CHAPTER TWELVE ━ detention

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

( 拘留 )

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐋𝐕𝐄

Si al principio Lilith se encontraba de mal humor porque Raito no le prestaba atención, ahora mismo estaba a punto de estallar. Sabía muy bien como era la personalidad del castaño rojizo y conocía muy bien su tendencia por irse de la nada, pero no se imagino que fuera tan pronto y menos se imagino cruzárselo a mitad de un pasillo mientras que le devoraba la boca a una azabache de coletas. Al parecer tenía otro fetiche: las azabaches.

Salió casi volando del lugar para no hacer alguna escena con la que luego se arrepentiría, todavía le quedaba algo de dignidad. Aunque al parecer aquella no era su noche ya que a mitad del camino se encontró con Kisumi y con su perrito faldero que no se le despegaba para nada.

──Perséfone. ── La llamaron, contó mentalmente hasta diez cuando la albina se posó frente a ella. ──Te tengo una propuesta.

───Cualquier cosa que venga de ti significa que va a ser algo malo, así que no gracias. ── Intentó pasar pero nuevamente las contrarias no se lo permitieron. ─¿Qué es lo que quieres? ¿No te alcanzó con que te destronara haciendo absolutamente nada?── Se burló. ──Ya aceptalo, no eres nadie aquí en el instituto ni en tu estúpida vida cotidiana. 

La reina caída revoleo los ojos y se apartó, caminando solo unos dos pasos para darle suspenso a lo que diría a continuación:

───Solo veníamos a decirte que tengas una buena noche, ya que al parecer no te interesará el plan que tengo contra la chica de coletas con la que Raito se besaba, ¿verdad?. ── Habló la de ojos azul eléctrico. La hija de Hades se mordió el labio para no maldecirla y probablemente mandarla a lo más profundo del inframundo, la maldita sabía muy bien en donde pegar para que le doliera. ───Sé que puedes hacer más cosas de lo que aparentas, no eres solo una humana, ¿acaso eres como los Sakamaki?

───No voy a decírtelo y aunque te lo dijera, no me vas a creer así que mejor no malgasto mi tiempo ─── La griega se volteo con una sonrisa decorando su rostro. ───Para tu mala suerte, tienes razón, hoy no me interesa. ¡Nos vemos, Kisumi!

Rodó los ojos y continuo su camino hacia donde sea que estuviera yendo, debía conseguir un lugar tranquilo para llamar a Karl o al menos a su padre. Y hablando del rey de roma, por la puerta se asoma. Su celular comenzó a sonar y se podía apreciar el nombre 'Daddy 1', el cual le correspondía a su padre, aunque era una llamada conjunta con 'Daddy 2' el cual le correspondía al rey vampiro.

───¡Al fin te dignas a llamar, papi! ─── Exclamó Lilith al llegar a un pasillo completamente vacio, nunca entendía por qué ese pasillo siempre estaba vacio. O al menos eso pensaba. ───Estaba comenzando a pensar que te habías olvidado de mi.

───¿Pero que dices, Lilith? Si te llame hace unos días. ─── Habló el Sakamaki, haciendo que se le formara una sonrisa de costado, había captado su broma. Aunque le parecio raro que la llamara por su verdadero nombre, pero se trataba de Karl Heinz, era seguro que ya se había enterado de lo ocurrido.

───Karl, dijo papi, se refería a-. . . ¡Perséfone! ─── los dos restantes soltaron una risa cuando por fin Hades comprendió. ─── Por todos los dioses, ¿podemos ignorar eso? gracias. Solo me quedare con el pensamiento que ustedes todavía no tuvieron sexo ni nada.

───Eres un aburrido, papá, debes modernizarte y salir de esa cueva a la que llamas oficina. ─── Lilith se apoyó contra uno de las paredes del pasillo y observó sus uñas a las cuales comenzaban a faltarle un poco de esmalte. ───¡Oh, tío! Tengo que preguntarte algo sobre lo que nos ocurrió ayer. ¡Cuestión! Estábamos viajando lo más normal, yo ahí escuchando música con Shu y de repente la limusina voló por los aires y se estrelló contra un árbol y ¡pum! fuego por todos lados. ── La femenina hizo un movimiento con sus manos, simulando una explosión. ───Todos nos encontramos bien, aunque no creo que te interese tanto, y de repente ¡pum! cuatro chicos aparecen de la nada y posaron así bien modelo.

───Perse, al grano. . . ─── Apuró el rey del inframundo, conocía como era su hija y sabía que se desviaba en cualquier conversación o comenzaba a exagerarla demasiado.

──¡Me estoy desviando, lo siento! Volviendo al punto, ¿Quiénes son? Apuesto todo a que tu tienes algo que ver con todo esto, tío.

────¿Ya te dije que tienes una hija muy inteligente, Hades? ─── La diosa del fuego sonrió cuando supo que tenía razón en todo lo que había pensado. ──Son mis hijos, Lilith cariño, y te doy toda la autorización para que te acuestes con ellos. ¡Es mas! Hasta quiero que lo hagas.

───¡Karl! Perséfone, no le hagas caso a él, ya perdió la cabeza con lo viejo que esta.

───Si tu eres más viejo que yo, ¿Cuántos años tienes? ¿3000?.

───Ahora son ustedes los que se desvían del tema, ¿me pueden prestar atención? gracias. ─── Interrumpió la griega. ───¿Cómo que hijos? ¿Cuántos tienes? Estoy pensando que estas comenzando a superar a tío Zeus. ¿Pero qué es lo qué ellos quieres? O lo que tú les pediste, mejor dicho.

───¡Oh, mira la hora qué es! ¡Ya debo irme a una reunión, nos vemos Venus cariño!.

Debió suponerlo, Karlheinz nunca le iba a decir algo que tuviera que ver con alguno de sus planes.

───¿Está allí contigo, verdad? ─── preguntó.

───Claro que lo está, simplemente quiere hacerse el misterioso. ──── Padre e hija soltaron una corta risa que luego se transformó en un suspiro. ───¿Cómo te encuentras?

───¿Lo dices por lo de Cordelia? Supongo que bien, mamá ya fue vengada y podrá descansar en paz después de tantos años.── Respondió con nostalgia. ──Aunque siendote sincera, no me he estado sintiendo bien físicamente.

──Seguramente es por el destierro hija, ya solo es un poco de tiempo más aunque no te preocupes, mandaré una medicina con Sebastian. Y lo anterior lo dije porque estás raras, Lilith, soy tu padre y te has olvidado que a mi no me puedes engañar ── Ahora lo que más la aterraba, ¿qué era lo que su padre sabía? ───Afrodita y Eros me han contado algo pero no creo que sea verdad, o tal vez sí, no lo sé.

Definitivamente estaba acabada. Si bien, ella había aceptado casarse con uno de los Sakamaki con la condición de que ella los escogiera, Hades le había pedido que sea alguno de los dos primeros: Shu y Reiji. Reiji era el yerno ideal para el dios del Inframundo ya se lo había dicho miles de veces, pero conocía los poderes que el primogénito vampiro poseía entonces era la opción más obvia. Él jamás aceptaría a Raito para ella. 

───Debo irme, papá! ¡Las clases están por comenzar!

───¿De quién te has enamorado?. ─── Antes de que Hades pudiera decir algo más, cortó la llamada y guardo el teléfono en su bolsillo. Se dejó caer sobre la pared, realmente estaba muy cansada, la medicina que le había dado el peligris funcionó pero fue por poco tiempo. 

Observó la hora en el reloj de pared que había frente suyo, ya iba quince minutos atrasada en la clase, ni siquiera valía la pena entrar. Miró hacía un costado y se llevó la sorpresa de ver a un muchacho bastante alto con un olor nuevo, tan alto como el chico de la montaña. 

Alzó una ceja y se levantó del suelo, comenzando su camino hacia donde el chico se dirigía pero de un instante a otro lo perdió de vista, ¿Cómo se le perdía de la vista un chico tan grande?. Fue en cuestión de segundos en los cuales su espalda termino chocando contra una de las paredes y su pequeño cuerpo fue acorralado por un vampiro que media casi dos metros mientras una mano de él rodeaba su cuello. 

──¿Por qué me estas siguiendo, mesobuta?.── Yuma abrió los ojos con sorpresa al ver a la fémina, si bien sabía que no era una mortal, no pensaba que era aquella muchacha que se encontraba junto a los Sakamaki y la novia de sacrificio: Eva. ──Responde.

──¿Ahora mismo estamos peleando o coqueteando, convertido?── Se burló la contraria con mucho esfuerzo, la presión en su garganta no le permitía hablar con normalidad, estaba claro que él junto a los otros tres habían sido los responsables del accidente de la limusina. ──¿Quién te crees que eres para acorralarme así?

El Mukami bufó, apretandola más contra la pared mientras acercaba su rostro al de la contraria. 

──No me digas, eres la paloma mensajera de los señoritos, ¿verdad, cerda?

Por amor a los dioses, ¿qué le sucede a este chico?

Sus piernas comenzaban a temblar.

──Vuelve a... llamarme así y te arrancaré.. la lengua con mis propias manos, sangre sucia.

──¡Mukami! ¡Ravenlow!── La voz del preceptor se hizo presente. Yuma quitó la mano del cuello de Lilith y esta finalmente pudo recuperar el aire, sintiendo como sus rodillas flaqueaban pero el castaño le tendió la mano de forma obligada.──¿Qué hacen tan cerca y fuera de sus clases? A detención, ¡ahora!

La deidad soltó una maldición por lo bajo, clavando su mirada rubí en la café del muchacho. Habían comenzado muy mal, demasiado. 

──Reiji me matará.

──Ruki me matará.

Lilith golpeaba sus uñas contra el escritorio de madera mientras su mirada estaba clavada en la espalda de Yuma, queriendolo asesinar a toda costa. Estaban encerrados en el salón de detención, no les abrirían la puerta hasta que la jornada escolar no acabará, estaría en muchos problemas. 

Pero el que mayor problemas tenía ahora era el Mukami, Ruki les había pedido directamente que tuvieran discreción con los Sakamaki y aquellas chicas que se encontraban con ellos. Sabía que la rubia era la nueva Eva pero ¿quién demonios era la azabache? Claramente no era una simple humana pero tampoco era una vampira como ellos, no tenía ese olor. Aunque debía calmarse, ¿qué es lo que le podría hacer una mujer tan pequeña como ella?

Cansada de la intriga, Lilith se levantó de su asiento y acorraló al vampiro, colocando sus brazos al costado del pupitre donde él se encontraba sentado. El castaño levantó la mirada e intentó pararse, pero una fuerza más poderosa que su voluntad lo atrajó de nuevo a su asiento, ¿era por la azabache?

──Bien, edificio con patas, tú eres uno de los chicos que provocó el accidente de ayer. ──Era más una afirmación que una pregunta. ──¿Qué es lo que quieres?

Yuma acercó su rostro desafiante hacía el de ella, intentando intimidarla cosa que no consiguió en lo absoluto. 

──¿Por qué debería decirtelo? No eres una de ellos así que muevete de mi camino y no estorbes con nuestro objetivo.──  Amenazó. Seguía preguntandose quien demonios era hasta que recordó lo que Ruki les había dicho, no solo habló acerca de la nueva Eva sino que también de la primera mujer, de Lilith. ──Oh, con que tu eres Lilith, cerda.

La susodicha se asombró, despistandose por un momento cosa que el vampiro convertido aprovecho para ser él quien la acorralara contra el escritorio de madera. En el estado en el que se encontraba, la deidad no podía utilizar sus poderes y claramente el chico era mucho más fuerte que ella. Volvía a sentirse débil y estaba comenzando a preocuparse. La mano del castaño tomó su mentón y lo elevó, dejando al descubierto su cuello.

──Intenta morderme y será lo último que hagas en tu vida, Yuma Mukami.

──Será mejor que la sueltes ahora mismo, sangre sucia.── Lilith reconocía esa voz, era su querido cuñado. ──Ella tiene la protección de esa persona y la familia Sakamaki. ──Ordenó Ayato, tomando a la azabache de la muñeca para atraerla hacía él. ──No nos molestaría en absoluto atacarlos ahora.

Yuma soltó un quejido y le sonrió con burla al pelirrojo.

──Tengan cuidado, familia Sakamaki, su reinado se vendrá abajo dentro de poco. ──Amenazó para luego desaparecer, dejandolos a ambos solos. Lilith se había sorprendido por la seriedad de las palabras del vampiro, aunque este no tardó en regresar con su personalidad de siempre. 

──Oe, maldita diosa, ¡Ore-sama no puede estar salvándote el trasero porque tu te sientas mal!── Gritó el pelirrojo, aturdiendo a la inmortal. 

