El camino a Camelot fue largo y tedioso, gracias a la cantidad de demonios rojos y grises que tuvieron que derrotar para llegar a su destino. Britannia estaba sumida en una Guerra Santa de nuevo, y no parecía tener un fin pronto.

Los pecados llegaron a las afueras del reino, y decidieron dejar a Hawk y su mamá atrás, ya que sabían que esta no iba a ser una pelea sencilla, ni un lugar apropiado para ellos 2.

-¡Oigan tontos, más les vale regresar con vida! ¡Todos ustedes!- Hawk lloraba mientras veía a sus amigos alejarse, dispuestos a librar una cruda batalla.

Elizabeth, que estaba siendo sostenida en el aire por sus alas, miró al pequeño cerdo rosa con un rostro dulce, transmitiéndole serenidad; ella sabía que algo malo los estaba esperando, pero no quería preocuparlos de más.

Al adentrarse en el pueblo, sintieron terror al ver como estaba destruido por los diversos ataques y luchas entre demonios y caballeros sagrados; se podían ver ciertos cuerpos sin vida con su respectiva armadura, lo que les causó escalofríos y una ira inmensa.

-Arthur...- dijo sin querer Merlín, estaba demasiado preocupada por aquel joven que ella había adoptado como su hijo, a quien le encargó la gran tarea de ser rey a tan corta edad.

La diosa al escuchó y se acercó a ella. -No te preocupes, confío en que él está bien. No es un muchacho que se deje vencer tan fácilmente.- trató de tranquilizarla.

-Sí, eso es cierto; no es por el gusto que lo escogí para reinar aquí, es sólo, que no puedo evitar preocuparme al ver tanta masacre...-

El rostro del jabalí de la gula parecía sereno, pero sus puños cerrados y ceño levemente fruncido, denotaban la gran preocupación que mantenía en su mente.

Meliodas se percató de esto, pero siguió caminando hacia el castillo, que se hallaba a pocos metros ya de donde estaban.

-¡2 enormes energías se acercan a gran velocidad!-

Diane avisó, haciendo que todos tomaran una posición defensiva inmediatamente. En pocos segundos, vieron a quien pertenecían aquella energías que habían sentido: demonios de alto rango, uno pequeño y regordete y el otro alto y esbelto, ambos con barba y bigotes.

-Chandler...- escupió el príncipe demonio con molestia, dejando ver su marca demoníaca.

-¡Joven maestro! ¿Cómo es posible que aún esté con esa diosucha? Ella fue la culpable de su traición; lo manipuló e hizo que actuara de esa manera. ¡Permítame matarla y regrese con nosotros!-

El demonio más bajo fue quien habló, se notaba el gran odio que le tenía a Elizabeth, ya que él era el maestro que le enseñó todas las cosas que Meliodas sabía ahora, y había abogado ante el actual Rey Demonio para que su discípulo fuera escogido como sucesor.

-¿Y de verdad crees que me voy a quedar esperando tranquilamente a que me mates? No seas imbécil, demonio.- La diosa se burlaba de él deliberadamente mientras flotaba en el aire junto a su amado. Ambos estabas preparados para luchar.

-¿Te atreves a hablarme directamente, perra? Lo lamentarás...

...Dark Snow.-

Ellos conocían muy bien ese ataque, ya que fue utilizado por Hendrickson al estar poseído por eel demonio gris que tenía cautivo. Todos saltaron hacia atrás, evitando los copos de nieve negra que amenazaban con eliminarlos en un instante.

-Me estás subestimando al utilizar un ataque tan débil...- Fue el propio aprendiz del demonio quien le respondió, y con un ágil movimiento de Lostvayne, disipó la nube negra responsable de la corrosiva lluvia.

