Terry Bogard es el tipo de chico al cual no sabrías si llamarle o no.

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-Muy bien, llevas tres días viendo ese papel ¿Qué sucede contigo, enana?

Están en la clase de japonés moderno, la peor clase de su amiga y por ello siempre está atenta en la clase, pero ahora ni siquiera ha sacado su cuaderno por estar viendo ese bendito papel.

-Según el señor Saisyu estoy teniendo una de las más grandes incógnitas de la adolescencia en frente de mi.

-¿Qué? -era la primera vez que la escuchaba hablar en español, por lo general le grita en español.

-Ser o no ser...

Decidió dejarla ahí, quizá darle su espacio era lo mejor, y lo más sano, después de todo ella daba miedo si se ponía a pensar de cosas de la vida o si se ponía fisiológica.

Ya cuando estaban en casa la chica seguía viendo el santo papel con el número de Bogard.

-Me preocupa sinceramente -dijo el castaño mayor viendo a la joven que estaba echada en el Tatami.

-¿Donde esta Aoi? Puede que quiera hablar cosas de chicas, viejo -respondió el más joven, su madre tampoco se encontraba cerca porque fue a comprar las cosas para la cena.

Media hora después Shizuka y Aoi llegaron y ambas se acercaron a (...) para tener una "charla de chicas".

Charla que duró dos horas para hacerle entender su situación, porque la chica no lo captaba.

-Entonces (...)-chan ¿Qué decidiste? -pregunto Aoi viendo con suma interrogante a la chica.

-He decidido dejar las cosas claras.

Más tarde ese día, justamente en un departamento en South Town, Terry salia de darse una ducha cuando su teléfono sonó.

Era número desconocido.

《Soy (...), he pensado en tu propuesta y dejame poner claros unos cuantos puntos importantes.

1. Si mal no tengo entendido sé que vives en Estados Unidos, muy lejos.

2. No te conozco de nada.

3. Eres como 7 años mayor que yo.

Con esos puntos dichos puedo decirte con toda sinceridad que no te veo como una posible pareja, pero podemos ser amigos si quieres.

Bye Bye.》

Era el mensaje más largo y serio que había visto venir de una chica de casi 15 años.

Le provocó un poco de risa, si bien se lo había dicho de broma ella se lo tomo en serio, ahora había otra cosa que le llamaba la atención de ella.

Se veía fuerte y decidida, con una mirada que parecía lanzar fuego por las pupilas, parecía mayor de lo que aparentaba, y también estaba el hecho de que era la primera mujer a la que no le sacaba las medidas con solo verla.

(...) pensó que podría respirar en paz al fin, eso pensaba hasta que recibió una llamada.

-Hello, Realmente está llena de sorpresas, miss Kusanagi.

Fue lo primero que le dijo.

-Miss... era señorita ¿verdad? -era la primera vez que un chico la llamaba al teléfono, aparte de Kyo, claro está.

Momento, ¿le dijo señorita Kusanagi?

-No sé preocupe, entiendo, realmente me gustaría ser su amigo, perdón por incomodarle.

-Emm, ug, solo hablame de tu, por favor.

Ya se la imaginaba confundida y con cara de estar más perdida que un pez en el desierto.

-Sabes miss Kusanagi, este es el inicio de una hermosa amistad.

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Y no se equivocaba para nada.

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