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Park Jimin había sido una bonita relación para SeokJin. Llena de pasión, descubrimiento. Ternura y miedo.  Era un bonito recuerdo y un "quizás si" se hubiera puesto primero, hubiera sido feliz un periodo más largo. "Quizás si" hubiera salido del clóset no tendría que sentirse tan asfixiado y cansado. "Quizás si" hubiese tomado su chance, probablemente no hubiese durado con Jimin, pero tendría una relación libre con TaeHyung en la actualidad.

Era un bonito recuerdo y a veces una tortura.

—Jin —el rubio abría sus ojos y no pensaba dos veces cuando abrazaba al empresario—. Sabía que te vería, pero no creí que antes de esta noche.

El corazón de TaeHyung se aceleraba cuando veía los brazos del otro hombre alrededor del cuello de SeokJin. YeonJun le había visto de reojo, disimuladamente notando que, TaeHyung tenía la mirada perdida en la espalda de SeokJin y éste, no había podido corresponder como era debido al abrazo cálido y amistoso que Jimin le había dado, por sentirse extrañamente expuesto.

— ¿Qué haces aquí? —cuestionaba sorprendido.

—Mi buffet será el encargado de alimentar a los tiburones de la reunión de hoy —sonreía dulcemente—. Ya que te veo, no sé si estás libre, pero ¿tienes unos minutos para un viejo amigo?

«¿"Viejo amigo"?» pensaba el universitario y se le oprimía el pecho otra vez.

SeokJin miraba hacia atrás a sus empleados—en realidad, necesitaba chequear a TaeHyung—quien al ver los ojos de SeokJin de inmediato agachaba la cabeza.

—Park Jimin es un compañero de la preparatoria y compartimos el primer año de la universidad —añadía, presentando al rubio.

TaeHyung ahora podía verlo bien y ese chico era perfecto. Delicado, hermoso. Más pequeño que SeokJin y sintió celos, ridículos celos. Sintiéndose demasiado alto, demasiado masculino. Demasiado trigueño, demasiado... Todo lo que Jimin no era, pero de mala manera. Todos habían estrechado manos con el rubio, hasta que TaeHyung lo veía frente a él, esperando el saludo. Al parecer, SeokJin había presentado a su pequeño grupo laboral, no era nada de otro mundo, no sería la primera vez que SeokJin se cruza a alguien conocido con su equipo y él de todas formas los presentaría como la persona educada que era.

—Mucho gusto —soltaba el rubio. Hasta olía bien.

—Y él es Kim TaeHyung, nuestro nuevo  fotógrafo —mencionaba SeokJin. TaeHyung reaccionaba y sonreía algo descolocado y perdido.

SeokJin tenía ganas de tomar su mano y llevarlo lejos para besarlo fuerte para que toda—al parecer—inseguridad se drenara de su cuerpo.

—Bien ¿qué dices?. Quince minutos máximo —insistía Jimin.

SeokJin sonreía y miraba a YeonJun—. Anuncia a mi chófer que tardaré más tiempo, vuelve con el resto al hotel —ordenaba con dificultad, luego miraba a sus empleados—. Por favor, no hagan nada extra hasta la cena de la noche. Los veré ahí de nuevo —relamía sus labios y pasaba de TaeHyung a Jimin.

—Genial, justo me dirigía a la cocina, podemos tomar un café allí. Buenas tardes —se despedía el rubio, esperando a que SeokJin le siguiera, obviamente iba para el lado contrario por lo que al pasar, rozaba su cuerpo al de TaeHyung y acariciaba su mano.

TaeHyung entendía. Lo hacía, pero estaba aturdido.

Cuando subían todos al elevador, el camino hacia la camioneta había sido un borrón para Tae. Quería tomar su teléfono y enviar lo que fuera a SeokJin, pero sus dedos parecían entumecidos. Así que por los siguientes largos minutos de vuelta al hotel, TaeHyung parecía un zombie y YeonJun lo miraba preocupado.

Jimin se encontraba muy sonriente camino a la gran cocina gourmet que la empresa, ahora amiga de "Kim Enterprises" tenía. Miraba a SeokJin y Seokjin lo miraba y solo podían sonreír.

—Sé que estás pensando que es una loca coincidencia —soltaba el rubio.

«Anoche te había mencionado, es una increíble y jodida coincidencia» pensaba el castaño.

—Cuando supe para quienes estaban contratando mis servicios, no podía esperar... —admitía.

SeokJin sonreía y lo miraba—. Te ves muy bien, Jiminnie —halagaba.

—Han pasado años y eres el único que me llama así —ambos reían, las puertas se abrían y mucha gente se veía de aquí para allá, preparando platillos y cosas que, diablos, olían exquisito para el empresario.

— ¿Todos ellos son tus empleados? —preguntaba asombrado.

Una chica pasaba por enfrente de ellos para preguntarle algo a Jimin, pero se quedaba boquiabierta cuando veía al tipo despampanante y sumamente atractivo al lado del rubio.

—Ah... Kim-Ki-Kim SeokJin —balbuceaba.

Jimin suspiraba y reía—. MinHa, el señor Kim es un viejo amigo o lo saludas como corresponde o al menos cierra la boca, estás babeando.

La chica se tapaba la misma y se inclinaba para saludarle—. Dios, es tan guapo en persona —la chica se ponía colorada y se ventilaba el rostro.

Jimin rodaba los ojos, quería evitar reírse—. MinHa, dime lo que venías a preguntar. Quiero tomar un café con mi amigo, por favor —pedía el rubio dulcemente.

La chica quedaba sin habla y Seokjin sonreía con dulzura.

— ¿Puedo pedirle una foto? —preguntaba dulcemente.

—Ya, vuelve a tu trabajo. Tenemos un día activo y sé que estás retrasada, por favor, ve —le ordenaba dulcemente.

La chica le hacía un puchero y salía de la presencia de ambos. Jimin negaba riendo y luego le ordenaba a uno de sus empleados preparar dos lágrimas para que luego la llevarán al despacho que le habían dado a Jimin momentáneamente. Al entrar a la pequeña y bonita oficina que tenía muchas carpetas, fotografías, recetas y demás, SeokJin relamia sus labios y miraba nuevamente a Jimin.

El rubio se sentaba en el escritorio y le sonreía de oreja a oreja.

—Tienes los ojitos tan abiertos que hace tan divertido verte —mencionaba sonriente, mirando de arriba a abajo a SeokJin en detalle.

El castaño sonreía—. No es justo, tú estás tranquilo porque sabías de antemano qur tendríamos este reencuentro...

—Es cierto, igual me siento nervioso. Has cambiado tanto —Señalaba sonriente.

Seokjin chasqueaba su lengua, sentándose finalmente.

—Sigo siendo el mismo imbécil —mencionaba, luego una sonrisa soñadora aparecía—. Aunque me siento más feliz que en otras ocasiones

—No me digas —exclamaba Jimin—. He visto tus proyectos, trabajos. Has logrado cosas increíbles con Kim Enterprises

—Sin embargo es la empresa de mi padre —señalaba.

—Pero los éxitos de los últimos años son todos méritos tuyos y seamos honestos, la vida de empresario inalcanzable y exitoso, te queda muy bien —añadía el rubio.

Justo en ese entonces, la puerta sonaba, uno de los empleados traía el pedido de Jimin que compartirían y se retiraba.

—Tú eres bastante exitoso, conseguiste lo que querías, aunque pensé que sería un restaurante —exclamaba confundido.

—El buffet me pareció más entretenido, con más oportunidades para viajar con mi equipo. Quizás cuando me retire, vaya por eso —admitía—. Por ahora me gusta llevar mi trabajo a reuniones y fiestas de todo tipo, es muy entretenido —sonreía.

—Es un placer verte de nuevo —admitía el castaño.

Jimin asentía—. ¿Cómo esta Jennie? Aparte de hermosa y exitosa también, supe por un amigo en común que ella continúa con eso de ser diseñadora

—Su padre no está al tanto, cree que solo ayuda a unos amigos, pero es de ella —mencionaba—. Esta bien, saludable y enamorada.

Jimin alzaba sus cejas—. Kim Seokjin dejando que todos sean felices por encima de él ¿eh? —preguntaba, endulzando su lágrima.

—Fuiste el único que no salió beneficiado en eso —mencionaba el castaño, con una mirada de disculpa.

Jimin sonreía dulcemente—. No te guardo rencor, pero podríamos habernos hecho felices un poquito más de tiempo —soltaba con una cara divertida.

—Eres mi mejor recuerdo —añadía SeokJin con sinceridad.

—Y tú el mío —replicaba el rubio—. Dime qué tal tu vida amorosa ¿te has arriesgado en estos años o solo has dejado que Jennie se divirtiera sola?.

Jimin sabía antes de perder completo contacto con SeokJin, que Jennie y Jong In habían comenzado su romance. Pero Jimin no quería ser el segundo y Seokjin estaba muy asustado para hacer algo arriesgado al inicio de su falso matrimonio.

—Te dije que soy más feliz ahora —mencionaba sonriente y bebiendo de su taza.

Jimin alzaba sus cejas y sonreía con dientes y todos—. Niegame que es ese fotógrafo de piel canela.

Seokjin se ahogaba con la lágrima y de inmediato Jimin le pasaba una servilleta.

— ¿Estás bien? —preguntaba el rubio, intentando no reír.

— ¿Es muy obvio? —cuestionaba el castaño preocupado.

Jimin negaba—. Es solo que no he olvidado como te brillan los ojos cuando alguien te gusta —mencionaba—. Ahora ¿hay algo ahí o solo lo codicias de lejos?

Seokjin sonreía nervioso, tener esta conversación era extraño y más con Park Jimin. Ahora lo miraba y muchas definiciones venían a su cabeza con respecto a TaeHyung y él.

—Se llama TaeHyung, está en su último año en fotografía y su trabajo es provisional debido a que el fotógrafo oficial de la empresa va a ser papá y... Es mi pareja —al final de aquella frase quería evitar sonreír, pero fallaba miserable cuando una bonita sonrisa se pintaba en su rostro.

—Oh, dios. Estás enamorado —soltaba Jimin con dulzura—. Es muy lindo saber que no te has negado al amor.

Seokjin agachaba la cabeza—. Lo intenté, pero él es muy persuasivo y me impactó desde el día uno —exclamaba—, pero dime qué hay de ti y ese anillo de oro en tu mano izquierda.

Jimin sonreía tímidamente—. Una bonita locura en Las Vegas que ya lleva tres años —afirmaba—. Él no me creería si le digo que te vi antes de la cena

— ¿Sabe de mi? —preguntaba preocupado.

—Tranquilo, no sabe que eres tú. Solo sabe de tí, sin tu nombre real —soltaba con dulzura.

Seokjin sonreía y su teléfono sonaba, se disculpaba y miraba el mensaje. Era uno del tipo "laboral" que recibía.

—Creo que se acabo mi tiempo —exclamaba.

Jimin se ponía de pie—. Yo debo sacarme este bonito traje y vestirme de chef —rodeaba la mesa y miraba a SeokJin de arriba a abajo—. Te veré esta noche de nuevo para la cena

—Así será —afirmaba—. Me gusta ver que has logrado todo lo que deseas

— ¿Qué hay de ti? —soltaba Jimin—. Sigues casado, pero cediste al amor. Te quejas de la empresa de tu padre... Pero ¿Qué hay de tu carrera?

Seokjin sonreía ladino—. Estoy un poco más aventurero, retome mi carrera. En poco podré decir que lo logré

—Me pone feliz eso. Nada te impide ser profesor y empresario... O sólo uno de los dos, pero sabiendo que tienes ambas opciones... ¿Tu chico te vuelve un temerario, no es así?

Seokjin sonreía y ponía las manos en sus bolsillos—. Algo así...

—Eso es bueno —susurraba Jimin—. ¿Puedo abrazarte antes de que salgas de aquí y que respondas a mi abrazo esta vez?

SeokJin asentía—. Iba a preguntarte lo mismo.

Ambos sonreían y un cálido amistoso abrazo se presentaba entre ambos. Seokjin sonreía y Jimin igual, mientras acariciaba su espalda y soltaba unas palabras que quedarían en la cabeza de SeokJin un buen tiempo.

—Pase lo que pase, no dejes que el amor se te escape esta vez. Ese chico no es bueno disimulando lo mucho que pareciera adorarte, aún cuando intenta no hacerlo —mencionaba, rompiendo el abrazo. Seokjin le sonreía y asentía—. Tu felicidad también es importante.

El castaño lo miraba y acariciaba el rostro de Jimin con dulzura—. Fue un verdadero placer verte y me alegra ver que eres amado y exitoso. Te lo mereces.

—Oh, lo sé, cariño —se burlaba, relajando la despedida con sonrisas.

TaeHyung se encontraba tirado sobre la cama que estaba en la habitación para dos de YeonJun.

—Entonces Park Jimin es el ex de mi jefe —soltaba sorprendido—. Aún así, no entiendo que mierda haces en mi habitación. Ve a la de SeokJin.

TaeHyung se encontraba boca abajo—. No quiero —su voz era amortiguada por la almohada—. ¿Ese Jimin no podía ser feo? —se quejaba.

—Al parecer el jefe tiene buen gusto —mencionaba YeonJun distraído, luego un almohadazo aterrizaba en su cabeza—. ¡Oye! ¿por qué hiciste eso?

— ¡No ves que me siento jodidamente inseguro ahora! —soltaba con sus ojos llorosos.

YeonJun rodaba sus ojos—. Eres un idiota ¿crees que ahora comenzará un romance con su ex? ¿El tipo al que dejó hace años atrás porque no podía darle lo que te está dando a ti ahora?... ¿En serio, TaeHyung? —el azabache se sentaba con un puchero en su rostro—. Sal de mi habitación o luego no podrás ir a la suya, por favor. Ven, luego será más complicado, vamos —se inclinaba y tomaba a TaeHyung de la muñeca para comenzar a tira de él.

Luego finalmente lo dejaba en la habitación de SeokJin y le recordaba el horario de la cena para que no se pusieran a hacer nada indebido y pese a que no quería quedarse solo y esperando por él empresario, YeonJun no le había dejado más opción que, quedarse allí y esperar.

Para su sorpresa y antes de que su cabeza comenzará a maquinar todo tipo de fantasías turbias donde SeokJin hacía más que solo tomar un café con el bonito rubio de nombre Park Jimin, la puerta sonaba y TaeHyung corría la habitación para meterse a la cama y continuar viendo sus fotos para hacer bien el maldito trabajo para el que lo había contratado. El mensaje "laboral" que le había llegado a SeokJin minutos atrás, era de TaeHyung, mostrándole la fotos que había seleccionado para que subieran a su página...

El azabache se creyó ignorado cuando no había recibido respuesta, así que se había visto obligado en seguir trabajando otras tomas. Para cuando SeokJin se encontraba en la habitación, le sonreía, pero TaeHyung solo tenía ojos para su laptop.

—Hola, bebé —saludaba, quitándose la chaqueta y disfrutando de llegar a su habitación y tener a TaeHyung en su cama, tapado y haciendo su trabajo.

—Hola —soltaba el otro indiferente, sin despegar la vista, como si no hubiese sentido su ausencia hasta en los huesos.

Ay, SeokJin quería comerselo a besos, pero optaba por ir desprendiendo los puños de los botones de su camisa.

—Recibí tu mensaje —menciobaba el empresario.

— ¿Ah sí? —soltaba TaeHyung, esforzándose por no mirarlo—. ¿Muy ocupado para responder? —soltaba antes de poder detenerse.

Seokjin mordía su labio inferior.

—En absoluto, fue mi pie perfecto para retirarme y despedirme de mi viejo amigo para volver aquí

— "Viejo amigo", si claro —susurraba TaeHyung.

— ¿Qué dijiste? —cuestionaba SeokJin, al ver que no había levantado para nada la vista—. No te oí ¿podrías verme cuando te hablo? —provocaba.

—Que no me dijiste si estaban bi-..  —TaeHyung se tragaba sus palabras, cuando alzaba la vista, tenía a SeokJin con su camisa desprendida y su pecho al aire—. Tú no-... —relamía sus labios embobado, rebuscando en su cerebro la contestación que tenía para el empresario.

Seokjin sonreía victorioso y comenzaba a arrastrarse por la cama en dirección a TaeHyung.

— ¿No qué? —cuestionaba ya cerca y encima del menor.

El azabache miraba sus ojos y su torso semi desnudo, volvía a las orbes oscuras y divertidas de SeokJin y recordaba que estaba en papel de duro.

—No me respondiste el mensaje... —soltaba como podía.

—Lo hago ahora —exclamaba SeokJin, cerrandole laptop y quitándosela de encima—. Me parecen perfectas y una vez que termines tus retoques, las puedes enviar al correo para que los encargados de la página las puedan subir.

—Ah... Bien, okey —mencionaba, mirando hacia otro lado—. YeonJun dijo que no hiciéramos nada indebido, no sé qué haces encima de mi —soltaba, intentando sonar duro, pero fallaba cuando su cuello sentía los labios de SeokJin, presionando sobre su piel un par de besos dulces.

—Fue una reunión insoportable, necesito relajarme... Contigo —dejaba más besos.

—No te relajaste con el café.. y tu, ah-... Emm, tu viejo amigo —balbuceaba perdido, permitiéndole a SeokJin que siguiera besándolo.

El castaño sonreía sobre su piel—. Un poco, me contó sobre su exitoso buffet y su matrimonio de ya casi tres años —mas besos le seguían, pero las manos de TaeHyung se posaban sobre su pecho desnudo y lo empujaba levemente.

— ¿Matrimonio? —repetía incrédulo.

Seokjin se reía dulcemente—. Si ¿qué esperabas? ¿Qué lo tomara en su escritorio y follaramos para rememorar viejos tiempos?

TaeHyung fruncia su ceño asqueado—. No lo digas ni en broma —setenciaba, luego le señalaba con su dedo y se daba cuenta que, tenía su mano sobre el pecho desnudo de SeokJin y comenzaba a acariciarlo, recibiendo repentinamente los labios de SeokJin alrededor de su dedo acusador para darle un chupón y sintiendo sus labios resecos, gimiendo de pura sorpresa y placer—. Hyung~...

Seokjin soltaba el dedo—. ¿Puedes dejar de hacer pucheros y ayudarme a relajarme?. Te extrañé, mucho.

TaeHyung apretaba sus labios y desviaba la mirada—. Solo fueron treinta minutos o menos

— ¿Los contaste? —susurraba en su oreja, luego mordía el lóbulo.

—Si~... Espera, no —se corregía, logrando que SeokJin comenzara a reír y tomara su rostro con seguridad.

—Joder, te amo, te amo, dame ese puchero —soltaba repetitivamente en la boca de TaeHyung para besarlo y ser muy bien recibido entre risas.

TaeHyung pretendía huir, pero solo terminaba atrapando con sus piernas el cuerpo de SeokJin y enroscando sus brazos al cuello largo del empresario para dejar que se hundiera en él. Sacando todo estúpido malestar y llevándose su estúpida inseguridad con cada beso y cada caricia.

Lo había extrañado horrores, y solo habían sido treinta minutos. ¿Qué sería de él al salir de esa burbuja que ni siquiera era tan perfecta porque había trabajo que hacer?... Pero, compartir con SeokJin este tiempo, la cama. El día, los planes, era una dulce prueba de algo que anhelaba cada vez un poquito más.

Que bonitos estos dos viviendo su amor en la nube nueve.

Comenzamos ronda UwU otra vez ...

EROTOFONOFILIA ✅ 27/6
ANATEMA ❎
REMEMBER ME ❎
HOLA, SOY VANTE ❎
UPSÍDA ❎
ILLECEBRA ❎
¿Y SI DIGO QUE NO? ❎

Si ven errores, perdón. Toy ciega y uso lentes ⊂(◉‿◉)つ

Con amor Niñita Nany 💜

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