-Vaya, creo que tiene razón, joven maestro.- usó una de sus manos para tocar su bigote, en forma pensativa. -Cusack, no cometamos el error de subestimar a estas lacras y acabemos con ellos de una buena vez.-

-Será un placer, así no les dejamos llegar hasta el joven Zeldris.-

De pronto, el cielo tomó una gran oscuridad, asemejando la oscura noche que les da más poder a los demonios. Ambos ancianos tomaron su verdadera forma, la cual era bastante imponente e intimidante. Alas negras salieron del demonio mas bajo, al igual que un estructurado cuerpo y líneas negras por su piel, mientras que el más alto, poseía alas blancas tipo dragón, al igual que líneas negras en zig zag por todos sus brazos, que ahora llegaban a sus rodillas.

Esta transformación alertó a la pareja, sabiendo que esto les amplificaba enormemente el poder que pudieran demostrar hasta ahora.

-¡No bajen la guardia, esto es realmente peligroso!- advirtió la diosa a los demás pecados, posicionando a Lilith frente a ella.

Pero lo que no esperaron, era que el próximo ataque fuera dirigido a uno de sus amigos.

-Resonant.-

El ataque fue dirigido a Diane directamente, pero nunca esperaron que l pecado de la lujuria se pusiera en medio para recibirlo él.

-¡GOWTHER!- gritaron todos al ver como quedaba completamente inmóvil ante aquel extraño ataque.

Cusack, quien fue el responsable, introdujo una de sus manos en el centro de su pecho, sacando uno de sus corazones, y el único que el muñeco tenía. Gowther cayó al suelo con la mirada perdida y su corazón en la mano, sabiendo que le quedaban pocos minutos de vida gracias al feroz ataque del demonio de alto rango.

-Mi idea no era eliminarte, pero parece que estabas destinado a morir. Total, eras sólo un impostor del mago más poderoso que el clan demoníaco había tenido.- escupió desinteresadamente, mientras que el orificio en su pecho era sellado por magia.

-No, por favor...no nos dejes ahora...- Merlín levantaba al frágil muñeco, quien ahora tenía una mirada serena y lágrimas en sus hermosos ojos ámbar.

-¿Por qué hiciste eso, Gowther? Te sacrificaste por mi...- Diane estaba en shock; no podía creer que su extraño amigo lo salvara, sabiendo los conflictos que tuvo al pensar por mucho tiempo que no tenía un corazón para sentir.

-Es lo que...los amigos hacen...- dijo él débilmente, ya que se desvanecía poco a poco. -Gracias por confiar en mi...aún cuando yo mismo no lo hacía...Gracias...- fueron sus últimas palabras antes de que sus ojos quedaran completamente apagados, dando a notar que su alma se había desvanecido.

-¡MALDITA SEA, LO VAN A PAGAR!- Meliodas gritó, tomando finalmente su modo de asalto, lleno de ira por el horrible escenario que veía ahora mismo.

-¡Acabemos con esto!- Elizabeth lloraba, pero estaba completamente fundida en la rabia y el dolor al ver a uno de los pecados morir a manos de esos desalmados demonios.

Nunca esperaron algo así, una muerte tan repentina y de una manera tan sádica y fría. Esto los desconcentró por completo de lo que habían planeado hacer, por lo que su estrategia estaba lejos de poder funcionar ahora mismo.

Los pecados se unieron a ellos, dejando a Merlín con el cuerpo sin vida del muñeco. Utilizaron todas sus fuerzas para eliminar a ambos demonios, pero no estaban logrando absolutamente nada en contra de los mencionados.

-Por eso somos y seremos el clan más fuerte, no nos dejamos llevar por sentimientos estúpidos.- Chandler se burlaba cruelmente de ellos, al ver como atacaban desesperados sin ningún tipo de coordinación.

Todos cayeron al piso, aparentemente derrotados, sólo quedando de pie los amantes, quienes se veían iracundos de ira, pero sin pensar claramente.

-Es una lástima, eras el indicado para convertirte en el próximo Rey Demonio, pero te dejaste llevar por las cochinas emociones humanas. Con mucho dolor en mi alma, debes morir ya.- el demonio más bajo miraba con odio al príncipe demonio, quien no dejaba de emitir materia oscura para proteger a los demás, que estaban en el suelo.

