Cabos sueltos

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El vampiro de cabellos azabaches camino con su usual porte elegante por los pasillos de la mansión, entre los brazos de Reiji se encontraba una sorprendida Isabella por lo acontecido en el estudio de su acompañante.

-Mmm, Reiji...-llamo con inseguridad Isabella- ¿Podrías bajarme? Por favor –pidió la azabache con timidez.

-No –respondió el vampiro de manera tajante.

-P-pero yo puedo caminar –acoto Isabella.

-Lo sé; pero te prefiero donde sé... -dejo escapar un suspiro- que no puedes escapar –termino de confesar el azabache con una sonrisa arrogante que dejaba ver sus colmillos en las comisuras de sus labios.

-¿Por qué habría de escapar? –inquirió la azabache.

-Eso tampoco lo sé, pero prefiero no arriesgarme –comento mirando fijamente los ojos de Isabella.

La pareja de pelinegros se sumió en el silencio durante un par de minutos que se hicieron eternos. Para cuando Isabella reunió el valor de iniciar una nueva charla con Reiji, ambos se encontraban frente a la habitación de la joven.

El chico bajo delicadamente el cuerpo de la fémina al piso, manteniendo las manos en la cadera de ella por si esta perdía el equilibrio; al eso no suceder retiro las manos y mantuvo su mirada en los ojos oscuros de la joven.

-Buenas noches- dijo Reiji a modo de despedida, pero este aun no tenía intenciones claras de alejarse de su compañera.

-Buenas noches- respondió Isabella.

-Cierra bien tu puerta; puede que Raito intente buscarte –comento a modo de advertencia- Demás está decirte que no debes abrirle.

-¿Y porque no debería? –dijo Isabella en tono desafiante.

-Por qué, mi querida Dubois... -hablo con una sonrisa burlona en sus labios, mientras tomaba el mentón de la chica firmemente con una de sus manos- Desde esta noche; eres mía...-comento mientras escrutaba la expresión incrédula de la francesa con su mirada.

-¿Tuya? –inquirió Isabella a la par de que fruncía el entrecejo.

-Sí, mía... ¿Entiendes? –dictamino Reiji mientras acercaba su cara a la de Isabella, dejando un espacio mínimo entre sus rostros; los alientos de ambos se entremezclaban y hacían una atmosfera intima entre los azabaches causando un fuerte sonrojo en las mejillas de la joven azabache.

-Uhmm; sí –término por aceptar sumisamente y muy sonrojada Isabella.

-Esa es mi niña buena- felicito en voz baja el vampiro, para luego besar aquellos labios de color cereza que en cuestión de horas se habían convertido en su peor adicción.

Ambos azabaches degustaron los labios de su acompañante y se separaron luego de un par de minutos que fueron en su momento infinitos; Reiji se quedó mirando fijamente los ojos de Isabella y esbozo su típica sonrisa arrogante mostrando uno de sus colmillos.

-Buenas noches; querida... -dijo Reiji para darse vuelta y regresar a su destruido estudio; pero a los pocos pasos se detuvo y volteo su cabeza un poco mostrando el perfil de su rostro –Cierra bien la puerta y recuerda: eres mía ahora. Nadie, salvo yo, entra a tu habitación –ordeno de forma rotunda.

-Uhmju –balbuceo Isabella con un asentimiento y procedía a ingresar a su recamara.

Al cerrar la puerta la azorada azabache se apoyó contra la misma, se deslizo lentamente por la superficie de madera oscura hasta llegar al suelo alfombrado en posición fetal, con las mejillas muy sonrojadas y la mirada perdida.

-¿Q-que acaba de suceder? –articulo para sí misma.

Los minutos pasaron rápidos y se convirtieron fácilmente en una hora, la confundida pelinegra solo salió de su trance cuando el reloj de abuelo de la mansión sonó con dos fuertes campanadas anunciando las dos de la madrugada.

-¿Dos de la madrugada? –se preguntó a sí misma- Debo levantarme de aquí y buscar descansar un rato.

Con el cuerpo pesado, Isabella se levantó y se descalzo sus tacones para luego tirarlos a algún rincón de la habitación; con toda el esfuerzo del mundo la joven estiro sus manos hasta su espalda y las poso en los cordeles del corsé para desatarlo; al quedar libre de la estorbosa prenda se quitó las cintas de la falda dejándola caer al suelo en un amasijo rasgado de tela negra y roja. Para ese momento el cansancio de la francesa era tanto que paso de ponerse un pijama y se arrojó entre sus sabanas en ropa interior; no le costó mucho encontrar una posición cómoda, para entrar al mundo de los sueños donde solo la perseguía una mirada carmesí y sonrisas landinas.

La luz del sol se colaba por entre las blancas cortinas de la habitación de Isabella, dando los rayos directamente con su rostro llegando a molestarla. La chica de cabellos oscuros como la noche se disponía a voltear en otra dirección para continuar durmiendo, pero su idea fue interrumpida por los insistentes toquidos de su puerta.

-Marie, está abierto. Pasa –hablo con voz cansada la azabache.

Los toquidos en su puerta continuaron y la cansada Isabella no tenía intenciones de abrir la puerta; su amiga Marie podía entrar por si misma; después de todo aquella puerta solo repelía a los vampiros y la castaña aún era humana.

-¡Esta abierta Marie LeBlanc! –grito exasperada.

Pero los golpes en su puerta no hicieron más que continuar y aumentar su rapidez. Hastiada de la situación la azabache se levantó de su cama y abrió con mala actitud la puerta.

-¡Qué diablos quieres Marie! ¿No podías solo abrir la puerta? –grito con molestia.

-No, tu puerta es anti-vampiros –hablo una voz masculina con seriedad.

La azabache alzo su mirada para encontrarse con los penetrantes ojos carmesíes de Reiji, luego de verlo anonada un par de segundos recordó que ella se había acostado a dormir solo con ropa interior y que en esos momentos Reiji la estaba mirando en paños menores; y al parecer no le agradaba del todo la vista. Avergonzada la joven francesa corrió hasta su cama y se ocultó entre las sabanas, esperando que Reiji tuviese un poco de compasión por su persona y se retirara.

Lamentablemente los deseos de Isabella no fueron escuchados por ningún tipo de deidad y solo se percató de ello cuando saco su cabeza de entre las mantas al escuchar la puerta de su alcoba cerrarse.

-R-reiji –tartamudeo al encontrarse con la mirada fúrica del azabache.

-Estoy esperando... -dijo con una ceja alzada y cruzado de brazos en gesto de molestia.

-¿Esperar que? –pregunto Isabella confundida.

-Una explicación valida que me justifique el que MI mujer abriera la puerta de forma confianzuda estando en ropa interior –regaño con el ceño fruncido.

-Es que yo... -empezó a explicar Isabella- Espera... ¿Cómo que tu mujer? -inquirió enfadada.

-Eso eres... -respondió Reiji aun cruzado de brazos.

-Y me podrías explicar tú... ¿Dónde está el contrato con mi firma que dice que soy de tu propiedad? –pregunto la azabache mientras se sentaba en su cama y se cruzaba de brazos también, olvidándose de su desnudez.

-No necesito de un contrato –respondió el vampiro con una sonrisa de suficiencia- Tu cuerpo por sí mismo me lo confirma.

-¿A qué diablos te refieres? –logro preguntar.

Antes de que Isabella continuara su discusión con el vampiro, este se lanzó a la cama y posiciono su cuerpo sobre el de la chica sosteniendo sus muñecas contra el colchón para mantenerla inmóvil.

-¿Estas segura de querer saber la respuesta a eso? –pregunto el vampiro con una sonrisa egocéntrica.

-¡Suéltame! –grito Isabella forcejeando.

-Es inútil que te resistas –comento para juntar ambas muñecas de la chica sobre su cabeza y sostenerlas con una sola mano.

Isabella aun intentaba batallar contra Reiji, pero era completamente inútil contra su superfuerza vampírica. Ante la mirada desesperada de la azabache, el joven Sakamaki esbozo una nueva sonrisa perversa y con toda la confianza del mundo empezó a pasear su mano libre por la cintura de la chica causando que la piel de esta se erizara ante el contacto.

-¿Ves cómo tu cuerpo responde ante mí? –comento Reiji.

-¡Cállate!

El sensual recorrido de la mano de Reiji continúo por el muslo de Isabella y confianzudamente le dio un apretón en su glúteo generando un gemido que la chica se esforzó por contener.

-¿Por qué callarte? Lo disfrutas; se nota –dijo acercándose peligrosamente a los labios rosados de la azabache.

El vampiro poseyó aquellos labios con furia y desesperación, rápidamente invadió la cavidad bucal de la francesa con su lengua, mientras que su mano continuaba acariciando la cintura de la chica dibujando figuras abstractas sobre su piel. De a poco el calor entre ambos cuerpos fue elevándose y ambos necesitaban estar más cerca, la joven enrollo sus piernas alrededor de la cadera de su acompañante buscando satisfacer esa necesidad de cercanía que tenía su cuerpo; ante tal acción Reiji soltó las manos de Isabella y estas se posicionaron en su cabeza para atraerlo más a la joven. La chica jugaba con los cabellos del vampiro mientras ambos sentían que se consumían en aquel beso, atrevidamente el chico comenzó a volver más pasionales sus caricias; Reiji tomo el valor de ir más allá y subió una de sus manos hasta los senos de Isabella y apretó uno logrando sacarle a su acompañante un largo gemido.

-¿Ves cómo eres mía? –dijo con arrogancia mirando directamente los ojos de Isabella.

-A esto podemos jugar los dos –comento con una actitud sexy.

Con una oleada de sensualidad Isabella bajo sus labios por el cuello del Sakamaki, mientras que con sus manos desabrochaba la chaqueta del azabache, continuo con el chaleco y la camisa de botones; cuando llego a la camiseta interior de Reiji una sonrisa escapo de sus labios.

-Usas demasiada ropa –dijo la chica con una sonrisa landina- ¿Es tu escudo de virginidad? –pregunto con burla.

-Ya quisieras... -rebatió Reiji con una ceja alzada para luego desabrochar el sostén de la joven.

El azabache miro con deseo los rosados pezones de su compañera, acerco su boca a uno de ellos y lo degusto durante un par de segundos, sacándole varios suspiros a la chica. Ambos estaban listos para consumar aquella necesidad física que tenían, pero Reiji recordó algo que Marie le había comentado esa mañana.

Flash Back

La castaña bajaba las escaleras principales de la mansión con una vestimenta deportiva, cuando llego al pie de aquellas escalinatas se encontró de frente con el pelinegro.

-¿Todo bien anoche? –pregunto Marie sonriente.

-¿Qué sabes de anoche? –pregunto sorprendido.

-No mucho, pero lo suficiente –comento aun con su linda sonrisa- Además solo quería decirte que no debes enamorarla si solo planeas hacerla tu bocadillo nocturno. Sé cómo eres, si le haces sufrir, hare de tu vida un infierno –amenazo con una mirada determinada.

-¿Tu? ¿Amenazándome? –pregunto Reiji con sorna.

-Sabes que puedo lograrlo y no necesito meter a Shu en esto para lograrlo –dijo la castaña con una mirada determinada- No la enamores si no pretendes enamorarte tú también.

Con ese último comentario la castaña desapareció con rumbo al jardín.

Fin del Flash Back

Reiji cayó en cuenta de que no sabía la verdad sobre sus emociones, era cierto que Isabella le descontrolaba; pero no tenía certeza de porque había denominado a la azabache como suya, eso ya de por sí era un paso en el aire para él. Con la duda en su cabeza se dio cuenta que no podía continuar con eso, porque si sus "sentimientos" no resultaban ser reales heriría a Isabella y solo tenía la certeza de que no quería verla llorar por nada en el mundo, incluyéndolo.

-No podemos –murmuro Reiji mirando a la azabache.

-¿Ehm? –Pregunto confundida, pero al ver a Reiji acomodándose la ropa se sintió herida y le entraron ganas de llorar- ¿A qué mierda juegas? –pregunto molesta.

-Es algo pronto para llevar hasta allá "esto" –respondió sereno.

