Kyo Kusanagi seria el tipo de amigo que no entiende tus manías en el estudio.

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-Nos miran raro -sería lo primero que saldría de la boca de (...) en todo el día, las personas les miraban colo si fuesen un par de animales en exposición.

Los miraron raro en todo el discurso del director, los miraron raro cuando Shingo fue a ellos, los miraron raro cuando entraron al salón.

-Somos participantes de uno de los torneos más grandes del mundo -su respuesta es directa y concisa, no queriendo que ella se haga ideas y que deje ese raro tic nervioso que se ha ganado ahora último, ese en donde se lleva la mano al cuello, en donde una cicatriz bastante fea le quedó, (...) hace una mueca de malestar en cuanto sus dedos tocan la piel nueva- el doctor te dijo que te dolería, ya deja de tocar eso.

Era más fácil decirlo que hacerlo, eso quería decirle, además de la probabilidad de que les mirasen así por otras cuestiones.

Como el que ambos hubiesen repetido al menos un año en su vida académica o el que siente demasiadas miradas puestas en su cuello.

Sin mencionar la extraña sensación de que miran los guantes de Kyo y el raro polo manga larga que ella usa bajo la camisa.

Tendría que acostumbrarse a a ella, era eso o quedar desnuda y chamuscada si le daba un ataque.

Suspiró mientras volvía a acomodar su uniforme, si antes no le gustaba la falda tan corta, ahora, con el paso de los años, era más pasable, en especial porque Yuki le compró unos cómodos pantaloncillos de deporte que le llegaban más abajo de la falda.

Era la comodidad de la que se estaba perdiendo.

Pero a parte de eso aun tenía una intriga en su mente.

-Oye, Kyo -el nombrado le miró, ya sentado a sus anchas en u pupitre- si hubiese otro torneo, ¿dejarás este año también para ir?

El mayor problema que veía en su vida.

Si bien cuando pasó en una ocasión ella decidió repetir con él, en está no sería posible, no obtendría su beca si eso pasaba.

Por más que quisiera graduarse junto a él, ahora, sus metas ya estaban claras.

Es por ello que, al no recibir respuesta, simplemente se sentaría en su banca y empezaría a sacar sus cosas porque el maestro podría llegar.

Todo el día de clase se la paso haciendo apuntes, notas y definiciones de cada kanji nurvo y desconocido además de poner extra atención a la clase de inglés, era básico pero era lo mejor que tenía.

El maestro dijo que harían una pequeña prueba mañana para conseguir puntos, lo cual le llamó la atención inmediatamente.

Apenas llegar a casa bajo de la moto del castaño y se dirigió a paso rápido a su cuarto, abriendo la puerta del Dojo, saludando a Shizuka y Saisyu para seguir de frente a su pequeña mesa de estudios.

-Hay puntos extra en la clase -fue lo que dijo Kyo al pasar por donde sus padres se encontraban, dándoles una explicación bastante corta y directa del comportamiento antes visto.

Los dos adultos suspiraron cuando se les dio esa información, cuando había puntos en alguna clase, (...) era la primera en tratar de conseguirlos.

-Haré la cena -dijo Shizuka levantándose de su lugar en la sala para ir a la cocina y hacer la cena, o esa era la idea hasta que un corte de luz hizo que todo quedase en penumbras.

Shizuka llamó a su esposo que fue a su ayuda, Kyo encendió una llama en su dedo a modo de vela, escucho el sonido de lápices caer y, por supuesto, se escuchó el grito de irritación de la adolescente.

Suspiró, a la vez que iba en búsqueda de (...), encontrándola ya lista con una vela en mano y poniéndola en su dirección.

-¿Me ves cara de encendedor? -comenta con una ceja alzada y alejando su mano del objeto.

-Te veo como alguien que puede usar el fuego sin morirse, además de que es útil -toma la mano de Kyo y acerca la vela, habiéndolo dejado en seco al decir esas palabras.

-¿De qué estás estudiando si apenas es el primer día? -no va poder ganarle una pelea verbal pero si puede tratar de hablar tranquilamente con ella.

-A diferencia de otras personas yo quiero acabar mis estudios.

-¡Oye!

Se quedan un rato ahí, Kyo sabe que para ella es importante conseguir la beca, y como ya repitió un año, por él, debe esforzarse mucho más.

Pero es que le preocupa el hecho de verla escribir y leer como maniática, lo mejor, según él, era no perderla de vista cuando estudiaba, porque, a veces, se torturaba tanto el cerebro que terminaba llorando, en otras ocasiones se dormía con los ojos abiertos y terminaban más secos que pasas, también estaban las veces que se desesperaba por no entender algo y lanzaba el libro o cuaderno por la ventana.

Sin darse cuenta, se quedó dormido apoyado en la pared, siendo despertado, 10 minutos después, por el aroma a quemado.

-¿Qué es ese ol-Tu cabello!

-¿mi cabe-POR LA-!

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Era por este tipo de cosas que se preocupaba de dejarla estudiando sola.

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