Mature y Vice son el tipo de mujeres que te hacen dudar de muchas cosas.

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¿Alguna vez han estado en constante observación? ¿cómo un animal del zoológico?

Estaba feliz que el pequeño gatito se fuera a su ronda diaria a quién sabe donde, igualito al dueño.

-Entonces, son algo así como que familiares o amigas de Iori, ¿verdad?

Ninguna dijo nada, sola la siguieron inspeccionando con la mirada.

-Así que eres la mujer de Yagami -la pelirroja la examinaba, mirándola de arriba a abajo.

-No sé si decir que soy su mujer pero soy su pareja.

-Eres bonita, me dan ganas de...

-No quiero saber, gracias ¿algo más?

-¿Eres flexible? -pregunto de nuevo la rubia.

-¿Por qué o para qué me preguntas eso?

Ambas sonrieron, no sabia si su respuesta fue bien aceptada o se burlaban de ella.

La pelirroja se acercó, pasando la yema de sus dedos por su mejilla, se acercaron a (...) ni bien Iori se fue del departamento, poniéndola incómoda con sus raras preguntas.

-Es bueno, muy bueno, no te quedas callada, tienes tu encanto.

¿Eso era cumplido, verdad?

-Saldré un momento, olvide comprar pimienta -agradeció al cielo que eso fuera verdad- hay comida en el refrigerador, suficiente jugo y en la alacena hay galletas, sientanse como en su casa.

Tal cual fuera su casa, ya que la chica lo dijo, se sintieron con la libertad de poner mano en ese destartalado departamento.

-Debiste preguntarle directamente sobre sí era fértil y ya -la pelirroja interrogó a su compañera, Mature se encogió de hombros mientras sacaba unas mantas que le parecieron bonitas.

-Ya sabes como son los humanos con esos temas.

Escucharon el rechinar de la puerta y ahí estaba la chica, ligeramente sonrojada y con cara de incomodidad.

-Si Iori vuelve antes, por favor, no lo hagan enojar, es muy volátil, si sus ojos toman color rojo solo... déjenlo ser hasta que llegue.

Y volvió a cerrar la puerta.

-Oye, espera -Mature de nuevo quería hablar con ella- ¿Sabes lo que es Yagami?

¿Cómo que lo sé?; se pregunto.

-Iori es una persona como yo, como tu -y sin mediar más palabras se fue.

Ahora si la había tomado por sorpresa eso, no entendía aquello.

Bueno, es cierto que Iori sacaba fuego de sus manos, eso no entraba a la descripción de algo normal en una persona pero para ella era como sus poderes.

Estaba enterada hasta cierto punto que el era el heredero de un templo antiguo a las afueras de la ciudad, aparentemente era pertenencia de los Yagami, entonces Iori era como que un joven heredero.

Nunca supo cómo interpretar eso, cuando lo conoció pensó que era simplemente un gamberro con guitarra que tocaba en mini conciertos para ganarse la vida.

Pero una vez se establecieron en su rara relación se fue dando cuenta que era más que eso, y pensó que ya sabía mucho de él.

Compartía su dolor, no entendía aún su dolor de sangre por esa maldición que ahora sabía que tenía.

Pero esas dos mujeres le abrieron la puerta a las preguntas con esa pregunta.

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"¿Sabes lo que es Yagami?"

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