After All

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El viento le acaricia el rostro y los cabellos, es agradable, incluso cuando pequeñas piedras o hojas chocan contra su piel, porque se siente en paz.

-¡Nora! -le están llamando, uno de los niños de la aldea, no es bueno recordando nombres- ¡La líder regresó!

No necesita decirle más, bajo con rapidez de la copa del árbol y juntos corren hacia el centro de la aldea, jugando a las carreras y dándose empujones.

Todas las personas de la aldea están formando un círculo alrededor de las camionetas, personas nuevas bajan de ellas, algunas con raspones y otras que son cargadas en camillas improvisadas.

-¿Dónde esta? -jala la manga de uno de los hombres, el cual baja su rifle y desordena los cabellos celestinos del niño a la vez que le señala una tienda de campo.

Esta por correr hacia allá pero el hombre pone la mano sobre su hombro, caminan juntos y, apenas a unos pasos sus pupilas cambian por el aroma a sangre y los quejidos que salen de ahí.

Dentro hay otro grupo de mujeres, que ayudan a su madre, esta ahí, parado sin saber qué ve, hasta que el llanto de un ser nuevo le llena de ira el alma, pero deben calmarse.

-Cariño -su madre le llama, se acerca de a poco, frunce el ceño al momento de ver a una de las mujeres con un bebé en brazos.

Nora esta extasiado con esto, ver a tantas personas felices por tal acontecimiento; Koga esta molesto por ver el origen de la peste.

Pero la alegría del momento no dura, se oyen disparos y gritos a lo lejos.

-¡Madre! -toma su muñeca en cuanto la ve con intenciones de ir al epicentro del alboroto.

Mira a sus hijos, el ver sus ojos asustados le hacen querer reconfortarlos, pero hay algo más importante ahora.

¿Qué no haría para asegurar su bien?

Los hombres van con las armas en mano, entre todas las mujeres se las arreglan para llevar a la muchacha que acaba de dar a luz y al recién nacido luego de cortar el cordón umbilical.

Su madre detiene su caminar al sentir el agarra, suspira, lo mira a los ojos.

-¿Cómo se dice?

-¡Pero, mamá! -la mirada de la mujer es fuerte, no le queda de otra- "se piadoso, inteligente y justo".

Ella sonríe complacida.

-Sí, muy bien -siente las manos de una de las mujeres tomarlo por debajo de las axilas, cargando su peso a pesar de que trata de librarse e ir con su madre.

Una parte del grupo se quedó a defenderse, el resto fue a refugiarse.

Pero, ¿de qué sirvió? Fue una emboscada, las personas "podridas" colo les decían empezaron a disparar a quien tuviesen a su alcance, atrapando a otros y subiendo gente a la fuerza en sus autos.

Una gran explosión vino de más allá, del lugar en el que estaba su madre.

-Mami... -la desesperanza les rompe el corazón, una de las mujeres alcanzó a esconderlo junto a otros niños en la copa de un árbol, pero están llorando, era cuestión de tiempo para que los encontrasen.

Y así pasó.

Pero ya estaba harto, odiaba a los humanos, pero habían personas buenas, como esa señora, que había sido llevada a la fuerza a una de las casonas después de esconderlo.

¿Era momento del cambio? Su madre dijo que aún eran muy jovenes, pero era el cambio que salvaría a todos al final.

No se dio cuenta de cómo o cuando, pero su hermano ya estaba presente, destrozando la cabeza de esos hombres, el brillo dorado recae en el cuerpo desnudo de la mujer y la trae de vuelta a la vida.

-Joven Koga -es todo lo que le escucha decir antes de caminar hasta donde esta su madre, la ve ahí, peleando, perdonando la vida a quien no lo merece.

Le preocupa que esa compasión llegue a terminar con ella, eso es lo que dice su padre.

Uno de esos hombres trata de acribillar su espalda, pero en un parpadeo él ya está ahí, con la mano clavada en su pecho.

-Koga -le escucha decir, pero no piensa perdonarlo, a este no, se atrevió a tratar de hacerle daño- ¡Koga, no! -es demasiado tarde, arranca la mitad de su alma, mostandosela a ese ser rodeado de violencia, muerte y violación; lo hace testigo en primera fila de ver su putrefacto ser destruirse al momento de que lo aplasta con su puño y su cuerpo cae en el suelo- Koga, detente por favor, cariño -esta molesto, los malos humanos no deberían existir, ninguno de ellos, su madre esta mal, Nora esta mal, ellos no merecen segundas oportunidades, su padre tiene razón, hay que exterminarlos a todos- ¡Cariño! -grita horrorizada al verlo alzar la mano, con el dedo apuntando al cielo y el brillo dorado rodearlo hasta hacer arder su camiseta.

Hazlo.

Eso es todo lo que necesita para matar a aquellos que están podridos.

"Se piadoso, inteligente y justo".

Una fuerte luz ciega a muchos, se escuchan los gritos de dolor de algunos.

Su madre abre sus ojos, mostrando el color azul claro de estos, viendo que, en efecto hay cadáveres por todos lados, pero, la gente de su poblado esta viva al igual que algunos otros de los hombres que llegaron.

-Koga...

-Ellos fueron traídos a la fuerza, siendo separados de sus hogares -dice dirigiendo una de sus manos a un muchacho que aparenta 16 años que cayó al piso- ¿sufriste mucho?

El chico empieza a llorar, agradeciendo por devolverle su libertad a él y otro puñado de hombres que habían sido obligados a esto.

-Hijo -pone la mano sobre su hombro, el fulgor dorado sigue presente- bien, hecho.

-Haría todo por ti madre, te voy a proteger siempre, a tus ideales y a tus seres queridos, hasta el final.

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"Ojalá te hubiese salvado al final".

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