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Ambientado poco tiempo después de KOF 95'.

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Inspiró con fuerza el aire puro que proporcionaba el bosque en la montaña, la tranquilidad le invadía, estaba relajada y feliz, tanto, que después de un buen tiempo sentía que podría volver a dormir en paz.

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cuando te sientes tan cansada, pero no puedes dormir,
atascada en la marcha atrás.

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Estaba feliz que su maestro regresase a salvo a casa, después de un tiempo a negarse que había muerto simplemente.

-¿Viendo el horizonte? -ni siquiera se molesta a tomar sitio en el suelo, la hace a un lado y casi la tira de la roca en la que estaba sentada para tomar su puesto.

-Tienes suerte de que este de buenas -se acomoda a su lado, algo apretados por el escaso espacio para dos, esta realmente agradecida con él, volvió sano y salvo, tal y como prometió, sin olvidar que trajo de vuelta a su padre- Kyo -llama su atención a la par que deja caer su cabeza sobre su hombro, él movió ligeramente su hombro, justo donde ella estaba apoyada, dándole señal de que siguiera hablando- Rugal, él, ¿Cómo fue que-?

Tuvo que agradecer a sus buenos reflejos al momento que el castaño se levantó de improvisto, afirmando sus manos sobre la rocosa superficie.

-Kyo...

-No pienso hablar de eso ahora, ¿entendido? -el tema le molestaba, por supuesto que sí, el tema era delicado.

-Escúchame -se levanta rápido al ver sus intenciones de irse, siguiéndole el paso- Rugal pudo controlarlo sin quemarse, ¿te das cuenta de lo significativo que es eso?

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yo te prometo que aprenderé de mis errores,
las lágrimas bajan como un torrente por tu cara, y yo...

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La emoción es sus palabras es evidente, él también sintió cierta emoción de ver que las llamas no quemen a alguien hasta la muerte, pero aun así.

-Sólo es durante un mísero periodo de tiempo -no quiere verla, sabe que con sus palabras le rompería las pocas esperanzas que había obtenido.

-Aun así...

-¡Se murió! ¡¿Entendiste?! ¡No quedo más que cenizas después de entrar en contacto con las llamas de la familia! -no hay más palabras luego de sus gritos, solo el sonido de la tierra bajo las plantas de las zapatillas de (...), después sintiendo un pequeño golpe, cansado, sin muchas fuerzas.

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Y las lágrimas bajan como un torrente por tu cara,
cuando pierdes algo que no puedes remplazar,
cuando quieres a alguien pero se echa a perder,
¿podría ser peor?

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-No quiero perder mis esperanzas -sus palabras son casi arrastradas a salir de sus cuerdas bucales, siente el viento del bosque pasar por su cabello y el crujido de los arbustos y árboles a su alrededor- mi antepasado no perdió las esperanzas, yo tampoco lo haré así tenga que volver cuerdo a Yagami.

Se aleja y luego avanza, Kyo se pone frente a ella, ambos mirándose fijamente, dos ramas diferentes del mismo árbol, la misma mirada desafiante en esos pares de ojos.

-No me quites las esperanzas, Kyo; no seas como tus antepasados.

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Pero si nunca lo intentas nunca sabrás
lo que vales.

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-No busco ser como ellos -deja caer pesadamente su mano sobre la cabeza de (...), despeinando sus cabellos y quitando esa tensión de su cuerpo- vas a destruir esa deuda, voy a salvarte.

-¡Ya! -le da un manotazo de juego, feliz de no perder la esperanza- ¡No necesito que nadie me salve! ¡yo misma me podré salvar el pellejo!

-¿Cuándo regresas a clase? -le dio una mirada de "¿tu hablando de la escuela?" En tono de sarcasmo puro- piensa lo que quieras, todos los profesores están preocupados de no ver a la aplicada del salón en su banca.

-Sabes que me da vergüenza -acomodó un mechón de cabello tras su oreja, sus pequeños rulos se escapan- no quiero que me vean como la que repitió año.

-No es tan malo.

-No quiero escuchar eso de ti.

-Vamos a casa -cambia de tema rápidamente.

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Las luces te guiarán a casa,
y encenderán tus huesos.

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-Ya van a ser las 5 de la mañana -reafirma el abrigo sobre su torso, acomoda el gorro de color rojo y blanco- llévame a casa y tu directo a la escuela, Yuki te extrañó mucho.

Se dirigieron a la moto del castaño, ambos con sus cascos puestos y (...) tratando de no caerse del vehículo por la velocidad que ponía su amigo, pero aun así, sintiéndose raramente tranquila.

Si alguien podía ayudarla, ese definitivamente era Kyo.

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Y yo trataré de curarte
(Arreglarte, repararte, sanarte)

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