IV

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—...Feliz cumpleaños, querido Soobin, feliz cumpleaños a ti —una gran algarabía explotó de repente mientras veían como Soobin soplaba las velas.

Era su 21° cumpleaños y sus compañeros de trabajo y jefa le habían organizado una fiesta sorpresa después del largo día de trabajo, Soobin poseía una gran sonrisa por el detalle.

La torta había sido picada y repartida, todos se encontraban hablando con alguien, a Soobin le había dado el pedazo más grandecito de pastel, aunque no quería comer mucho para no fallar a su dieta especial, y es que  cuando supo del método que había usado Joohyun para tener a su bebita hacia tres años, había investigado con total lujo de detalle, se dió cuenta que él único sitio en Seúl que aplicaba este método era el Banco de Esperma, había ido para comprobar sus dudas siendo recibido por el doctor Lee, había respondido todas sus dudas y estaba seguro que quería ser sometido al método, sin embargo, todavía no tenía la edad, debía tener por lo menos 21 años que era la edad legal para realizar la inseminación, el doctor fue tan amable que le había prometido ayudarlo en todo, si seguía estando seguro de su decisión de tener un bebé, unos meses antes de cumplir la mayoría de edad.

Dicho y hecho, los deseos de tener un bebé no disminuyeron en Soobin y no volvió a tener pareja, así que unos seis meses antes de su cumpleaños fue con el doctor en modo de consulta pero en realidad el doctor lo preparaba para que el proceso fuese rápido, la última consulta que habían tenido le pregunto si quería escojer la muestra de esperma que quería usar, sus pensamientos derivaron un momento a Yeonjun, le hubiera gustado que la muestra fuese de él por lo menos, pero freno el hilo de sus pensamientos y le indico al doctor que aquello no le importaba, podía ser de cualquiera, el doctor le confirmo que su historial estaba listo y que su cita para realizar el procedimiento era para el día después de su cumpleaños.

Se encontraba sumamente nervioso, tenía entendido que el procedimiento podía no funcionar a la primera y el quería que todo saliera bien.

Estuvo luchando por su estabilidad económica por tres años, después de su ascenso gracias a su noona lucho por ganarse su puesto con el chef, demostrándole que él si sabía lo que hacía y su puesto no fue gracias a palanca si no que era fruto de su esfuerzo, le costó acostumbrarse a las técnicas del chef, sin embargo tenía una nueva meta y lo imposible lo hizo posible, fue ganándose el cariño de todo el personal de la cocina, no es que antes no fuera así, el simplemente no tenía tanta cercanía con el personal, cosa que cambió con el nuevo puesto.

Con el paso de los años su economía había ido prosperando con los ahorros que había podido conseguir, si lograba quedar embarazado sus ahorros alcanzaban para comprar lo necesario para su bebé, se había esforzado para que no faltará nada, había hecho la dieta y seguido todo los pasos rigurosos para por fin realizar su sueño de ser padre y entregar todo el cariño posible.

—Soobin-ah, ¿Por qué no te comes tu torta? —se acercó a su lado su jefa preocupada.

—Oh, noona, no es nada, me gusta comer lento —le dijo rápidamente el pelinegro con una sonrisa.

Todavía no quería divulgar sus planes por el mismo temor a que no se realizarán, le tenía mucho aprecio a su noona pero sabía que con el asomo de la presencia de un bebé todo podría cambiar.

Su noona creyó sus palabras y le regaló una sonrisa —Binnie, estoy tan orgullosa de ti, sabes que cuentas conmigo para todo, ¿Cierto?.

Y era muy cierto, Jennie había visto crecer a su dongsaen, lo vio madurar de forma apresurada y ganarse cada centavo con sudor y sangre, si le preguntarán respondería orgullosamente que era su mejor empleado, sabía de su historia y ahora esperaba que el chico buscará su propia felicidad, ya no tenía que preocuparse por su trabajo porque tenía un puesto fijo de ahora en adelante.

Con una gran sonrisa, Soobin dejo su plato de lado y abrazo fuertemente a su noona, un gran suspiro de alivio salió de su boca.

Esperaba que este año que le regalaba la vida fuese mejor que todos los vividos.

Una semana y media, una semana y media había transcurrido de su inseminación y todavía no había sentido ningún síntoma, se sentía bien, no había tenido mareos ni vomitos, nada, se estaba preocupando de que el proceso no hubiera resultado.

Estaba acostado en su cama en forma de estrella de mar después de estirarse un poco, miró hacia el techo mientras reflexionaba sobre, al parecer, su proceso fallido, sus lágrimas se acumulaban en sus ojos y un puchero que intentaba impedir que salieran.

Sorbiendo su nariz se paró de su cama, no debía ya que era su día libre, pero hoy tenía cita con el doctor, hace una semana le hubiera hecho ilusión, sin embargo con la corazonada de que probablemente no estuviera embarazado sus ánimos habían bajado considerablemente.

Dándose una larga ducha de agua tibia que limpiaba sus lágrimas, posó sus manos en su vientre y tuvo que morder sus labios para aguantar los gemidos de dolor que querían escapar de él, se había hecho tanta ilusión, acaricio su vientre con mucho cariño y limpio sus lágrimas.

Con su desayuno preparado y él listo, comió rápidamente para ir al Banco de Esperma, decidió caminar para dispersar sus pensamientos, el sol ya había salido hace rato y estaba brillante, cargaba un cardigan beige ligero encima de su camisa blanca, el cardigan poseía bolsillos así que escondió sus manos ahí mientras el fresco de la mañana golpeaba su cara, a pesar del clima mañanero tan bonito, no pudo arreglar su estado ánimo.

Llegó rápidamente al Banco de Esperma y subió para su cita, la secretaria con una sonrisa le instó a que pasará al consultorio dónde lo esperaba el doctor Lee con una sonrisa que no pudo corresponder.

—Hola, buenos días Soobin-ah, ¿Cómo has estado? —pregunto amablemente el doctor Lee mientras lo invitaba a tomar asiento.

—De maravilla —dijo sarcástico Soobin —Nada fuera de lo normal.

El doctor hizo de cuenta que no notó el humor de Soobin.

—Ya veo, bien, ahora procederemos a hacer las respectivas pruebas para ver cómo salió el proceso, acompáñame.

Con sumo nerviosismo Soobin se paró para hacerse las pruebas, en su caso consistió en una prueba de sangre que según el doctor era de suma confianza para esclarecer su estado, prometió que los resultados estarían listos en quince minutos mientras lo invitaba a tomar asiento nuevamente para hablar, el pelimarrón sosteniendo la gasita con alcohol que le dieron para su brazo pinchado.

—Bien, dijiste que te has sentido muy bien éstos días —procedió el doctor Lee.

A Soobin de repente se le empezó a nublar la vista producto de sus lágrimas, con un sorbido de nariz espantó sus lágrimas y se enfocó en el doctor.

—Así es, no me he sentido mal de ningún modo.

—El embarazo no es igual para todas las personas, hay quienes en la primera semana sienten los síntomas como hay otros que no los sienten hasta los tres meses —el doctor no quería ilusionar a Soobin pero desde hacía meses que trataba con él y sabía que era su sueño crear un familia, le había agarrado cariño por su gran valentía ya que no debía ser fácil tomar la resolución de tener un bebé sólo a los veintiún años.

Notaba al chico muy emocional, sin embargo concluyó que se encontraba así por la incertidumbre que sentía, pasaron los minutos hablando de los síntomas del primer trimestre y lo diferentes que podían ser para cada persona, realmente para Soobin los minutos fueron de manera rápida y la secretaria ya se encontraba dándole los resultados de su examen de sangre.

Su nerviosismo volvió y más potente, se sentía a desmayar, su respiración se empezó a acelerar, tenía que ser fuerte, quería saber el resultado, pero temía llorar. El doctor Lee leyó minuciosamente el papel entré sus manos antes de fijarse en Soobin, el pelinegro intentó con todas sus ganas de no llorar, sin embargo su vista empezó a llenarse de lágrimas nuevamente.

—Soobin-ah... —su lágrima ya escapaba por su mejilla —Todo salió de maravilla, tú bebé esta creciendo en tí...

Soobin no detuvo sus lágrimas, está vez eran de emoción mientras entraba en un shock por la noticia, su bebé, estaba creciendo en él, sus manos inconcientemente empezaron a acariciar su pancita plana.

