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Shen Woo es el tipo de conocido que te trae problemas.

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AU normal

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No hay lugar más horrible y estresante, para ti, que la oficina del director, lleno de diplomas y con un ambiente no muy acogedor dando en cuenta la situación.

-No me puedo explicar esto -dice el director, un hombre canoso que se pasa la mano por su rostro, luce cansado y hasta decepcionado- ¿Por qué se metió en este tipo de cosas, señorita (...)?

Se acomoda en la banca, sus palabras le avergüenzan, hacen que esa vocesita que esta encargada de recriminarle sus malos actos tenga más material para su trabajo.

-No me di cuenta de lo que hacía hasta que lo hice -suspira, mirando sus manos juntas en su regazo.

El director la mira, con esa expresión de decepción.

-Muy bien, esta es la primera vez que haces algo así -borra las palabras que había escrito en la computadora frente a a él- así que lo dejaré pasar, solo no lo repitas.

Después de esas palabras y un pequeño sermón, es libre.

O así se sentía, hasta que vio al rubio causante de sus problemas, pero por supuesto que no esperaba su turno para pasar a recibir su castigo, él tenía conexiones que le salvaban el pellejo en ocasiones como esta.

-¿Y bien? ¿Qué tal su fiesta del té? -se burla de ella, es tan claro, pero debe contenerse, si le vuelve a responder todo terminará igual que ahora.

Ella con un reporte en su expediente permanente y él feliz de la vida sin cargos adicionales.

-Escúchame, Woo, no quiero lidiar con tus problemas.

-Pero si lo de hace un momento fue tan genial -su gran mano rodea su hombro, siente repelús, lo último que busca es el reconocimiento de ese gamberro- nunca había visto a alguien pelear así con falda.

Ah, era tan raro.

-Ya déjame tranquila -con un movimiento algo brusco se libró de él lo suficientemente rápido para solo dar la vuelta y tratar de huir, quizás no lo más rápido que pudo, ya que la tomó de la cabeza con una sola mano.

-Oye, siéntete honrada de que te diga algo así -con la fuerza de su mano le hace voltear a su dirección- tu técnica es muy pulcra.

Y eso no se lo decía a nadie, o al menos, no se lo había dicho a ninguna chica, bueno, se lo quiso decir a Elizabeth, pero ella lo pasó de largo.

-Lo que sea -se quería librar de él, la verdad que sí, pero no podía hacer nada cada vez que la retenía con una sola mano, si bien con su Kung Fu se lo podría quitar de encima, no podía, no quería tener un problema con él.

No quería que en su archivo permanente saliera que golpeo a un compañero cuando se salvo de que pusieran que golpeo a una compañera.

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-Oye.

-¿Qué?

-Dame de tus papas -alarga la mano para asaltar el pequeño paquete de frituras, pero (...) es más rápida en respuesta y lo aparta.

Desde hace medio año que le conoce, ha aprendido a controlarlo un poco, eso sí, con la ayuda de su raro grupo de amigos.

No es que fuera muy selectiva con sus amistades, es solo que un gamberro oxigenado junto a una diva rubia, una mujer que parecía caballero, un tipo con complejo de fantasma y una muchacha a la que le gustaban las cosas raras no es un grupo que se ve todos los días.

Ah, y la pequeña de intercambio, con ella se entendía y no le parecía tan rara.

-¿Acaso me ignoras? -por supuesto, a Shen no le gustaba ser puesto en segundo plano, es como si tuviera un problema de carácter infantil.

-No, idiota, es solo que tu tienes el dinero para comprarte otro -señaló la maquina expendedora, en donde se veía una gran variedad de chucherías que la alta sociedad consumía.

Es decir, el empaque de papas que tenía en manos era su favorita, si bien era la más barata de la maquina, (...) tenía que ahorrar toda la semana para comprarla los viernes, porque todo lo demás le parecía demasiado caro y extravagante, por no decir exagerado.

Escuela de niños mimados tenía que ser, ¿Quién en su sano juicio compraría las caras trufas bañadas en chocolate blanco y esencia de almendras con la rayadura de coco? Solo alguien que tuviera el salario de un mes.

-Sólo dame de esas de una vez -cuando volteo a verla, (...) le miraba con el ceño fruncido, totalmente en desacuerdo- ¿Quieres empezar de nuevo? -una sonrisa socarrona y una mirada retadora, pega el empaque contra su pecho.

Un puñetazo cae en donde estaba antes su hombro, se hizo para atrás en el momento correcto.

Se lleva el empaque a la boca, cerrando con sus dientes la abertura del paquete y poniéndose en guardia.

Agradece a al maestro Tung por haberle enseñado a defenderse.

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-Unaudito -dice el hombre a la par que pone en la trituradora el papel con el nombre de Shen Woo y la de su anterior alumna estrella.

Fuera de la escuela ambos caminan a la par, con algunos moretones en sus rostros.

- no fuera por tu padre...

-Ya, lo que sea -la empuja sin fuerzas, cansado de que, cada vez que se agarran a madrazos, le dé un sermón.

Si bien él tiene su movilidad personal le parece mejor caminar, ejercita sus piernas o eso le dijo a (...).

Llegando casi a la casa de ella se topan con un pelinegro que esta arreglando un Jeep en el taller de mecánica en frente del hogar de (...).

-¡Mao Syaoran! -el nombrado se incorpora sin medir sus acciones, dándose un golpe en toda la nuca ya que golpea fuertemente el capó levantado del auto.

-Ah, hola, (...), ya regresaste, pasa, mi madre esta sirviendo ya la comida -sus palabras salen de manera rápida y atropellada junto a una sonrisa amable.

(...) hace una reverencia hacia él, y entra no sin antes mover la cabeza hacia Shen a forma de despedida.

Queda un silencio algo incómodo entre ambos.

Parece que se estudian con la mirada, y a Shen no le gustaba nada que el tipo lo mirase desde arriba, pero ¿Qué culpa tenía? Si era más alto que el rubio.

-Entonces -empieza el pelinegro, tratando de ser cuidadoso en su elección de palabras ya que el tipo se ve peligroso- gracias por traerla de vuelta -no alcanza a decir más ya que este sólo da la media vuelta y luego gira en otra esquina en donde los pierde de vista, suspira y se adentra en la casa, notando a la muchacha, que su madre prácticamente adoptó, llevando un plato lleno de sopa caliente a la mesa- deja que te ayude.

-Ah, gracias

-Por cierto -tiene el plato en sus manos, preguntándose cómo ella pudo tomarlo cuando estaba tan caliente- ¿él es amigo tuyo? -le preocupaba aquello, porque pudiese que fuera un Bully, como esos que salen en las noticias.

Eso la dejó pensando, en todo este tiempo no se había preguntado eso.

Se peleaban y golpeaban con confianza y todo eso, se hablaban sin un honorífico o algo así.

Se podría decir que son cercano pero...

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Nunca antes se había puesto a pensar si eran algo más que conocidos.

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