-¡Cállate de una maldita vez! ¡Sacris flammis!-

Llamas moradas salían de las manos de la diosa, atacando directamente a ambos demonios y causándoles quemaduras en sus brazos, cosa que lo enfureció aún más.

-¿¡Cómo te atreves maldita perra!? ¿¡Qué clase de ataque fue ese!?- escupió Chandler enfurecido, al tiempo que intentó agarrarla con materia oscura, pero logró esquivarlo.

-Oh, ya verás malnacido...- decía ella con rabia, dispuesta a acabar con los responsables de la muerte de su amigo.

Sin embargo, Cusack, quien había desaparecido de la vista de ambos, si logró agarrarlos con materia oscura, inmovilizando sus armas y extremidades, mientras que el otro demonio, los atacaba ferozmente.

-Dragon Fang.-

Un enorme colmillo cubierto de escamas de dragón, atravesaron a la diosa y al príncipe demonio, haciendo que ambos expulsaran sangre de sus bocas por el dolor agudo que sentían.

-¡NO MALDITO, LUCHA CON HONOR, QUE ES LO QUE LES FALTA A USTEDES!-

Increíblemente, había sido Diane quien había gritado hacia los demonios atacantes, enfurecida por la forma poco justa en que peleaban. Se puso de pie difícilmente y decidió atacarlos con una de sus técnicas.

-¡DIANE, NO!- gritó King aterrorizado, pero había sido tarde.

-¡Mother Catastrophe!-

Este ataque, terminó de destruir por completo el pueblo de Camelot, ya que toda la geografía del lugar, estaba siendo alzada por los aires gracias a su enorme fuerza con la tierra. Piedras inmensas fueron lanzadas hacia los demonios, haciendo que la materia oscura que retenía a Elizabeth y a Meliodas, fuera deshecha, liberándolos por completo.

Las enormes piedras formaron una especie de esfera encerrando a los demonios, lo que la hizo pensar que había terminado, pero estaba lejos de hacerlo...

-Exterminate ray.-

Un ataque que solamente habían visto usar a Merlín, atravesó el estómago de la gigante, haciendo que la misma cayera arrodillada en el piso. Diane se agarró su abdomen, al ver como salía la sangre incontrolablemente por el orificio, y miró una última vez a su amor, para desmayarse en el acto.

-¡MIERDA NO, DIANE!- el Rey Hada voló rápidamente hacia su gigante, quien permanecía inmóvil en el suelo. Lágrimas salían por su rostro, inmerso en la desesperación y la tristeza, por lo que inconscientemente atacó a los responsables de aquel hecho.

Chastiefol tomaba todas las formas, todos los ataques comandados por King, quien trataba de soltar su dolor por el amor de su vida. Definitivamente, estos demonios iban a pagarlo caro.

Una nube de polvo se levantó por la cantidad de ataques enviados por él, pero al disiparse, pudo ver claramente a los maestros demonio con sólo un par de rasguños en su piel, pero nada grave, a pesar de la cantidad de ataques que habían recibido.

-Hmm, eres demasiado débil para ser el actual Rey Hada, das un poco de pena.- Cusack lo menospreció, atrapándolo son su materia oscura. -¿Acaso tenías algún sentimiento por la gigante? Qué pena, la viste morir y tú sin poder hacer nada.-

King no había dejado de llorar; la rabia y la impotencia lo estaba consumiendo. Todo el mundo le decía que era débil, que no servía para nada y que no era capaz de proteger a nadie, ni siquiera a su propia hermana o al Bosque del Rey Hada cuando fue atacado por aquel demonio rojo. Trató de voltear hacia su gigante, pero un látigo negro le impidió girar la cabeza.

-Ustedes no son más que escoria, y deben morir inmediatamente, empezando con esa gigante. Terminaré lo que empecé y acabaré con ella ahora mismo.- Chandler levantó la mano para realizar un último ataque y lograr rematarla.

-Ya basta...¡YA BASTA!-

Sin embargo, su objetivo fue interrumpido al verse cegado por una imponente luz arcoíris. El maestro de Zeldris tuvo que soltar a su prisionero, ya que estaba logrando quemar sus manos, por las cuales había lanzado la materia oscura que mantenía prisionero al pecado de la pereza.

El resto de sus amigos se cubrieron los ojos también, y Merlín decidió encerrarlos a todos en su Perfect Cube, al tener a Diane, Elizabeth y Meliodas heridos.

Pero nunca esperaron ver lo que había pasado luego de que la luz bajara la intensidad...

King tenía unas hermosas alas arcoíris, mucho más grandes que las de la princesa hada, al igual que el cabello con un corte distinto y su cuerpo mucho más mayor.

El verdadero Rey Hada, había despertado.

-Van a pagar por lo que hicieron, eso se los prometo.- se dirigió hacia los demonios que lo desafiaban, mientras que utilizaba una de sus técnicas para sanar a sus amigos.

-True Spirit Spear Chastiefol, 8th form: Pollen Garden.-

Una esfera traslúcida color verde cubrió por completo a los pecados, ayudándoles a sanar sus heridas lentamente y a disipar el dolor que sentían por la batalla. Su corazón volvió a la vida al sentir que Diane estaba con vida, pero severamente herida por Chandler, lo que lo inspiró aún más a acabar con los demonios.

-Merlín, por favor protégelos mientras acabo con estos bastardos.- decía tranquilamente mientras le daba la espalda a los mencionados.

-¡Pero tu lanza está protegiéndonos! ¿Cómo vas a poder defenderte?- preguntaba ella preocupada, ya que nunca había visto que el tesoro sagrado de King pudiera tomar varias formas.

Y como si hubieran escuchado lo que ella dijo, ambos demonios se acercaron dispuestos a rebanarle la cabeza con sus espadas. Pero fueron detenidos por un guardián gigante, aún sin que él volteara hacia ellos.

-True Spirit Spear Chastiefol, 2nd form: Guardian.-

Incontables golpes eran propinados a ambos demonios, imposibilitando su libre movimiento. Merlín, Escanor y Ban, quienes eran los únicos conscientes, quedaron sorprendidos al ver el increíble incremento de la fuerza de su amigo, por lo que decidieron no interferir en su batalla.

-Cuando dije que lo iban a pagar, hablaba en serio, no me subestimen.- decía King con el rostro estoico, dispuesto a acabar con ellos.

Los demonios no podían creer la fuerza repentina de su oponente, por lo que atacaron con todas sus fuerzas al Rey Hada, con todas las intenciones de acabar con su existencia. Sin embargo, el poder abrazador de King fue suficiente para derrotarlos, al ver lo agotados que estaban al pelear con él.

-¡Es imposible, no perderemos frente a ti!- gritaba Chandler cubierto en sangre y heridas, al verse casi derrotado por una sola persona.

-Mataron e hirieron a personas importantes para mi, y eso lastimosamente no se los puedo perdonar jamás. Es hora de que desaparezcan de esta tierra...

...True Spirit Spear Chastiefol, 4th form: Sunflower.-

Una enorme planta carnosa emergió de la tierra, al tiempo que lanzaba un poderoso rayo desde su centro, eliminando por completo la existencia de los demonios más poderosos luego del mismo Rey Demonio en persona.

-¡Nunca podrán ganar, nosotros acabaremos con ustedes!- fue lo último que pudo decir antes de desvanecerse por el ataque.

El ambiente regresó a la normalidad, por lo que el Rey Hada decidió acercarse a sus amigos para evaluar su estado. Su sorpresa fue ver a Elizabeth de pie, curando su propia herida y utilizando una de sus técnicas para ayudar a los demás a levantarse.

-¡Invigorate!-

Las heridas de Meliodas y de Diane terminaron de cerrarse, ya que estaban algo avanzadas en la curación gracias al Pollen Garden de King, y lograron abrir los ojos totalmente recuperados.

-Elizabeth, muchas gracias por eso.- le agradeció el haber hecho que todos recuperaran su energía tras las heridas. 

-Eres impresionante, nunca dudé de tu potencial, así como Gloxinia tampoco lo hizo. Si no fuera por ti, estaríamos muertos gracias a la ira y la tristeza por la repentina muerte de Gowther. Los que debemos agradecerte, somos nosotros.- la diosa habló sinceramente, mientras terminaba de curar su herida son su mano derecha. -Ve, ella te está esperando.- hablaba de Diane, quien apenas estaba abriendo los ojos.

King se acercó rápidamente a su gigante, quien abrió los ojos aún más por lo sorprendida que estaba al ver a su amor así. Ella no dijo nada, pero él sabía exactamente lo que ella estaba pensando.

-Si Diane, sigo siendo yo, no me he ido a ningún lado.- le dijo mientras acariciaba su mejilla tiernamente, cosa que hizo sonrojar a la gigante.

-¡¿Puedes leer mi corazón?!- le preguntaba ella sorprendida. -Pensé que había muerto... Sentí como me atravesó aquel rayo...- se tocaba el abdomen incrédula, al ver que estaba completamente sanado.

-Es gracias a King que estás con vida, él nos salvó a todos de esos sanguinarios demonios. Nos cegamos del dolor y la tristeza y pudieron derrotarnos fácilmente.- Elizabeth explicaba lo sucedido, mientras que Meliodas estaba a su lado de pie.

Diane volvió la mirada a su Rey Hada, mientras que éste no decía palabra alguna. Utilizó sus manos y lo apretó atrayéndolo a su rostro, mientras lloraba de felicidad.

-Gracias, mil gracias amor mío; sabía que eras fuerte, ¡nunca lo dudé!-

El pecado de la pereza solo sonreía y trataba de limpiar las enormes lágrimas de su gigante, tranquilizándola.

Se separaron y se acercaron a Merlín, junto con los demás pecados, quien aún tenía el cuerpo inmóvil de Gowther. No pudieron evitar dejar escapar una que otra lágrima por la muerte de su amigo, pero sabían que no podían llevarlo con ellos, por lo que decidieron llamar a Elaine para que llevara al muñeco de vuelta al bar. Jamás podían dejarlo allí.

-Vamos a vengar tu muerte, Gowther, eso te lo prometo.- Meliodas, ya en su estado normal pero su marca demoníaca aún activa, apretaba el puño izquierdo mientras se paraba frente al cuerpo de su amigo.

-Meliodas.- Elizabeth llamó su atención. -Toda esta mierda se acaba aquí y ahora. Absolutamente todo.- el aura que la cubría era impresionante, ya que ahora que estaba serena, podía pensar con claridad y organizar sus ideas de una vez por todas.

Todos asintieron y se dirigieron rápidamente hacia el castillo, donde el príncipe demonio llamó el nombre de su hermano menor.

-¡Zeldris estoy aquí, terminemos esto de una buena vez!-

El mencionado apareció frente a ellos, con su sonrisa típica y su imponente espada, pero nunca esperaron ver lo que traía consigo.

-Tienes muchas agallas para aparecerte aquí, hermano. Ten cuidado con lo que vas a hacer, ya que te puedes arrepentir de tus decisiones.-

En una especie de esfera negra, se encontraba un chico de cabellos naranja bastante herido junto con Excalibur atravesando su lado lateral del abdomen, pero aún con vida.

-¡ARTHUR!- fue lo que logró gritar Merlín.

La batalla final estaba dando inicio.

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¡Buenas noches!

¿Cómo los trató su fin de semana☀️? Disculpen por haberlos abandonado así, pero tenía una laguna mental de inspiración y quería traer algo realmente bueno para ustedes☹️, y estoy bastante satisfecha con el resultado😁

¡Arthur está vivo aquí! Se lo merecía, odié mucho la manera en que murió en el manga, así que le haré un merecido homenaje.

¿Qué les pareció el capítulo? Espero sus opiniones🙋🏽‍♀️

Besos💋

ValyW