—P-pero, no tuve ningún malestar —dijo entre hipidos.

—Soobin-ah, hace rato estuvimos hablando de que cada embarazo es diferente —respondió con una amable sonrisa el doctor —Aunque no te confíes, la mayoría de los que pasan por tu caso vienen con los malestares más fuertes.

Soobin negó con una sonrisa, es que no le importaba, él era feliz con saber que su bebé si se estaba desarrollando según lo planeado, el doctor le ofreció hacer una ecografía para ver el embrión y Soobin asintió frenéticamente, después de buscar sólo un rato el doctor le indico dónde estaba su bebé, era del tamaño de un frijolito, era un puntito que acarreaba toda la felicidad de Soobin, sin detenerse a pensar liberó sus lágrimas de felicidad, por fin estaba sintiendo felicidad luego de años tan duros, y era gracias a su bebé, y mientras lo veía en la pantalla le hizo la promesa de que sin importar qué siempre lo cuidaría, lo amaría y estaría para su bebé.

Luego de limpiarse y aclarar ciertos puntos de su embarazo tales como cuidados, dietas y descansos, Soobin salió del consultorio y casi se tropieza con un hombre de ojos rasgados que se veía mayor que él.

—Lo siento, hyung —dijo haciendo una pequeña reverencia.

—Tranquilo, mi error —le respondió con una sonrisa nerviosa y el hombre se notaba nervioso, paso de Soobin al consultorio del doctor Lee y supuso que también se iba a realizar la inseminación, comprendía a la perfección que estuviera nervioso, lastima que no le dió tiempo a desearle suerte.

Pasaron dos semanas y efectivamente como le dijo el doctor sus malestares llegaron y se sentía a morir, vomitaba hasta lo que no tenía en su estómago y siempre estaba cansado, logró disimular bien sus malestares esas semanas mientras intentaba ingeniarselas con un discurso que ayudara a que su noona comprendiera su situación, pero no contaba con lo fuertes que serían sus malestares, el olor a pescado lo tenía mareado y tuvo que disculparse varías veces con el chef por culpa de su mareo ya que le impedía sazonar bien el pescado, el chef viendo lo mal que se veía su menor intentando sazonar la comida lo envío a la sala de descanso del personal de trabajo.

Soobin se encontraba nervioso, mareado y con sus pensamientos pesimistas, tenía dinero para mantener a su bebé y a él por un buen tiempo pero no quería perder su trabajo, sus ojitos se empezaron a llenar de lágrimas que fueron escapando una por una.

Su jefa, Jennie, había recibido el llamado del chef respecto al mal aspecto de Soobin, todos se encontraban preocupados y tristes de no poder abandonar sus puestos para ver que le pasaba al menor de todo el personal, en especial Jennie, así que con suma rapidez fue a la sala de descanso encontrándose a un Soobin acurrucado contra si y llorando, decir que la escena la preocupó era decir poco y fue corriendo a consolar al pelinegro.

—¿Soobinnie, qué tienes?, ¿Algo te duele?, Habla conmigo —decía preocupada mientras acariciaba los cabellos negros de Soobin.

—N-noona... —no pudo completar su frase ya que se puso a llorar en el hombro de su noona quién sólo lo consolaba con cariño.

Cuando sólo quedaban hipidos de su llanto el pelinegro intentó enderezarse para ver con ojitos hinchados a Jennie noona que lo miraba con preocupación y amor fraternal.

—Estoy embarazado —soltó de repente y sin anestesia, logró ver los ojos abiertos de impresión de Jennie antes de apartar la mirada a sus manos con pena mientras estrujaba sus manos.

—Oh... Oh, Dios, Binnie ¿Acaso... —no pudo terminar la pregunta aunque Soobin entendía a que se refería.

—No, no, noona —agarro sus manos para que entendiera bien y Jennie pudo calmarse un poco —Yo tomé la decisión de quedar embarazado.

—Pero... Tu no tienes pareja, ¿O si? —pregunto extrañada su noona, sin embargo más calmada.

—Noona, seguí los pasos de Joohyun noona, no quise esperar por una pareja —en parte era cierto, pero no quería admitir a su noona que no podía superar a su primer amor y por ello decidió deliberadamente no tener una pareja ya que no se comparaban a él —Lo siento tanto, noona, debí decirte de mis planes... Pero tenía tanto miedo, no quería perder mi empleó.

—¿De qué estás hablando, Binnie? —pregunto extrañada Jennie —Desde que cumpliste tu mayoría de edad tienes puesto fijo.

Soobin se giró con ojos impresionados a su noona y sin poder evitarlo derramó más lágrimas, no tenía control sobre ellas y no sabía si sería malo para su bebé, pero su instinto le decía que siguiera llorando.

—Oh, Binnie —Jennie lo jaló para recostar su cabeza en su hombro y ahí lo consoló todo lo que Soobin necesito.

—Tómate el día libre, mañana hablaremos de tu contrató y vacaciones, ¿Si? —le dijo Jennie después de ver que Soobin se calmaba.

—P-pero no-noona, no pue-puedo tomar va-vacaciones...

—Soobin, has trabajado desde tus trece años sin tomar vacaciones, no te estoy pidiendo que lo pienses, lo harás, por tu bebé tomarás tu buen merecido descanso —Jennie le regaló una sonrisa que tranquilizó a Soobin y sólo pudo asentir con más lágrimas.



Sus sábanas se sentían tibias, a pesar de que el clima no estaba frío se podía sentir temperaturas bajas, Soobin se acurrucaba más entré sus sábanas mientras iba cobrando conciencia, no quería pararse, su bebé también se lo pedía, que se quedarán en su cama calentita hasta el día siguiente, tocó su pancita, ahora ya no tan planita, con suma ternura, el pelinegro ya estaba pisando la décimo segunda semana de embarazo.

Hacía tres meses que había decido dar el paso de formar una familia sólo, después de hablar mejor con su Jennie noona y explicarle la situación habían podido hablar de su puesto y sus vacaciones, Soobin decidió que seguiría trabajando y tomaría sus vacaciones a dos meses de finalizar su embarazo para disfrutarlo bien, mientras tanto Jennie le aconsejó que trabajara junto con los reposteros para hacer más ligera la carga en el trabajo.

Hoy le tocaba cita con el doctor Lee para ver el progreso de su bebé, se encontraba entusiasmado, sus malestares ya no eran tan constantes cómo en las primeras semanas que no podía comer sin devolver nada, ahora su bebé lo dejaba un poco más tranquilo a la hora de comer, en especial cositas dulces, todavía no sentía ningún antojo aunque el doctor le había explicado que no tardaría en aparecer.

Con suma pereza se levantó de su cama y fue al baño a ducharse con agua tibia como le gustaba a su bebé, se sentía orgulloso de su pancita y el ser que se formaba en su interior, su corazón estallaba de amor al saber que su bebé estaba creciendo sano, hizo un desayuno ligero conformado por rodajas de pan con mantequilla y jugo de pera, estaba a dar un mordisco a su rodaja cuando pensó en mermelada, por algún inexplicable motivó quería pan con mermelada y no sólo con mantequilla, busco por su nevera y cocina y se sorprendió de no conseguir nada, se sentía frustrado y molesto, su estómago pedía mermelada de lo que fuera.

Se tuvo que conformar con comer rodajas con mantequilla, pero se dijo que compraría mermelada a penas saliera de su cita, ya podía saborearla.

Decidió caminar hasta el Banco de Esperma ya que quería aprovechar mientras pudiera el caminar sin sentir molestias, usaba un jersey color azul pastel que le hacía notar un poco su pancita ya que era holgada y su nueva adquisición, sus blue jeans con cintura estirable, tenía pensado sólo usarlo cuando saliera a lugares importantes, por lo demás usaría sus leggins que tenía por montón por ser cómodos.

Subió rápidamente al consultorio del doctor Lee que ya lo esperaba y platicaron de cómo llevaba su embarazo.

—¿Me dices que de repente quisiste mermelada? —pregunto el doctor después de un rato de platicar y Soobin asintió en respuesta —Bien, tiene mucho aspecto de ser un antojó, no dudes en cumplirtelo, te pidiera también que de ser posible lo consumas de manera moderada por contener mucha azúcar, sin embargo los antojos son muy fuertes —dijo con una sincera sonrisa.

Después de darle más consejos sobre como sobrellevar los meses que venían para el embarazo procedió a guiarlo para hacerle su  ecografía para verificar al bebé, Soobin pudo ver a su bebé formandose y se emocionó mucho, el doctor viendo su entusiasmo le pregunto si quería escuchar sus latidos a lo cual Soobin asintió fervientemente.

Al escuchar los latidos de su bebé se puso muy emocional y empezó a derramar lágrimas, ese sonidito reflejaba su nueva felicidad, ya quería a su bebé entre sus brazos.

Después de tan emotivo momento, Soobin y el doctor volvieron a tomar asiento, el doctor Lee tenía un asunto serio por hablar con el pelinegro.

—Soobin-ah, necesitó que me des permiso para tomar una muestra de tu bebé para hacer una prueba de paternidad.

Soobin abrió sus ojitos impresionados.

—Tuvimos un pequeño error con unas muestras y necesitamos confirmación, Soobin-ah, disculpa que te moleste con ésto —explicó sinceramente el doctor.

—Pero... ¿Qué pasará con mi bebé? —dijo con preocupación el pelinegro al cual le picaban los ojos por aguantar sus lágrimas.

—Nada, absolutamente nada Soobin-ah, no te diremos el nombre del padre ni viceversa, sólo queremos confirmar si tu bebé es de esa muestra.

—¿Y si mí bebé es de esa muestra? —Soobin sentía miedo, no quería que lo separaran de su bebé.

—Soobin-ah, nada ni nadie se llevará a tu bebé, tú lo vas a cuidar —le regaló una sonrisa tranquilizadora el doctor.

Soobin todavía sentía angustia en su pecho, pero decidió confíar en el doctor y autorizar la prueba, si se daba la situación de que su bebé fuese de esa muestra y el padre quisiera quitárselo lucharia con uñas y dientes.

Procedió a ir dónde estaban las secretarias para firmar su cita completada, las chicas no pudieron evitar mirar con suma ternura a Soobin, y es que a pesar de sus ojitos hinchaditos y nariz rojita, el pelinegro se veía tan bonito.

—Soobin-ah está muy bonito.

—Así es, cuando quede embarazada me encantaría estar así de bonita como Soobinnie.

Ambas rieron con ternura al notar el sonrojó de su menor, era tan lindo verlo así que también se sonrojaron.

—Basta, no digan ésas cosas, no estoy bonito —dijo apenado Soobin.

—No estoy de acuerdo —dijo una voz desconocida a su lado, giró para verlo y se embeleso con la vista.

Un hombre que se veía más alto que él de buena contextura, ojos achinados y sonrisa cerrada le devolvía la mirada que transmitía ternura, su corazón tuvo un latido irregular, cosa que no le pasaba desde Yeonjun, y quedo impresionado.

—No sé si será producto de tu embarazo, pero eres una vista digna de ver —ensancho un poco su sonrisa y procedió a hablar con las chicas que le confirmaron que el doctor lo estaba esperando para su cita.

Se despidió después de una sutil reverencia a Soobin y desapareció por la puerta del consultorio, Soobin seguía sin superar los hechos anteriores.

—¿Alguna sabe cómo se llama? —pregunto a las chicas.

—Oh, a ver... Se llama Nah Kyung.

—Nah Kyung... Gracias chicas —Soobin con una sonrisa se despidió de las chicas.

Caminó a su casa mientras en su pensamientos seguían las lindas palabras del hombre a su persona, en su embarazo había recibido pocos halagos y palabras bonitas, escuchar eso de hombre tan guapo lo hizo sentir muy bien.

"Nah Kyung, esperó volverlo a ver"

Un aplauso para mí unnie Lovelyy_Jimin7  que a parte de haber subido la segunda temporada de Banco de Esperma 🥺💜 (los capítulos son bien soft, me curan el alma) 💜💜 también nos ayudamos a escoger la carita de Kyung, se los presento:

Bello🥺 se llama Nam Joohyuk, para que deleiten la vista y se vean alguno de sus trabajos jsjsj

Y También al doctor Lee Hojin:

Ay doc, que joya 😳 en realidad si es una joya, costo conseguir a Chun Hojin, nos espera la cárcel, ahorren para nuestra fianza😭

Esperó hayan disfrutado el capítulo 💜💜
Nos leemos 💜

Ate: Hyejoon

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