Capítulo 30

Salí del baño después de lavarme los dientes por tercera vez desde la comida. Me había cambiado de ropa y llevaba los labios pintados de color rosado. Mi padre me interceptó por el pasillo.

—Qué guapa estás, Anne. ¿Vas a salir?

Negué con la cabeza, incómoda.

—No. He invitado a un amigo del instituto, te lo dije ayer, papá...

—Es verdad, se me había olvidado... ¿qué amigo?

Reconocía que el único amigo que había llevado a mi casa en años era Richard. Pero ahora él estaba en Newcastle y yo, sorprendentemente, me estaba abriendo al mundo poco a poco. Estaba un poco reticente a sincerarme con mi padre, pero la verdad era que no había ningún motivo de peso para mentirle.

—Ryan —murmuré, fingiendo que no tenía ninguna importancia—, Fiennes.

Y los ojos de mi padre se abrieron como platos.

—¿Ryan? ¿El hijo de Barbra y Roger?

—Sí.

Por un segundo no supe si la idea le gustaba o le parecía espantosa... hasta que una enorme sonrisa se extendió por su rostro.

—No sabía que fuerais amigos, ¡es una noticia fantástica!

Dejé escapar el aire que había contenido en mis pulmones sin siquiera darme cuenta.

—Sí, bueno. Estamos en la misma clase de física.

—¿Sigue jugando al fútbol?

—Es el capitán del equipo del instituto —murmuré e incluso yo misma me percaté de que mi voz sonaba extrañamente orgullosa de ese logro que no me pertenecía.

—No me extraña —comentó mi padre—, era el mejor del equipo cuando era un niño. A ti te encantaba ir a los partidos, te quedabas embobada mirándolo todos los fines de semana.

Cuando mi padre me guiñó un ojo yo me sonrojé y automáticamente me aparté, tratando de que no viera mi expresión.

—Tengo que estudiar, papá. ¿Dónde está mamá?

—En los juzgados, estará aquí a tiempo para cenar. ¿Quieres que invitemos a Ryan?

—No lo... sé. Creo que no.

Me daba miedo que de pronto todo se pusiera demasiado «formal». No era una cita, solo habíamos quedado para hablar de nuestra investigación... pero yo no podía sacarme la conversación con Jessica y Tatti de la cabeza. Quería besarlo, muchísimo.

—Bueno, si al final decides invitarlo avísame. —Mi padre me guiñó un ojo y yo bajé la cabeza, corriendo hacia mi habitación.

Por el camino me choqué con el cuerpo menudo de mi hermana, que me agarró del brazo para detenerme.

—¿Qué es eso de que has invitado a Fiennes a casa?

—¿Y tú cómo te has enterado, Alia? —pregunté, alzando las cejas.

—Porque yo me entero de todo, hermanita. ¿No lo sabes?

La ignoré olímpicamente, entrando a mi habitación y cerrando la puerta. Después observé la estancia: todo estaba más o menos en orden y Ryan estaría al caer. Tomé algunas prendas que reposaban sobre la cama y las metí en el armario, cerrando la puerta y haciéndolas desaparecer así. Ojalá pudiera hacer eso con todos mis problemas.

Mi móvil sonó y una notificación de un mensaje de Richard saltó en mi pantalla.

RICHARD: ¿Ryan Fiennes va a ir a tu casa?

Rodé los ojos.

ANNE: ¿Cómo lo sabes? No me digas que lo ha publicado @HHSsays.

RICHARD: Me lo ha dicho tu hermana.

Suspiré con alivio al saber que al menos la situación no era de dominio público. Después tecleé rápidamente sin pensar mucho.

ANNE: Richard, tú eres un chico...

RICHARD: Gracias, qué observadora.

ANNE: ¿Qué harías si una chica te besa de pronto?

Mi amigo tardó en responderme unos segundos.

RICHARD: ¿Qué planeas?

ANNE: Nada. ¿Qué harías?

RICHARD: Si me gusta, respondería. Si no me gusta... no sé, creo que salir corriendo. No soy muy bueno abordando estas situaciones.

Suspiré. Suponía que era una reacción lógica.

RICHARD: ¿Vas a besarlo?

ANNE: No.

Puede.

Necesitaba pensarlo un poco más, pero entonces sonó el timbre de la puerta principal de mi casa y mi corazón se aceleró. Dejé el móvil bajo la almohada y salí de la habitación como un rayo. Ryan ya había llegado.

Hola <3 Este capítulo es cortito. Iba a mezclarlo con el siguiente, pero habría quedado muy largo, pues se trata del último capítulo de esta primera parte. Así que probablemente os suba el cap 31 mañana o esta noche!
¡Mil besos!