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Kula Diamond es el tipo de chica que te encontrarías en el centro comercial.

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Trabajar como estilista no era un trabajo fácil como muchos pensaban, debía de mantener a sus clientes con él antes de que otra de las estilistas se lo robará, aprender una gama alta de productos para el cuidado de cabello, piel y otras cosas era duro, quien dijese que ser estilista es fácil, se ganaría una tijera enterrada en el ojo.

Aunque eso sí, ama su trabajo de sobremanera, le gusta hacer sentir a sus clientes bien con ellos mismos ayudando los a encontrar su verdadera ingeniería física, esa que querían hacer ver al mundo, no siempre era acertada una apariencia sobre otra ya que vivimos en un mundo en donde todos tienen a ese demonio juzgador, unos con peores casos que otros.

Vivimos en una sociedad en donde la apariencia física es determinante, en muchos casos, del cómo te ven las demás personas, desgraciadamente.

La forma de su cabello y su color no pasaron desapercibidos en Japón, ser un estilista venido desde el otro lado del mundo tuvo sus pros y contras.

Pros: se le acercaron por ser "exótico" y por su buen trabajo.

Contras: no entraba, exactamente hablando, en el estereotipo de belleza asiática.

Era "algo" nuevo y desconocido, y eso que al igual que todos ellos era un ser humano.

Los japoneses eran como le decían en su casa, no todos eran iguales, pero veías muchos rasgos parecidos, el cabello oscuro, mayormente laceo (a excepción de las chicas que iban al salón de belleza donde trabajaba) y ojos oscuros, máximo no pasaban de marrón claro.

Era por eso, que ese cabello rubio fresa claramente natural le llamó la atención por completo, era una chica pequeña, de piel muy pálida y con ojos rojizos.

Salía totalmente del estereotipo de mujer japonesa que tenia en su mente, claro, era bajita y muy blanca, pero esos ojos eran atrayentes.

Se veia muy joven, pero él ya había aprendido que las japonesas tienden a verse más jóvenes de lo que en verdad son.

Pero no se explicaba cómo en un día frío como aquel esa chica estuviese solo con unos shorts y una camiseta manga larga.

-¿Dónde están los helados? -la pregunta lo tomó por sorpresa, primero porque no esperaba que le hablase y segundo porque a quién en su sano juicio se le antojaba un helado en una tarde de invierno, a no ser que lo comiese con un chocolate caliente al lado y unos malvaviscos, como él hacía- Kula quiere ir a comer helado

-¿Quieres un helado? -le pregunta a la par que mira el folleto que ella tiene en la mano.

-¡Sí! -la mirada de determinación solo le da ternura- Kula quiere ir a esta heladería, ¡tiene el mejor helado de fresa del mundo! -(...) casi se ríe en su cara, no creyendo que la pobre cayera en esa propaganda escrita en el folleto- Kula ha estado ahorrando, tengo suficiente pero no sé cómo llegar.

-Bueno -mira la dirección una vez la chica le tiende el folleto, no estaba muy lejos, es más, era la tienda que daba a la esquina de su casa, era un buen helado pero no sabría si decir que era el mejor del mundo, las opiniones de la gente varían.

Le dijo que podría llevarla si quería, pensando que se negaría, se quedó impresionado cuando tomó su brazo y le decía que la llevase de una vez.

Era como una niña pequeña.

No le llamaba mucho la atención, prefería a las mujeres mayores que él.

Después de llegar, pedir su dichoso helado de fresa y un chocolate caliente con helado de choco-menta.

-A Kula no le gusta el calor -le escucho decir cuando se disponía a tomar la bebida caliente.

-Bueno, a me gustan ambos, hacen una increíble combinación desde mi punto de vista -ella se le quedo mirando, indecisa- ¿Quieres probar?

Estaba dubitativa, aunque al final aceptó, tomando primero el chocolate caliente, se sonrojo por el calor casi al instante, el color rojo de su mejillas contrastando con su piel pálida.

-Y ahora viene el santo alivio -le puso frente a sus labios una cucharada de helado de fresa, la chica no demoró en atraparlo en su boca- muy bueno y diferente ¿no?

La vio estremecerse, esa sensación de las papilas gustativas refrescarse tan súbitamente dejando atrás un cosquilleo en la lengua.

--le sonrió, siendo realmente adorable- ¡Kula piensa que es muy bueno!

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Lo nuevo y original a veces puede ser lo mejor.

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