Adelheid Bernstein es el tipo de novio al que se le va la mano al querer darte obsequios.

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Día tranquilo y en armonía.

Dentro de poco Adel iría a visitarla y trataba de mantener limpio su pequeño departamento, si bien él le había dicho que podría ir a vivir con él y Rose, su cuñada, (...) quería mantener su independencia durante un poco más de tiempo.

Abrió el balcón para airear el cuarto, pero en cuanto lo hizo un ave de patas largas aterrizó en frente de ella, de alas blancas y pico alargado.

Una cigüeña hizo su aparición, con sus alas extendidas y en una posición gloriosa, con un bultito envuelto en una manta y amarrado al cuello de un animal.

Un chillido proveniente de esa manta le hizo caer desmayada.

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-Cariño, de verdad que adoro el que seas tan detallista y que siempre trates de hacerme sentir bien con esos bellos detalles pero... ¡¿era necesario esto?!

Un pequeño gruñido proveniente de tu cama se hizo escuchar después de aquel mini discurso.

-Pensé que te gustaban los animales -se notaba que el pobre no entendía la situación, y ese era el error de (...), estaba olvidando que Adel era un niño rico, muy diferente de su mundo, y por lo tanto también el raciocinio, de alguien de la clase media alta/baja.

-Sí, los adoro, los amo, poco falta para que les pongo un altar, ¡pero esto! -tomó al cachorro y lo levantó, tratando de darle énfasis en sus palabras- ¡Esto es un cachorro de algo que parece una pantera o un tigre pero no sé qué rayos es!

Y es que la bola de pelos parecía tener una semana, ni siquiera tenía abiertos los ojos.

El rubio sonrió, tomando al "gatito" de las manos de su novia para esta vez hacer que ella se pudiera sentar tranquila, aunque él la hizo sentarse para luego poner al cachorro de color negro azabache en sus piernas.

-Es un híbrido, sí, unos laboratorios los hacen pero en mi última misión pudimos detenerlos, y este pequeño estaba ahí -paso uno de sus dedos por el pelaje negruzco, recibió un ronroneo- me recordó a ti.

(...) se quedo en mortal silencio, esa escena era de las más lindas que ha visto en su vida.

-¿Tiene nombre?

Sonrió, sabía que ella era débil para estas cosas.

-P1-35396.

-No voy a llamar así a mi bebé.

Mutismo.

-¿Tu bebé? -estaba seguro de que se mordió la lengua- bueno, si es tu bebé también es mío.

-¿Qué insinúas Bernstein?

-Sería como nuestro primer hijo, tu seras su madre y yo su padre.

Boom, ahora estaba irremediablemente roja pasión, prefería decirle así a decir roja manzana.

Aunque mentiría si dijera que esa no era su idea cuando lo envío con una cigüeña entrenada, quería que ella lo viera cómo un "bebé".

Tomó al cachorro en brazos y se metió al baño, es su técnica de protección y para él eso es adorable.

-¿(...)?

-Busca una lista de nombres decentes y abro la puerta.

Una risa se le escapó, se la imagina meciendo en sus brazos a aquella bolita de pelos.

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-Míralo~ -el pequeño Varrel esta tomando de su biberón, con ambas patitas apoyadas en este- es tan hermoso.

-Igual que su madre.

-Adel, de verdad, gracias por esto.

(...) estaba completamente absorta con el cachorro, mirándolo con cariño, Adel se sentó a su lado, pasando el brazo por sus hombros, le dio un beso en la frente y junto a ella vio a su "hijo".

Era el inicio de su "familia".

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Puede que fuera muy lejos a veces, pero siempre terminaba en grandes cosas.

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