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Taehyung había trabajado doble turno durante la semana. Había pedido faltar al Call Center y a la librería de sus padres para poder hacer dinero extra en el resto bar. Estaba exhausto, sus pies habían dolido a cada hora de la larga semana y también había aprovechado a hacer delivery para sumar aún más dinero. Bien merecido tenía el descanso de fin de semana que se aproximaba. Eran alrededor de las diez de la noche y el lugar cerraba a las doce los fines de semana. Estaba a punto de terminar su turno para poder salir y correr en dirección a su apartamento, pero su teléfono sonaba con el nombre de Seokjin en él.

—¿Hyung? —atendía.

—Hola —la voz de SeokJin era suave—. Tu "hyung" sonó cansado ¿Has trabajado mucho, Tae? —preguntaba preocupado.

—Doble turno toda la semana —reía dulcemente.

Tae...mira, Jennie acaba de irse —exclamaba, aclarando su garganta—. Tenía pensado pasar por tí y que...ya sabés —Seokjin sonaba tímido.

—¿Quieres venir por mi al trabajo? —cuestionaba abriendo sus ojos—. No es eso...¿Peligroso?.

La risa de Seokjin sonaba al otro lado de la línea.

No quiero sonar como un ricachón engreído, pero tengo otro auto que uso poco y nada. Así que dime la dirección, iré por ti.

Taehyung no sabía si suspirar de alivio, sentirse feliz o entrar en depresión por casi notar la fuerza con la que Seokjin separaba una vida de la otra.

—De acuerdo, te enviaré un mensaje cuando salga para que pueda ir por algo de ropa y una ducha antes

No, iré por tí...puedes ducharte aquí

Hyung, no tengo ropa extra. Debo ir a buscar aunque sea algo para dormir

Usa mi ropa, vamos. Dejame ir por ti, ya quiero tenerte conmigo. Por favor —pedía suavemente y en tono de súplica.

El corazón de Taehyung no podía evitar acelerarse, Seokjin estaba haciendo un desastre de él.

—De acuerdo. En media hora termino, ahora te paso la dirección por mensaje

Perfecto, no puedo esperar a verte ....

Lamentablemente, tampoco puedo esperar.

—De acuerdo... —un silencio incómodo se acrecentaba—. Iré a terminar mis últimas tareas. Te veo en un rato

Ahi estaré y... —Seokjin se quedaba en silencio y Taehyung estaba expectante a lo qué diría—. Gracias, por tu tiempo conmigo.

Taehyung suspiraba demasiado fuerte para su gusto, tapando de inmediato su boca y maldiciendose interiormente.

—No hay nada que agradecer, debo volver. Te estaré esperando. Adiós Hyung.

Sin esperar respuesta, cortaba la llamada y volvía a maldecirse por haber suspirado de esa forma al otro lado de la línea. Su cabeza se estaba volviendo un jodido revoltijo, pero Seokjin no tenía por qué estar al tanto de su confusión.

Era obvio que esto sería una aventura y él lo había aceptado, no podía esperar más que migajas del tiempo de Seokjin, no podía esperar más allá de una necesidad física que el empresario sentía hacía él.

No sé transformaría en sentimientos—milagrosamente—como en los dramas, necesitaba dejar del lado su corazón o saldría arrastrando sus partes hechas añicos en el pavimento de la casa que Seokjin tenía para él y para llevar a cabo sus encuentros meramente sexuales.

Solo eso es, solo eso eres. Sexo, buen sexo. Pero nada más.

Los minutos habían pasado volando, Taehyung estaba quitándose el delantal de su cintura y tomando su bolso, para salir del resto. Otro día largo, pero al menos hoy iba en otra dirección y no a su solitario apartamento. Antes de terminar de despedirse de sus compañeros, su móvil sonaba con una nueva llamada de Seokjin.

—Hyung...estoy de salida —anunciaba, cruzando la puerta de cristal.

Lo sé, te estoy viendo. Llegué hace como cinco minutos

Oh ¿Dónde estás? —preguntaba viendo alrededor.

Una bocina, proveniente de un auto negro, resonaba. Rápidamente miraba a los costados con un rostro de pánico bastante obvio, cruzaba de inmediato y la puerta del copiloto era abierta por Seokjin.

Se metía de inmediato, por alguna razón, estaba tan nervioso como la primera vez que se había subido a su otro auto. Este negro era uno más sencillo, pero de igual forma jodidamente espectacular. Sus manos temblaban y miraba a través del vidrio y la ventanilla para verificar que nadie lo hubiese visto.

No habia mirado a SeokJin, no lo había saludado tampoco.

—¿Tae? —resonaba dulcemente su lado—. Relajate, nadie está mirando y si lo hicieran, no habría forma de que sospecharan absolutamente nada —la mano de SeokJin de posaba sobre su rodilla.

Ahora giraba su rostro para ver al empresario, llevaba una sudadera blanca de algodón, su cabello estaba lacio y su frente descubierta. Llevaba un pantalón deportivo y estaba relajado, de igual forma se veía jodidamente sensual.

—Lo siento —exclamaba, viendo al empresario con ojos brillosos y sonrisa tímida.

La imagen cruda de ellos follando en el baño se le había presentado en su cabeza y teñian sus mejillas de un rosa pastel adorable.

—Te sonrojaste —señalaba Seokjin.

—¿Qué? —preguntaba colocando sus manos sobre su rostro.

—Estás sonrojado —la sonrisa que Seokjin tenía en su rostro era tierna, demasiado dulce.

No me mires así, no lo hagas.

Taehyung comenzaba a dar pequeñas palmadas a sus mejillas.

—No estoy sonrojado, solo es que hace mucho calor en tu auto —decía, acabando con los pequeños golpecitos y ventilandose con la mano.

Seokjin lo observaba divertido intentando acariciar su mejilla, pero Taehyung se alejaba instintivamente. El empresario quedaba sorprendido y Taehyung igual, no había entendido, ni siquiera él mismo el por qué había hecho aquel movimiento. Negándose a la caricia que venía hacia su rostro por parte de SeokJin.

—Lo siento, no pensé que hacía tanto calor aquí —añadía Seokjin.

Su sonrisa era incómoda mientras prendía el aire, para refrescar el pequeño espacio que estaban compartiendo. Taehyung se estaba sintiendo culpable de inmediato.

—Lo siento —añadía, mientras Seokjin arrancaba el auto.

Su mirada iba al frente, pero asentía con su cabeza, dandole a entender que todo estaba bien, a pesar de haber esquivado su tacto. Antes de que un silencio incómodo abordará el auto con ellos, Seokjin ponía música para ambientar el momento. Taehyung lo miraba de reojo, quería tomar su celular para avisar a sus amigos que iría con "Seok" pero sentía que agarrar el teléfono en ese instante, arruinaría más todo el momento.

¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te alejaste?.

—Tae...

"¿Mmm?" Los ojos de Taehyung lo observaban expectantes y estaba demasiado nervioso.

Sin mirarlo y con sus ojos fijos en el camino Seokjin preguntaba—. ¿Quieres que te lleve a tu apartamento?

—¿Qué? —Taehyung giraba todo su cuerpo en dirección a Seokjin, su corazón latiendo a mil por horas ante la oferta de dejarlo en su casa.

—Si estás incómodo, puedo dejarte en t-....

—No.

Un semáforo lo hacía detenerse, dulcemente miraba a Taehyung y notaba tantas palabras sin decir en los ojos café del menor o quizás solo estaba alucinando. Quería ver mas en Taehyung, ver algo que no estaba allí, pero que desesperadamente necesitaba que éste sintiera para no ser él único imbécil que estaba comenzando a confundirse.

—¿Seguro quieres venir conmigo? —insistía Seokjin.

Por favor di que si, pensaba el mayor, tamborileando sus dedos sobre el volante.

—Si, quiero —respondía, pero negaba con su cabeza confundiendo a Seokjin—. Lo siento, necesito llegar y ducharme, estoy cansado y siento que huelo a comida por eso me aleje —respondía.

Aunque no era la verdad. Si olía a comida, pero se había alejado por razones diferentes.

—De acuerdo, cuando lleguemos tomate todo el tiempo que desees —respondía—. Seguramente ha sido un día largo ¿no?

—No te das una idea —respondía intentando relajarse—. Fue una semana muy larga

—¿Has hecho doble turno todos los días? —preguntaba sorprendido.

Taehyung asentía—. Solo en el resto cuenta hacer doble turno, así que puse toda mi energía allí —suspiraba cerrando sus ojos.

Seokjin lo notaba realmente cansado, así que no había añadido nada más, pero luego de unos minutos de viaje se detenía frente a una tienda.

—Ya vuelvo —añadía.

Taehyung lo miraba preocupado intentando esconderse en el asiento del copiloto cuando Seokjin abría la puerta. Aprovechaba a tomar su teléfono y  avisar al grupo que se iría con Seok. Había recibido alguna que otra reprendida de Minho y un Disfrútalo de parte de Vernon. Su cabeza se sumía en una confusión nuevamente, porque Minho tenía razón.

Seokjin era un hombre casado, pero era un matrimonio falso, pero a la vez SeokJin tenía tantos puntos en contra para no enredarse aún mas. Era una figura conocida, quizás no como un idol, pero estaba metido en el mundo de la política. Se estaba volviendo cada vez más público y él no tenía lugar en aquella locura de vida.

Sin mencionar que no era más que el chico que se llevaba a su casa oculta para follarselo y luego endulzarlo con algún que otro mensaje.

Nunca serás más de una follada. Nunca compartirás más que eso con él.

—No tengo que enamorarme, no puedo ser tan idiota —murmuraba golpeando su cabeza en el asiento.

La puerta se abría y él se sobresaltaba.

—Listo —añadía Seokjin con una sonrisa en su rostro y acomodando la bolsa que traía en el asiento trasero.

—¿Que se te olvidó? —preguntaba el menor.

—No se me olvidó, se me ocurrió a último momento —respondía Seokjin.

Con una dulce sonrisa en su rostro.

Mierda, estoy perdido.

Una vez en casa del mayor, éste abría la puerta para invitar a Taehyung dentro, quien al hacerlo notaba el exquisito olor a comida casera.

—Wow...¿Eso es...? —preguntaba, aspirando el rico aroma.

— Kimchi jjigae —respondía Seokjin, con una genuina sonrisa.

—¿Lo hiciste tú? —preguntaba sorprendido, dejando su bolso en el sofá de la sala y siguiendo a Seokjin a la cocina, a un par de pasos.

Éste destapaba la olla con el estofado dentro y le hacía seña a Taehyung para que se acercara.

—Espero y te guste, lo prepare exclusivamente para comer contigo —sonreía al ver a Taehyung ojeando la comida.

Estaba cerca del empresario por querer mirar dentro de la olla, que éste mantenía destapada. Al levantar sus ojos notaba a Seokjin mirándolo dulcemente y demasiado fijo.

Demasiado intenso, demasiado cerca.

Sus ojos se habían desviado a la sonrisa dulce que Seokjin estaba esbozando. Quería besarlo, realmente lo deseaba, pero eso sería desubicado. Joder, ellos no eran novios, estaba ahí para follar.
Quizás debería bañarse cuánto antes y así meterse a la cama para saciar las ganas de ambos y listo.

Aclaraba su garganta y se alejaba.

—Hyung...desearía ducharme —añadía incómodo.

Seokjin notaba como este lo había evitado desde un inicio, se concentraba nuevamente y asentía.

