50

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

  Pero falta para el demonio anciano de esmoquin. Primero está lo importante: yo.

 ¿Cuál fue mi primera impresión al enterarme que tío Jordán me había asesinado?

 Pues no me enojé, no me puse triste, no prometí venganza, no rompí mi dieta ni tampoco escribí un diario personal lleno de odio. Simplemente agarré mi cubo, un pico y me puse a moler piedra porque Alan me insistió en que lo hiciera o vendrían por mí y me torturarían.

 ¿Crees que es un mal consejo? Te equivocas, tontín, ese era el único incentivo que necesitaba para nunca detenerme. Mis padres hubieran estado orgullosos de ver cómo me tomaba en serio una tarea.

 Al igual que Robin Artisson, el novio de Kyteler, yo no quería hablar de mi muerte. La sentía embarazosa, como vomitar en mitad de la clase de gimnasia o decir frente a una asamblea de personas haiga, rompido o descubrido. Era un error, mi error.

 Sentía que era un recuerdo bochornoso del que no podía hablar porque ese Asher no era yo ¡Había sido tan tonto y ciego! ¿Cómo iba a contarles eso? De otro modo volvería a doler como si fuera la primera vez. Creía que si lo decía en voz alta se haría más real de lo que era.

 Alan y Kyteler insistían en que me era difícil platicar sobre mi muerte porque estaba traumatizado. A mí me daban igual los términos psiquiátricos. No me gustaba admitir que tenía miedo hablar sobre mi muerte porque eso significaba conferirle poder a lo que tío Jordán había hecho conmigo y no quería darle importancia.

 Él me había arrebatado mi vida ¿Por qué tenía que joder mi muerte también?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro