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    Verlo nuevamente, tenerlo cerca y sentir sus besos era uno de los sueños que tenía muy por dentro de su ser y que escondía de todos aquellos que conocían lo que había sucedido entre Minho y él.

El tacto del mayor en su mejilla y besos suaves en sus rojos labios lo dejaban al borde de preferir quedarse ahí y dejar todo pensamiento coherente fuera de su cabeza.

—¿Por qué está mal? —Preguntó entre murmullos, mientras bajaba su cabeza y dejaba que la mano de Minho subiese hasta su cabello y tocara de forma muy leve cada mechón castaño.

—No lo está —aseguró con aquella bella sonrisa, depositó un beso en la frente de su menor y dejó a éste resguardarse entre sus brazos—. Si no lo consideramos de esa forma, simplemente no lo está.

Taehyung asintió, cerró sus ojos y prefirió relajarse sobre aquél cuerpo que tanto extrañó y que, sin lugar a dudas, tanto amaba.

—Taehyung —musitó Minho.

—¿Hm?

—¿Me escogerías por sobre Jungkook?

Esas palabras, las cuales había escuchado ya por segunda vez se incustraron en su pecho. Empuñó muy fuerte sus manos y sin pensarlo dos veces asintió, dejando en claro todo lo que sentía por aquella persona. Por lo que sentía por Minho.

El mayor sonrió en grande y abrazó aún más fuerte al menor.

—Yo… lo haría —aseguró el menor, al mismo tiempo que muchas lágrimas llenas de culpa inundaban sus mejillas—. Yo-yo… te escogería p-por sobre todo. —Sonrió con algo de incomodidad y elevó su mirada hasta Minho.

—Ella no significó nada. —El mayor bajó su cabeza. —Lo siento.

Taehyung asintió, se acercó aún más e hizo a éste mirarle. —Te creo —informó—. No importa qué haya sucedido, simplemente… te creo.

Cada palabra dicha era como una daga que apuñalaba de forma seca su mente; intentando con esto despertarle y hacerle reaccionar. Pero no, Kim Taehyung no quería y no planeaba despertar de aquella ilusión que él mismo había creado.

Choi Minho era una buena persona, esa que le amaba, esa que lo hacía sentir el ser más especial del universo. Simplemente, para Taehyung, Choi Minho era lo mismo que Jeon Jungkook, pero para lamento del castaño, sólo en su cabeza.

El despertador obligó al menor a abrir sus ojos de forma pesada. Mantuvo su mirada en aquél objeto escandaloso y después de unos segundos, fue que se dignó a apagarle.

Respiró muy profundo y escondió su rostro por debajo de las cálidas colchas.

Ya las semanas habían dejado atrás aquél suceso que lo tenía totalmente inestable de forma emocional. Ver a Minho, escucharle, tenerlo cerca, fue una de las cosas que hizo regocijar a su corazón.
Taehyung estaba consciente de que volver a verle, representaba algo más que una simple crisis que lo dejaría llorando. Él sabía que no era fuerte ante Minho, lo tenía más que claro.

Se acurrucó entre las sabanas y volvió a verificar la hora. Al momento de verla, hizo una mueca y después con un poco de pereza optó por colocarse de pie y continuar su día.

El desayuno fue tranquilo, su ida a clases también lo había sido. Saludar a su único amigo y hablar con él era algo que inconscientemente había abandonado. Inexplicablemente, Taehyung sólo quería estar solo, para así ahorrarse algún regaño o algún consejo que, en esos momentos, estaban siendo totalmente innecesarios.
La tarde se presentó sin previo aviso, Taehyung ya estaba listo para salir sin poner mucha atención a su apariencia y eso fue lo que hizo; dirigirse al lugar acordado con aquél azabache.

El lugar era iluminado a pesar de que la tarde amenazaba con oscurecer todo. El agua reflejaba el montón de luces artificiales puestas de forma estratégica en aquella zona y muchas hojas que se habían desprendido de los arboles, flotaban en aquella superficie líquida.

Sorprendentemente lindo y bastante tranquilo.

—Llegaste —mencionó el menor, con una sonrisa que hacía ver las demás luces muy opacas.

—Hola —saludó de forma simple el castaño y se acercó hasta donde estaba sentado—. Lindo lugar —comentó el mayor y se sentó a su lado.

—Hoy no quería nada extravagante —afirmó—. Aunque bueno, al final sí llega a serlo ya que es una vista bastante buena. —Rió de forma leve. —Estoy avergonzado. Parezco un romántico empedernido.

—No. —Igual rió. —Me gusta. Dan ganas de quedarse aquí y no salir nunca.

Jungkook lo miró por unos segundos y asintió.

Lamentablemente, los dos sin saberlo habían creado una pared que no dejaba conectarse con absolutamente nadie. Uno por un simple intento de protección, y el otro por la misma culpabilidad que no lo dejaba dormir de forma correcta.

—Jungkook… ¿sabes? —Continuó el castaño y bajó su cabeza—. Yo-yo… tuve un sueño muy raro hoy —confesó y sintió sus ojos arder—. Me siento mal por ello.

El menor sonrió, esperó unos segundos y al final dijo—: Déjame adivinar.

El castaño asintió y le miró, aún con sus ojos reflejando mucha tristeza; ésta que no había permitido dejar salir en lo que había durado su día.

—Choi Minho —continuó Jungkook y Taehyung, él simplemente dejó un silencio que admitió la certeza en cada palabra del azabache.

—Lo… siento —musitó casi que de forma inaudible y bajó su mirada hasta sus manos.

—Respóndeme algo, ¿sí?

Taehyung volvió a mirarlo.

—¿Cabe la posibilidad de que llegues a olvidar a aquella persona? —Preguntó sin más, sabiendo la respuesta y odiando el hecho de no escuchar lo que de verdad quería.

—Es… es lo que quiero —aseguró, sintió sus labios temblar y lo único que logró hacer, fue tapar su rostro con sus manos—. No sabes, realmente no sabes qué tan mal me siento cada que te veo, cada que noto todo lo que haces por mí —respondía con un hilo de voz—. Yo-yo te quiero, Jungkook, lo hago de forma sincera, pero… no debo y no puedo verte estando detrás de alguien tan malagradecido como yo.

—¿Quieres… que te deje? —Preguntó, sintiendo cómo un gran nudo atoraba su garganta.

El menor se mantuvo en esa posición por un momento, quitó las manos de su cara y miró de forma seria al menor. Exponiendo sus húmedos ojos ante aquella persona. —Lo peor… es que no quiero soltarte. —Hizo una mueca y sus ojos volvieron a permitir la salida de aún más lágrimas. —So-soy horrible, soy… un asco, pero… por favor. —Mordió muy fuerte su labio inferior y dijo con voz muy quebrada—: no-no… me dejes so-solo con todo esto.

Taehyung era consciente, Taehyung sabía lo que Minho significaba para él. Pero todos aquellos deseos que resultaban totalmente incorrectos e insanos amenazaban con escapar de aquella caja que él había asegurado para no caer ante lo mismo.

Porque Taehyung no se consideraba fuerte, y sabía que si tenía la oportunidad para estar con él, sin pensarlo dos veces, iba a hacerlo. Por esa razón, veía a Jungkook como un candado que detenía todas esas acciones que él quería y deseaba cumplir.

—No lo haré —respondió de forma segura Jungkook y acarició de forma leve una de sus mejillas—. Estoy para ti, Tae. Quiero que tengas eso muy claro.

El castaño asintió, se acercó al menor y abrazó muy fuerte su dorso, a la misma vez que escondió su húmedo rostro entre su hombro y su cuello.

Al final, el menor sabía que aquellos momentos no iban a durar toda la vida. Tenía la esperanza de que Taehyung abriese sus ojos y se diera cuenta de que él era el indicado, de que él merecía todo lo que el castaño era. O por lo menos, eso era lo que el menor esperaba de forma paciente. Ya que al final podían suceder muchas cosas.

Entre ellas, que Kim Taehyung corriese hacia los brazos egoístas de Choi Minho.

Y es que el azabache sabía que esa posibilidad estaba y bastante presente, pero de nueva cuenta, a Jungkook no le importaba e iba a preferir seguir estando ahí.

Gracias por
sus votos y
comentarios.

-Gaby

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