Capítulo XXXIII

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Cuando abro los ojos Derek aún sigue dormido. Me levanto con cuidado de no despertarlo y bajo a la planta de abajo.

Justin está en la cocina preparando café, veo mi oportunidad perfecta para interrogarle.

— ¡Buenos días!

— Buenos días Luna, ¿qué tal has dormido?

— Genial, ¿y vosotros?

— Muy bien. — Me sirve café en una taza y me la da.

— Anna y tú... ¿habéis dormido juntos?

Deja lo que está haciendo, me mira, se ríe y continúa sirviendo café en su taza. — Sí, ¿por?

— Curiosidad... ¿Estáis juntos?

Se ríe, tiene una risa muy agradable, es contagiosa y me río yo también.

— Lo siento, soy demasiado cotilla.

— No pasa nada. Anna y yo somos amigos de toda la vida. — Cogemos nuestras tazas y salimos al jardín. — Nos conocimos cuando éramos pequeños y enseguida nos hicimos amigos. Según fuimos creciendo nos fuimos uniendo más y más, y cuando nuestros cuerpos empezaron a cambiar, empecé a sentir algo por ella, y ella también por mí.

— Ooh, qué bonito.

— No te emociones — se ríe — no somos pareja.

Le hago pucheros. Es una pena, hacen muy buena pareja.

— Una noche nos besamos, pero sólo pasó eso, un beso. Hasta que cuando fuimos más mayores, empezamos a hacer cosas... de mayores. — Me encanta que sea tan delicado con estos temas, se nota que es un chico muy sensible. — Cuando nos sentimos solos o nos apetece, quedamos y lo pasamos bien. Cuando alguno de los dos ha tenido pareja, lo hemos respetado, no nos hemos metido en medio, pero estando solteros....

— Hacéis muy bien. Me alegro de que hayas encontrado a una persona en la que confiar plenamente, aunque sólo seáis ''amigos'' — hago comillas con los dedos. — Quién sabe, a lo mejor en un futuro acabáis juntos.

— Quien sabe, el futuro es muy incierto — dice riendo. — ¿Y tú qué tal con Derek?

Me sonrojo al momento, siento cosas muy fuertes por él, y ahora que no hay secretos entre nosotros, mis sentimientos van en aumento.

— Estamos muy bien. Vamos poco a poco y me siento súper feliz. Estoy muy a gusto con él.

— Me alegro mucho de verdad, hacéis muy buena pareja y os veo muy felices. Sobre todo a él, tendrías que haber visto cómo le cambió la mirada de un día a otro. Se ha notado mucho su cambio cuando te pidió salir.

Me sonrojo aún más.

— Además, le ha echado huevos al enfrentarse así a Mary y a Luke, nadie en su sano juicio lo haría.

— Pero tú lo hiciste una vez, ¿no?

— Sí, por eso lo digo. ¿Derek te lo ha contado?

— Sí, me lo ha contado todo y lo siento mucho de verdad, es un completo gilipollas y no te merecías eso. Ojalá el karma actúe pronto con él. — Lo digo de verdad, Justin es una de las mejores personas que he conocido, no se merecía lo que le pasó.

— Ya está actuando, se está quedando solo.

— Los problemas del vestuario... ¿Es por eso?

— Sí, desde que Alan, Derek y yo nos hemos desligado de él, los demás integrantes del equipo han visto que si todos le plantan cara no podrá con ellos. Además, se han dado cuenta de que si no le incluyen en sus jugadas, todos jugamos mucho mejor. Al fin y al cabo él brillaba porque los demás hacíamos buenas jugadas. Por sí sólo no vale nada.

— Lo que le decía a Derek, que sólo tiene su apellido, talento ninguno.

— Eso es, y le está sentando muy mal. Era el líder, el capitán del equipo, y ya nadie le quiere. Hasta el entrenador está abriendo los ojos y nos está dando a los demás más oportunidades de lucirnos ante los ojeadores.

— Me parece perfecto, va a tener lo que se merece. Al fin y al cabo parece que su miedo a quedarse solo va a ser más grande que su ego. Verás qué poco tarda en buscarse otro séquito. — Puede parecer de mala persona, pero me alegro de que por una vez, las cosas me vayan bien a mí y no a él.

— Eso no lo dudes, aunque lo va a tener difícil. Todo el mundo vio el desplante que Derek le hizo a Mary ayer, y la pelea que tuvo con Luke a principios de curso. No le va a ser fácil hacer nuevos amigos.

— ¡Que le jodan! — Digo levantando la mano para que Justin me la choque.

Nos reímos y nos terminamos nuestro café.

Al poco rato se levantan los demás, se sirven café y vienen a acompañarnos al jardín. Derek se sienta a mi lado y me besa.

— ¿Qué tal has dormido pequeña? — Me encanta la voz ronca que tiene recién levantado.

— Muy bien, ¿y tú cariño? — Se me ha escapado, no he podido evitarlo pero parece que le encantan mis apelativos cariñosos. Sonríe aún más y me da otro beso.

— Genial.

Cuando terminamos todos de desayunar, recogemos las tazas y las botellas de anoche. Cuando está todo limpio, subimos a las habitaciones a vestirnos.

— Déjame ver tu costado. — Me levanta la camiseta. — Parece que tiene mejor pinta que anoche. Voy a echarte un poco más de crema.

Coge el tubo de crema de la mesilla y me lo aplica, me duele menos que anoche pero sigue molestando. Imagino que en unos días estaré mejor.

— ¿Tienes crema en casa?

— Sí, no te preocupes. — Me pongo de puntillas y le doy un beso.

Cuando ya estamos arreglados, nos despedimos y nos montamos en los coches.

— ¡Mierda! Se me olvidó avisar a mis hermanos de que dormía fuera... Van a estar muy enfadados.

— No te preocupes, les avisé yo.

— ¿De verdad? Muchas gracias, siempre estás pendiente de todo — le digo sonriendo y le acaricio el muslo, me gusta hacerlo mientras conduce.

Me acompaña hasta la puerta y me abraza.

— Quiero agradecerte de nuevo lo que me contaste anoche. Me has demostrado que confías en mí tanto como yo en ti. Aunque sabiendo eso me siento mucho peor por lo que pasó la otra tarde.

— No te sientas mal, por favor, no lo sabías. Por eso en parte decidí contarlo. No estaba preparada aún, pero merecías saberlo. Y claro que confío en ti. Me haces sentir segura, sexy, especial...

— Es que lo eres Luna. Eres sexy, eres muy especial y la chica más valiente que conozco, te lo dije anoche y lo sigo pensando. Y me esforzaré al máximo para que nunca tengas miedo estando conmigo, siempre te protegeré.

Me abrazo fuerte a él y respiro hondo, su olor es lo único que necesito ahora mismo. Me siento tan feliz que creo que voy a estallar.

— Estoy deseando verte esta noche en la cena.

— Yo también.

Me da un beso de los que sólo él sabe dar. Suave, profundo y con sentimiento. Me da un beso en la frente y se marcha.

Cuando entro en casa mis hermanos salen a mi encuentro. Les parece raro que fuera Derek quien avisara, pero lo entendieron cuando les conté el día que tuve. El enfrentamiento con Mary y la conversación con Derek.

— Sí que tuviste un día movidito. Déjame ver tu hematoma. — Tom me levanta la camiseta y lo inspecciona con detenimiento. — No tiene mala pinta, se nota que Derek te lo ha curado bien. Aún así sigue dándote crema, la tienes en el armario del baño.

— ¿Te sientes mejor al haberle contado a Derek tu pasado? — Me pregunta Sam, sabe que aún no me he recuperado del todo de ese año.

— Sí, la verdad es que sí. Siento que me he quitado un gran peso de encima al contárselo.

Ambos sonríen y se alegran por mí. Me dicen que van a salir a comprar, quieren hacer carne asada para cenar y me ofrezco a acompañarles.


Estoy delante del armario, en albornoz y con el pelo enrrollado en una toalla, no sé qué ponerme. Tengo mucha ropa pero esta noche considero que es importante y quiero ponerme algo especial.

Estoy indecisa así que decido hacerle una videollamada a Katy.

— Vaya, veo que estamos las dos igual — le digo riendo. Ella también está en albornoz delante de su armario.

— Mira — enfoca a su armario — tengo más ropa que la barbie y aún así no sé qué ponerme.

Miro detenidamente su armario y enseguida veo un conjunto colgado en una percha que sé que le va a quedar genial.

— ¿Y si te pones el conjunto vaquero que tienes en la percha de la izquierda? — Lo coge y me lo enseña. Es una falda vaquera, un body negro y una chaqueta vaquera. — Y ya si lo conjuntas con esas botas negras de tacón que tienes, vas a estar radiante.

— ¿Tú crees? Voy a ponérmelo.

Se prueba el conjunto y se pone frente a la cámara. Le queda genial, la falda llega hasta mitad del muslo. Decide ponerse unas medias porque ya hace frío por la noche. Está espectacular.

— Tienes muy buen gusto, ahora veamos qué te pones tú. Enfoca tu armario.

Durante unos minutos mira bien mi ropa, hasta que me dice que saque un vestido azul marino que tengo al fondo. Lo compré hace un tiempo pero nunca he llegado a ponérmelo. Me lo pruebo y me queda genial, me llega un poco por encima de la rodilla y resalta mi pecho y mis curvas.

— Ponte esos zapatos negros de tacón, los que tienes ahí abajo. — Los saco y me los pongo. Yo no me pongo medias porque no voy a salir de casa, aquí se está bien de temperatura. — Te queda genial ¡Ale, arreglado! Voy a terminar de arreglarme.

— Yo también, ahora te veo. — Nos lanzamos besos y colgamos.

Me seco el pelo y me lo rizo. No me maquillo mucho, me pongo base, me pinto la raya de arriba del ojo, me pongo rímel, corrector y brillo de labios. Me gusta lo que veo, con este vestido me siento como una princesa de cuento.

Cuando bajo las escaleras, mis hermanos están al lado de la puerta y me silban. Ellos están increíbles también, ambos llevan traje y están súper sexys. A ellos también les queda bien todo lo que se pongan.

Llaman al timbre y abro yo. Olivia y Ted me abrazan, Katy y yo damos una vuelta cada una para vernos bien y nos decimos que estamos estupendas.

Derek es el último en entrar, me atrae hacia él y me besa.

— Estás preciosa, princesa. — Me lo dice susurrando y me derrito al instante. Él está guapísimo también. Viste unos vaqueros azules, camisa blanca y chaqueta de vestir azul marino. Parece que lo ha hecho a posta para conjuntar conmigo.

Cuando nos damos la vuelta, mis hermanos sonríen de oreja a oreja y Olivia me guiña un ojo. Menos mal que me puse base de maquillaje, sino ahora mismo tendría la cara roja como un volcán a punto de entrar en erupción.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro