Billy Kane es el tipo de novio al que puedes leer fácilmente.

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AU normal

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Es una buena y linda mañana en la ciudad del sur, el sol resplandece, las aves cantan, el clima esta templado y, lo mejor, Billy esta lavando la ropa.

Si bien puede parecer algo de lo más normal lavar y tender la ropa, para la pareja del rubio no es así.

Verlo tan calmado y en paz la hacia sentirse de la misma forma.

Durante toda su vida solo ha tenido, por alguna rara razón, novios en exceso empalagosos, dependientes, rubios y exagerados.

Estaba de más decir que su rara afición con los rubios sigue ahí, por más que tratase de fijarse en morenos o pelirrojos, siempre regresaba a su raro círculo vicioso.

Quien diría que buscarle pelea al rubio inglés le traería esta clase de satisfacción.

-Oye, Billy -esta tan concentrado y calmo haciendo sus cosas que apenas la escucha, dándole cómo respuesta un simple "hm"- Lilly llamó para saber cómo te va y creo que casi le da un infarto cuando le respondí ¿a qué se debe?

Muy cierto, conocías a la hermana del rubio solo de vista, pero podías decir que Lilly Kane era adorable, nada que ver con el poco delicado Billy.

Aunque, si lo pensabas bien, él también era tierno, sin importar su cara de malote.

Estaba de más decir que ya sabía las razones, después de todo, nadie esperaría que Billy compartiera su hogar en South Town con una chica que fumaba y era una descuidada sin que significas algo para él.

Bien, pues, ella era su novia.

-No encontré el momento para decirle -toma un gancho en su boca para luego usarlo, ese pantalón se caería- deja de mirarme así que pareces violadora a sueldo -ah, no es que estuviera exagerando, porque en esos momentos (...) estaba casi babeando por verlo con ese simple polo blanco y ese pantalón de chándal, y por supuesto que no traía encima de su cabeza su usual "trapo" (como ella le decía).

En otras palabras, tenia en frente de ella a una ama de casa perfecta, ni siquiera le importaba su cara de enojo o su voz que en ocasiones se hacia muy chillona.

Billy de verdad era la mejor elección para ella.

Saco un cigarrillo de la cajetilla, pero antes de siquiera ponerlo en su boca este ya había sido quitado con un ligero golpe proveniente del "bastón" de su pareja.

Pareja, que le lanzó un paquete de mentitas en las manos para que contenga sus ganas asesinas.

-Ya entendí -abre el paquete y se tira todos los dulces de una, siente que se preocupa demasiado de ella.

Suspira tirando su cabeza hacia atrás, dejando salir su aliento mentolado como si expulsase el humo de un cigarro.

Se levanta rápidamente, con ganas de cocinar para distraerse, aunque la verdad era que también debían desayunar, se hacía tarde.

-Oye, Billy -(...) le mira, él la mira a ella, se quedan así un rato hasta que ella regresa su vista a la cocina- huevos revueltos serán.

El rubio frunce el ceño, preguntándose si su pareja es capaz de leer mentes, también preguntándose como le diría a su hermana que había sentado cabeza.

Y ninguno se sorprendió demasiado cuando Lilly llego llorando a EEUU al enterarse de que su hermano por fin tenía a alguien.

-¿Cómo lo hiciste (...)? -preguntaría la rubia mientras ambas se hallaban en la cocina.

-Pues... -giro a ver a su pareja, la cual se encontraba recogiendo la ropa ya que se había secado.

Se miraron a los ojos por un rato, Lilly no sabia qué hacían, tampoco sabía porqué su hermano desvío la mirada y la castaña se reía ligeramente.

Menos entendió al ver las orejas rojas de su hermano.

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Entender y ver a través de Billy con una sola mirada era fácil y lo hacia adorable.

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