capítulo 3

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Era sabado y Margaret se  maquillaba y arreglaba para salir con Nick quien la había invitado al cine y luego a cenar, ella no estaba segura si lo quería pero Nick era un buen chico, tenia un trabajo estable en la alcaldía y por sobre todas las cosas la trataba bien, por eso pensaba que salir con el era lo correcto, ademas recordaba las palabras de su psicologo que ella necesitaba "una relación sana y equilibrada", tal vez esta relación con Nick represantaria por primera algo sano en su vida.

Fueron al cine a ver una película de terror, Nick le compro el combo de pochoclos más grande, estaba dispuesto a darle todo lo que deseara, siempre había gustado de ella desde la secundaria pero era muy tímido para avanzar, además ella siempre ponía distancia con las personas, a pesar de todos sus problemas la quería.

Luego la llevo a cenar a uno de los mejores restaurantes que pudo pagar, Margaret se merecía lo mejor.
-tenes sucio- dijo
- ¿donde? - pregunto
- acá- dijo limpiándole  con la servilleta, ella se ruborizó. Nick se acerco a ella y agrego- sos tan linda - y la beso, Maggie lo beso de vuelta y se sintió a gusto de tener a alguien como el. 

Mientras tanto Alexander se dirigía hacia una reunión con un cliente, debió parar en una gasolinera para cargar nafta cuando la vio entrar al kiosco, al principio no estaba seguro de que se tratara de ella, entonces se acerco a la puerta, definitivamente era Margaret junto a otro hombre, correteaban entre los pequeños pasillos del lugar, hasta que en un momento ese tipo la tomó de la mano y se acerco a ella,la abrazaba manteniendola cerca de le, jugaba con su cabello y luego la beso.

Cuando la volvió a verla en la oficina Alexander entró sin siquiera saludarla, luego cuando ella le llevo el café se lo rechazo. Margaret pensó que tal vez se había levantado con el pie izquierdo pero se dio cuenta que algo más pasaba porque a la media hora la llamo a los gritos.
- ADAMS
- señor ¿ que necesita?
- usted cree que esto está bien redactado- dijo sosteniendo una carta- yo no le puedo enviar esto a mis clientes. ¿Que le está sucediendo? ¿ en que esta pensando?
- no, volverá a pasar- dijo tomando la hoja y entonces vio que el habia remarcado con rojo los errores.
- eso espero, no me haga perder el tiempo.

Margaret comenzó a ponerse nerviosa, sin poder decir nada, quiso retirarse pero el la detuvo.

-otra cosa, siempre está sorbandose los mocos, es insoportable y la manera en que se viste, es la imagen de esta oficina creo que con el sueldo que le pago le alcanza para mejorar su armario- dijo con desden y volvio a sentarse como si nada.
Ella salió y fue directamente al baño a llorar, durante el ultimo tiempo se habia sentido útil por primera vez en su vida y ahora el señor Turner le había criticado todo pero que ilusa fue al creer que el la estimaba, saco de su cartera la hoja de afeitar y se corto.
Varios días después al ver que Margaret habia renovado su vestimenta Alexander sonrió, lo sentia como un triunfo, lo que más le agradaba de ella era que era callada y nunca molestaba, algo que para el era muy importante ya que no le gustaba interactuar con las personas por eso no tenia mujer ni socio.
No había pensado ni tenido en cuenta como ella se podría haber sentido con todo lo que le habia dicho, a el simplemente le gustaba que todo este ordenado y perfecto. Pero luego recordó lo que habia visto y pensó que tal vez se habría extralimitado con ella y la habia lastimado

- señor¿ me llamo? - dijo ella asomando la cabeza
- si pase - ella entró y el le hizo un ademán para que se sentara en el sillón
- no se preocupe, no es nada malo ¿quiere un poco de te? - le pregunto y ella asintio - mire ya hace casi dos meses que usted trabaja aquí y todavia no se nada de su vida

-no hay mucho que decir, vivo con mi madre, tengo un perro Scott... - se encogió de hombros
- ¿tiene novio?-pregunto
- si, se llama Nicholas - sonrió nerviosa y termino su té
- ¿ le gusta este trabajo?
- si, aprendo mucho de usted- dijo agachando la mirada
- gracias,  te poder retirar- ella se levanto - Margaret si alguna vez tiene un problema puede hablar conmigo
- gracias señor- dijo y cerró la puerta

Alexander se quedo pensando porque habia actuado así como un tonto, le tenía que pedir perdón y no lo hizo. Ella en cambio se sintio tan bien consigo misma que al regresar a casa decido caminar por el parque que tanto le gustaba, camino pensando en el señor Turner,  lo cambiante que era y el misterio que representaba, no sabia nada de él,  solo que tenia una ex esposa  bastante loca y que le gustaban las orquídeas. 

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