¿Ustedes creen que eso termina ahí, en esa noche, en ese final feliz? Pues se equivocan, lo bueno de los finales es que nunca terminan.

 Porque ellos querían adoptar pero eran pobres y los pobres no pueden adoptar, no a ser que estén en la Alemania nazi y te otorguen dinero a cambio de que críes niños. Pasó, mi vecino de infierno me lo dijo, era un nazi que criaba tres huérfanos. Pudo haberse ganado el cielo por ser caritativo, pero se ganó el infierno por ser un asqueroso nazi, ahora comparte caverna con un judío que terminó ahí por avaro. La ironía me hizo reír años. 

 Como sea, regresando a lo verdaderamente importante: mis padres. Ellos, en su época, en su país y en sus circunstancias no podían adoptar. 

 Así que mamá y papá duplicaron las horas de trabajo para cumplir con todos los requisitos que el Estado le pedía para mantener un niño.

 Estoy seguro de que ya te estarás preguntando ¿Y cuándo viene tu nacimiento, niño milagroso? ¿Cuándo mierda te mueres?

 Bueno, paciencia, la vida no transcurre en el ritmo que te gusta, de haber sido así yo habría envejecido antes de morir; o al menos hubiese hecho todas las cosas que me harían pensar que dejaba una vida atrás.

 Cuando yo nací, llegué como todos los milagros: cuando nadie tenía ni idea de que iba a venir