🀄🌋54🌋🀄

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Kim Kaphwan es el tipo de amigo que conociste muy joven.

.

.

.

.

.

Un golpe duro sonó en el piso de madera, el niño hizo una mueca de dolor que supo ocultar al instante, revisó su pie con la mirada, esperando no haber caído mal y agradeciendo que ni su maestro ni sus compañeros lo hubiesen visto hacer tremenda tontería.

Aunque claro, no contó con la mirada acosadora de la castaña que estaba sentada en la entrada.

Dio un salto del susto, viéndose ante los ojos de su compañera sumamente adorable.

- Kim-ssi, perdón, no quería asustarte -hace una reverencia aun sentada, ocasionando que su cabello, ahora suelto, le caiga en la cara y tenga la imagen de uno de esos fantasmas de cabello largo- vamos, solo sigue como si yo no existiera.

Era más fácil decirlo que hacerlo, se encontraba algo avengonzado de que quien lo vio fallar hace un rato ahora le estuviese viendo practicar.

No estaba acostumbrado a ella, era una niña que vino de otra parte del mundo, no sabe de cual pero coreana no era, ni de lejos, pero estaba convencido de que no la quería ahí por eso, era porque su mirada le daba miedo.

Era una mirada casi muerta, como los de un pez muerto, y no parpadeaba seguido, lo cual hace que le de mucho más miedo.

Porque sí, ella le daba miedo, y no del miedo sano, era de ese que parecía que te daba un infarto ya que ella se aparecía como un fantasma en más de una ocasión.

Ignorar su presencia era fácil para todos, incluso Jhun le decía que ni le hiciera caso a la chica fantasma, la cual solo daba miedo.

Pero eso, para él, era terriblemente injusto.

¿Solo porque tenia complejo de fantasma debía ignorarla?

La respuesta era un rotundo no.

-Puedes practicar conmigo -junto todo su valor y se obligó a mirar esos ojos de pez muerto, ella pareció impresionada- sólo si quieres, claro.

La niña se levantó con rapidez, sacándose una tira muy larga del cuello y usándola para amarrar sus greñas, dejando al descubierto su rostro para nada coreano, pero bonito.

-Gracias, Kim-ssi -una sonrisa se hizo presente y con ello la mirada de pez muerto se fue, Kim vio en ese instante que la niña era muy cambiante.

Por supuesto, ella no era muy flexible, no llevaba mucho de haber empezado sus clases de Tae Kwon Do así que era normal que no pudiese llegar hasta donde él llegaba.

Le enseñó de lo que sabía, su poca flexibilidad era un impedimento en ocasiones, pero su buen ánimo para seguir aprendiendo era alguna clase de motor que la ayudaba a mantenerse firme.

Aunque le seguía dando un poco de repelús, en especial cuando se quedaba mirando la esquina más oscura del techo del Dojo, se podía decir que se estaba acostumbrando.

.

.

.

.

.

Toda amistad empieza por algo, la suya fue por ese raro complejo de fantasma feliz.

.

.

.

.

.

.

.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro