Lía

Fin de semana. Me miro al espejo y luego a mi hermano, qué hoy viste como todo un hombrecito, aunque está sentado en el suelo mirándome como niña.

—Te queda bonito —opina.

—No me siento yo... —acomodo la vincha en mi cabello y observo la falda —¡Esto no soy yo! —me quejo y me tiro al suelo al lado de mi hermano —me encontrare con Gregor a eso de las siete —miro el celular —me aburro, cuenta me algo —hago puchero.

—Ya te conté todo, Zana vio una escena equivocada y termino la amistad.

—Ya se le pasará... Siguiente.

—María se acostó con Tyrone.

Ruedo los ojos.

—Aburrido... Siguiente.

—Dan me hablo de...

—¡Stop! —grito y me sonrojo —¡¿Qué pasa con Dan?!

—No sé, dijo algo confuso sobre Gregor, qué no le tenía que creer o algo así —expresa confundido y luego opina —yo no le creería a ninguno...

—¿Qué tienes contra Dan? Si te lo dice es por algo...

—Te tiro cerveza en la cabeza —me recuerda y me mira preocupado.

—Estaba borracho —lo corrijo.

—Es un mujeriego...

—¡Nada qué ver! —lo defiendo.

—Se hace el bueno para acostarse con las mujeres y sonríe mientras las deja, yo lo vi —aclara.

—Habrás soñado...

—Le quitó una novia a Gregor y jugó con los sentimientos de la hermana de Tyrone.

—Si eso fuera cierto, ya estaría muerto, dah —saco la lengua —ese gato ya lo hubiera matado al pajarito.

—Si te fijas, Dan pocas veces esta con Tyrone ¿Por qué crees que nunca te diste cuenta que eran amigos? —me explica —Tyrone sólo lo llama para cuando quiere fiestas, nada más, sólo lo usa, pero no le confía nada.

—Me estás asustando... —un escalofrío me recorre la piel —olvidalo, me tengo que ir —me levanto del suelo.

—¡No olvides lo que te dije! —me grita.

—¡Sí! —salgo corriendo.

Debería prestar más atención a las cosas, pero la última vez que hice eso salí herida y lo único que me devolvió la alegría fue... Esa nota.

La nota que me dejó Dan en aquella mochila.