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Los nervios lo estaban matando, al menos ya sabía que no era un cincuentón calvo.


Al ver que Seok giraba, Taehyung inmediatamente apartaba la mirada a un punto fijo en el suelo, pero rápidamente cerraba sus ojos.

¿Por qué? Quien sabía, el tipo se moría de los nervios.

«Me voy a cagar en los pantalones de Minho»

Apretaba sus ojos reprendiéndose por pensar aquello y no mirar a Seok.

—¿En serio no vas a verme? —cuestionaba de forma dulce.

Taehyung volvía a apretar sus ojos, como le encantaba aquella voz.

—Sonara ridículo, pero solo estoy tratando de calmar mis nervios —exclamaba llevando su mano para presionar con sus dedos ambos párpados.

Podía escuchar los pasos de Seok acercarse y también podía sentir su fragancia cada vez más fuerte.

Era un perfume dulce y embriagador.

Suavemente quitaba su mano, pero el menor seguía con sus ojos cerrados, sin decir nada, SeokJin lo observaba y rogaba al cielo que no lo reconociera para tener algo con aquel hombre.

«Joder, bonito le quedaba corto»

De cerca admiraba su lunar en la punta de su nariz, su piel canela y su cabello azabache le habían encantado, por dios, el tipo era demasiado perfecto y encima ahora se veía tan adorable y dócil al estar con sus ojos cerrados.

Sonreía y luego suspiraba golpeando con su aliento fresco el rostro del menor. Taehyung sentía que se había sonrojado, ¿donde estaba el Lobo que le decía todas esas cosas sucias?.

SeokJin tomaba la mano del menor y la llevaba a su propio rostro.

—¿Estás alargando esto por pura gracia, cierto? ¿O te da demasiado miedo saber que puedo llegar a ser muy poco agraciado? —soltaba un seductor Seokjin.

Taehyung sonreía de lado y aquello dejaba perplejo al mayor, ahora su mano acariciaba su rostro mientras se mordía el labio. Primero había sido por timidez, ahora aquel juego le había gustado. Se moría por abrir los ojos, pero a la vez le gustaba escuchar aquella voz tan cerca y ahora estar tanteando su rostro era extrañamente interesante.

—Tendrías que haberme dicho que me vendara los ojos —soltaba socarrón sin dejar de tocar ahora con ambas manos el rostro del mayor—. Tu piel es suave

—Tus manos también lo son —exclamaba disfrutando de aquello.

Recién había notado la falta que le hacía este tipo de contacto y el tipo frente a él, era demasiado hermoso. Taehyung rozaba la jodida perfección.

Los pulgares de este bajaban a sus labios.

—Wow —soltaba al sentir lo carnosos que eran—. Tus labios

—Es uno de mis mejores atributos —soltaba. Inconscientemente daba un suave beso a uno de sus pulgares.

—Ah...Seok —suspiraba.

Sin soltarlo se acercaba al rostro ajeno, Taehyung seguía con sus ojos cerrados y SeokJin estaba listo para lo que seguiría, el menor acortaba la distancia listo para besarlo. Cada vez más cerca, golpeando al contrario con el aliento que soltaban, sus respiraciones con pequeñas aceleraciones ante el momento experimentado.

Un dulce roce entre sus labios, SeokJin abría su boca para recibir la ajena, el calor acrecentándose entre ambos mientras Taehyung abría sus ojos para contemplar al famoso Seok segundos antes de besarlo.

—Ah, no puede ser —se alejaba instantáneamente tropezando con el escalón de atrás y cayendo de culo frente a nada más y nada menos que Kim SeokJin y la camisa roja que quería quitarle con sus dientes—. ¡Mierda!

—Joder, Taehyung —el castaño se inclinaba para levantarlo—. ¿Estás bien?.

Taehyung tragaba saliva, esto tenía que ser una jodida broma, una cámara oculta o simplemente había tenido un accidente en el camino con el Uber y ahora estaba en coma y alucinando con Kim SeokJin.

—Tú... Tú—repetía con garganta seca.

«Mierda»

SeokJin había notado de inmediato que Taehyung no vivía bajo un puente y que lamentablemente parecía ser ese diez por ciento de la población que sabía quien carajos era él.

—Si, yo —soltaba nervioso.

Esto había sido una muy mala idea. SeokJin quería cancelar todo y salir de ahí cuanto antes. Taehyung lo miraba de arriba abajo intentando no enloquecer.

Maldita sea, un mes hablando con él, su amor platónico, ahora lo tenía frente a él y no sabía cómo mierda sentirse al respecto. Sacudía su cabeza y sus manos notando que SeokJin se había sentido horriblemente incómodo.

—Lo siento, discúlpame —decía inclinándose constantemente.

—Deja de hacer eso, Taehyung —rogaba.

—Te incomode, lo lamento muchísimo —intentaba calmarse, pero no paraba de temblar—. Lamento m-mucho por ca-casi haberte besado sin tu consentimiento —soltaba sin dejar de balbucear.

SeokJin asentía con cara de pocos amigos, tenía muchas ganas de besarlo, si tan solo no hubiera abierto los ojos segundos antes, al menos habría probado aquellos labios que le quitaban el sueño.

El hombre que lo había vuelto loco por casi un mes, tenía un rostro que cruzaba lo angelical y demoníaco. Taehyung era terrible, lo sabía y le gustaba. Pero ahora parecía demasiado intimidado.

—¿Quieres que lo dejemos aquí? —preguntaba Seokjin de forma amable.

Taehyung pintaba un puchero natural—. ¿Tú quieres que me vayas?.

«Controlate, pedazo de imbécil» pensaba el menor.

Necesitaba unir sus pedazos ¿estaba delirando? no, claro que no.
¿Se sentía intimidado? más que nunca en su corta vida.
¿Quería salir corriendo? no, no lo quería.

SeokJin sonreía de lado de forma más relajada al ver que Taehyung intentaba tranquilizarse.

—Tus pucheros son realmente adorables —decía divertido.

Taehyung caía en la cuenta de todo lo que se habían dicho, no sabía cómo sentirse al respecto, pero respondía con una tímida sonrisa.

—Eres Kim SeokJin —soltaba más relajado.

—¿Por qué alguien tan joven como tú, sabe quién soy yo? —cuestionaba tranquilo.

Seguía tanteando el terreno.

Ups, ¿Que le diría? ¿que lo amaba desde que había comenzado su carrera de empresario modelo?.

—Mi amigo Minho tiene un increíble crush con tu esposa —soltaba intentando sonreír y sonar suave.

Ahora entendía porque el tipo no quería verlo, también confirmaba que tenía un gaydar de puta madre.

SeokJin sonreía y asentía.

—Eso tiene sentido, Jennie tiene muchos seguidores —decía dulcemente.

Taehyung tragaba el nudo en su garganta viendo directo a los ojos del mayor, el tipo era jodidamente perfecto. Muchísimo más hermoso en persona y había sonado demasiado relajado al pronunciar el nombre de la supuesta esposa.

Cada uno seguía parado frente al otro manteniendo la distancia, hasta que SeokJin suspiraba intentando relajar sus músculos. Toda la atención de Taehyung se fue directo a su torso y sus piernas, mirándolo de arriba abajo y mordiéndose el labio inferior.

Era demasiado bueno para ser real, pero demasiado bueno, joder. No podía expresar con palabras la revolución que tenia en su cabeza.

—¿Estás listo para cenar conmigo? —preguntaba Seokjin con sus brazos tras su espalda.

Taehyung se mordía el labio—sin dejar de masacrarlo—sonreía de lado asintiendo.

—Tu primero —soltaba SeokJin.

El menor se recomponía y caminaba pasando por al lado del mayor moviendo sus caderas. SeokJin aprovechaba a ver su culo.

«Terrible»

Negaba mordiéndose el labio porque había notado la forma en la que Taehyung contoneaba sus caderas. Al llegar a la mesa se sentaban al mismo tiempo.

—¿Vino, agua, coca o Sprite? —preguntaba Seokjin.

—Lo que tú tomes —respondía con una dulce sonrisa que intentaba lucir segura, pero solo lo hacía ver vergonzoso y adorable.

—Yo necesito urgente una copa de vino —exclamaba el castaño.

Taehyung lo miraba fijo y añadía—. Vino será, entonces.

SeokJin le regalaba una sonrisa de lado para luego servir una copa para cada uno.

—¿Te molesta si pongo un poco de música de fondo? —preguntaba amablemente.

El tipo era un sueño del que Taehyung no quería despertar.

—Un poco de música estará bien, hasta que sepamos desenvolvernos mejor —respondía el azabache con una sonrisa seductora que sonrojaba a Seokjin.

Este se ponía de pie para encender el plasma e ir al reproductor para escoger una playlist de canciones tranquilas. Taehyung maquinaba en cómo diablos le diría a sus amigos que Seok y Seokjin Kim ¡eran la misma persona!.

Rápidamente se distraía al seguir con sus ojos los hombros anchos del mayor, su angosta cintura y sus largas piernas. Y la bendita camisa que quería arrancar con sus dientes.

«Ay, joder. ¿Podré hacer eso?»

Ahuyentaba los pensamientos, SeokJin era perfecto y ahora hasta se sentía incómodo físicamente. Nunca le había pasado.

«Siempre busco un jodido defecto y ahora el defecto de Kim SeokJin es que es Kim SeokJin. Pedazo de idiota»

Se insultaba a si mismo restregando sus ojos con sus dedos índice y pulgar. SeokJin volvía a la mesa intentando relajarse. La inseguridad de Taehyung la daba cierta tranquilidad. No, el chico no hablaría y mucho menos buscaría dinero para comprar su silencio.

—Tenia un repertorio de preguntas para hacerte y conocerte mejor. Saber que hacías, pero... —soltaba Taehyung intentando parecer relajado—, creo que tendré que cambiar un par de preguntas.

Rascaba su nuca con una sonrisa cuadrada adorable, era un problema. SeokJin se veía cada vez más encantado con el chico, no veía rastros del boca sucia de la línea erótica, pero eso solo le daba una pista de la dualidad que se cargaba.

Y eso le encantaba.

—Hablame de ti. Yo soy un simple empresario veinticuatro siete, al que a veces lo obligan a creerse modelo —se encogía de hombros con un leve puchero.

«¡Te amo!» pensaba de forma superficial y con un ataque de fanboy interior que intentaba relajar y calmar.

—Estudio fotografía, aunque eso ya lo te lo había dicho —exclamaba. SeokJin asentía sin quitarle la vista y él sentía enrojecerse de forma furiosa ante la atención recibida.

Taehyung se aclaraba la garganta y bebía un sorbo de vino, luego desabrochaba el primer botón de su camisa o sentiría que se ahogaría en cualquier momento.

SeokJin era demasiado intimidante, pero él no quería parecerse a un niño asustado. Así que en un ademán por intentar calmar sus nervios, echaba un poco su flequillo hacía atrás tirando apenas su cabeza y suspirando en el proceso con ojos cerrados.

La entrepierna de SeokJin comenzaba a endurecerse ante lo sensual que aquel chico podía ser. Entonces recordaba las veces que se habían corrido juntos en ese jodido mes que venían hablando, de todo un poco. Instantáneamente un calor subía por su nuca para instalarse en la punta de sus orejas.

«No pienses en eso, SeokJin»

Se sentaba de forma más cómoda y quitaba la tapa de su plantó instando a Taehyung a hacer lo mismo.

—No tenía muy en claro que podíamos cenar, pero todo el mundo ama la carne y las patatas —decía feliz. Taehyung lo miraba embobado—. Oh ¿eres vegetariano?.

SeokJin se desinflaba de forma notoria.

—¿Qué? No, no. Adoro la carne y las patatas —exclamaba—. Esto se ve increíble.

SeokJin volvía a relajarse y el sonido de cubiertos comenzaba. La música a sonaba ambientando el momento, Taehyung miraba de soslayo constantemente al empresario y no podía creerlo. A decir verdad, el hambre se le había ido, ahora solo quería subirse encima de aquel hombre y despojarlo de aquella camisa con sus dientes.

Si, eso quería y su entrepierna se volvía cada vez más dura.

—Tus orejas están coloradas —soltaba el azabache.

SeokJin se sonrojaba y sus orejas peor. Una risita incomoda se le escapaba.

—Es algo que me sucede cuando me siento avergonzado —soltaba.

—¿Te sientes así ahora? —cuestionaba el menor.

No había dicho, ni hecho anda que avergonzara al mayor.

—Si, me siento así —respondía viendo a Taehyung a los ojos.

El azabache bajaba la mirada.

—¿Por qué te sientes avergonzado? —cuestionaba comiendo un porción de carne y haciendo un puchero que SeokJin quería morder.

—Mis pensamientos, me están atacando —decía con una sonrisa de lado bebiendo de su copa.

Taehyung quería contraatacar.

—Si, mis pensamientos también me estaba atacando —y lo hacía.

SeokJin se relajaba apoyándose en su silla, se veía etéreo y ese rojo contrastaba a la perfección con su piel blanca, y cabello negro. Era un dios.

—¿Qué dicen tus pensamientos? —cuestionaba Seokjin apoyando su codo en el brazo de la cómoda silla, apoyando su mentón en su mano y acariciando su labio con su dedo meñique, le regalaba un sonrisa de medio lado.

Taehyung sentía sus manos sudar y volvía a desabrochar otro botón de su camisa, también sentía su erección crecer dentro de su pantalón. Joder la atracción era completa y ambos la sentían, así también la tensión y los dos recordaban todo lo que se habían dicho.

—Hay helado ¿quieres? —se levantaba de la silla para ir en busca del postre a la cocina.

—Seguro — afirmaba el menor.

Camino a la cocina aprovechaba para respirar, Taehyung era demasiado para manejar y realmente le había gustado. Su cabeza se llenaba de todo tipo de fantasías eróticas.

—Deja de pensar en sexo —murmuraba para si mismo.

—Es lo único en lo que puedo pensar al verte —soltaba una voz grave.

Inmediatamente se giraba para encontrarse con el chico apoyado en el marco de la puerta. Ahora lo veía seguro y confiado, pero no sabía que en realidad se estaba cagando en los pantalones de su mejor amigo.

Con paso que parecía decidido—pero en realidad se estaba muriendo de miedo—Taehyung se acercaba y SeokJin igual. La distancia se acortaba entre ambos mientras se miraban fijo y se recorrían con hambre lujuriosa el cuerpo del otro.

Taehyung dudaba en la recta final, tan cerca solo a pocos centímetros, su garganta estaba seca y su pulso por el cielo. Si, era su jodido amor platónico, pero también era el tipo con el que se corría mediante llamado telefónico. Ese tipo estaba ahí, parado frente a él.

No podía evitar morder su labio inferior al verlo tan de cerca, tan perfecto, tan jodidamente hermoso.

—Eres... —susurraba el mayor ahogando las palabras—, ven aquí.

Tomaba a Taehyung de la cintura robándole un gemido ahogado y atrapaba su labio de una suave mordida. Taehyung estaba perplejo.

«Ay, mierda. Ay, mierda»

Luego SeokJin pasaba su lengua por el labio para insitarlo a soltarse y corresponder. Sus ojos no se habían cerrado, no era algo romántico. El azabache no tardaba en acunar el rostro del mayor en sus manos e invadir la boca ajena con su lengua que era muy bien recibida.

SeokJin no recordaba la última vez que había besado a alguien y se sentía tan jodidamente bien. Taehyung besaba como los dioses y le estaba comiendo la boca sin tapujos.

El menor por su lado estaba volando, la lengua de Kim SeokJin estaba tomando el control de la suya y adueñándose de su boca. Si, el tipo besaba a la perfección, sus brazos cruzaban para ahora rodear el largo cuello del empresario y el otro apretaba más su agarre.

El sonido de ambas bocas y lenguas luchando se estaba incrustando en la memoria de Taehyung, no lo olvidaría.

—Sé que... —soltaba jadeante el mayor mientras Taehyung seguía besándolo sin descanso—, prometí que...

"Ajam" Taehyung no tenía intenciones de soltarlo.

—Prometí que no habría... —el mayor podía recobrar el aliento, porque los besos de Taehyung habían pasado de su mentón a su cuello—, joder, prometí que no habría sexo, pero es todo lo que puedo desear cuando fijo mis ojos en ti, ay mierda.

Taehyung no quería pensar mucho o se detendría, lo deseaba. Lo deseaba por ser Kim SeokJin, pero lo deseaba el doble por su faceta como Seok. Su lengua lamía y sus labios succionaban con suavidad la zona sensible.

Luego ascendía a la boca del mayor.

—¿Que quieres hacerme? —susurraba mirando fijo SeokJin.

—De todo.


5/5💕

Bueno, bastante largo para ser un capítulo de EROTOFONOFILIA.

En algunos caps, me va a pintar edit. En este, me pintó.

Con amor niñita Nany 💜

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