Capítulo LXXXVIII

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Al día siguiente Derek se encierra con Katy en la habitación. Seguro que quiere saber su versión y no quiero interrumpirles así que me quedo al margen.

Hoy he vuelto al instituto y Derek se ha quedado en casa, terminando su recuperación.

Por la mañana cuando me fui seguía durmiendo y ahora está con Katy así que no le he visto ni he tenido oportunidad de hablar con él.

Pienso seriamente en volver a mi casa, aquí estoy rodeada de gente pero me siento muy sola.

Si no me he ido es porque Derek me ha dicho que quiere que me quede.

El miércoles volvemos al instituto y, aunque Derek me mira y me sonríe, su sonrisa no llega a sus ojos.

Sé que está dolido pero no me lo dice. Lo único que se me ocurre es darle tiempo, para que piense, para que procese todo lo que ha pasado. Con Katy tampoco he vuelto a hablar del tema aunque ella conmigo se porta como siempre. Vuelve a ser la chica alegre y loca de siempre y Alan y Justin también.

Al final el otro día no vinieron porque Katy les dijo que estaba hablando conmigo y no querían interrumpir.

Sé que Derek va a querer saber su versión, y no me equivoco cuando al final de las clases nos dice que nos vayamos sin él.

— Volved a casa, yo iré en un rato — nos dice serio a Katy y a mí.

— ¿Necesitas algo? — Le pregunto en un intento por pasar un poco de tiempo con él. Necesito que me hable, que me diga lo que piensa. Necesito saber qué va a pasar con nosotros.

— No, estoy bien no necesito nada, de verdad. Ve a casa, luego te veo — me da un beso en la frente y se va con Alan y Justin. Yo me quiero morir. Necesito abrazarle, besarle, decirle que todo está bien, pero no es verdad. Todo es una mierda desastrosa.

— Vamos nena — Katy me coge de la mano y juntas vamos al coche.

Cuando llegamos a casa estamos solas así que aprovecho y le pregunto.

— ¿Hablaste ayer con Derek de lo que pasó?

— Sí.

— ¿Y qué te dijo?

— Nada, me pidió que le contara mi versión. Yo le conté lo mismo que tú, salvo que desde mi punto de vista. Está dolido, Luna.

— Lo sé, lo sé...

— Pero no por lo que crees. Está dolido por todo. No pensó que Mary fuera capaz de hacer algo así. Se siente fatal por haberte hecho pasar por todo eso, se siente como una mierda porque todos hayamos pensado que nos había fallado. Porque sí, parecía que se había reído de todos nosotros, volviendo con Mary es como si volviera a ser el mismo chico de antes, cuando era el secuaz de Luke. Se pone en tu posición y sabe que lo has pasado fatal, pero también...

— También está dolido porque debería haber hecho algo más para averiguar qué pasó en vez de huir como una cobarde — sentencio por ella.

— Sí y no.

— Explícate.

— Visto desde fuera parecía evidente que te estaba engañando y me ha confesado que si hubiese sido al revés él también se habría vuelto loco. Habría hecho algo peor que irse del pueblo. Habría entrado ahí y habría matado al chico que estuviese contigo y a ti te habría dicho que le has decepcionado. Pero desde su punto de vista cree que vuestra relación no volverá a ser la de antes porque cree que has perdido la confianza en él. Tiene miedo de que tú no vuelvas a ser la de siempre con él y también tiene miedo de que no pueda volver a estar contigo de la misma forma. Te sigue queriendo pero todo es tan confuso que ahora mismo no sabe qué pensar. Sólo te aconsejo que le des tiempo.

— Eso estoy haciendo Katy, pero me siento morir por dentro. Veo que me sonríe pero no es una sonrisa real, creo que en el fondo no la siente y no me besa en los labios, no me coge de la mano ni le siento cercano a mí. Sé que necesita tiempo pero...

— Tranquila nena — dice dándome un abrazo. — Os entiendo a ambos, de verdad. No me gustaría verme en esa situación. Sinceramente salí a buscarle porque tenía miedo de que le pasara algo, me parecía muy raro que no me cogiera a mí el teléfono y estando Luke suelto... Estaba muy enfadada y cuando le vi por la calle me bajé del coche y fui directa a por él. Le empecé a echar la bronca, hasta le di un empujón. Fue Alan quien me paró y me hizo ver que no estaba bien, yo estaba tan cegada que sólo quería que me diera una explicación convincente.

— ¿Crees que querrá ir conmigo al baile? — Le pregunto dudosa. — Es este viernes, entendería que no quisiera ir conmigo.

— Luna, deja de castigarte. No has hecho nada malo. Solucionaréis esto, estoy convencida. Sólo dale tiempo, y date tiempo a ti misma también. Necesitáis sanar, los dos.

Tiene razón. Pero me duele ver a Derek y no poder tocarle. El resto de la tarde me la paso encerrada en mi habitación.

Hoy es el último día de clase, tenemos que recoger las notas y tendremos el resto del día libre.

Estamos todos muy contentos porque hemos aprobado, yo he sacado muy buenas notas y muchos profesores me han felicitado. Los demás también han aprobado y Katy me enseña sus notas y son muy buenas, de paso me dice que las de Derek han sido espectaculares.

Estoy recogiendo unas cosas de mi taquilla cuando unas manos agarran mi cintura y yo me giro sobresaltada.

— Tranquila pequeña, soy yo — dice Derek de manera cariñosa.

— No te esperaba.

— Quería darte las gracias — dice enseñándome su boletín de notas.

— No se merecen. Enhorabuena, has sacado casi todo sobresalientes — le digo sonriendo.

Hace algo que no me esperaba. Se acerca a mí y me da un abrazo. Sentir su calor de nuevo hace que me emocione, mis ojos se llenan de lágrimas y cuando le rodeo con mis brazos siento mi cuerpo frágil, las piernas me tiemblan y me apoyo en las taquillas para no caerme.

Han sido sólo 5 segundos pero he vuelto a sentirme feliz.

Veo que Derek me mira con amor en sus ojos pero agacha la cabeza y se va.

Una lágrima solitaria recorre mi mejilla y la limpio antes de que me vea, pero no se gira para mirar.

Por la tarde hemos quedado con Alan, Justin y Anna para tomar algo.

Todo se me revuelve cuando atravesamos las puertas del Grill. Katy me preguntó mil veces si estaba segura de ir allí y le dije que sí. Un mal recuerdo no puede frenarme, ese bar me encanta y son mayores los buenos recuerdos que los malos. Aunque el malo puede finalmente eclipsarlos si no consigo superar este bache con Derek.

Nos sentamos en un banco Katy, Anna y yo y los chicos enfrente. Quería que Derek se sentara a mi lado pero seguramente hayan preferido los demás colocarse así para evitar momentos incómodos. Por si Derek no quería estar tan cerca de mí.

Pedimos las bebidas y empiezan a hablar del curso.

— Al final no está siendo tan malo como parecía. Es duro pero lo estamos superando — dice Alan.

— Bueno, sólo han pasado tres meses, aún nos quedan seis para terminar esta tortura — dice Katy.

— Y cuatro años mínimo para dejar de estudiar — Anna le da un codazo amistoso a Katy mientras se ríe.

— No me lo recuerdes — dice Katy llevándose las manos a la cabeza.

— ¿Cuándo empiezas tu voluntariado? — Pregunto para intentar integrarme en la conversación. Se me está haciendo muy difícil porque Derek no para de mirar a todos los lados del bar y de paso, me mira a mí de reojo. En otra situación me parecería bonito que no pudiera dejar de mirarme, ahora me pone nerviosa.

— No lo sé, aún no he ido al hospital. Mi madre me ha dicho que la semana que viene iremos a ver qué me cuentan.

— Es muy bonito lo que vas a hacer, ojalá tengas suerte — dice Justin dándole ánimos.

Durante un rato sólo hablan ellos cuatro, Derek y yo escuchamos en silencio y no nos fuerzan a hablar.

Me levanto para ir al baño y una vez allí me mojo un poco el cuello, llevo con ansiedad demasiados días y me está pasando factura. Apenas duermo y queda sólo una semana para Navidad. Encima mañana es el baile.

«Relájate, Luna. Eres más fuerte que esto» me digo a mí misma.

Respiro hondo y salgo del baño.

Estoy volviendo a nuestra mesa cuando veo a Mary en la barra. Sus ojos se encuentran con los míos y vuelvo a revivirlo todo. Miro hacia mis amigos pero no les veo, sólo veo a Derek y a Mary juntos, riendo. Cierro los ojos, respiro hondo y vuelvo a verlo todo normal, Derek no está con Mary sino con nuestros amigos. Me está mirando fijamente y va a levantarse cuando ve que Mary se acerca a mí. No le doy tiempo a decir nada, abro la puerta y salgo corriendo.

Voy corriendo sin un rumbo fijo, todo está oscuro ya. Atravieso la plaza y continúo corriendo.

Corro tan rápido que al final tengo que parar porque me he quedado sin aire.

He salido sin chaqueta y ahora tengo frío, pero me quedo más helada aún cuando veo dónde estoy.

He llegado hasta mi casa. Verla tan vacía y sentir que no tengo a nadie a quien abrazar y con quien poder llorar sin que me juzgue hace que caiga al suelo de rodillas y empiece a llorar.

Segundos más tarde unas manos me levantan y me abrazan.

Cuando veo que es Derek lloro más fuerte.

— Tranquila amor — me separa de él para ponerme por encima mi abrigo y me vuelve a abrazar.

— Lo siento, lo siento tanto. Soy una persona horrible, me doy asco a mí misma, me siento como una mierda — digo sollozando.

— Eh, para. No vuelvas a decir eso nunca. Yo también lo siento. Necesitaba tiempo pero, cuando he visto allí a Mary he sentido tanto odio... Y después saliste corriendo y sentí miedo. Miedo de perderte, miedo de que no volvieras a confiar en mí.

— ¿Cómo no voy a confiar en ti si no ha sido culpa tuya? Yo tengo la culpa, desconfié de ti cuando no me diste motivos.

