K' Dash es el tipo de chico con el cual vas a una pseudo cita.

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-¡Juro que voy a llamar a la policía! -gritó mientras seguía sostenida fuertemente en una rama, usando su mano para tratar de alcanzar su teléfono, maldijo por dejarlo dentro de su bolsillo del otro lado y por tratar de que no se le notará nada debajo de la falda que usaba.

Y ni pregunten por qué tenía una falda, porque el problema presente era mucho más importante.

-¡Suéltalo si no quieres que te lance este tacón! ¡juro que te voy a atravesar el ojo! -amenazó mientras que, en una mala maniobra, casi se cae al casi alcanzar el mencionado calzado.

-¡Cállate, maldición! -su amigo estaba ahí, en tierra firme mientras le daba una patada en el costado de otro hombre- ¡solo mantente ahí!

-¡¿Para qué me lanzaste aquí en primer lugar?! -la respuesta era muy obvia y su pregunta muy estúpida, no hubo tiempo de pensar en algo más.

Apenas Kei vio a los hombres tomó a (...) de la cadera y, prácticamente, la lanzó a la rama del árbol.

Casi hace que se mate, pero prefería tenerla ahí antes de que alguno de esos sujetos llegase a ponerle las manos encima.

-¡Esto no es para nada lo que yo pensé que sería!

Lo decía con toda su alma, cuando Kei le dijo que quería ir a ver una película de acción le llamó mucho la atención, por supuesto, su mente pensaba que era solo cosa de amigos, hasta que Seirah la interceptó en la puerta de la casa y le dijo que no podía creer que iría con esas ropas a la cita.

Imaginen su cara de ERROR 404 cuando recién cayó en la posible situación.

Claro, puede que solo fuesen imaginaciones de Seirah, pero esa realización le llegó muy dura en el cerebro.

Nunca se imaginó ir en una cita con Kei, sin olvidar que sería la primera cita de su vida.

Pero ahí estaba, subida a un árbol, tratando de manera casi milagrosa que no se viera su ropa interior de Batman y evitando el caerse mientras chillaba para que dejasen en paz a Kei.

Un desastre, solo así se podría llamar a esa situación.

Aunque tenía una muestra en primera plana de los músculos que poseía su amigo, si bien siempre tuvo en mente el factor de su altura y contextura atlética, fue una grata sorpresa ver que era lo suficientemente fuerte cómo para lanzarla a un árbol sin casi mucho esfuerzo para luego pelear con esos tres sujetos.

Y ganarles.

-Malditos... -le escuchó decir mientras un extraño hormigueo la invadía, ya sea por la tranquilidad de que esa situación acabase o por ver que su amigo estaba bien.

Quizás fuesen ambas, pero también podría ser el miedo de estar 2 metros sobre el suelo.

-¡Ayúdame a bajar! -ah, la última opción ganaba de momento.

Una mueca de horror se instaló en el rostro de ambos al darse cuenta de que la falda se quedó atascada en una rama.

-No te atreverías.

-¿Entonces qué? ¿Piensas quedarte aquí colgada cual hoja? -por supuesto, de un jalón la falda quedó con un hueco que él se aseguró de tapar con su chaqueta de cuero, la cual tuvo que ser amarrada en la cintura de (...) para evitar la mirada de fisgones.

Después de hacer casi malabares para que él no le viera más de lo necesario, por fin pudieron acercarse a comprar sus boletos, a pesar de que (...) insistió en primero cuidar de las heridas de Kei, pero este último se negó fervientemente.

No entendiendo aquello, solo lo atribuyó a que realmente quería ver la película o quería verse fuerte y rudo.

Puede que la segunda opción fuera mejor, ya que se durmió antes de que acabasen los comerciales de los primeros minutos, casi roncando con sus usuales lentes de sol puestos.

Mientras comía sus nachos, no pudo evitar tomarlo una foto, el flash estaba encendido, no lo despertó, pero sí hizo que se ganará varios comentarios molestos de los asistentes a la película.

La supuesta cita había sido un asco.

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Pero, si era sincera, le había gustado el final, cuando Kei la fue a dejar en la puerta de su casa.

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¿Alguien más ha tenido una pseudo cita o solo yo?