Capítulo 38

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En la sociedad, existían muchos flautistas, cuya melodía se materializaba en dinero. Para estos, el pueblo se resume a un infinito número de ratas que pueden contentar para que los sigan mágicamente hacia cualquier lugar para deshacerse de ellos en silencio. Pocos eran los que lograban analizar su entorno críticamente y con celeridad, esos lograban salvarse junto a unos pocos rezagados por razones inesperadas, casi como un milagro o simple golpe de suerte.

De primera mano, formando parte de una organización que suponía defender a los ciudadanos, Taehyung siguió por años infinidades de órdenes. Negar que se cuestionó muchas de sus asignaciones, no era posible, sin embargo, confiaba en que, de cierto modo, todo era un medio para un fin pacífico y positivo. A veces se necesitaba arrancar el mal de raíz utilizando un mal igual de crucial e intransigente. Él, como otros agentes, eran la mano que ejecutaba lo que sus superiores mandaban.

El cruce de caminos que su vida tuvo con la de Jungkook, no fue una fatídica casualidad como en el pasado creyó, todo iba mucho más allá. Sus padres, sus conocidos, ellos... Todos fueron peones condicionados a seguir la voluntad de hijos de perras como los que estaban reunidos en ese lugar.

Era gracioso y ofensivo ver como él fue exactamente como un perro en el que se implementó el experimento de Palvov. Con procedimientos conductuales lo fueron estimulando, quizás fisiológica y biológicamente, emparejándolo al neutro estímulo de la venganza y el dolor. Una persona que después de mucho aguantar el hambre del martirio, salivaba cuando frente a él colocaban un plato repleto de injusticias para que se alimentara. Esa era la campana invisible que le tocaban para hacerlo reaccionar, curiosamente, siempre funcionaba.

Ahora no era muy diferente, acepción de que esos malnacidos se metieron directamente con todo lo que él amaba, con las personas más importantes de su vida. Su noona, o mejor dicho, su verdadera madre y el único hombre a quien pudo amar, Jeon Jungkook. Esto era sin contar que también se metieron con la familia Jeon y con él mismo. Desconocía el método exacto en ese momento, pero mandaría a un sinfín de personas a hacerle compañía a Moonbyul en el infierno.

Jungkook y él compartían muchas similitudes, deseos y metas, reducir esa manada de repugnantes clarias a nada, era un objetivo que no evitaría alcanzar. Lo lograría así fuera la última cosa que hiciera en su vida. Podría abandonar el mundo feliz si se deshacía de esas jodidas escorias primero.

— ¡Perdonen! — La voz de Taehyung interrumpió la reunión, logrando que todos fijaran sus miradas en él. — Los Diamantes han crecido exponencialmente desde que yo estoy al frente.

El sujeto que había estado conversando con Bogum un rato atrás, el mismo que se encontraba a la cabeza de aquella amplia mesa rectangular, evidenciando su poderío, realizó una seña rápida. Segundos más tardes, todos abandonaron la sala a excluyéndolos a Bogum y a él. El silencio se sentía pesado, la habitación lucía vacía, pero las cámaras que divisaba le confirmaban que el ejército de ese hombre estaba a un segundo de distancia.

Con elegancia y un aire bastante intimidante, el hombre se levantó de su asiento. Bogum le imitó con rapidez como muestra de respeto mientras veía al mayor alejarse. Taehyung, a diferencia de él, permaneció sentado en su asiento, tomando uno de los palillos utilizados para limpiarse los dientes. Se percató de la mirada casi suplicante que le dio el actual director de la NIS, casi implorándole que se levantase, pero Mister D, el Desquiciado, no se comportaba así frente a personas que no merecían su respeto, menos innecesariamente. Sabía que debía guardar las apariencias, lo haría, pero a su manera.

— Creí que necesitábamos un poco de privacidad para continuar discutiendo sobre asuntos de semejante envergadura. — Musitó sentándose ahora detrás de un escritorio que, hasta ese momento, había estado oculto detrás de unas cortinas rojas.

De regreso al pasado, así se sintió Taehyung cuando sus ojos se posaron en un trofeo idéntico al que los señores Jeon guardaban en aquel cuarto asegurado. Ese que varias pistas le dio a Jungkook sobre lo ocurrido con sus padres. Hasta ese momento, los detalles estuvieron un poco borrosos en su memoria, pero bastó con ver el objeto. Fue una especie de clarividencia, obteniendo información olvidada y poco clara que veía ahora con mayor facilidad. Ese maldito trofeo era como una bola de cristal.

— Entonces, ¿qué me estaba diciendo, señor D?

— Taehyung, ya que estamos en una conversación privada y, devolviéndole la muestra de confianza que me ha dado, creo que es correcto que me llame por mi nombre. Soy Kim Taehyung.

El hombre lo observó envuelto en un halo de seriedad hasta que las comisuras de sus labios se elevaron para regalarle una frívola sonrisa.

— Soy Park Seojin, me alegra que nos hayamos presentado nuevamente. Ahora sí, prosiga con lo que me estaba diciendo, soy todo oídos. — Respondió recostándose a su silla, dándole una rápida y amenazante mirada a Bogum.

— Si tenemos la capacidad para golpear fuertemente a Los Cocodrilos y los hombres del Liquidador, quienes son nuestros mayores competidores, deberíamos actuar ahora. Es posible que para este entonces, el Liquidador esté pasando o haya pasado a mejor vida, tendremos el camino despejado, — Haciendo caso al pedido, procedió con lo que había estado diciendo. — Un ataque contundente y preciso nos beneficiaría enormemente. Ahora mismo, la producción de coltán nos está generando ganancias inimaginables, tiene más valor que la mayoría de los minerales existentes en este planeta. Si a eso le agregamos los otros negocios, podría monopolizar Corea del Sur.

— Un monopolio pondría a muchas personas descontentas, se desataría una guerra nacional que no nos conviene. — Taehyung sabía eso, no le interesaba monopolizar un negocio del que nunca quiso formar parte. — Suga y el Liquidador ayudan a hacer lo que el gobierno no desea. Con ellos dos al poder, se mantiene controladas a muchas pandillas y organizaciones. Si están ahí, es porque son necesarios para la economía, para el empleo de muchos funcionarios públicos. Erradicar por completo la delincuencia no es imposible, pero eso simplemente despertaría mayor hambre de poder, no todos pueden tenerlo todo. Las clases sociales son necesarias, los crímenes, la delincuencia, todo es una forma de solventar las economías mundiales y por siempre continuarán. Una utopía de un mundo perfecto no existirá, aunque no veas a alguien presionando una pistola, alguien firmando un papel estará haciendo el mismo daño.

Le costó aceptarlo, pero lo sabía, Jungkook se lo dijo muchas veces y no quiso comprenderlo. No existiría una policía si no tuvieran un orden que cuidar, no existirían los maestros si no tuvieses algo que enseñar, ni los bancos o las inversiones, los intereses, el dinero... Si no existiera esas construcciones sociales y artificiales creadas de antaño con el fin de una socialización y orden adecuado entre los individuos, ¿qué caso tendría la mitad de las cosas de las cuales el planeta se beneficiaba?

Taehyung quiso ser policía, quiso defender a su familia de un monstruo que la consumía internamente, su padre. Luego vio que la policía no resolvería realmente esos casos, llegó la muerte de Yoori y el Liquidador entró también en el juego, convirtiéndose en el objetivo de toda su furia. Cuando lo liberó a petición de una agencia que buscaba sus contactos y conocimientos, de la mano de una mujer que también buscaba venganza, él sinceramente creía que estaba haciendo algo positivo. El Liquidador, el pirómano, Suga y todos los hombres que tenían trabajando para ellos eran delincuentes que jodían la sociedad.

¿Cuán inocente había sido?

Su ingenuidad le impidió ver el verdadero cáncer de su país y todas las sociedades. Tuvo que luchar y enamorarse para eliminar el velo que cubría sus ojos. Pudo alejarse de toda esa porquería en la que se inmiscuyó.

Se había retirado, maldición, aunque se unió a Jungkook para ayudarlo en todo, ellos se habían alejado de los negocios para vivir una vida tranquila que no le permitieron vivir. Él quería estar en Madagascar, acostado en el suelo de la terraza de su casa, con Cooky merodeando y Killer acostado a su lado mientras escuchaba a Jungkook moverse de un lado a otro, lo veía hacer ejercicios o lo invitaba a acostarse a su lado. Nadar sin preocupaciones, reírse, besarlo y tenerlo solo para él.

En cambio, ellos estaban ahora dejándose envolver por brazos no deseados que los ayudaban a conseguir un objetivo, su libertad. Para ellos poder volver a estar juntos, muchas personas debían caer y, para llegarles, se tenían que valer de absolutamente todos sus encantos y habilidades.

Él estaba muriendo por abrazar al hombre al que le tuvo que disparar, en cambio, estaba sentado frente a uno al que quería asesinar. Ver a Bogum tan campante y relajado causaba que su ira se incrementara, pero, lamentablemente, en ese preciso momento no podía hacer nada. Compartiendo ideas que beneficiarían temporalmente a los Diamantes y los bolsillos de todos los que en ese día se habían reunido, Taehyung controló sus emociones.

— Tiene muy buenas idea, D, pero deberíamos analizar apropiadamente los próximos pasos a tomar. — Seojin habló una vez que terminó de escuchar a Taehyung. Que te nombraran líder de los Diamantes ha sido lo mejor.

— Ese es otro asunto que me gustaría tocar. Soy su líder y trabajaré con ellos como mejor estime conveniente. Eso de recibir órdenes de hombres que no están arriesgando su pellejo diariamente como yo, que desde una silla se limitan a recibir los dividendos de lo que ganamos, no pueden decirme cómo hacer mi trabajo. Por lo que estoy viendo, usted parecer liderarlos a ellos, incluyendo a director de la NIS. — Musitó observando a un Bogum que tensaba su mandíbula porque sabía que las palabras de Taehyung significaba que se quería ir por arriba de su mando en la organización. — Puedo seguir haciendo negocios con ustedes, tomando en consideración sus propuestas y puedo continuar siendo un buen activo para el señor Park Bogum, pero, en lo que respecta a los Diamantes, quiero control absoluto.

— No creo que eso sea conveniente. — Habló el mayor de los tres.

— ¡Kim! — Espetó Bogum casi a la par de Seojin.

— Algunas cosas podrán salirse de su control, pero, será muy conveniente para todos. Mientras yo esté a cargo de los Diamantes, sus bolsillos serán felices y se lo agradecerán.

— ¿Qué opinas? — Con una sonrisa en su rostro, Seojin contempló a Bogum. — ¿Deberíamos entregarle Los Diamantes en su totalidad?

— No creo que sea una decisión prudente. — Habló Bogum ignorando la enarcada ceja del pelirrojo que miraba en su dirección. — En mi opinión...

— Esperaré los buenos resultados. — El hombre que comenzaba a ponerse de pie interrumpió las palabras de Bogum, haciéndolo calla y fruncir su ceño con evidente molestia. — Él tiene lo que se necesita para ser la cabeza principal de los Diamantes. Tú deberías encargarte correctamente de otras tareas que no has podido desempeñar correctamente.

— Muchas gracias por la confianza, señor Park.

— Cuídate.

— No se preocupe, le aseguro que permaneceré vivo. — Él tenía que eliminar a todos esos infelices y para ello, tendría que cuidarse, permanecer algo más que simplemente vivo.

Las venas de la frente del director de la NIS sobresaltaron tanto como su tensada mandíbula. Esas palabras no habían sido de su agrado, pero parecía estar acostumbrado a oírlas. Fue entonces que algo comenzó a merodear por los pensamientos de Taehyung, mismo que confirmó una vez que se levantó para despedirse y se acercó al escritorio.

Desde que vio el trofeo por primera vez en ese día, había querido acercarse, al menos tomarle una foto y por ello buscaba la forma de lograr aquello sin evidenciarse. Sin embargo, hubo algo más que llamó su atención, en esa mesa. Al igual que en aquel pequeño cuarto en el que estuvo ratos antes con Bogum, vio una fotografía de Hyunjin siendo un niño, Bogum entrando a la adolescencia junto a dos personas más.

— ¿Podría regalarnos unos minutos, señor Park? — Pedía Taehyung acercándose a Bogum para acariciar suavemente su mano, acción que no pasó desapercibida para el mayor. Con un asentimiento, el aludido abandonó la habitación. — Son solo negocios. — Musitó esta vez acercándose al cuello de Bogum para besarlo allí, buscando la forma correcta para tomar el teléfono recibido y sacar una foto del trofeo y la fotografía.

— Te fuiste por arriba de mi mando.

— ¿Alguna vez he estado bajo tu mando? Creí que tú y yo éramos socios, pareja. ¿Me confundí? — Agregó separándose, sonriéndole al pelinegro mientras acariciaba ese cuello que quería estrangular.

— ¿Siempre has sido así?

— No lo sé, no recuerdo nada de mi vida antes de abrir los ojos en ese hospital donde te vi, pero supongo que cabe la posibilidad. Dado que hasta el momento mi personalidad ha sido natural y no forzada, es posible que siempre haya sido así. — Respondió volviéndose a acercar. — Haré que estés orgulloso de mí, te daré la sorpresa de tu vida cuando veas todo lo que soy capaz de hacer cuando me suelto de la correa que controla mi paso.

Sin darle tiempo a pensar, Taehyung se abalanzó hacia sus labios, mostrándole una pasión inexistente mientras lo abrazaba y sacaba unas rápidas fotos del trofeo y la fotografía. Su objetivo lo cumplió rápido, pero extendió el beso unos segundos más para disimular. No obstante, es pseudo momento acalorado se vio interrumpido cuando Bogum recibió una llamada en su teléfono.

— Nos vamos. — Ese no fue un simple aviso, fue una decisión tomada que Taehyung no quería rebatir, deseaba salir de allí.

— ¿A dónde vamos? — Preguntaba, siguiéndolo a cortos pasos hacia el exterior de la casa. — ¿Pasa algo?

— Sí, pero me encargaré de resolverlo rápidamente, son cosas de la agencia. — Mencionó enviando por su teléfono una orden a todos sus hombres, mismos que los siguieron hasta el pequeño puerto, en donde les volvieron a entregar sus pertenencias. — Ve a casa, nos veremos en la noche.

— Tengo cosas que hacer, ahora que tendré el mando real de los Diamantes, tendré que mover algunas fichas. Estaré ocupado, así que no iré directamente a la casa. — Bogum lo observó por un segundo, pero se limitó a asentir.

Algo grave estaba sucediendo, su humor había decaído exponencialmente y ni siquiera le estaba prestando atención, se mostraba nervioso y observaba constantemente hacia la pequeña isla en donde habían estado. Dos helicópteros se vieron despegar a lo lejos y en respuesta, el director simplemente maldijo.

Una vez que lo dejaron en una ubicación segura y quedó completamente solo, Taehyung se dirigió hacia uno de los nuevos clubes adquiridos por Los Diamantes. En silencio y, con un vaso de la bebida más fuerte que encontró a su alrededor, le envió las fotografías a Namjoon, esperando el tiempo prudente antes de volver a salir sin ser seguido para dirigirse a la residencia de Jungkook.

+++

— ¿Y bien? — Jungkook le preguntó a sus padres. Al recibir las fotografías de Taehyung se apresuró a mostrársela a sus progenitores, pero estos parecían haber perdido el habla.

— ¡Tienes que sacar a Taehyung de ese lugar en este preciso instante! — Exclamó su madre mientras su padre continuaba mirando la fotografía del trofeo y las otras que había enviado el pelirrojo. — Es que... ¿Cómo es posible? — Ella se paró en frente de su esposo, evidenciando su preocupación. — Ese hombre debería estar muerto, nosotros lo matamos.

— Al parecer, creímos haberlo matado, así como ellos creyeron haber hecho lo mismo con nosotros. — Respondió el señor Jeon.

— ¿Alguno de los dos me puede explicar qué demonios está pasando aquí?

— ¿Ese sujeto es Park Seojin? — Preguntó su padre como si eso respuesta fuese suficiente para aclarar todo. — Él también fue parte de la operación Korea x Canadá 2002.

— Él no aparecía en las fotografías o datos que ustedes me dejaron. Lo han visto varias veces y esta es la primera vez que me dicen que fue parte de esa operación. Hasta donde tengo entendido, ya todos están muertos, los que no mataron ustedes, Taehyung y yo les dimos de baja años atrás.

— Es que... — Su madre negó buscando asiento. — Ese hombre no salió en la fotografía porque su hijo se había caído y él fue a verlo en el momento que decidimos tomarnos una foto. El lugar de la reunión fue en una de sus propiedades, su familia estaba en la casa, pero no participaron en el encuentro. Además, no luce igual.

— Parece haber pasado por algún procedimiento quirúrgico, cirugía plástica para ser exactos. — Agregó su padre. — El hombre adulto en la fotografía que Taehyung te mandó, es él, pero como puedes ver, luce totalmente diferente. La investigación que hicimos de sus antecedentes, evidentemente ha sido alterada, tenemos toda la información que se creó sobre su persona. Eso explica por qué existían algunas cosas que no encajaban. Creímos que eran secretos sucios que todos los políticos guardan o desaparecen, pero todo lo que parece en esa foto, trofeo, fotografía, incluso los muebles que se divisan, todo pertenece a Park Jiseok, un hombre que no figuraba en los archivos que te enviamos.

— Así es, pocas personas se acercaron a él en el pasado, nosotros lo logramos porque éramos los mejores agentes para cumplir lo que ellos deseaban. Él fue nuestro último objetivo antes de ser atacados y yo caer en como. Supuestamente, Park Jiseok, fue nuestra última baja, el último asesinato.

Jungkook pasó las manos por su cabeza mientras escuchaba lo que se le decía y procesaba todo, tratando de hacer encajar las piezas. Sabía que ya Taehyung no estaba con ellos, así que no debía decirle que saliera de su casa. Sin embargo, necesitaba saber con quién estaba tratando.

— ¿Park Jiseok tenía algo que ver con Moon Byulyi? — Haneul no comprendía el motivo de su pregunta, pero asintió.

— Sí, él era socio de los padres de Moonbyul, también fue cuñado de la señora Moon, él se casó con su hermana. Se dedicaba al tráfico de armas, uranio y plutonio, pero cuando los Moon cayeron, él se apoderó de todo. Cuando nosotros nos dimos cuenta de lo que ocurría, que venía por nosotros después de lo ocurrido con nuestros experimentos, nos adelantamos y lo matamos.

— Al menos eso creíamos. — Comentó su madre.

— Yoongi me mandó varias informaciones, todas las rutas que habían quedado en el abandono cuando ustedes eliminaron a los Moon, han sido reactivadas. Varias de las propiedades de Moonbyul estaban a nombre de su hijo Yongbok, al menos las legales. Del resto, descubrimos algunas, pero otras no. A petición de Suga, Hoseok ha estado averiguando, hay varios movimientos que parecen estar ligados a Byulyi, pero ella está bien muerta. Creímos que sus padres o alguien parte de la familia estaba haciéndose con todo durante los últimos años, pero no sabíamos hacia quién estaba yendo su fortuna y negocios.

— ¿Por qué crees que Jiseok tendría que estar ligado a esto? ¿Qué te hace sospechar?

— Hasta ahora, no tenía ni idea de quién se podría tratar, Yoongi y yo nos percatamos de lo mismo, él me compartió la información que teníamos y hemos estado intentando unir las piezas. En el pasado, Moonbyul inició una cacería con nosotros debido a sus padres, fue ayudada por la agencia que también estaba interesada en todo sus experimentos. Si quedaba alguien que estuviese enterado de todo y compartiera un lazo con Byulyi, explicaría por qué con ella tuvieron tantas concesiones, cómo se hizo con tanto poder ayudada por la agencia cuando sabemos que a ellos les gusta controlar todo.

— Tiene sentido... — Younghee musitó dándose la vuelta para buscar su ordenador, abriendo algunos archivos. — Nosotros tenemos algunos datos que nos envió Yoori. Como bien sabes, nosotros estábamos trabajando juntos para hacerlos caer a todos y ganarnos nuestra libertad. Ella nos iba pasando la información que iba recopilando. Dos semanas antes de su muerte, nos dijo que para despistar, estaba saliendo con uno de los agentes de la NIS, BamBam, que se estaba acercando a algo muy importante. Sin embargo, nunca supimos de qué se trataba. Este fue el último reporte que nos dio.

Jungkook se acercó hacia su madre, sentándose a su lado para revisar lo que le mostraba. Kim Yoori estaba armando un expediente contra la NIS y altos mandatarios del país, incluyendo al presidente.

— Al asesinar a Yoori, desapareció el ordenador desde el cual ella nos pasaba información y también el expediente completo que ella estaba creando. Cuando estábamos detrás de Moon Byulyi, descubrimos que ella de algún modo se hizo con parte de la información de este expediente, por eso tenía a todos bajo los hilos que controlaba.

— Esto lo sabía, pero quedamos en que debería haber alguien por encima de ella, alguien a quien ella le pedía ayuda y no podía ser el director de la agencia o el presidente, porque este también era una marioneta. — Jungkook complementaba su información, analizando todo. — ¿Crees que la persona que está al mando de todo es Park Seojin, es decir, Park Jiseok?

— Eso explicaría muchas cosas, pero hijo, si efectivamente este hombre es Park Jiseok y está vivo, no podremos tocarlo. No podremos comprobarle nada porque tiene el poder del puto país detrás, políticos, organizaciones criminales, agencias de inteligencia, ejército, la marina... — Haneul se encontraba negando con su cabeza, caminando de un lado a otro. — Estuvimos a punto de perderte en más de una ocasión. No podemos pasar por eso nuevamente, ni tú ni Taehyung son suficientes para derribar este castillo de naipes.

— ¿Qué deberíamos hacer? ¿Quedarnos con nuestros brazos cruzados, huir, desaparecer? Ya hemos hecho eso y mira a donde nos trajo. Nosotros...

Las palabras del pelinegro quedaron inconclusas cuando por la puerta de aquella habitación apareció la figura de un Taehyung que corrió hacia él. El alivio de ver a Jungkook sin un rasguño después de haberle disparado lo hizo jadear. Lo atrajo ignorando a los mayores, sosteniendo su cabeza con ambas manos mientras atacaba sus labios para un beso profundo. Se separó por cortos segundos únicamente para palpar su cuerpo y asegurarse de que no hubiese ningún daño. Cuando lo confirmó, lo besó nuevamente, menos frenético esta vez.

— Juro que en ocasiones me inspiras los instintos más asesinos. ¿Estás bien? — Preguntaba Taehyung depositando un último roce en sus labios.

— ¿Preguntas si estoy bien después de dispararme? — Jungkook reía, disminuyendo la tensión que se hizo cuando el pelirrojo entró. Su madre cerró con cuidado el ordenador y su padre se dio la vuelta para darles privacidad. — Estoy bien, llegaba un chaleco antibalas, pude prepararme.

— ¿Prepararte? — Sin responderle su pregunta, Jungkook se acercó a él nuevamente, abrazándolo y besándolo mientras perdía sus dedos entre las hebras rojas. Como si de un acto de magia se tratase, Jungkook despegó algo del cráneo del mayor que le hizo quejarse. — ¿Qué mierda es eso?

— Por seguridad, te implantamos un chip.

— ¿No pudiste decirme que me habías puesto un jodido chip? — Espetó Taehyung empujándolo sin demasiada fuerza.

— Toda precaución es necesaria, no quería que te hicieran algunas de esas hipnosis o cosas raras que ellos hacen y descubrieran que lo tenías. No me dio tiempo explicarte, te aviso que de ahora en adelante siempre tendrás uno, pero en diferentes partes de tu cuerpo, nunca te diré dónde exactamente y espero que no lo busques.

Suspirando, Taehyung asintió vencido, ahora mismo, todo lo que le había estado preocupando era el estado de Jungkook. Sopesó la idea de que este estuviera al tanto de todo, pero no era un hecho seguro.

— Este chip me permite localizarte y hackear los dispositivos móviles que se encuentren a pocos metros de distancia. Pudimos utilizarlo para convertir el móvil de Bogum en un escucha. Gracias a esto supe lo que iba a pasar, lo que él planeaba, así que tuve cierto margen de tiempo para protegerme. Confiaba en que no me dispararías a la cabeza, sería demasiado hijo de puta de tu parte.

— Ganas no me faltaron. — Las palabras de Taehyung causaron que Younghee riera. — Tuve la corazonada de que era un plan, pero eso no evitó que apretar ese gatillo se sintiera como una de las cosas más duras que me ha tocado hacer en mi vida. — Suspiró frotando su rostro, permitiendo pronto que su vista se enfocara en el sonriente pelinegro que lo observaba con cierta adoración. — ¿Es infalible ese chip?

— No, todo depende de lo que esté rodeado, hay ciertas radiofrecuencias y ondas que bloquean su señal. Si te llevan a un lugar demasiado subterráneo también perdería la señal, pero podremos ver el último sitio donde tuvo señal y esto al menos nos ayudaría a centrar más la búsqueda.

— Dices que planeaste todo eso, sabías que Bogum te iba a mandar a matar y aun así te presentaste en ese lugar. ¿Motivo?

— Uno de ellos era darte la oportunidad para redimirte ante sus ojos, es claro que está sospechando de ti, ahora seguramente menos gracias a ese disparo que hiciste. — Con una mirada inquisitiva, el pelirrojo le pedía que continuase hablando. — El otro, lo verás en unos segundos.

Siguiendo a su padre, Jungkook lo tomó de la mano para dirigirlo a otra habitación en donde tenían monitores por cada rincón. Frente a ellos, el más grande mostraba un apartamento por el cual Hyunjin caminaba de un lado a otro. Un minuto después, Bogum también apareció en la pantalla. Era obvio que a Hyunjin ya lo habían dado de alta, el ataque al Liquidador orquestado por su hermano significaba que él fuese inmediatamente en contra de Bogum. Tanto Jungkook como Taehyung sonrieron al ver como el menor de los Park amenazaba al otro con hundirlo si le hacía daño a Jungkook.

— Supongo que ese girasol tiene un uso después de todo. — Rio girándose para mirar al pelinegro. — Ven aquí.

— Nosotros mejor nos retiramos. — Interrumpió Younghee empujando a su esposo hacia la salida. — Esta no es una habitación muy cómoda, si quieren hacer cosas indebidas, les sugiero que se vayan a otro lugar. — Sonrió moviendo su mano para dirigirse hacia la salida.

— Mamá, espera. — Llamó Jungkook interrumpiendo las claras intenciones del pelirrojo. — Hay algo que deberías saber primero. — Le comentó a Taehyung. — Hoy hemos analizado nueva información y todo nos lleva a tu madre, al día y al motivo por el cual fue asesinada. Toma asiento.

Wow, han pasado varios meses desde que actualicé esta historia por última vez. ¿Cómo han estado? La verdad es que no pensé tardarme tanto, pero cosas pasas en nuestras vidas y no siempre va todo de acorde a lo planeado. Espero que hayan disfrutado este capítulo, nos vemos en el próximo.

LORED

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