— Basta, así no vamos a llegar a ningún lado — dice abrochándome el abrigo y poniéndome el gorro. —  Ninguno de los dos tenemos la culpa. He tardado, pero me he dado cuenta de que toda la culpa es de Mary, ha jugado muy sucio y casi consigue separarnos pero no voy a dejar que eso pase. Luna, te quiero y no voy a dejar que nada nos separe.

Cuando me limpia una lágrima no puedo evitar abrazarle y él me sujeta con sus fuertes brazos. Con él me siento en casa. Él es mi hogar.

— Te he echado de menos — le digo entre lágrimas.

— Y yo a ti. Vámonos a casa.

— Tengo... Da igual — me corto.

— No, dime — insiste.

— Tengo las llaves de mi casa, siempre las llevo encima.

— Entremos entonces.

Abro la puerta y entramos. Pongo la calefacción y cojo un vaso de agua. Le tiendo otro a Derek que coge con gusto.

— Seguro que los chicos se han enfadado.

— ¿Por qué? — Pregunta curioso.

— Porque nos hemos ido sin pagar.

Mis palabras provocan que suelte una carcajada y eso es música para mis oídos. Me acerca a él, me pasa el brazo por mis hombros y me besa la cabeza.

— No creo que les importe. Otro día les invitamos nosotros — dice riendo.

— Me parece bien.

Un rato después la casa ya está caliente y hemos entrado en calor. Nos sentamos en el sofá y nos tapamos con la manta.

— ¿Quieres ir al baile conmigo? — Me pregunta de repente, lo que hace que le mire sorprendida.

— Sí, ya me lo pediste.

— Ya, pero no sabía si querías ir después de lo que pasó.

— Yo había pensado lo mismo — le digo riendo. — Creí que no querrías ir.

— Claro que quiero. Llevo esperando el baile mucho tiempo. Seguro que vas a estar preciosa.

Sonrío y me apoyo en su pecho. Se me ocurre una idea, no sé si será buena o no, pero por probar no pierdo nada. — ¿Te gustaría que pasáramos aquí la noche?

— Nada me gustaría más — responde emocionado. — Voy a avisar a mi madre — dice saliendo del salón para coger su móvil.

Lo que me recuerda... Hace días que no sé nada de mis hermanos así que les llamo, pero no me cogen el teléfono.

Poco después recibo un mensaje.

Tom

Preciosa, lo siento. No hemos parado en varios días. Hemos tenido varios desacuerdos con unos inversores y estamos intentando arreglarlo. Estamos en reunión. Te llamaremos pronto, te queremos.

Luna

Tranquilos, sólo os llamé para ver qué tal. Por aquí todo bien. La semana de exámenes ya pasó y todos hemos aprobado. Mañana es el baile, os mandaré fotos. Yo también os quiero.

— ¿Se lo vas a contar? — Pregunta Derek cuando lee los mensajes.

— No lo sé. ¿Debería? Nunca he tenido secretos con mis hermanos pero no van a estar contentos cuando les cuente lo que pasó y lo que hice.

— Amor, son tus hermanos y no te van a juzgar, pero creo que deberían saberlo. Yo estaré contigo cuando se lo cuentes.

— Te lo agradezco — me apoyo de nuevo en su pecho y nos tapamos con la manta.

Noto como unos brazos me levantan del sofá y me llevan a la habitación. He debido quedarme dormida en el sofá. Abro los ojos justo cuando Derek me deja sobre la cama.

— Perdona, no quería dormirme.

— Tranquila, yo también me quedé dormido, me acabo de despertar. Seguro que no has dormido nada estos días, ¿verdad?

— No. ¿Cómo...?

— ¿Cómo lo sé? Porque te conozco. Yo tampoco he dormido bien. Seguro que tú llevas sin dormir desde el viernes pasado.

No le contesto pero sabe que es así.

— ¿Dónde vas? — Le pregunto cuando le veo salir de la habitación.

— Al baño.

Aprovecho para quitarme los vaqueros y la sudadera. Hace calor ahora en casa así que voy a dormir con mi camiseta de manga corta y en bragas.

Derek vuelve y hace lo mismo, se quita el vaquero y su sudadera y se queda sólo en camiseta de tirantes y calzoncillos. Se mete conmigo en la cama y nos arropa.

Me giro y quedamos cara a cara.

— Nunca me iré de tu lado — dice acariciando mi mejilla.

— Ni yo del tuyo, lo siento tanto...

— Deja de disculparte, por favor. Quiero olvidar todo lo que ha pasado, quiero volver a ser feliz contigo.

Ante esas palabras me armo de valor, me acerco a él y le beso suavemente en los labios.

Me devuelve el beso y me abraza fuertemente con sus brazos.

Le echo de menos, le necesito y creo que él también a mí.

Rompe el beso y me sonríe.

— Te quiero, amor — me dice susurrando.

— Yo sí que te quiero — vuelvo a darle un beso en los labios y después un beso en la frente, como hace él conmigo, lo que provoca que sonría.

Me acerca a él y nos abrazamos. El calor y el amor que desprendemos el uno por el otro hace que por primera vez en mucho tiempo, estemos tranquilos y podamos descansar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro