05

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pov de Charlotte

Casa de Karla

Estoy temblando del nervio.— aclamó mientras me veo al espejo.

—Tranquila...— me acomoda el escote mientras me sonríe.

—Estoy segura que vomitaré.— aseguró mientras me hecha perfume.

—Charles Leclerc, es tu cita esta noche. Deja todo de lado y disfruta el momento...— me mira y yo asiento. —Estas bellísima.

En ese momento por la ventana de su habitación una luz entra haciendo ver que un auto llegó.

—No estoy lista.— aclaro con desespero.

—¡Niñas ya llegó!— declara la mamá de Karla tocando la puerta.

—Es tu momento...— dice Karla con una sonrisa.

—Ya te grabe los audios por si te preguntan tus padres.

—Okey...

Agarro mi bolsa y con un poco de nervios bajo las escolares junto a Karla.

Al bajar la puerta de la casa está abierta, Charles está en la puerta con un pantalón de vestir y una playera blanca, trae unas rosas junto a él y demuestra su mejor sonrisa.

—Hola...— dice con una sonrisa al verme.

—Hola.— contesto con la garganta seca.

Me acerco a él y le doy un beso en la mejilla como saludo, su sonrisa se encara más y me ofrece las rosas.

—Que lindas son...— digo tomándolas.

Karla se acerca a mi y las toma con cuidado.

—Esto lo cuido yo.— dice poniéndolas en una mesa. Charles y yo salimos de la casa y la voz de Karla nos hace voltear. —Diviértansee... pero no mucho.

Charles suelta una risa mientras trato de no ponerme roja de los nervios.

—Adiós Karla.— me despido.

Camino a la puerta de copiloto y Charles me abre la puerta.

Me siento rara, pero es una sensación satisfactoria.

—¿Como estuvo tu cumpleaños?— me pregunta en cuanto enciende el auto.

—Estuvo normal, no es como que haya pasado algo fuera de lo normal.— digo mirándolo de reojo.

—¿No festejaste?— me pregunta viéndome.

—No, solo cené con mis amigos.— aclaró.

—¿Y tus padres?

—Demasiado ocupados en Max.— digo con una sonrisa conformista.

—Ohh, entiendo.— dice un poco incómodo.

—¿Y tú cómo estás?— preguntó rompiendo el silencio.

—Bien, un poco cansado por la carrera, pero logré conseguir algunos puntos para mi equipo, aunque hubiera querido ganar...

—Tu compañero se retiró... ¿no?— preguntó siguiendo su platica.

—Si...— me mira sorprendido. —Adivinaré, viste la carrera el día de tu cumpleaños...

—Estas en lo correcto.— suelto una risilla.

—¿Estás estudiando algo?— pregunta.

—Si, estoy en Medicina.— aclaro con una sonrisa.

—¿Medicina? Eso si es interesante.— me dice viéndome de reojo.

—Lo sé... Espero ser una gran cirujana en algunos años.— declaró antes de ver por la ventana.

Las calles de Hasselt para en sacadas de un lindo cuenta antiguo, las calles son casas rústicas, cada una tiene miles de historias diferentes al rededor de ella, pero llegando al centro de la ciudad todo es elegante y tecnológico, nada que veré con las afueras de estas.

—¿Te puedo preguntar algo?— dice de repente sacándome de mis pensamientos.

—Claro.

—No es por ofender a tu padre ni nada por el estilo, pero se nota que se desquita mucho con sus hijos...

—Mi padre es un hombre frustrado, su carrera en la F1 no fue como quiso, así que se desquita con Max, y para fortuna de Victoria y mía, salimos de su radar desde que éramos unas niñas.— digo con media sonrisa.

—¿No les pone atención?— pregunta viéndome.

—No hace nada más que fijarse en Max, y arrastra a mi madre con él.— declaró mientras el Ferrari de Charles se estaciona en un restaurante que trae mucho recuerdos a mi mente.

—Espero te guste el restaurante.— dice mientras el valet parking se acerca a tomar las llaves.

Un empleado abre mi puerta y me ofrece la mano para bajar.

Charles aparece a un lado de mi y me ofrece su brazo para entrar, me acerco y rodeo mi mano en su brazo mientras caminamos al interior.

Rápidamente todo se dan cuenta de quién es, pero nadie se acerca o saca su celular para tomar foto, lo que me tranquiliza.

Un empleado nos guía por el interior del restaurante hasta una mesa privada, supongo que supo que lo reconocerían rápidamente y que me vieran con el es el último de los problemas que quiero.

—¿Te puedo preguntar algo yo a ti?— digo con curiosidad.

—Claro.

—¿Si pudieras cambiar de profesión lo harías?— mi pregunta lo sorprende y después sonríe.

—La verdad es que no, me gusta ser piloto de la F1.— declara mientras nos entregan la carta del restaurante. —¿Por qué la pregunta?

—Simple curiosidad.— me encogí de hombro mientras abría la carta.

Conozco el menú a la perfección, así que no tardo en decidirme por una pasta a los cuatro quesos Italiana.

Un mesero nos sirve algo de vino mientras la platica entre Charles y yo sigue fluyendo aún más...

Y en verdad eso me gusta, a diferencia de otros pilotos que he visto en tele y persona, el es sencillo, sensible y se me hace una persona con la que rápidamente encajaría.

Hablamos por horas mientras comemos y reímos, incluso hablo un poco de su padre, pero rápidamente cambié de tema al ver que no era de su agrado.

Hablé con el por horas, y el tiempo parecía detenerse, me encantó pasar tiempo con el, era una persona demasiado sencilla para la vida que proclamaba.

Cuando están por ser las 12pm un mensaje me llega de Max.

Mi corazón late con fuerza.

—Discúlpame.— le digo a Charles y me levanto rápidamente para ir al baño.

Max:
"Dónde estás"

Y de acuerdo al plan, le digo la "verdad"

Yo:
"Estoy en casa de Karla"
"¿Por qué?"

Max:
"Iré por ti, mándame la ubicación"

Mi corazón palpita con fuerza cuando su mensaje llega a mi celular.

—Mierda.— susurro mientras trato de pensar en un plan.

Salgo del baño pareciendo lo más normal posible y regreso a la mesa junto a Charles.

—¿Pasó algo?— me pregunta.

—Si, necesitó que me lleves a casa de Karla... Ahora.— digo.

Para mi sorpresa el no pareció ofendido o enojado, simplemente me sonrió y pido la cuenta. Aunque insistí en pagar mi parte el no me dejo y caminamos de la misma forma en la que entramos, del brazo.

Llegamos al auto y me abre la puerta, para después subirse y comenzar a manejar.

En todo el camino el siguió hablando igual, aunque yo estaba demasiado nerviosa, trate de mantener la conversación.

—Llego Max no es así.— dice de repente.

—Si...

El sonríe mientras asiente y sigue manejando con una platica muy amena.

Al llegar a la casa de Karla el me abre la puerta para bajar y me ayuda con la tarea, quito de mis hombros el saco que me había prestado cuando me dio frío y me mira a los ojos.

—Quédatelo...— me dice cuando trato de dárselo. —Tengo mucho de esos en mi casa.

Me reúno mientras miro mis pies.

—Lamentó tener que irme, si Max se entera que le mentí a mis padres...

—Lo entiendo, no te preocupes.— me dice tranquilizándome. —No me debes explicaciones.

Sonrió mientras en la puerta aparece Karla, con una cara de recién levantada e igual lleva una sonrisa de oreja a oreja.

—Espero se repita.— me dice cuando doy paso al frente. —Me gusta mucho tu compañía.

—Yo también disfrute mucho hoy.— sonrió mientras veo a Karla casi desmayarse detrás nuestro.

—Adiós...

Me acerco a él y le doy un beso a unos centímetros de los labios, para después caminará a la casa donde mi amiga está por desmayarse de la sorpresa.

Karla cierra la puerta y casi al instante suelta un chillido mientras yo respiro de nuevo.

—¡¿Esto es real?!— dice mientras salta como niña pequeña.

—Max vendrá en cualquier momento debo cambiarme...

—¡¿No vamos a hablar de eso?!— dice apuntando a la puerta con ambas manos.

—Después...


















Espero les haya gustado...

Voten y comenten así me ayudaaan

Navila Mikaelson

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro