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Taehyung se había acomodando su cabello y puesto la ropa que Seokjin le había dejado. Salía con el enorme toallon negro húmedo, entre sus manos. Al volver a la sala el olor al estofado se colaba por sus fosas nasales haciendo que su estómago crujiera a causa del hambre.

Seokjin se encontraba abriendo una botella de vino, muy concentrado y por alguna razón a Taehyung le había parecido adorable la mueca que tenía pintada en su rostro. Carcajeaba bajito llamando su atención.

—Oh, hola —decía sonriendo y abriendo finalmente la botella con el corcho rebelde que no quería salir—. Dame eso —pedía el toallon húmedo y lo llevaba fuera.

Taehyung se acercaba a la isla y se sentaba, oliendo el aroma que el Kimchi jjigae largaba. Su cabeza repetía una y otra vez la frase de no caer ante los encantos de este hombre.

Debes ser fuerte, solo es platónico lo que sientes. Solo eso.

Seokjin volvía y se acomodaba frente a él para comenzar a servir una gran porción para cada uno. La sonrisa de éste seguía pintada en su bonito rostro y Taehyung se encontraba contemplándolo como imbécil.

—De acuerdo, espero te guste... —exclamaba feliz—. Hace mucho no cocino este plato, así que espero no haberlo arruinado.

Taehyung sonreía—. No lo creo, se ve increíble y huele exquisito —respondía, tomando una cuchara—. De todos modos mi paladar está atrofiado. He comido más de una vez la comida de Minho y créeme, aún no entiendo cómo no he muerto el intento.

Seokjin comenzaba a reír y Taehyung lo hacía con él, la risa de Seokjin era alegre, la de Taehyung era dulce, muy dulce y el sonido de la misma, tenía encantado al empresario...obviamente a juego con la sonrisa bonita pintada en el rostro del azabache.

—Minho es el chico que grito a los cuatro vientos que yo era tu platónico ¿cierto? —preguntaba curioso.

Y Taehyung, se ahogaba.

—Lo sie-... —seguia tosiendo y Seokjin se levantaba para servirle y alcanzarle un vaso con agua, para que pudiera beberlo y sentirse refrescado.

—Bebela, tranquilo...respira —pedía, presionando el hombro de Taehyung.

Estaba nuevamente cerca y Taehyung completamente colorado, probablemente era cincuenta por ciento por estar ahogado y otro cincuenta por sentirse avergonzado. Seokjin ahora golpeaba su espalda de forma suave y Taehyung lograba recuperarse, beber el agua y volver a respirar.

Seokjin lo miraba de cerca y volvía a acomodar su cabello humedo—. ¿Te encuentras bien? —preguntaba dulcemente.

Taehyung bebía lo último, aclaraba su garganta y asentía. Sus ojos se encontraban con los negros de Seokjin que tenían un suave brillo de preocupación pintados en ellos. El empresario lo observaba y levantaba sus cejas esperando una respuesta a su anterior pregunta.

Pero Taehyung no respondía, de lo contrario se dejaba llevar y acortaba la distancia para atrapar, sutilmente los labios de Seokjin en un beso dulce. Casi parecido a un roce, uno que quemaba en demasía a ambos involucrados. La mano de Taehyung arrugaba la ropa de Seokjin y lo acercaba más, mientras que el empresario lo tomaba de la nuca y ahora estaba a cargo de abrir sus labios y permitirle a Taehyung jugar con su lengua dentro de su boca.

Sus labios comenzaban a moverse sobre los de Seokjin, lo estaba devorando, cada vez más y  con mas desesperación, inevitablemente el beso iba subiendo la temperatura en ambos. Los sonidos eran cada vez más fuerte y Seokjin de repente se apartaba.

Faltó de aire y sonriendo de forma sensual, observaba a Taehyung con labios hinchados y no podía evitar atrapar sus labios otra vez, darle una corta succión y mordida, robándole un gemido.

—Joder ¿Por qué tardaste tanto en besarme de esa forma? —preguntaba sobre los labios del azabache.

—No lo sé —respondía un agitado Taehyung.

Seokjin comenzaba a acariciar la nariz ajena con la suya y depositaba castos besos, demasiado dulce, demasiado íntimo...

—Estás pensando demasiado —susurraba el empresario—. ¿Por qué piensas demasíado? —preguntaba, con un camino inesperado de besos.

Sus labios iban de la mejilla de Taehyung a su sien y de ahí depositaba un casto beso en la frente del azabache, quien suspiraba completamente rendido al extraño encanto que Seokjin parecía crear esa noche a su alrededor.

—Me haces pensar demasiado —decía, cerrando sus ojos y aspirando la fragancia de SeokJin.

