Joe Higashi es el tipo de amigo al que no puedes decirle "no".

.

.

.

AU normal

.

.

.

.

.

-¡Maldición, Joe! - estampó con ira su mano sobre la mesa en la que el moreno descansaba sus pies- ¡Ya te he dicho que es algo imposible de cambiar! ¡la fecha que se pone es por algo!

-Pero si yo te pedí con tiempo que le pidieras al profesor que lo cambie -refuta, completamente tranquilo, ya que sabía que si alguien podía hacer cambiar de idea al profesor de matemáticas para cambiar la fecha del examen era ella, la favorita de los maestros- tu siempre me dices que haga las cosas con tiempo.

-Sí, lo hago -le quería gritar que se lo hubiera pensado con anticipación, es decir, ¿A quien se le ocurre inscribirse a un torneo de Muay Thai cuando hay un examen a la vuelta de la esquina y cae en el mismo día- pero entiende que no es fácil.

-Ni modo -suspira casi desganado, bajando los pies de la mesa de trabajo y parándose acomodando su uniforme del equipo de Muay Thai de la escuela- daré el de recuperación.

-¡¿Qué?! -ahora sí explota, lo toma del cuello de su uniforme y casi lo zarandea, esta furiosa con él- ¡¿Cómo puedes decir algo así tan a la ligera?!

-No es para tanto -Listo, colmó su paciencia, lo dejo caer sin delicadeza ni miramientos, escuchó sus reclamos y el cómo le llamaba para que lo ayude, pero claro, solo salió apurada del salón de clases por el simple hecho de que si se quedaba podría o ponerse a llorar o tratar de romperle la cara con sus puños.

Aunque claro, ella pegaba tan duro como una gatito bebé con patitas suaves.

Le gustaría decir esas simples palabras, le gustaría mucho negarse a sus tontas peticiones, pero qué podía hacer.

Joe era su "heroe", su "ídolo", el pequeño tonto que la defendió de unos matones cuando ella evitó que matasen a una araña.

Aunque claro, su ídolo era Joe cuando fue un niño, el de ahora estaba con un ego por las nubes, algo que, simplemente, la molestaba en demasía.

-¡Hey! -logró alcanzarla, cómo no, él estaba en perfecto estado físico- ¡Esta bien! El grandioso yo no irá a la competencia -ah, que le dijera lo que quería oír siempre le bajaba el enojo- pero el grandioso yo necesita datos extra.

Por supuesto que no lo diría directamente, jamás diría que necesita ayuda para estudiar, jamás pedía ayuda de una sola vez.

-Esta bien.

Oh, era tan cambiante.

.

.

.

.

.

No podía decirle que no, mucho menos si era para ayudarlo.

.

.

.

.

.

.

.