──¡Lo tenía bajo control! Arruinaste mi interrogatorio, baka.── Se defendió ella pero sus piernas fallaron. Ayato la tomó en un reflejo y la cargo sobre su hombro como un bolso de papas. ──¡Oye!

──Si algo te pasa mientras estas conmigo mi hermano me matará, así que cállate y vamos.

( . . . )

Los Sakamaki estaban afuera de la limusina esperando a Ayato y a Lilith, no entendían el por qué estaban tardando tanto. Reiji se encontraba de mal humor por el retraso, esa noche era la cena mensual y esa persona asistiría según se lo informaron.

Aunque a los pocos minutos aparecieron el pelirrojo con la azabache sobre sus hombros, quien se había quedado inconsciente a mitad del camino. Ya la situación de la diosa comenzaba a ser preocupante.

──Oe, Raito ten a tu estúpida novia. ── Exclamó el trillizo menor, dejando a la susodicha sobre los brazos de su hermano mayor. ──Estaba con uno de los sangre sucia de la montaña, casi la muerde, ore-sama no la volverá a salvar.

Raito observó a la diosa y suspiro, adentrándose a la limusina junto a los demás.

──¿Lilith-chan estará bien? ── Murmuro Yui, mirando con preocupación a la recién nombrada. ──Desde hace días está así...

Reiji suspiro.

──No sabría responder, hoy su padre estará en la cena mensual y supongo que se encargará de ella. ── Respondió. También era otra de sus preocupaciones, vendría el rey del Inframundo.─Les pido a todos que se comporten como tal, no solo estará esa persona sino que también asistirá el padre de Lilith, seguramente informándonos sobre el compromiso.

El de sombrero escucho atento, sabía muy bien que jamás comprometerían a Lilith con un vampiro como él, seguramente se casaría con Shu o incluso con Reiji, lo mejor era alejarse de ella antes de acabar más involucrado.

Poco después, la limusina finalmente los había dejado frente a la entrada de la mansión. Lilith había despertado a mitad del viaje, ¿qué le estaba ocurriendo? Ella fue la primera en bajar, haciendo sonar sus tacones sobre el suelo de piedra hasta que finalmente llegó a la puerta, hizo el ademán de abrirla pero está ya se encontraba abierta.

──¡Hey! Reiji-san, ¿acaso dejaron la entrada abierta? ── Preguntó en un grito, sin saber que el peligris se encontraba a su lado. Soltó una corta risa, algo avergonzada. ──Lo siento~

──Por supuesto que la dejamos cerrada. ── Habló con obviedad. ──Alguien la ha abierto.── La azabache le quitó importancia al misterio y se adentró a la casa, encontrándose con dos figuras altas que reconocería en cualquier lugar. ──Espera, Lilith-

──¡Papi!── La diosa corrió a los brazos de su padre, quien la alzó en el aire. ──¿Por qué no me dijiste que vendrías? ¡Hablé contigo más temprano!

──Mi pequeña muñeca vudú, te he extrañado tanto.── Susurro el azabache mayor, dejando un beso en la frente se su primogénita. ──Todo fue idea de Karl.

──¿Acaso no hay abrazo para mí también? ── La voz del rey vampiro sorprendió a todos, no pensaron que realmente asistiría.  La inmortal rodó los ojos con gracia y abrazó al albino. ──Buenas noches, hijos míos, hemos llegado antes espero que no les moleste. ── Como esperaba, no recibió respuesta alguna. ──Estos muchachos... espero que te estén tratando como corresponde, Lili.

──Oe, camina chichinashi. ── Habló Ayato tomando a la humana de la muñeca para arrastrarla con él. ──Ore-sama tiene hambre, y no quiero verle el rostro a este tipo.

Yui no pudo ni siquiera protestar, estaba atónita mirando al rey vampiro y a Hades, eran intimidantes. Reiji y Shu fueron los que se acercaron a los hombres, el rubio siendo obligado por una mirada de Lilith.

──Buenas noches, señor Hades.  ── Saludó el segundo en línea con una reverencia. ──Mi nombre es Sakamaki Reiji.

──Sakamaki Shu. ── Se presentó el de orbes azules sin muchas ganas, provocando una risa en la diosa griega. El dios respondió con una sonrisa, mirando de reojo a su hija.