—¿Yo por qué? —preguntaba el empresario con un puchero y sus cejas levantadas, buscando la mirada de Taehyung.

Éste le correspondía y reía de forma dulce.

—Eres muy tierno, tienes que dejar de serlo o voy a confundirme —pedía dulcemente en un puchero.

Intentando mantenerle la mirada a Seokjin, quien se había quedado casi estupefacto ante las palabras de Taehyung.

¿Confundido? ¿Taehyung?.

El azabache se mordía el labio y se alejaba de Seokjin añadiendo—: Comamos, va a enfriarse y quiero disfrutarlo caliente.

Seokjin asentía después de unos segundos y volvía a su lugar con muchas preguntas atoradas en su garganta, pero que no salían por la actitud defensiva que Taehyung adoptaba, otra vez.
La cena se estaba tornando incómoda, pero SeokJin no iba a permitirlo, así que rápidamente buscaba un tema de conversación.

—Pedí que cambiarán mi silla —exclamaba y Taehyung lo observaba con sus cejas en alto—. Solía tener una silla masajeadora...y se rompió, pedí que la cambiaran.

Taehyung quería reír, Seokjin intentando no dejar espacios en blancos entre ellos, era algo muy adorable de ver.

—¿Tienes muchos problemas en la espalda o cuello? —preguntaba amablemente.

—Las cervicales —respondía—. Me causa mucho dolor en la zona de la nuca que luego termina convirtiéndose en un dolor de cabeza que procede desde esta zona y se expande —decía, tocando la zona de la nuca.

—¿Has ido a qué te hagan masajes? Te serviría de mucho —añadía un amable y relajado Taehyung.

Seokjin había logrado que se olvidara de la tensión reciente, al menos unos momentos.

—Honestamente, no me he hecho el tiempo...por eso cambie la silla —decía, sonriendo dulcemente—. Y si los dolores de cabeza atacan, tomo algo para calmarlo.

Taehyung fruncía el ceño y negaba—. Hyung, deberías al menos tener unos masajes una vez por semana. Tienes que tener más cuidado...¿De que te ríes? —cuestionaba al notar la sonrisa del empresario—. Te estoy hablando en serio, tienes que tener cuidado. Debes cuidarte

—Cuidame —soltaba Seokjin.

Taehyung quedaba sorprendido, probablemente oyendo el sonido de su corazón latiendo cada vez más rápido.

—Lo siento —exclamaba Seokjin, volviendo su mirada al estofado—. ¿Te gusta el sabor? —cambiaba de tema.

Taehyung se mordía el labio y con un breve "Mmhm" continuaba degustando el estofado. Seokjin suspiraba derrotado Intentando no hacerlo tan fuerte, no parecer tan obvio.
Luego de finalizar la cena, el mayor había notado el cansancio de Taehyung por lo que le había ofrecido rápidamente ir a descansar, pero he ahí el nuevo dilema ¿Dónde dormiría cada uno?.

—De acuerdo, no quiero entretenerte más. Te ves exhausto —exclamaba.

Mantenía una distancia, de casi un metro y el menor estaba básicamente asintiendo sin hablar demasiado.
Seokjin suspiraba y añadía:

—Hay algo que quiero... —se mordía su lengua—, ven sígueme.

Taehyung lo miraba confundido, pero lo seguía. Con paso tranquilo iba detrás del mayor, en dirección a la habitación principal. Dónde ya habían estado, ya habían follado y se habían acurrucado después del sexo, necesitando más y más contacto del otro.
Al entrar, el empresario encendía las luces y buscaba dentro su armario lo que deseaba darle al universitario, quien no tenía idea de que estaba sucediendo. Pero a los poco segundos, Seokjin giraba con una caja en sus manos.

Estaba envuelta en papel madera, con un moño rojo y la iniciales de Taehyung en ella. El azabache se mordía el labio imaginando que podría haber dentro.

—Para ti... —decía Seokjin con dulzura.

—No me digas, por favor no me digas que lo hiciste... —exclamaba con seriedad el menor de los dos.

—Solo ábrelo... —insistía Seokjin.

El tamaño de la caja era aproximadamente, similar, a las de una caja de botas grandes. Taehyung se acercaba negando con su cabeza y con un rostro...demasiado serio para el gusto del mayor. El corazón de Seokjin se encogía dentro de su pecho al notar que Taehyung parecía levemente molesto.

Tomaba la gran caja, quitaba el moño y comenzaba a romper el papel, con demasiada brusquedad, llenando de tensión y ansiedad el ambiente de Seokjin. Una vez libre, se notaba el nombre de Nikon en la caja y Taehyung chasqueaba su lengua, totalmente disconforme y claramente ofendido.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntaba tosco, mirando fijo a Seokjin.

Éste perdía su sonrisa por completo.

—Quería dártela, es de mi parte con car-....

—¿Que soy tu puta? —preguntaba elevando su voz y sorprendiendo por completo al mayor.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?

—¿Ésta es tu forma de agradecer mi tiempo gastado en ti y el sexo que tengo contigo, eh? —cuestionaba ofendido.

Seokjin comenzaba  a sentir como sus latidos se aceleraban y la palabras parecían quedarse estancadas en la punta de su lengua al notar que Taehyung volvía a tomar la palabra.

—No la quiero, sabes —añadía enojado—. Quédatela, esto que haces es horrible. Solo porque tienes dinero y todo te resulta jodidamente fácil, inclusive tenerme te es fácil... —exclamaba sin respirar—, no te da el derecho de tratarme como si fuera una especie de escort boy para ti ¿Sabes?

—¿Un qué? —preguntaba Seokjin confundido, levantando sus manos para que Taehyung se relajara un poco.

—¡Es tu forma de pagarme por darte mi culo!

—¡Dios, no! —exclamaba Seokjin levantando su voz, aún más que el mismo Taehyung—. ¿Que es lo que te pasa?

—¡¿Que es lo que te pasa a ti?! —preguntaba el azabache, con furia y a pulgadas del rostro de Seokjin.

Éste lo miraba sorprendido y a la vez, evaluaba la actitud demasíado defensiva y el ataque que Taehyung había hecho hacía él. Los ojos del universitario brillaban demasiado, con un pequeño destello de ¿Desilusión? ¿Confusión?.

Joder ¿Que mierda estaba sintiendo Taehyung?.

—Tae... —añadía suavizando su voz—. No te estoy pagando por tus servicios

—Es lo que parece, parece que estuvieras acostumbrado a hacer estas cosas y luego pagar con regalos como si fuera el estúpido amante que se conforma con esta especie de migajas ¿Que mierda pensabas al darme esto? —señalaba la caja—. Te pedí específicamente, que no lo hicieras

—¿Vas a dejarme hablar o seguirás metido en este papel de chico hostil? Desde que llegaste que me esquivas y te alejas —añadía  el mayor—. Te pregunté si querías ir a tu apartamento y dijiste que no. Te hubiera llevado si me lo hubieras pedido

—Oh, vamos. El plan era vernos mañana, pero no podías esperar a follarme —añadía con rabia.

—¡No podía espera a estar a contigo! —gritaba en su rostro—. ¿Acaso te mencioné algo sobre follar? ¿O te lo insinue en algún momento? —Seokjin se alejaba agarrando su cabeza.

—Me llamaste y dijiste que no podías esperar a estar conmigo

—¡Exacto! —gritaba—. Maldita sea, Taehyung —volvia a suavizar su tono de voz—. Hay miles de maneras de pasar el tiempo juntos. No necesariamente deseo tenerte en cuatro cada vez que quiero estar contigo. Si, es lo que pasó la última vez ¿Pero quién de los dos fue el que lo pidió, eh?.

Taehyung tragaba el nudo en su garganta, recordando la ocasión en aquella terraza donde desesperadamente le había pedido a Seokjin que lo follara, apartaba su mirada y pestañeaba reiteradas veces evitando acumular lágrimas.

—Sabes, esa noch-...me odio, me odio por hacerte esto —exclamaba Seokjin—. Sé lo que te pedí y sé que no es justo para tí. Pero yo no te rogué ir buscarte esta noche para follarte. Quiero pasar el tiempo que pueda contigo, porque me gustas.

Taehyung mordía su labio y miraba sus pies, no podía mirar al hombre frente a él, dándole explicaciones que ciertamente no le correspondían, pero que de igual forma lo estaba haciendo.

—Mi regalo no es una forma de pagarte, joder. Es horrible lo que dijiste

—Bueno, lo parece

—No. No lo parece, tu lo ves de esa forma ¿Sabes cómo lo veo yo? O al menos cuál es mi verdadera intención... —Taehyung se cruzaba de brazos y levantaba la vista para ver lo frustrado que había dejado a Seokjin en segundos—, Soy un tipo al que le gusta hacerle regalos a la gente que le importa. No soy del tipo que regala cosas porque tiene dinero y le gusta despilfarrar. Hago regalos a mi madre, a mi hermano a Jennie, inclusive a mi padre....pero es la primera vez que puedo... —se mordía el labio y desviaba la mirada.

La curiosidad de Taehyung hacía a un lado su pequeño orgullo.

—¿Que puedes qué? —preguntaba con la curiosidad comiendole los huesos.

