearlo hasta cansarte —informó y abrazó el dorso del rubio.

—Y eso haré si aparece por aquí de nuevo —aseguró—. Me da rabia, Taehyung, me da rabia que sea tan egoísta y venga creyendo que puede disponer de ti cada que le viene la gana.

—No es así —musitó, aún recostado en el rubio—. No quiero que sea de esa forma.

—¡Entonces ya está! —Alegó y apachurró el cuerpo del menor entre sus brazos—. ¡Vive feliz con Jungkook! ¡Yo seré el padrino de la boda!

Taehyung hizo una mueca, se apartó del mayor y lo miró por un rato. —Con respecto a él…

—¿Qué hiciste? —Preguntó y frunció su ceño.

—No… le hablé de la mejor forma —musitó—. Le grite, incluso.

—Kim Taehyung. —Hizo una mueca Jimin y acarició su cabello. —¿Crees que está muy enojado?

El castaño negó. —No lo creo, pero… sé que debo disculparme.

—Hazlo —aconsejó el mayor—. Habla con él y explícale la situación.

—Aunque sabes… —Continuó Taehyung—. Jungkook… él está diferente. —Se quedó en silencio por un rato y bajó su mirada hasta sus manos. —No está enojado, pero yo estoy seguro de que sí lo arruiné. Por lo menos una gran parte.

—Habla con él —repitió, tomó de las mejillas a su menor y lo miró directamente a los ojos—. Y explícale la situación. Él sabe que eres demasiado lindo como para tener sentimientos muy feos hacia ti.

El castaño simplemente asintió y se mantuvo el resto del día ahí, junto a su apreciado amigo. Y es que después de todo, Jimin siempre había sido experto en lidear con cada una de las crisis que en el castaño surgían.


   Era bastante tarde, Jungkook bajaba de su motocicleta y dejaba su casco justo en uno de los manubrios, sacó las llaves de su bolso y volteó en dirección a su casa, pero sus ojos viajaron en dirección al cuerpo de un apenado castaño que se encontraba justo en uno de los bordillos.

—Taehyung —habló sorprendido—. ¿Qué haces aquí? Y a esta hora…

El mayor le miró, se colocó de pie y se mantuvo en silencio por un rato antes de decir—: Te… estaba esperando.

—¿A mí? —Preguntó, aún de la misma forma.

Taehyung asintió.

—A ver, esto es raro —comentó entre una leve risa y frotó su nuca con una de sus manos.

—¿Puedo pasar? —Preguntó, mientras sostenía su mochila.

—Ah, claro. —Pestañó varias veces, abrió la puerta y llegaron hasta la sala de estar. —Disculpa el desorden —mencionó.

—No importa. —Hizo una mueca y excursionó el lugar mientras esperaba que el azabache se acomodara. 

Y es que era una casa bastante grande y muy linda, además de que era muy poco el desorden.

—¿Tus papás? —Continuó el castaño, refiriéndose a que el lugar estaba completamente solo.

—No suelen estar mucho en casa —informó de forma natural y le miró—. ¿Quieres algo de tomar?, ¿hambre, incluso?

El menor sonrió por vergüenza y simplemente negó. —Así estoy bien —aseguró. 

—Yo sí tengo hambre y me da algo de pena comer solo, así que por favor, cena conmigo —pidió, aún muy tranquilo.

Taehyung no tuvo más remedio que aceptar y esperar que aquél menor, de forma sorpresiva, empezara a cocinar para los dos.
Los minutos pasaron muy rápido y ahora se encontraban frente a frente, y con una mesa en medio que separaba sus dos cuerpos.

—¿Sabes? —continuó Jungkook y empezó a jugar con sus palillos—. Creo que está de más decir que estoy sorprendido por tu visita, nisiquiera te había dado mi dirección. —Sonrió levemente.