—Esperame aquí, te prepararé ropa cómoda —añadía alejándose—. Tengo ropa interior nueva, así que te la dejaré también

—Puedo estar sin bóxer —respondía Taehyung.

No lo había hecho de forma provocativa en absoluto, pero había elevado la temperatura, tanto en Seokjin como en él. El empresario se giraba y sonreía, otra vez de forma dulce.

—Como te sientas más cómodo. Me llevaré esto —añadía tomando la bolsa con las cosas que había comprado en la tienda en la que se habían detenido.

Taehyung estaba caminando de un lado a otro, completamente nervioso. Otra vez estaba en esa casa, se sentía extrañamente familiar y detestaba aquella comodidad que sentía. Sin mencionar que el hecho de que Seokjin cocinara para él, para ellos dos juntos, hacía todo más jodido.

—¿Por qué mierda cocinas para mí? —murmuraba en dirección hacia donde Seokjin se había ido—. Y encima huele exquisito. Joder. ¡No ves que no quiero enamorarme de ti! —susurraba a gritos y golpeando su pie contra el suelo.

Estaba haciendo un auténtico berrinche. Los minutos pasaban y Seokjin no volvía ¿Por qué tardaba tanto para buscar un muda cómoda? ya sabía dónde estaba el baño, uno hermoso por cierto.

—De acuerdo —Seokjin aparecía con ropa cómoda y pantuflas—. Ya sabes dónde queda el baño, te deje todo allí. Tómate tu tiempo, yo iré calentando la cena. Si necesitas algo, solo llámame —añadía sonriendo y se dirigía nuevamente a la cocina.

Taehyung suspiraba, el tipo era adorable, era atento. Demasiado caballeroso y Taehyung tenía que separar la amabilidad natural de Seokjin de una ilusión lejana de un Seokjin levemente enamorado de él.

Ridículo serás, Taehyung.

Camino al baño, entraba en él, llevándose una muy grata sorpresa. Tenía una muda sobre el mármol, otro par de pantuflas para él, toallones y las luces estaban bajas, el baño estaba iluminado por velas aromáticas de fresa. A la izquierda de la ducha estaba la gran y lujosa tina dónde Seokjin le había preparado un baño de espumas.

—Dios ¿Bajo del auto para comprar estas cosas? —murmuraba—. Joder, no podías hacerlo más perfecto ¿No, Kim Seokjin?.

Taehyung maldecia al universo, Seokjin le había preparado un baño caliente para que él se metiera y relajara dentro. Por eso le había dicho que tomara su tiempo. La tina tenía sales que harían que sus músculos se relajarán y joder que lo necesitaba, con todo lo que había trabajado.

Comenzaba a desnudarse y una sonrisa se le pintaba en su rostro al sentir la calidez exacta del agua sobre su piel. Se metía dentro y se acomodaba para sentir el agua a punto cubriendo toda su anatomía. La intención de Seokjin había sido perfecta, se imaginaba y había notado el cansancio que Taehyung cargaba, así que se había detenido para comprar lo necesario y que éste tuviera un buen baño de burbujas relajado en su tina.
En lo poco que pudiera el empresario deseaba hacer sentir especial a Taehyung, no sabiendo las consecuencias y preguntas que despertaba en éste.

El tiempo avanzaba y Seokjin tenía por seguro que dejaría a Taehyung relajarse, pero ya había pasado alrededor de treinta minutos y el mayor se preguntaba si se habría dormido, ya que se veía muy cansado. Con paso dudoso se encaminaba al baño principal y golpeaba.

—¿Tae? —nada del otro lado. Otro golpe—. ¿Taehyung? —nada.

Con su mano en el pomo lo giraba, rogando que el azabache no hubiese pasado llave y gracias a todos los dioses, no lo había hecho. Entraba y se encontraba con la imagen más hermosa jamás vista por él. Taehyung yacía cómodamente dormido, con la espuma ya desvaneciendo del agua. Tenía su pelo húmedo y un puchero adornaba su bonito rostro.

Seokjin acortaba la distancia y se agachaba para quedar a su altura, su mano no pedía permiso y se dirigía a quitar la hebras húmedas que caían sobre los ojos de Taehyung. Las quitaba con lentitud y una vez con ese bonito rostro despejado, sus nudillos acariciaban el rostro de éste sin apuro.

Su propio mentón descansaba sobre su antebrazo, observando a Taehyung y estaba pensando si debía despertar al menor o seguir acariciando su bonito rostro, porque desde que Taehyung se había subido a su auto, todo lo que quería era tocarlo, acariciarlo dulcemente y sin apuro como lo estaba haciendo ahora, pero había sido rechazado.

Ahora Taehyung dormía pacíficamente en la bañera y todo lo que SeokJin quería hacer era acariciarlo, ni más ni menos. No había siquiera vuelto a mirar la desnudez del universitario. Solo su bonito rostro y como dormía. Lentamente éste parecía estar despertándose, Seokjin retrocedía su mano y se enderezaba aún sobre el piso.

Taehyung abría sus ojos de a poco y notaba la imagen de un hombre frente a él, Seokjin.

Hyung —decía sobresaltado—. ¿Me dormí?

—Profundamente —respondía Seokjin, viendo cómo se fregaba el rostro con sus manos mojadas—. Me preocupé y vine a verte, lo lamento

—No, está bien, está bien —corregía el menor, poniendo su mano húmeda sobre la de Seokjin, que descansaba sobre el borde de la tina.

Era el primer contacto físico que Taehyung hacía en toda la noche con él y, a pesar de estar mojado, el toque ardía sobre la piel de Seokjin.

—Estaba muy cansado —decía Taehyung en forma de disculpa y jugando con los dedos del mayor.

—Lo entiendo, es más, aún estás cansado —afirmaba Seokjin, entrelazando sus dedos a los de Taehyung—. Hagamos una cosa... —exclamaba, ahora tomando el coraje de acomodar parte del cabello de Taehyung tras su oreja—, te esperaré con la cena mientras te vistes, luego nos iremos a la cama para que puedas dormir en una superficie blanda o podrías ahogarte en mi bañera y no queremos eso.

Taehyung sonreía y estaba sonrojado por la forma en que sus dedos encajaban con los de Seokjin, luego su sonrisa se desvanecía y con ojos grandes preguntaba—: ¿Dormir en la misma cama? ¿Solo dormir, tú y yo?.

Seokjin reía dulcemente cerrando sus ojos, besaba los nudillos de Taehyung con dulzura, estremeciendo cada parte del cuerpo ajeno. Lo soltaba y se ponía en pie.

—Vistete, el estofado y yo te esperamos —se encaminaba hacía la puerta y antes de salir añadía—. Tengo una habitación de invitados, si no quieres, simplemente, dormir conmigo, puedes dormir ahí. Lo que tú quieras.

Guiñaba un ojo al azabache y salía del baño sin añadir nada más, dejando a Taehyung con sus latidos acelerados, su piel ardiendo y sus dedos aún con la sensación suave de los labios de Seokjin.  Rápidamente puchereaba y tapaba su rostro frustrado.

—Esto será muy difícil, muy difícil —sollozaba bajo la luz de las velas.

Lo sabía, estaba seguro que sería demasiado complicado no caer en un enamoramiento con Seokjin. Lo que no sabía era si el mayor experimentaba lo mismo o simplemente era su forma tan agradable de ser.

Algo simple se estaba volviendo un desafío.

Bueno, bueno, todas querían Erotofonofilia. Esperaban Lemon?

Perdón, los sentimientos están floreciendo 😳

Les amu, no salgan. Lavense bien las manos y si salen a un metro de distancia de la gente.

Con amor Niñita Nany 💜


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