-Tal vez tengas razón –murmuro Isabella recordando a un azabache de piel clara y ojos borgoña.

Reiji se terminó de acomodar su ropa y estaba por salir de la habitación cuando la voz de Isabella lo detuvo.

-¿Sabes dónde está Marie? –pregunto la de ojos oscuros.

-¿Para que deseas saberlo? –pregunto intrigado; aquello no debería de ser lo que ella preguntara luego de lo que paso.

-Tengo cabos sueltos que resolver y ella me ayudara –respondió Isabella levantándose de la cama y dirigiéndose al armario buscando algún vestido para usar.

-Está en el estudio de música –respondió el azabache acercándose a Isabella que se encontraba de espaldas a él.

-Gracias, cierra cuando salgas –agradeció concentrada en su ropa.

-Isabella –llamo Reiji.

-¿Dime? –pregunto volteando su cabeza, encontrándose con el pecho de Reiji; él la estaba estrechando tiernamente contra su pecho.

-Recuerda que eres mía –dijo con voz ronca.

-¿Tuya? –murmuro- ¿Soy tu qué? ¿Comida? ¿Entretenimiento? ¿Presa? ¿Qué soy para ti?

-Mi novia –respondió soltando levemente el cuerpo de la chica para mostrarle una leve sonrisa en sus labios.

Reiji soltó completamente a la chica y se volteó para salir de la habitación; dejando a una asombrada Isabella dentro de esta. Cuando la joven reacciono escogió una falda de talle "A" de color negro y una camisa de botones blanca con los primeros botones desabrochados, peino levemente su cabello y se calzo las botas que usaba el día que llego a la mansión Sakamaki; para luego cepillar sus dientes y salir de su habitación a toda prisa hasta la sala de música.

La de cabellos oscuros entro como un tornado en la estancia, encontrando a Marie con unas zapatillas de ballet rojas puestas, ropa deportiva de color negro y su largo cabello castaño recogido en un rodete.

-¿Necesitas algo Isa? –pregunto confundida al ver a su amiga toda agitada en la entrada del salón de música.

-Reiji dijo que soy su novia –confeso con la voz ida.

A la castaña le tomo un par de minutos procesar aquella información y luego profirió un grito acompañado de saltitos de niña pequeña.

-¡Eso es maravilloso Isabella! –grito la castaña tomando las manos de la azabache y dando vueltas con ella.

-¡No lo es! –grito Isabella.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿No lo quieres? –pregunto con actitud seria.

-¡NO! Es solo que ya te hable de que tengo a alguien, en Francia –expreso sus preocupaciones en voz alta.

-¡Oh cierto! –exclamo Marie- ¿Qué piensas hacer?

-Ayúdame a saberlo –suplico la azabache.

-¿Aun lo quieres o quieres a Reiji? –pregunto de forma razonable.

-Sebastian lo era todo para mí en Francia; pero lo que empiezo a sentir por Reiji va más allá de lo que conozco. Estoy confundida.

-Uhmm...bueno; solo hay una forma de solucionar esto –dijo Marie con una sonrisa.

-¿Cómo? –pregunto Isabella con el brillo de la esperanza en su mirada.

-Debemos ir a Francia, buscar a ese Sebastian, aclarar las cosas entre ustedes y allí podrás ver las cosas con mayor perspectiva –finalizo de relatar su plan Marie.

-¿Cómo diablos piensas hacer eso? –pregunto confundida.

-En un avión, obvio boba –dijo Marie con tono irónico.

-¡No me refiero a eso! Sabes perfectamente que Shu no te dejara ir sin él y para serte franca prefiero que Reiji no se entere de esto –confeso Isabella.

-Entonces... tendremos que fugarnos –dijo Marie con una sonrisa cómplice.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

He regresado del fondo de las tinieblas, con un nuevo capitulo lleno de fangirleo y de propuestas indecentes. Lamento tanto la espera, pero la diosa de la inspiración y la universidad no me dejan escribir. 

Gracias a todas y todos por la paciencia con su irresponsable escritora.

Besos y abrazos.

Mia_GnzlzR

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro