Andy Bogard es el tipo de novio al que le darías todo tu apoyo para que viaje a Japón.

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-¿Tienes todos tus papeles?

Suspiro, mientras cerraba su última maleta, su pequeña novia esta en la puerta de su cuarto, llevando en sus manos una mochila llena a tope.

-Sí.

-¿Ya llamaste al señor Hanzo? -le tiende la mochila mientras le sonríe.

-Sí, ya le comunique la hora de llegada.

-Andy.

Se detiene un segundo, porque su novia le está abrazando por la espalda.

-Ya hemos hablado de esto.

Ella le abraza con más fuerza, como si no quisiera que cruce la puerta, el rubio solo suspiró y se dejo hacer, cree que es lo mínimo que puede hacer ahora por ella.

-Esta bien -eso le sorprende, pensó que se tomaría más tiempo, pero no iba decírselo tampoco, sería vergonzoso.

Ambos caminan hombro a hombro hasta la puerta, escucha a (...) suspirar por lo bajo.

-¿Qué pasa?

-Nada, nada, es solo... -la ve morderse el labio inferior, esta nerviosa, la conoce, y sabe que cuando hace ese gesto esta nerviosa-es que me acostumbre a tenerte siempre aquí, no puedo dejar de pensar que hubiera pasado si viviéramos juntos de verdad.

Ah.

Era eso.

-Lo lamento, pero veía de mejor manera el que no viviéramos juntos.

Y cuanta razón tenía, ya que en ese mismo momento había una razón irrefutable: él se iría a Japón para convertirse en maestro del estilo Shiranui.

-Ya te dije que lo entiendo.

No dicen nada más, ya sea por temor de decir algo fuera de lugar, hiriente o, lo peor, que digan algo que en todo este tiempo no se dijeron.

-Cuidate mucho, Andy -apenas cierra la puerta ella se lanza a abrazarlo, lo mínimo que puede hacer es corresponderle- más te vale hacerte más fuerte que Terry.

-Sí, lo haré.

-Conoce a muchas personas, conoce a la persona indicada ¿esta bien?

-Tu también.

Siempre es doloroso decir adiós.

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Siempre es doloroso dejar ir a quien amas para que cumpla sus metas y siga su propio camino.

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