Impossible

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¿Hay cosas imposibles en la vida?

Claro que las hay, una de ellas era ver que aquello que buscaba nunca se haría realidad, y es que no podía simplemente anteponer sus decisiones por sobre los demás, en especial sobre alguien como ella.

Aceptar que nunca pasaría antes de hacerse ilusiones era lo mejor desde su punto de vista.

Todavía recuerda sus visitas esporádicas, casi diarias, en donde lo mantenían.

Recuerda las ligeras muestras de afecto, los regalos que no sabia si realmente eran regalos, eran más cosas que ella se encontraba o conseguía para él.

Recuerda que ella era la única persona que se acercaba a él sin el propósito de inyectarle algún raro líquido o obligarlo a tomar un desconocido y asqueroso mejunje, ella era amable, y si pasaba algo que le daban una sustancia rara para consumir ella aparecía con algún dulce amargo, recuerda esos dulces picantes que una vez le dio, tuvo que escupirlos ante la sorpresa.

Ella se veía feliz, eso le parecía a él.

Si ella era feliz, él pensaba que estaba bien.

Creyó eso durante los 7 largos años que estuvo cautivo en los laboratorios.

Rara vez se cruzaba con otros clones, en una ocasión la siguió, dándose con la sorpresa de que ella estaba con la frente pegada a uno de los tubos en donde mantenían a los otros clones aun sin acabar.

Se veía con una sonrisa, que pensó era única para él, quizás si se hubiese quedado más tiempo se hubiera dado cuenta de su amargo llanto.

Recuerda que (...) fue parte del equipo que le puso el guante luego de casi matarla cuando finalmente las llamas de Kyo Kusanagi se manifestaron, estuvo consiente y aun recuerda su rostro de completa concentración.

Eran cosas tan pequeñas que simplemente le agradaban.

Las cosas empeoraron cuando empezaron a programarlo, recuerda haberla escuchado reclamando, diciendo que aún a sus 14 años no estaba listo, pero el viejo hombre en bata solo dijo que no se metiera o lo iba a lamentar.

Prefirió que le hicieran el mal a sí mismo que a ella.

Y dolió, dolió muchísimo, no le mostraron las técnicas Kusanagi, dijeron que sería demasiado predecible, lo mejor, a su parecer, era mostrarle una manera más salvaje de luchar, más instinto, más golpes, menos tiempo de reacción del oponente y, por supuesto, más daño que se fomentaba en el oponente y en su propio cuerpo.

Recordaba que, exhausto, se dormía en donde lo dejasen tirado, ya sea en su "cuarto" o en el mismo lugar en donde lo programaban y lo entrenaban, (...) aparecía poco después, con compresas frías y calientes para tratar los moretones entre los demás golpes en su cuerpo, lo hacía con gentileza, algo que parecía estar olvidado en ese lugar.

Ella siempre le decía que todo estaba bien, pero él le respondía diciendo que nada estaba bien.

Máxima se acercaba de vez en cuando, cada día apareciendo con otra parte del cuerpo reemplazada por metal, el doctor Makishima no lo dejaba frecuentarlos mucho.

Pero para él eso estaba bien, no necesitaba de nadie más, solo de ella.

Las misiones empezaron, no la vio durante un tiempo, llegó el momento de deshacerse del original y así completar los planes del cartel, solo necesitaba de su fuerza, de su fuerza y de saber que una vez acabase esto regresaría a esa cárcel, pero regresaría con ella.

Y eso fue lo que pensó cuando, al momento de ver cómo el lugar de donde trataba de escapar caía en ruinas, (...) estaba sobre la parte que no se hundio del suelo, K' estaba en la parte hundida, la que dirigía a la puerta de escape, le tendió la mano para que la tomase y ayudarle a bajar, las circunstancias eran perfectas y vio ese brillo de esperanza en su rostro, ambos serían libres de NESTS, finalmente.

-¡Dame tu mano! -ella parecía estar en shock, no pudiendo responder hasta que le gritó, levantó el brazo, ambos estirando sus extremidades para alcanzarse.

Pero algo pasó, un pitido provino del bolsillo de (...) y ella dejó de moverse para rápidamente regresar a su lugar inicial, solo estando parada ahí, la confusión se esparció dentro de él.

-Dame tu mano -no hubo respuesta, ella siguió con la mirada perdida en algún punto del suelo, el pitido se hacía más fuerte- ¡(...), dame tu mano! ¡te sacaré de aquí!

Finalmente le hizo caso, de un jalón la hizo descender y la tuvo que sostener en sus brazos durante un momento para ayudarla a mantenerse en pie.

La llevaba casi a rastras, Máxima los divisó poco después, ya se veía haciendo su propia vida, nada que ver con los planes que NESTS tenía para él, estaba más que claro que los buscarían pero se aseguraría de...

Sintió un fuerte empujón, su mano dejó de estar en contacto con la piel de (...) y lo que vio después de incorporarse le asustó en demasía, lo cual no había pasado en mucho tiempo.

-Todo esta bien -fue todo lo que ella dijo antes de cerrar la puerta con la contraseña de seguridad, ahora solo veía su rostro y podía escucharla por la pequeña ventana de la puerta.

-¡¿Te volviste loca?! -las flama de su guante se hacen presentes, tratando de derretir la puerta o algo, maldice su aun poco control sobre sus poderes.

-Eres un chico cool, ¿verdad? -le escuchó decir mientras la compuerta de metal empezaba a quitar la poca visión y sonido que podía brindar el escudo de vidrio- estarás bien, Kei.

-¡Eso no es cierto! ¡abre la maldita puerta! -la vio sonreír antes de irse a un lado, la compuerta terminó por in pedirle toda imagen y solo le quedó el ser guiado por Máxima hacia lo que sería una nueva vida.

Una vida que se veía demasiado gris para él.

Una que se hizo incluso más tormentosa cuando, muchos años después, detuvo el ataque de aquel individuo, uno que poseía la misma forma y color de los ojos de (...).

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