Rock Howard es el tipo de amigo que suele ser injusto.

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Cuando empezó su amistad con Rock, siempre supo que habría dificultades, en especial porque él era muy tímido, su perspectiva fue peor cuando se enteró que le tenía cierto (mucho) miedo a las mujeres, cosa provocada por lo que entendía hasta ahora su tía, quien pareció hostigarlo un poco de pequeño y por el hecho de que nunca tuvo oportunidad de tener contacto con el género opuesto de pequeño.

Fuera de eso, estuvo dispuesta a ser su amiga aun cuando él le pidiese su espacio personal a pesar de ser algo cariñosa en ocasiones, acepto su peculiar personalidad con los brazos abiertos y sin demasiadas objeciones.

Pero, justo ahora, tenia que morderse la lengua para no gritar sus objeciones a la chica de cabello azul.

-Es un gusto ver que se encuentra bien, ha sido una grata sorpresa verlo por aquí.

Grata sorpresa sus pantuflas, si él vivía ahí, en ese mismo barrio.

-Sí, yo tampoco pensaba en contrate aquí, Hotaru -nombre sin ningún tipo de honoríficos, esa señal disparó todas las alarmas en (...) ante tremenda situación.

Rock había demorado un mes y medio en poder llamarle por su nombre, ¡un mes y medio! Pero la señorita coletas aparecía y le hablaba cómo si fuesen viejos amigos.

Puede que eso fuera lo que estaba pasando, pero no le quitaba el enojo porque supuestamente, en esos momentos, ella y Rock deberían estar jugando baloncesto en la cancha pública junto a los hermanos Kim que se encontraban con ellos, no hablando con la niña del hurón.

Le ponía de malas su presencia, quería irse ni bien vio como hablaban con soltura porque no soportaba el verlos así de juntos.

-Esto va para rato -Dong Kwan, el mayor de todos ahí, viendo la mirada de la menor, decidió que lo mejor era alejarla de aquel reencuentro antes de que lanzase el balón a la cabeza de Hotaru- vamos a calentar, te gusta calentar mucho (...), ¿verdad Jae? -le dio un ligero golpe en las costillas a su hermano menor, para que lo ayudase a sacar de ahí a la más baja.

-(...), ven, te voy a enseñar a como tirar desde media cancha -con esas palabras, (...) ya se olía que esos dos tenían algo entre manos.

No era idiota, Jae Hoon no tenía la habilidad para tirar desde media cancha, pero aun así se dejó llevar por ellos a la cancha, dando una última mirada a la parejita que seguía conversando cómo si aquello fuese lo mejor.

-Oye, Dong, mejor vamos a otro lugar.

Unos minutos más tarde, cuando Rock le dijese a Hotaru lo que sabía sobre el supuesto paradero de su hermano perdido, se dispuso a regresar con sus amigos, pero ninguno estaba, solo una notita que intuyó era de Jae Hoon, en donde decía su paradero.

-¿Qué irían a hacer al Pao Pao café? -su pregunta seria respondida mucho más rápido de lo que esperaba, ya que al llegar al lugar se encontró con Dong Kwan y (...) comiendo, o más bien tragando, los platos que les traían.

-Gracias al cielo que estas aquí -dijo el peligro en cuanto llegó donde ellos- trate de detener a (...), pero ya era demasiado tarde para-

-¡Otra! -gritó la chica mientras, con algo de fuerza, ponía el plato sobre la mesa, pidiendo otra hamburguesa.

-¿Por qué está toda roja?

-Creo que fue por el chupito que le cayó encima, esta apestando a alcohol desde hace un rato.

-¡(...)! ¡No te subas a la mesa!

-¡Esto es demasiado gracioso!

Quien diría que ella era tan perceptible al alcohol aun sin ingerirlo.

-¿Estas seguro de que esta bien llevarla a tu casa? -preguntó el de cabello negro mientras veía lo mucho que le costaba a Rock el cargar a su amiga, hasta ahora quien la había llevado cargando había sido Dong Kwan.

-Sí, no hay problema si solo digo la verdad y creo que sus padres nunca están en casa... a Terry le encantaría tenerla en casa.

-Vamos, solo llévala en brazos -pero Rock se sentía inseguro de tocarla de esa forma- ah, basta, yo mismo la subo, algo de ejercicio no me hará mal para bajar la comida.

-Te lo agradezco -dijo sin más a la vez que habría la puerta y se encontraba con la mujer de la casa- es... esto no es lo que parece.

Recibió una mirada casi acusadora de la mujer frente a él, pero antes de salir ella solo le dio un paquete con mentas y caramelos de cereza para el posible aroma a alcohol que se llevaba (...) encima y que de seguro se había pegado en ellos.

Lejos de darle gracia cómo a su amigo, los dos menores solo pudieron sonrojarse al ver que ella pensaba que todos ellos habían bebido.

Después de que sus amigos se fueron y quedase con la chica tirada sobre el sofá se dispuso a traerle una manta, pero antes de volver a la sala escuchó un fuerte estruendo, (...) se había caído a un lado, al menos solo eran sus pies, sin olvidar que lo estaba mirando con mala cara.

-Eres un injusto... -le dijo en el limbo del sueño, agradecía que mañana fuese sábado y no hubiesen actividades que hacer- escapas de mi... pero ¿Por qué?

Aun no entendía el problema del asunto, pero parecía que estaba enojada con él.

-Lo siento si te he hecho sentir mal.

-No te disculpes maldito mojigato.

-¿mojigato?

-Ah pero claro... con una chica linda si que no lo eres... -Aun no entendía, ¿de quien estaba hablando?

-No logro comprender... pero si te afecta tanto, yo... de verdad que lo siento y-

-¡Eres injusto, Rock! -fue lo que gritó mientras le quitaba la manta y se envolvía en ella, dejándolo desconcertado.

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Y lo peor, era que se disculpaba sin saber lo que había hecho.

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