🌣🔥89🔥🌣

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K' Dash es el tipo de chico con el que tendrías recuerdos.

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La vida no es fácil, para nadie es fácil, puedo ser por castigo del karma que según ella existía, todo se te devuelve, ya sea en esta vida, en otra, o recae sobre tus seres queridos.

¿Hay algo que tu quieras?

Eso le había preguntado hace tanto, pero su respuesta hasta ahora no había sido dada.

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-¿Cómo puedes soportarlo? -le había preguntado después de uno de los experimentos, su cuerpo dolía, sabía que los demás científicos ya estaban acostumbrados a verlo caer por el dolor, algunos hasta solo lo golpeaban, pero luego estaba ella, que se quedaba todo el rato y esperaba a que saliera para curar sus heridas.

-Puedo, porque tu lo haces también -tener a alguien que te cure las heridas ayuda mucho, en especial en un lugar así- traje esto para ti -vio su cara de asco al reconocer un dulce en su envoltura- no es lo que crees, pequeño gruñón.

-¿Y qué se supone que es? -hay desconfianza en su voz, no se le puede culpar, en otra ocasión ella le dio un dulce raro que picaba y terminó con la lengua quemada mientras ella se reía.

-Quítale la envoltura, prueba su sabor y lo sabrás.

Pequeñas clases para la vida que le daba, si hubiese puesto más atención quizá en el presente le hubiesen servido de mucho.

-Como sea -a pesar de tener unos 11 años ya se forjaba su personalidad, tomo el dulce y lo puso en su boca, no era exactamente dulce, era una rara combinación entre dulce y ácido, así que no se quejaba- esta bue-

Escuchó la risa ajena en cuanto se cubrió la boca por el grito de dolor, era un dulce que le gustaba, pero era exageradamente duro, casi le destruye los dientes.

-Esta bien, esta bien, lo siento - lo toma en brazos y se recarga en su aun pequeño cuerpo- pero, vamos, ríe conmigo Kei.

Reír con ella, a pesar de todo lo que tenía que vivir y a pesar de todos sus esfuerzos, no podía sonreír, no tan abiertamente.

La sonrisa de ella empezó a desvanecerse, pero no se borró, era más tenue.

-Esta bien, yo esperaré el momento en el que muestres esas perlas.

Sentía que lo decía de todo corazón, sentía la calidez en su voz, el ir de su corazón un poco alterado por su estridente risa y la falta de aire que con este convenía.

Sus abrazos eran confortables, sin llegar a aplastarlo o sentirse presionado a ser recíproco en aquella muestra de afecto.

-Vamos, tengo que sacarte de aquí -allí estaba el usual cambio de actitud en cuanto faltaban pocos minutos para la siguiente hora en punto, siempre tratando de levantarlo con todas sus fuerzas para a sacarlo de ahí lo más pronto posible, llegando a casi cargarlo.

Sintió el dolor en su pierna, pero se aguantó, dejando que ella lo sacase lo más pronto posible.

En su demacrado estado, era una de las pocas cosas que podía hacer por ella, tratando de ser menos peso sobre su alma afligida.

-Esto podrá ayudarte -sintió el usual frío metálico, solo que esta vez en su mano derecha, movió sus dedos, sintiendo que le quedaba algo grande- es así porque aun estas creciendo.

Ni siquiera tenía que preguntarle.

Ni siquiera se molestó.

Ni siquiera le dio la debida atención.

Hasta que todo le explotó en la cara.

¡Dame tu mano!

Y ella se la dio.

Eres un chico cool.

Pero no retuvo su tacto, así que, otra vez, ella decía recibir ese daño antes de que llegue a él.

No pudo hacer nada en aquel momento, tampoco pudo seguir el rastro que se dejó.

Pero ella dejó migajas aquí y allá, pequeños fragmentos de información que ayudarían para llegar a ella.

-Las coordenadas indican este lugar -escuchó de Máxima, pero estaba más entretenido viendo aquel lugar aparentemente abandonado lleno de contenedores de metal- nos tomará tiempo, pero llegaremos a ella a tiempo, debemos tener un plan.

-Sabes que lo último que quiero es esperar -su guante se llenó de llamas, con las cuales se rodeó, con una patada hizo que una flama solitaria y potente hiciera explotar una buena cantidad de contenedores.

-O solo vamos y destruimos todo, como siempre ¿no? -lo escuchó bufar en sus espaldas, pero él estaba más concentrado en noquear a los soldados que salían a enfrentarlos.

Se puso en posición de batalla, dando el primer golpe para hacerse camino hasta lo que buscaba.

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Iba a recuperar lo perdido, iban a crear más recuerdos juntos.

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Mi corazón de pollo se destruye al pensar en publicar lo próximo.

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