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La artillería pesada































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Sirius tomó asiento junto a un dormido James Potter, lo sacudió bruscamente y él se levantó asustado y haciendo una pose de karate muy graciosa que había aprendido de Peter.


–¿Canuto?–Preguntó colocándose sus lentes–¿Qué te pasa amigo? Pude morir del susto–

–Evans aceptó salir contigo hace una semana ¿Cierto?–El Potter asintió frenéticamente con una gran sonrisa–¿Cómo lograste eso?–

–La verdad no tengo ni idea, solo sé que entré al gran comedor con el ramo de rosas y el cartel, tenía pocas esperanzas ese día, pero ella dijo que sí–Contó ilusionado.

–Rosas y cartel...–Repitió el Black–Voy a enviarle una carta a tú mamá–


James frunció el ceño confundido, pero como tenía mucho sueño decidió que no le importaba lo que sea que Sirius Black planee hacer y se volvió a dormir.












































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Elizabeth veía a Rabastan esperando a que él reaccione después de lo que le había contado, claro que la primera vez le contó lo del armario y él solo se rió diciendo "Yo me hubiera quedado".

Pero esta vez él la veía con la boca entreabierta y sus ojos muy abiertos, la cuchara llena de cereales seguía a mitad de camino del plato a su boca.


–¿Estaba sobre ti?–Cuestionó finalmente.

–Sí y me mordió cuál perro–Contó ella mostrandole su labio, las otras las había ocultado con un hechizo.

–Pues perro si es–Recordó el Lestrange algo divertido.

–¡No es el punto!–Ella le dio un zape–El punto aquí es que me besó, me mordió, se subió sobre mi y...–

–Y admiro tú fuerza de voluntad porque yo no estaría caminando ahora–Interrumpió el mayor divertido.


Ella trató de no reír ante esto, pero sabía que era verdad en su totalidad, la fuerza de voluntad de su mejor amigo estaba por los suelos cuando de sexo se trata.


–Si hubieras visto su mirada cuando se me escapó el sugerir que tuvimos sexo tú y yo–Siguió ella luego de unos segundos.

–¡¿Tú y yo?!–Soltó el ojiazul–¿Estás loca? Me puede tomar como blanco de sus bromas por tú culpa–

–No lo creo, no es como si realmente fuera importante para él–Ella clavó su tenedor en una fresa de su plato–Solo quiere dos cosas, un nombre más en su lista y conseguir su carta antes–

–Yo no creo eso–Murmuró el Slytherin divertido.


Ellie se volteó para seguir la dirección de la mirada del azabache hasta la puerta del Gran Comedor donde justo estaban entrando los merodeadores.

Peter y Remus fueron obligados a sostener un cartel mientras que James tocaba su guitarra y Sirius traía un enorme ramo de rosas y una caja de chocolates.


–Dime que no viene para acá–Pidió la castaña volteándose y colocando sus manos sobre su rostro como si esto la hiciera invisible.

–No te lo diría, pero odio las mentiras–

–¿Por qué a mí?–Se quejó la Snow viendo al techo–¿Qué tanto vale una carta?–


Su corazón se aceleró en el momento en que escuchó que la guitarra de James parecía cada vez más cercana, miró a Ras pidiendo ayuda pero se notaba él tampoco sabía qué hacer.


I met this girl that rocked my world like it's never been rocked–Escuchó que cantaba alguien detrás de ella–And now I'm living just for her and I won't never stop


Lentamente se volteó para ver al Black mirándola directamente con la guitarra aún siendo tocada por su mejor amigo y los otros dos sosteniendo el cartel que decía "¿Quieres salir conmigo?" En letras doradas.


I never thought that it could happen to a guy like me–Continuó cantando el ojigris con una sonrisa–But now look at what you've done, you got me down on my knees–Terminó arrodillándose.


Un gran "Oww" se escapó de los labios de todas las chicas en el Gran Comedor, incluso de los chicos en realidad, hasta los Slytherin parecían conmovidos, pues Ellie se había sentado en su mesa esa mañana.


–¿Quieres salir conmigo Elizabeth Snow?–Preguntó Sirius con algo de nervios.


Por alguna razón que aún no lograba entender todo lo que no había sentido en años, en su vida, por alguien ahora estaba sucediendo y lo sentía todo por Elizabeth Snow, esto lo hacía sonreír como nunca y estar totalmente asustado por ello.

Claro que su sonrisa se quebró en el momento en que una mueca de enojo se instaló en el rostro de la Ravenclaw frente a él, ella le levantó y suspiró buscando paciencia en su interior, él ya estaba sospechando que su gran propuesta sería rechazada.


–¡No vas a tener tu carta antes!–Soltó antes de irse.


Todos se quedaron en silencio mientras ella se alejaba, Lily Evans, Marlene McKinnon, Alice Fortescue y Dorcas Meadowes la siguieron de inmediato mientras el resto de personas veían al Black que seguía arrodillado.


–Yo si quiero los chocolates–
Rabastan se levantó y los tomó–Y linda que canción–


El Lestrange salió corriendo detrás de su amiga segundos después mientras Sirius se levantaba con una mueca de tristeza, James se acercó y lo abrazó.


–Tranquilo, hermano, siempre hay un primera vez–Recordó amablemente.

–Es la tercera vez que me rechaza, solo que esta vez fue en público–Corrigió el ojigris.

–Bueno...–El Potter vio a sus otros dos amigos y ninguno sabía que hacer–El lado bueno es que encontraste a tú Lily–

–¿Y de qué vale eso si ella me odia y piensa que no la tomo enserio?–


Regulus Black, que estaba a unos asientos de donde hace rato estaba Elizabeth junto a Rabastan, bajó su mirada al bolsillo donde guardaba la carta que la chica le había dado y se maldijo internamente.


–¿Y desde cuándo Sirius Black se rinde así de fácil?–Cuestionó el menor de los Black levantándose–O eres un impostor o mi hermano se volvió cobarde–


El mayor vio a su hermanito con algo de confusión hasta que sonrió abiertamente por lo que le dijo, lo atrajo hasta él y despeinó su perfecto cabello tan parecido al suyo.


–Tienes razón Reggie, Sirius Orión Black no es un cobarde y no se rinde–

–Bueno, pero ya suéltame, hermano mayor–Pidió el Slytherin.


Elizabeth se dejó caer en su asiento en la salón de pociones, no le importó que su clase comienza hasta dentro de una hora, sacó sus libros y trató de concentrarse en leer el párrafo que seguía.


–Ellie–Llamaron las cuatro Gryffindor que la habían seguido.

–No quiero hablar de esto–

–No hables–Accedió Alice adelantándose a las demás–Solo déjame abrazarte ¿Si?–


La castaña asintió y se dejó abrazar por la chica, pronto las otras tres se unieron al abrazo y para cuando llegó Rabastan fueron seis.


–¿Qué sucedió?–Preguntó Marlene sin poder contenerse–Black escribió una canción, jamás había presentado una de sus canciones en público–

–No me importa su canción y no me importa Sirius Black–Declaró la ojiavellana, pero nadie le creyó.

–Nosotras... bueno–Dorcas vio a las demás–Pensábamos que te gustaba y por eso los dejábamos solos–Explicó.

–No me gusta, no me importa en lo absoluto–


Rabastan suspiró y levantó a la chica con agilidad para sentarla sobre su regazo, acarició su mejilla y finalmente la vio sonreír cuando él jugó con el lóbulo de su oreja.

El Lestrange era el único que sabía que el padre de Elizabeth hacía esto para calmarla cuando era niña y ahora él es el único que puede hacerlo, es su manera de decirle que es su familia.


–Sí importa, Ellie–Murmuró el azabache antes de besar frente–Importa desde cuarto año–

–¡¿Cuarto año?!–Soltaron las otras cuatro.

–Solo fue un pequeño crush entonces–Se defendió la Snow–Y luego comenzó a hablar de astronomía, me seguía a todos lados y pasó lo del armario de limpieza–

–¿Qué armario de limpieza?–Cuestionó Lily.


Ellie suspiró antes de comenzar a narrar todo lo que había sucedido desde la fiesta de Sirius hasta ayer por la noche en su habitación, cada tanto ellas abrían su boca, pero no decían nada.


–Admiro tú fuerza de voluntad–Dijeron las cuatros Gryffindor a la vez.

–¡Yo dije eso!–Se alegró Ras al saber que no fue él único ninfomano.

–Pero claro que no iba a permitir que nada pase–Soltó la Rabastan cruzándose de brazos–No voy a entrar en esa tonta lista suya de conquistas solo porque quiere recibir su carta–


Los otros cinco se vieron entre ellos, Marlene señaló su zapato como ofrecimiento para darle un golpe pero Dorcas negó con su cabeza así que se lo tuvo que volver a poner.


–Yo no creo que él haga este tipo de cosas por añadir nombres a su lista–Comenzó la Evans acercándose–De hecho James me dijo una vez que nunca había presentado una de sus canciones–

–¿A quién le importa?–Soltó Ellie–Solo quiere su carta entonces y no se la voy a dar aún–

–Cómo tú decidas...–Aceptó Alice.


Elizabeth volvió a su asiento dejando a Rabastan listo para levantarse, él se acercó a las Gryffindor que veían preocupadas a la castaña y suspiró.


–Voy a traer la artillería pesada





























































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Elizabeth iba de un lado al otro frente a la entrada del Gran Comedor esperando la sorpresa que Rabastan dijo tener para ella.


–Hola bebé


La Ravenclaw casi se va de espaldas al escuchar esa voz, su sonrisa surgió y cuando lo vio su mirada se iluminó, claro que era mentira cuando Rabastan dijo que ella lo odiaba, ella no podría odiarlo.


–¡Rodolphus!–


El azabache extendió sus brazos y la recibió con un gran abrazo, la elevó en el aire y besó su cabello varias veces, tal vez ellos no funcionen como algo más, pero son grandes amigos.


–Creí que estarías secuestrado por tu esposa–Bromeó la castaña.

–Pude huir–Contestó el ojiazul divertido–Y Rabastan dice que tienes un problema amoroso, soy bueno en eso–

–No creo que lo mejor sea hablar de mujeriegos contigo Rolphie


El mayor sonrió, la rodeó con su brazo y comenzaron a caminar a la vez con rumbo a las mazmorras, ella hablaba y él escuchaba, como siempre.


–Entonces ¿Si tiene una lista?–Preguntó Rodolphus mientras entraban a la habitación de su hermano.

–Claro que la tiene y me quiere hacer parte para conseguir su carta–

–O...–El azabache mayor sonrió–¿No haz pensado que tiene que ver con tus problemas con el compromiso y el temor que tienes a terminar como tus padres?–

–¿Hablas de mi o de ti?–


Los dos sonrieron, hace años que se habían vuelto una clase extraña de persona protectora para el otro, solo ellos podían hacer chistes de sus traumas.


Beth te he dicho unas ¿Mil veces ya? Que te llevaré a terapia un día de estos–Siguió el mayor sentándose frente a la chimenea.

–No es gracioso, estoy bien con el compromiso, llevar una relación seria no suena tan mal como hace años–Aseguró la castaña–Pero Sirius Black no es una opción en eso–

–¿Quién si lo es?–Cuestionó divertido el Lestrange–A mi me dijiste que era muy viejo, a Rabastan nunca lo consideraste, Crouch te ha invitado a salir por años–

–¡Porque esos años estaba enamorada de Sirius Black!–Confesó la ojiavellana.

–¿Y por qué no estás bailando sobre él ahora mismo?–


La Ravenclaw lo vio de mala gana, claro que Rabastan lo iba a traer a él para hacerla cambiar de opinión, pero no iba a ser así de fácil.


–Ya te dije que no le voy a dar su carta antes y es lo que quiere, eso o usarme por sexo como a la demás–Explicó pacientemente.

–Claro...–Él la tomó de la cintura y la acercó más–Sé que las cartas importan para ti, bebé, pero no puedes estar a la defensiva toda la vida–

–¿Tú de entre todas las personas me dice eso?–Se burló la Snow–Rodolphus vives a la defensiva–

–Nunca estuve a la defensiva contigo, pero tú lo estabas conmigo–Recordó el azabache–Ras dice que eres diferente con él, prueba una cita ¿Si, bebé?–


Ellie maldijo internamente a Rabastan por aprovechar el crush que ella siempre tuvo en Rodolphus para manipularla y sabía que el mismo Rodolphus usaba la debilidad que ella tenía por él ahora.


–Una cita y si acaba en sexo será tú culpa–Aceptó finalmente.

–No fue difícil convencerte–Se sorprendió el ojiazul–Creí que tendría que quitarme la camisa o algo–

–Jódete–Insultó ella alejándose.

–Espérame linda, vine hasta aquí y merezco un premio–Molestó el Lestrange.


Elizabeth abrió la puerta dispuesta a irse y vio a Rabastan esperando por ellos, los dos hermanos Lestrange la atraparon entre ellos y se sintió de 12 años de nuevo.


–¿Tuvo que quitarse la camisa?–Preguntó divertido el menor de los hermanos.

–De hecho fue fácil, creo que estaba más abierta a aceptar de lo que parecía–

–Sigo aquí–Recordó la castaña–¿A dónde vamos?–

–A un lugar–


Al llegar frente a la enorme puerta del castillo ambos hermanos se detuvieron y esto confundió a la menor.


–¿Qué pasa?–

–Detrás de la puerta hay una sorpresa–Dijeron a la vez los azabaches.

–Si me dicen que trajeron a su madre los voy a...–


Ella dejó de hablar al ver a Sirius Black esperándola afuera del castillo, se volteó hacia los Lestrange y frunció el ceño al darse cuenta del plan.


–Rabastan traidor–Acusó.


















































Nota:

Rodolphus Lestrange me pisa la cara y yo le digo gracias mi amor.🛐🛐🛐

¿Qué les pareció este nuevo capítulo?

¿Qué les pareció la invitación de Sirius?✨️❤️

¿Qué piensan de qué Ellie este convencida de que no es nada serio?🤐

¿Por qué creen que Rodolphus es así con Ellie?😶💚

¿Teorías?

Rabastan el Judas.🛐🛐🛐

Bye ❤️

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