❝Toda mía❞

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–¿Por qué no quieres venir?–Preguntó Rabastan por quinta vez–Sé que Bellatrix es insoportable, pero no dejaré que diga algún comentario sobre ti–

–Dije que no, Ras–Habló Ellie rodando sus ojos–Tú familia siempre es grosera conmigo cuando voy, solo Rodolphus me trata bien y porque antes le gustaba–

–Lo cuál es asqueroso porque te lleva 10 años, pero no te dejaré pasar navidad sola, eres mi mejor amiga–

–Rabastan no voy a estar sola, voy a estar en Hogwarts con los profesores–Recordó ella.

Esto no pareció convencer en lo absoluto al azabache, no iba a dejar que su mejor amiga pase navidad sola en Hogwarts y no iba a dejar que vaya al mundo muggle donde ya no tenía un hogar.

–Me quedaré entonces–Avisó tomando su mano–Me quedaré en el castillo–

–Rabastan falta más de un mes para la navidad–Soltó la castaña cansada–Ya veremos luego que hacer–

–O nos vamos tu y yo a Bora Bora en mi carruaje–Ofreció el ojiazul–Considera que será mi fiesta de cumpleaños–

–No, porque siempre que me invitas a algo así terminas obligándome a aceptar que pagues por mi–

–¡Es que literalmente es lo que yo debo hacer!–

Ella lo ignoró y entró en el salón de transformaciones, hoy no tenían clase, pero Dumbledore les dijo a los alumnos de último año que debían tener una asamblea para discutir un par de asuntos.

–Ellie, por favor, seremos tú y yo en las playas de Bora Bora–Insistió el Lestrange mientras tomaban asiento junto a Lily.

–Yo voy–Se ofreció rápidamente la pelirroja con una sonrisa.

–¿Ves? Vamos tu, la pelirroja y yo–

–He dicho que no–

Al ver la mueca de tristeza en el rostro de su mejor amigo, Elizabeth no pudo más que suspirar y dejarse caer en el asiento como si se estuviera derritiendo.

–Bien, pero yo pago mi parte–Aceptó.

–No, yo pago, para las dos–Dictó Rabastan con una sonrisa.

–Pero...–Comenzaron ambas.

El mayor puso sus dedos en sus oídos para no escucharlas y ambas pusieron una mueca de molestia al darse cuenta de que era exactamente lo que él había planeado.

En ese momento cuatro Gryffindor entraron en el salón y se dirigieron a una mesa que estaba justo detrás de la de los tres amigos, las chicas aún soltaban quejas mientras Rabastan reía.

–Hola chicos–Saludaron los cuatro merodeadores.

–Buenas tardes, merodeadores–

De nuevo la pelirroja y la castaña se voltearon para seguir molestando al azabache mientras el comenzaba a cantar "lalalalalala" para no escucharlas.

La mirada de Sirius fue a dar a la chica Snow, que ya llevaba una semana evitando completamente su presencia, volvía a ser como al principio del año, ella saludaba a sus amigos, reía con ellos, entregaba sus cartas, como si él no existiera.

–¿Te pasa algo Canuto?–Preguntó Remus notando la mueca de su amigo.

–Nada...–Mintió.

Aún cuando deseaba contarles a sus amigos lo que había pasado en el armario de limpieza no podía, ella le dijo que eso no había pasado y por alguna razón quería respetar sus deseos, así que no podía buscar el consejo de los otros tres.

–Bien, pero llevaré mi dinero para gastarlo como pueda–Aceptó finalmente la Ravenclaw.

–¡Vamos a Bora Bora!–Festejaron la Gryffindor y el Slytherin.

–¿Bora Bora?–Repitió James frunciendo el ceño.

–Rabastan nos va a llevar a Ellie y a mi ahí por su cumpleaños–Le explicó Lily.

La mirada de los dos merodeadores azabaches fue a dar al Lestrange que ahora abrazaba a su mejor amiga sonriendo de la felicidad.

–Te vas a divertir mucho, Beth–Aseguró el azabache antes de besar todo su rostro.

–Vuelve a llamarme Beth y te voy a dar un sillazo–Amenazó la castaña.

–¿Cuándo van a ir a Bora Bora?–Cuestionó Peter con una sonrisa malévola.

–En vacaciones de navidad–Respondieron los otros tres.

Remus se dio cuenta del plan de su rubio amigo cuando vio que los nudillos de Sirius se ponían blancos y escuchó rechinar los dientes de James.

–Los acompañamos–Dijeron el Potter y el Black a la vez.

–Pues es una fiesta privada para nosotros tres...–Comenzó el Lestrange divertido.

–Qué sea para 7–Exigieron los otros dos.

–¿Y Marlene y Dorcas?–Recordó el Pettigrew.

El castaño de los merodeadores se dijo a si mismo que Peter es una mente malvada lista para conquistar el mundo, o la cámara acorazada de sus amigos en Gringotts.

–Ellas también–Dijo James–Y por supuesto decirle a Alice y Frank–

–¿Alguien más que quiera sumarse al vieje de Rabastan?–Soltó el mismo Slytherin hablando en tercera persona.

–Podríamos llevar a tú hermano ya que estas–Se burló Ellie.

El ojiazul vio a su amiga con una mueca de enojo y le dio un pequeño pellizco con la mano que tenía alrededor de su cintura haciendo que la chica soltara una carcajada que a la vez desencadenó un ladrido por parte del Black detrás de ellos.

–Pero...–Comenzó Peter de nuevo sin dejar de sonreír–Nosotros...–Él se señaló y luego a Remus.

–Nosotros pagamos–Dijeron a la vez Sirius y James.

–Pero yo no quiero su caridad–Murmuró Remus al rubio.

–Pues yo sí así que cállate, son vacaciones gratis–

En ese momento Dumbledore entró para dar inicio a la asamblea donde se dedicó a prácticamente incitarlos a luchar contra Voldemort, a tomar responsabilidades y a no dejarse corromper.

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Elizabeth terminó de escribir la última carta que entregaría al día siguiente y la colocó en el cajón con llave de su escritorio, al desviar un poco la mirada vio un pequeño rollo de pergamino que tenía guardado hace mucho.

Suspiró y lo tomó para ver el nombre escrito en el inicio de aquella carta, decidió que jamás iba a entregar esa carta, por más páginas que le agregue a lo largo de los años, jamás la iba a entregar.

Volvió a guardar el rollo de pergamino en donde estaba y cerró el cajón, pasó la llave que suele llevar en el cuello como una cadena y luego le puso a la cerradura los encantamientos de seguridad que ya prácticamente tenía memorizados.

Estaba apunto de abrir el primer cajón de su escritorio, donde guarda otras cartas que leía cada noche, hasta que la puerta de su habitación fue golpeada ligeramente para llamar su atención.

–Rabastan si otra vez vienes a usar mi baño solo porque es más grande...–

Ellie dejó de hablar al ver a un perro negro esperando afuera de la puerta, trató de cerrar rápidamente, pero el perro fue más rápido y entró en la habitación justo antes de que su cola fuera majada por la puerta.

–Black...–Murmuró la castaña.

No le fue difícil descubrir el secreto de los merodeadores una vez descubrió el de Remus, todos ellos también tenían moretones luego de luna llena y de hecho había dedicado un párrafo en la carta que le escribió a James para alagarlo por su hermosa acción de proteger a su amigo.

El perro se transformó en Sirius Black de nuevo y él se acercó rápidamente a ella, que todavía estaba cerca de la puerta, para acorralarla con sus brazos.

–Me evitas, mon amour–Dijo un poco agitado.

–Tú lo llamas evitar, yo volver a la normalidad–Contestó ella tratando de mantener su calma.

–¿Normalidad?–Repitió el mayor divertido–¿Hablas de cuando me ignorabas y hablabas con mis amigos?–

–Exacto, lo normal en nosotros–

–Lo normal para mi ahora es querer besarte todo el tiempo–Confesó el azabache.

Y era la verdad, no había dejado de pensar ni por un segundo en la última semana sobre el beso en el armario de limpieza, la sensación de calor en su pecho, como su mente se había nublado por completo y no recordaba más que a la chica que besaba.

Esa sensación ahora se había ido sentía un vacío en su pecho, un deseo de volver a sentir todo eso se había instalado en él desde el momento en que ella se había ido de ese armario y no dejaba de pensar en ella, sus ojos, sus labios, su sonrisa, su risa incluso, todo estaba en su mente.

–Mira Black, desde el principio te lo advertí–Comenzó Elizabeth colocando una mano en su pecho para alejarlo–Tú plan no va a funcionar, vas a esperar tu carta como los demás–

–No es por la carta, demonios Lizzie, en la última semana ni siquiera he pensado en esa carta, solo en ti–

–La carta es yo, Black, es lo único que quieres de mi así que largo y espera tú turno–Repitió, esta vez más lento para enfatizar su punto.

–No me voy, quiero hablar y quiero hablar ahora–Exigió el azabache–O hablamos y luego nos besamos o nos besamos y luego hablamos, tú decides–

La Ravenclaw rodó sus ojos y se alejó con dirección a su baño para lavar sus dientes, ya lo había hecho pero creyó que si lo ignoraba él se iba a ir y así podría dormir.

–No me había dado cuenta que tienes tú pijama puesta–Habló de nuevo el Black–Me gusta, en especial porque veo tus piernas–

–Lárgate–

–¿Puedo volver a golpearte contra la pared?–Molestó divertido.

–Rabastan lo hizo esta mañana y aún me duele el cuello, así que no–Soltó sin pensar.

No sabía porqué había dicho eso, solo sabía que había cometido un error cuando vio que la mirada color plata del Gryffindor se oscurecía hasta casi parecer negro.

–Ay no–Murmuró antes de tratar de correr al baño.

No logró llegar muy lejos cuando Sirius ya la había tomado de la cintura y la alzó mientras luchaba, con poca resistencia la verdad, y la llevó a la cama donde la lanzó con cuidado.

–Vas a desear no haber dicho eso–Advirtió.

–Sirius...–

No pudo acabar su frase de defensa porque los labios del Black ya estaban sobre los suyos, de hecho todo él estaba sobre ella en ese momento.

Las manos del Gryffindor se colocaron en las mejillas de la castaña para evitar que se separe del beso, pero al darse cuenta de que ella le correspondía decidió que no hacía falta ese seguro.

La mente de Elizabeth se nubló de nuevo, su corazón latía fuerte, su estómago parecía un rodeo y olvidó de nuevo porque no debía besar al chico que le gustaba desde cuarto año, porque sí, lo admitía ahora, eso de superar la sonrisa jamás pasó.

Para Sirius volver a sentir el calor en su pecho, su mente nublada y solo recordar la existencia de la chica que besaba en ese momento fue como llegar al paraíso, llenar el vacío en su interior que solo pedía más y más de ella ¿Cómo pudo no sentir eso años antes?

–Mía–Murmuró mordiendo su labio–Mía–Repitió mordiendo su barbilla–Toda mía–Mordió su cuello.

–S-Sirius esto n-no...–Comenzó ella.

No pudo terminar antes de recibir al Black de nuevo en sus labios, los mordiscos le ardían y supo que tendría marcas después de eso, pero no se preocupó ¿Por qué no estaba preocupada?

–Dilo–Pidió Sirius en su oído–Di que eres mía–

–No–Se sintió más fuerte al responder eso, podía resistir, sabía que podía.

–Di que Rabastan no es nada–Refunfuñó el Black pasando su mano por su pierna–Dímelo–

–¡No!–

Ella puso sus manos en el pecho del Gryffindor y logró empujarlo, él estaba ahora sentado a horcajadas sobre ella y la veía aún con su mirada oscura y respiración agitada.

–Vete–Ordenó la Snow decidida.

–¿Por qué? Sabes que quieres esto tango como yo, de no ser así no me besarías como lo haces–

–Que te quede muy en claro, Black, no voy a ser de tú lista–Declaró levantándose sobre sus codos–Y menos me vas a hacer parte de ella por tu carta–

Sirius entreabrió su boca al escuchar eso, entendió el motivo por el cual ella se fue del armario de limpieza, entendió porque lo echaba de su habitación, entendió lo mal que estaba haciendo las cosas con alguien, que por primera vez en su vida, realmente le importaba.

–Vete–Pidió Elizabeth de nuevo.

–Me voy–Aceptó él levantándose–Pero no eres parte de ninguna lista, Lizzie–

–¿Crees que nací ayer?–Se burló la Ravenclaw guiándolo a la puerta–Adiós–

–¿Qué debo hacer para mostrarte que no hay lista?–Ella levantó una ceja–Bien, sí hubo una lista, pero ¿Qué hago para mostrarte que no te quiero en ella?–

Ella soltó una risa seca, parecía como si aquello realmente le divirtiera y esto solo logró herir aún más al chico frente a ella que ya tenía sus ojos cristalizados.

–¿Yo que sé?–Contestó antes de cerrar la puerta.

Nota:

Peter y Remus dos mentes maestras.🛐🛐

¿Qué les pareció este nuevo capítulo?

¿Creyeron que me había olvidado? Pues no mi ciela🤣💚

¿Qué les parece la amistad de Ras, Lily y Ellie?💚❤️💙

¿Qué piensan de Sirius yendo a la habitación de Lizzie en medio de la noche?🔥😶

No más digo que el Karma llega.😶🤣

¿Teorías?

Bye.