Capítulo V

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Era un nuevo día, uno en el que tendría que ir a la universidad a retomar todas las cosas que me causan un conflicto interno. La parte buena de todo esto, es que mi entrada este año sería a las nueve de la mañana y este primer día sólo tendría dos clases de dos horas cada una, no es tan pesando como piensan.

Me levante como a las siete y media para que me diera tiempo de arreglarme y comer algo ligero, no es que me tardara mucho tiempo en la ducha, pero cuando uno tiene el cabello pintado la cantidad de productos para cuidarlo puede hacerte demorar más.

Estaba haciendo algo de calor así que decidí usar una camisa de manga corta y unos jeans rasgados en la parte de las rodillas, ambas de colores oscuros y opté por hacerme una coleta, dejando mi bangs en la parte de enfrente.

Mis padres ya se habían ido así que solo tomé un cereal y esperé la llegada de Ricardo, quien llegó puntual a la ocho por mí. Durante el camino iniciamos una conversación para no hacer el trayecto aburrido.

—Si me agrada lo que te hiciste en el cabello—alague.

—¿Si?, solo lo dejé crecer de la parte de arriba y lo dividí en dos, peinado de libro como me dijeron.

—Te vez más maduro si me lo permites decir.

—Auch—llevo una mano a su corazón haciendo una expresión, yo reí.

—En fin, ¿qué tienes a primera hora hoy? —Pregunté.

—Matemáticas financieras.

—Yo no podría con tantas matemáticas, me estresan que incluso me dan dolor de cabeza—confesé.

—Las matemáticas no son difíciles, son incomprensibles diría yo, hay que tener paciencia para entenderlas.

—Esa es la cuestión, no tengo paciencia para comprenderlas—Ricardo rio por mi comentario.

—¿Y a qué hora sales hoy?

—Por suerte temprano, a las dos, ¿y tú?

—Se podría decir que tengo libre de una a tres, pero tengo que volver para otra clase de tres a cinco de la tarde.

—Ya veo—me limite a decir, aunque tal vez era buena idea sacar el tema de su hermana—¿Has hablado con Teresa?

—Es complicado por el cambio de horario, pero sí, hable con ella ayer, estaba nerviosa... por cierto te manda saludos.

Sonríe suavemente.

—¿Qué hay de Henry?

—Nos hemos limitado solamente a mensajes, ya sabes que al iniciar la universidad tu mundo da vueltas que al principio es difícil de sobrellevar.

—Eso mismo le mencione a Teresa.

La conversación quedo hasta ahí cuando observe la entrada de mi universidad y a varios estudiantes ingresando, algunos hablando entre sí y otros haciendo de las suyas, ya se imaginarán, fumar y esas cosas.

—¿Gustas que pasé por ti? —Preguntó Ricardo mientras tomaba mis cosas de la parte de atrás.

—Eres muy amable, pero rechazo la oferta, voy a salir con mis amigos por las veces que no lo hice en vacaciones.

—De acuerdo.... Todo va estar bien—me quedé un poco confundida por su último comentario, pero supuse que fue porque notó mi nerviosismo de ver a la chica que me traía enamorada, aún no sabe que es mi mejor amiga.

—Gracias, que te vaya bien—sonreí y salí del auto, viéndolo avanzar hasta que lo perdí cuando dio vuelta en la esquina.

Regresé mi vista al enorme edificio, solté la mayor cantidad de aire en un suspiro y entre revisando mi celular. Tenía veinte minutos antes de entrar a clases. Busque a mis amigos con la mirada, sobre todo a ella, en cambio, no había señales de ellos.

Decidí ir a la cafetería por una bebida de cafeína y azúcar extra para poder rendir la mañana, fue algo complicado tomando en cuenta la cantidad de estudiantes que había de diferentes carreras, pero justo en el peor momento, visualicé en la fila del café a uno de mis mejores amigos.

—¡Hey Paula! —Mencionó en cuanto me vio acercándome.

—Hola Derek.

Derek lo conocí en mi primer año de la preparatoria, nuestra amistad surgió de la manera más cliché posible, por un proyecto, sólo que nosotros no nos enamoramos. Después de mi hermano, era el segundo chico con el que me dejaba llevar con algunos gestos o acciones cariñosas.

—Me alegra verte de nuevo, veo que todavía mantienes el magenta en tu cabello—dijo jugando con uno de mis mechones sueltos.

—Y tú el rojo—respondí jugando con su cabello, el rio y yo simplemente sonreí.

—Vienes por tu café del día, ¿cierto?

—Por supuesto, es vital para mi vida.

—Siéntate y lo compro por ti.

—No es necesario...

—No me importa, yo estoy más cerca de llegar que tú si te formas ahora mismo—suspire rendida, deben saber, que es difícil hacer a Derek cambiar de opinión por eso a veces ni me esfuerzo en intentarlo.

—Bueno al menos te pido que compres mi café con mi dinero—enfaticé las palabras "mi" mientras le entregaba dos billetes.

Derek rodo los ojos aceptando los papeles, sin embargo, no me fui inmediatamente.

—Por cierto, ¿Sabes si Hann...?

—¡Pau! —El grito de que aquella voz me dio la respuesta a la pregunta que ni siquiera había terminado de formular.

Me gire observando la entrada de la cafetería y ahí estaba ella... Hannah, mi mejor amiga desde que llegue a este país, la chica que me gusta.

Verla acercarse a mi parecía algo sacado de una película, ella sonriendo a todo aquel que la saludara, mirando a todos con esas hermosas y brillantes esmeraldas que portaba, moviendo su rubio cabello de manera natural mientras caminaba dándole un toque atractivo a su andar.

Podía jurar que parecía una tonta al observarla, pero ella simplemente me sonreía, sentí que podía caerme en cuanto estuvo lo suficientemente cerca como para tomarme en un abrazo.

Dios, su perfume y su cabello son las mejores fragancias que he olido.

—Pau, no sabes cuánto te extrañe y a ti también pelirrojo—menciono sin separarse del abrazo y molestando a Derek.

Inmediatamente yo acepte el abrazo sin importarme nada, después de todo, los demás saben que somos mejores amigas.

—También te extrañe Hannah.

—Fue la primera vez en nuestra vida que no salimos para nada—mencionó mientras la fila avanzaba al igual que Derek, con la mirada me señalo las mesas y Hannah y yo empezamos a caminar sin detener nuestra conversación.

—Sí, lo siento por eso—respondí rascando mi nuca—. Pasaron muchas cosas después de la graduación de mi hermano.

—Aww su novia y él han de ser tan tiernos—menciono con una mirada brillante, algo que de seguro sólo noté yo.

Llegamos a una mesa que estaba vacía y decidimos sentarnos en frente de la otra esperando a Derek.

—Eso creo—sonreí con nostalgia.

—Siempre tan cerrada con el amor Pau, has tenido varios chicos detrás de ti y no gustas de ninguno—creo que es muy obvia la razón.

—Sabes que por ahora estoy bien, no soy como tú—mencioné tratando de mostrar una sonrisa—. Me imagino que si no saliste conmigo saliste con Evans, ¿no?

Ese chico me cae del asco, no por el hecho de que es el novio de Hannah desde hace un año, si no que su personalidad, ¡dios! No lo aguanto, pero por alguna razón le gusta a mi mejor amiga.

Pude ver el momento en que se sonrojo y bajo un poco la mirada, ojalá ser yo la que provoque eso.

—No, tampoco, igual estuvimos distanciados estas vacaciones, pero lo voy a ver en su entrenamiento—sonrió y mentalmente rodé mis ojos.

Finalmente, Derek llego con mi café y tomo asiento a mi lado.

—¿Sigue en pie lo de vernos en el centro comercial después de clases? —Preguntó tomando de su café.

—Duh, por supuesto que si tontito, necesito tiempo con mis mejores amigos—reí bajo por como lo llamo.

No pasaron más de cinco minutos cuando el timbre en la universidad resonó por todos lados, así que me despedí de mis amigos mientras me dirigía a mi edificio y a mi salón.

Como suelo hacer, pienso y a veces se me hace poco creíble como conectamos Hannah y yo, es decir, a la vista somos personas totalmente diferentes. Ella es sociable, muy alegre, divertida, cariñosa y siempre ve el lado positivo a todo, también soy divertida y alegre, pero no lo muestro como ella, sumándole el hecho de que soy algo reservada con gente que no conozco y difícilmente me pueden ver en fiestas o eventos de la escuela.

Somos literalmente opuestas una a la otra, ella viste colores pasteles, yo visto con colores oscuros, ella jamás se ha pintado el cabello, yo llevo haciéndolo desde mi último año en secundaria, y la lista podía seguir.

Me gusta pensar que somos como imanes, opuestos, no obstante, no sé si somos de los que son capaces de atraerse entre sí.

Como mencione, nos vimos después de clases, básicamente para poner al corriente a Derek, pues Hannah y yo a pesar de no vernos, nos hablábamos por mensajes.

Derek dijo que aprovecho la oportunidad de ausencia de salidas para pulir sus habilidades con la cámara, fotografiando cualquier cosa que estuviera frente a él o que considerara algo para capturar, le servía, después de todo puede aplicar lo que ha aprendido durante estos años de estudio.

Cuando pregunte que si no lo habían invitado sus demás compañeros, respondió que no era lo mismo que salir con nosotras, supongo que eso fue algo que también nos conectó a mí y a Derek, somos de círculos sociales pequeños, pero que con los pocos que tenemos, los apreciamos hasta el final.

Con Hannah, ella explico que se la pasó con su familia, en su mayoría de los días, y que también se dio la oportunidad de superar algunos miedos, como los delfines. Que irónico, ¿no? Una futura bióloga especializada en el mundo marino con miedo a los delfines.

Por suerte menciono que ahora ya los puede mantener a una distancia menor de cincuenta metros.

De ahí la conversación paso un poco a su novio; como el hecho de que la invito a su partido de futbol americano, a su cumpleaños, a una comida familiar, bla, bla, bla. Me sentí feliz cuando dijo que en cada una de ellas tuvo que rechazarlas, sin embargo, menciono que este no dejo de lado sus gestos "románticos".

El idiota piensa que lo único romántico que existe es enviarle los buenos días y noches con corazones, decirle lo hermosa que es cada cinco minutos y mandarle flores, pero no ir a su casa y dárselas en persona, no, no, ¡sino enviarlas por correo para que sea sorpresa! Una vez está bien, ¡¿pero todo el tiempo?!

Aceptaría eso último si fuera mi hermano quien lo hiciera, pues está lejos de su pareja, ¡¿pero Evans, enserio?! Vives como a treinta minutos de ella, menos, si fueras en auto.

A una chica como Hannah, merecen que le demuestren otro tipo de cariño, por ejemplo, darle cumplidos más allá de su físico; como que es muy inteligente, que te asombra como le gusta su carrera, el cómo se preocupa de los demás sin recibir nada a cambio, ¡no sé! Tiene muchas cosas buenas como persona.

Además, estoy segura que Evans ni siquiera sabe cómo sería la cita perfecta de Hannah, no hace falta hacer una alta investigación para saberlo. Le gusta los animales y la naturaleza, ¿qué plan se te ocurre con eso? El zoológico, un día de campo, un parque, no un local de hamburguesas cerca de la casa de ambos. Es más, no sabe casi nada de ella y se llevan conociendo desde hace tres años. En un mes aniversario, me habló para preguntarme que le podía dar.

Es obvio saber que yo sabría cómo tratarla, sé lo que le gusta y no le gusta, como hacerla sentir mejor cuando está triste, sé cuándo quiere un abrazo, aunque a veces no le gusta pedir uno, conozco cada uno de sus sueños y metas en la vida. Yo sabría ser un mejor novio para ella.

Sin importar que cuando fue mi turno de contar mis vacaciones, ella pensara que podía surgir algo entre Ricardo y yo, a pesar de que no entre en detalles con lo del beso y sus sentimientos hacia mí.

Si le hubiera dicho, probablemente empezaría a darme consejos para acercarme a él y que no debía desaprovechar la oportunidad de tener algún tipo de romance, pero les dije lo mismo que Ricardo esa vez.

Mis sentimientos hacia él sólo son de una amistad.

No se quedó conforme con eso, lo vi en su expresión que hizo, pero decidió no seguir con el tema y cambio a otro incluyendo esta vez a Derek.

En un momento a solas, me gusta pensar que no mencionó más el tema, no por incomodarme, sino porque sintió celos.

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