Jeon Jungkook no era así, por lo menos, no con el castaño. Él estaba siendo genial, desde su forma de hablar, hasta de actuar. Taehyung simplemente sabía que eso no era algo bueno.

—Necesitaba hablar contigo, intenté llamarte, intenté hablarte en la preparatoria pero… siempre estabas rodeado de gente —informó e hizo una mueca—. Me daba vergüenza acercarme. Además, pensé que ibas a volver temprano así que vine directamente y te esperé, pero no fue así.

—Tenía algunos planes. Lo siento —continuó el azabache.

—Eso noté. —Sonrió con algo de incomodidad y miró su comida.

—Ahora, ¿de qué quieres hablarme? —Preguntó, y simplemente empezó a comer.

No sabía si era el desinterés que demostraba para todo, o la forma tan diferente en que ahora le miraba, pero Taehyung se sentía asustado.

—Es… —Hizo una mueca y juntó sus dos manos por debajo de la mesa. —Es sobre lo que pasó hace días.

—Te sentías mal, la situación no se prestaba para calmarte así que reaccionaste basado en eso. Lo entiendo —comentó, más interesado en su cena, que en el castaño.

—Jungkook —musitó el castaño. —Oye…

—¿Sí? —Preguntó, y dirigió sus profundos ojos hacia el inseguro menor.

El mayor tragó fuerte. —Te siento diferente —admitió.

—Me gustas —recalcó el menor y a pesar de que Taehyung ya lo sabía, le sorprendió—. Pero eso no quiere decir que estaré viendo como caes por un idiota.

—¿Hm?

—Lo sé, Taehyung —continuó Jungkook—. Sé lo que pasó con ese tipo —aseguró y es que su semblante no denotaba más que seriedad y un atisbo de enojo.

Taehyung sintió la vergüenza apoderarse de sus mejillas y lo único que logró hacer, fue bajar su mirada hasta sus manos, las cuales seguían por debajo de la mesa.

—Si lo quieres, está bien. Si realmente sientes que no puedes vivir sin él, también está bien. —Sonrió con algo de incomodidad. —Lo voy a entender, es  comprensible. Pero por favor, házmelo saber y nos ahorramos algo más problemático.

El castaño se apresuró, agarró fuertemente una de las manos del menor y después dijo—: Es así, definitivamente lo es, pero… —Hizo una mueca y el sonrojo en sus mejillas aumentó. —Yo… no quiero sentirme de esa forma, porque sé que no está bien y no es justo para ninguno.

—Me plantaste. —Rió con algo de sorna. —De nuevo.

—Y no volverá a pasar, te lo juro —aseguró y dejó su otra mano sobre la que sostenía del menor—. Me sentía mal y todo fue muy inesperado. Tampoco debí gritarte. —Respiró profundo e hizo una mueca. —Lo siento.

Jungkook lo pensó por un rato, suspiró con algo de alivio y después preguntó—: ¿Has comido bien?

El mayor asintió. —Jimin se ha encargado de que así sea.

—Taehyung…

—¿Sí?

—¿Serías capaz de elegirme por sobre Minho? —Inquirió, y esperó a que el castaño respondiera, mas no hubo más que un silencio absoluto en aquél comedor. Jungkook sonrió y volvió a hablar. —¿Me quieres?

Taehyung bajó su cabeza y asintió de forma tímida.

Al final el menor se sintió tranquilo al escuchar aquello, pero al notar la inhabilidad que el castaño mostró al intentar responder lo primero, sin duda lo dejó con algo muy agrio e inquietante en todo su cuerpo.

Quería a Taehyung, pero también era consciente de que tal sincero sentir, en algún momento, iba a terminar hiriéndolo. Lo peor del caso, era que a Jungkook no le importaba.

///

Lento, pero seguro :v

Creo que debería
establecer algún
día en especifico
de actualización
(que yo logre
respetar).

Por cierto, gracias
por seguir esta
historia y votar
en cada parte
de ella. Me hace
muy feliz. ♡

-Gaby

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