—Desde que mi padre se alió con el de Jennie, mi vida fue prácticamente planeada por alguien más. He estado con algún que otro chico y solo uno me había impactado, hasta que me vida se redujo a ser el esposo falso de mi mejor amiga —Taehyung lo escuchaba atentamente, no podría dejar de hacerlo aún si así lo quisiera. Seokjin tenía toda su atención—. No he tenido una enriquecida vida "amorosa" , contigo es la primera vez que...

Seokjin suspiraba, cuestionandose si debía continuar o dejarlo así.

—¿Conmigo es la primera vez que qué? —insistía el universitario.

—Te ayude con la mudanza porque me gustas, fui a buscarte ebrio, porque me gustas. Te compré esta cámara con la más pura intención de hacerte feliz, porque me gustas. Y en aquella fiesta podía solo haberte besado que hubiera estado conforme, pero me pediste más y te lo di, porque me vuelves loco y si me pides que salte como imbécil probablemente lo haga, porque me gustas demasiado. Es la primera vez que puedo obsequiar algo al hombre que me interesa. No a mi madre, padre o hermanos.

El Taehyung interior estaba descolocado por las palabras de Seokjin, el Taehyung exterior, estaba intentando mantenerse de pie y no saltar a los brazos del empresario.

—Tu solo tienes un hermano —corregía con suavidad, sin perder la seriedad y manteniendo la distancia.

Seokjin reía, más relajado—.  Tienes razón, pero por hermanos no solo hablaba de Beomgyu, si no también de Jennie.

Taehyung abría sus ojos en demasía por haber escuchado como Seokjin comparaba a Jennie con una hermana. Seokjin acortaba la distancia de repente, quedando a centímetros de un Taehyung sorprendido e intimidado.

—Puedes dejar la jodida camara si no la quieres, pero me haría muy feliz si la aceptarás —Taehyung hacía una mueca adorable arrugando su nariz—. Perdón por lo que voy a decir y no tienes que responder y mucho menos corresponder, pero me encantas. Me gustas demasíado.

Taehyung abría su boca, pero las palabras no salían.

—No debería decirte esto porque....mi vida no es mía, prácticamente. Pero eres lo único real hasta ahora... —Taehyung volvía a suspirar con un mohin en sus labios.

Seokjin le estaba tirando demasiada información sin anestesia. Las manos del mayor acunaban su rostro con dulzura y lo observaba con preocupación.

—No te pido que estes disponible para mí en cualquier momento, porque sé que tienes tu vida y yo la mía o algo así —exclamaba Seokjin—. Pero me gusta pasar tiempo contigo. Cuando fui por tí ebrio, luego estuvimos juntos...me gustó ese tiempo, me gusta hablar contigo por teléfono, de cualquier forma lo admito. Pero también me gusta mandarte mensajes, que me envíes fotos como lo hacias para convencerme de conocernos. Me gusta esa extraña espontaneidad que hicimos —suspiraba y soltaba a Taehyung, alejándose y dándole la espalda.

El azabache sentía un frío recorrerle el cuerpo, cuando el calor de Seokjin abandonaba su espacio personal. Otro suspiro y notaba los hombros de Seokjin caídos.

—Creí que sería fácil lo del sexo sin compromiso —admitía, teniendo toda la atención del menor sobre su espalda—, pero me gustas más allá del sexo. Me gustaría saber más del Taehyung fotógrafo, del chico que tiene millones de trabajos y ahora vive solo, con dos amigos que son pésimos para guardar sus secretos... —reía, dejando caer su cabeza—. Solo me gustas. Demasiado.

Taehyung mordía su labio y largaba todo el aire contenido, jugaba con sus dedos y Seokjin no podía verlo, solo sentía el silencio clavarse en su pecho. Taehyung no respondía y de una forma u otra, estaba bien si él no era correspondido por el universitario.

Estaba bien o lo estaría.

Unos brazos se enrollaban en su cintura con fuerza, mientras que su alma parecía volver a su cuerpo. Sentía el calor de Taehyung tras él, su aroma y su cuerpo presionando contra el suyo y su cabeza apoyadose en su hombro.

Podía sentir el corazón de Tae latiendo con rapidez y lo escuchaba suspirar otra vez. Sus propias manos se aferraban a los brazos ajenos y luego de un momento el menor añadía:

—¿Puedo quedarme con la cámara? —preguntaba, con su mejilla pegada a la espalda de Seokjin—. Realmente no quiero trabajar doble turno la próxima semana.

Seokjin carcajeaba.

—Es tuya —afirmaba.

Al igual que yo o parte de mí.

Bueno voy a realizar la lloracion con esta historia 😭😓

¿Que les pareció? A poco no pensaban que Seokjin estallaría ¿No? O si? 👀👀👀

Si ven errores me avisan, tengo chueñito 😴

Con amor Niñita Nany 💜

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