──Un placer conocerlos, muchachos, espero que mi hija no les haya creado inconvenientes. Es una chica muy problemática cuando quiere conseguir algo.

──Deja de mentir papá, los Sakamaki saben que soy un ángel caído del cielo.── Se quejó ella, parándose al lado de Shu. ──¿No es así, Shu-san?

──Más bien un demonio salido del infierno. ── Murmuro con diversión, ganándose un codazo de la contraria. ──¿Ya está la cena? Tengo hambre.

Todos los presentes se fueron colocando en los asientos que le correspondían, Lilith tomó asiento frente a Raito, quien evitaba mirarla, y a su lado se encontraba Shu. La cena comenzó silenciosa e incómoda, nadie decía absolutamente nada cosa que incómodo a Hades, quien decidió romper el hielo.

──Agradezco su hospitalidad al recibirme aquí.── Agradeció el dios. ──A pesar que nos gustaría quedarnos aquí no tenemos mucho tiempo...

La diosa del infierno escuchaba atentamente a su padre mientras llevaba la comida a su boca hasta que un pie comenzó a acariciar su muslo interno. Sus mejillas se sonrojaron y clavó su mirada en el Sakamaki que tenía frente suyo, Raito le sonreía con burla mientras incrementaba los movimientos de su pie, subiendolo de a poco.

"Con que ahora sí me prestas atención, maldito ninfómano." Pensó, intentando cerrar sus piernas pero el toque era extrañamente reconfortante, extrañaba las caricias de su amante y ella no se iba a quedar atrás. Se quitó el tacón de forma habilidosa, sin hacer ni un solo sonido, y dirigió su pie directo a la entrepierna de él, quién soltó un quejido.

──Are, Raito-kun, ¿te encuentras bien? ── Preguntó Lilith con fingida inocencia pero fue a ella la que se le escapó un jadeo cuando el susodicho imitó su acción.

──¿Ocurre algo, hija?── La princesa del Inframundo quería responderle a su progenitor pero los movimientos del vampiro sobre su entrepierna no le permitían hablar con claridad.

Necesitaba con urgencia que la cena terminará para encerrarse en su habitación junto a Raito. Así que tomó aire y habló.

──Nada ocurre papi, ¿sobre qué estabas hablando?── Hablo, acariciando con más rapidez la erección del castaño rojizo, notando cómo sus mejillas comenzaban a sonrojarse y suspiros amenazaban con salir de sus labios.

──¡Ya hemos arreglado tu matrimonio!── Interrumpió alegremente Karlheinz. ──Te casarás con Shu, dentro de un mes y medio con el baile del eclipse, será una ceremonia enorme.

──¿Qué?── Los movimientos de Raito se detuvieron al igual que los de Lilith, quien volvió su pierna a su posición original, colocándose el tacón sutilmente. ──¿Ya, tan pronto?

──Queremos lo mejor-

Lilith interrumpió a su padre, quería a Shu, ese no era el problema, el problema estaba en qué ella sería quien escogiera al Sakamaki, aunque dudaba que el castaño rojizo quisiera casarse con ella.

──Habíamos llegado al acuerdo que sería mi elección. ── Habló en griego, sin poder controlarlo. ──Es demasiado pronto como para casarme.

Hades carraspeó su garganta.

──Si no asumen al trono ustedes dos, los ancestros asesinarán a los Sakamaki e intentarán matarte a ti y a mí, es por una fuerza mayor. ── Explico. ──Los ancestros están conspirando con otros dioses enemigos, intentan despertar a Cronos, ¿entiendes la gravedad de la situación? Matarán a la humana y tú serás la reina.

Lilith se sentó nuevamente, llevando comida a su boca para evitar seguir maldiciendo a su progenitor.

──Como decía, es lo mejor para ambas familias. Así que si nos disculpan, nos debemos retirar. ── Concluyó el dios del Inframundo, levantándose junto a Karlheinz. ──Ya hemos dejado lista tu medicina, Lili, Hera te manda saludos.

Los dos reyes se despidieron para luego desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. De la garganta de la diosa brotó un suspiro, mirando de reojo al rubio.

──Escucharon tus plegarias Shu, serás mi esposo.

──Como si quisiera casarme contigo, mujer obscena.── Raito se levantó de la mesa, sin decir ni una sola palabra y desapareció. ──No sé que esperas para ir a buscarlo.

──Me conoces tan bien.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro