Capítulo X

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140 estrellitas + 30 comentarios para continuación de la historia⭐

🗓️ 29 de marzo de 2025
📍 Viena (Austria)

-Creo que no eres consciente de lo que vas a hacer. No lo estás siendo, ¿verdad? - preguntó Mason, mirándome por la pantalla del teléfono mediante el cual estábamos haciendo una videollamada.

-Mase, él no tuvo culpa... - murmuré bajito, intentando justificar mi decisión.

-Allegra, creo que no te estás dando cuenta de que él participó en el sabotaje de tu coche en Japón hace dos años - el ceño del británico se mantenía fruncido y su expresión de disgusto ante mi idea era más que obvia.

-Técnicamente, él solo fue un peón más en el macabro y loco plan de Vasseur - aclaré yo, lo que hizo que mi marido rodase los ojos.

-Entiendo que estemos hablando de un familiar cercano, pero me parece una locura que quieras ir a visitarlo después de todo lo que pasó en 2023. Y para colmo, quieres llevar a Charlie contigo, ¿te dás cuenta de lo loca que estás? - masculló el británico entre dientes.

-No voy a ir sola... - rasqué mi nuca nerviosa y aclaré mi garganta, mirando hacia otro lado.

-¿Qué? ¿Con quién irás entonces? Carlos está en el circuito con las prácticas del coche y Sienna...- ni siquiera pudo terminar de hablar cuando la cabecita de otra persona entró en mi habitación y, por ende, se escuchó su voz.

-¡Vale! Estoy listo y Char también, ¿cuándo nos vamos ma belle? - un contento e ilusionado Charles se colaba en medio de la videollamada con la pequeña Charlie agarrada a su mano.

El monegasco enseguida se dió cuenta de que no era el momento más adecuado para aparecer y abrió los ojos como platos, poniendo una expresión de inocencia en su rostro mientras la infante simplemente reía a carcajadas ante esa incómoda situación.

Me dí un golpe en la frente con la palma de mi mano abierta cuando eso pasó, y lo único que se me ocurrió para paliar las consecuencias fue mirar de nuevo a la pantalla donde estaba reflejado el rostro de Mason, el cual estaba completamente serio, incluso se podría decir que amargado y mostrándose poco entusiasta al ver mi compañía.

Al ver su reacción, le sonreí mostrándole mis blancos dientes y solté una pequeña risilla nerviosa.

-Esto... - balbuceé, sin saber que decir o como explicarle a Mason lo que estaba aconteciendo.

-¿En serio? ¿De todas las personas que existen en este mundo tenías que escoger a Charles para que fuese contigo? - preguntó con cierta incredulidad, como si él mismo no quisiera creerse mi decisión.

-Sip... - alargando el sonido de la "p" al final de la palabra, intenté rebajar la tensión que se había generado en la llamada en apenas unos segundos.

-Debes estar jodiéndome ahora mismo, Allegra Lilith Wolff. ¿En serio tenía que ser con ese idiota? - se quejó, señalando con sus manos al lugar de la pantalla donde se encontraba Charles.

-¡Hey! ¿Te dás cuenta de que estoy aquí y te estoy escuchando verdad? Quel idiot est ce putain de Britannique... - respondió de malagana el monegasco.

-¡Charles! - exclamé al darme cuenta del término que había usado para referirse a Mason.

Y es que, para ser honestos, no era la manera en la que le había insultado lo que me preocupaba, sino que Charlie seguía de la mano de Charles y ese pequeño duendecillo memorizaba todo lo que oía a una velocidad abismal...

-¿Qué quiere decir "putain", Chacha? - le preguntó la pequeña al castaño, mirándolo con curiosidad.

Tanto mis ojos como los del mencionado se abrieron enormemente y, rápidamente, el piloto de Ferrari se vió obligado a responder con lo primero que se le pasó por la cabeza.

-Significa "amor mío", Charlie. No te preocupes y olvida lo que acabo de decir, ¿vale? - fingiendo su mejor sonrisa, Charles se agachó hasta quedar a la altura de la pequeña e intentó convencerla.

Pero nunca debes subestimar la inteligencia de una niña de dos años...

-¿Y por qué le dices eso a Tito Mason y a mami le dices "ma belle"? ¿Significa eso que le llamas "amor mío" a Tito Mason y que le dices "te odio" a mami? - preguntó de nuevo la infante, con gran curiosidad y confusión.

-No exactamente, Char... - carcajeó el monegasco, apartando un mechón de pelo del angelical rostro de su hija, logrando que ésta sonriese.

-Como sea, no me gusta esta idea, Allegra - recriminó Mason, volviendo a llamar mi atención y derivando de nuevo en el mismo conflicto de antes.

-Ni hace falta que te guste, es una decisión que ya está tomada. Suerte en el partido contra el Manchester City - le lancé un beso por el aire y tomé mi teléfono entre mis manos, dispuesta a colgar la videollamada.

-Allegra, espera... ¡No! - ni siquiera le dió tiempo a terminar de quejarse porque, cuando lo hizo, mi dedo le dió al botón rojo de la pantalla.

-Buena decisión la de colgarle a ese pedazo de imbécil, ma belle - musitó Charles, regalándome un guiño de ojo, en un gesto burlón.

Rodé los ojos ante su acción y me acerqué a Charlie, cubriendo sus oídos con mis manos.

-Vuelve a decir una sola palabrota más delante de la niña y te juro que te corto los huevos, Leclerc - de manera amenazante, lo miré fijamente, estableciendo contacto visual.

-Wow... ¿Desde cuando tan agresiva por un par de palabras groseras, ma belle? - sin perder ese tono de sátira, el monegasco replicó mis palabras, cruzándose de brazos, mirándome con una sonrisa de lado a lado.

-Desde que no quiero que mi hija se parezca a su padre en cuanto a mal vocabulario se refiere - forzando una sonrisa con claro desdén, le saqué el dedo del medio al castaño, lo cual logró arrebatarle un par de carcajadas de entre sus labios.

-Mami, ¿por qué le sacas el dedo a Chacha? - preguntó esa inocente voz de nuevo.

Cerré mis ojos y apreté la mandíbula al darme cuenta de que, con mis actos, solo estaba haciendo lo mismo que Charles con sus insultos, con la única diferencia de que mi fallo giraba en torno a mi expresión corporal y el suyo en cuanto a su mal uso del lenguaje.

-Sí, mami... ¿por qué le sacas ese dedo tan feo a Chacha? - habló de nuevo el monegasco, con mofa, mirándome indiscretamente.

Gruñí bajito, ocultando mi frustración en un grito que yo misma procuré ahogar en mi garganta.

Tomé una gran bocanada de aire, intentando no dejarme llevar por mis impulsos y no estampar mi puño en la cara del hombre que tenía frente a mis narices.

-Bien, momento de irse. Vamos Charlie - dije tomándola de la mano, caminando junto a ella hacia la puerta de la habitación de hotel en la que nos hospedábamos.

Apenas tuve que poner un pié fuera de la habitación para sentir el aliento de Charles en mi cuello y sus labios próximos a mi oreja.

-Eres terrible disimulando, ma belle - susurró contra mi oído, lo que logró dejarme estática en ese mismo lugar, sin poder moverme o articular palabra.

Soltando una pequeña risa, el monegasco se adelantó y tomó la mano de la infante entre la suya, caminando por el pasillo del hotel.

-¡Vamos, mami! ¡No te pierdas! - gritó Charlie, dando leves saltitos de emoción mientras caminaba.

Mirándome por el rabillo del ojo, el castaño siguió caminando con una sonrisa ladina postrada entre sus labios.

En ese preciso instante fue cuando me tuve que obligar a mí misma a sacudir mi cabeza y mover las piernas para llegar a ellos y caminar a su compás hasta coger el coche que nos llevaría a un destino del que aún no sabía si estaba segura de querer acudir.

-Estás completamente segura de que quieres hacer esto, ¿verdad? - preguntó Charles, mirándome con algo de preocupación.

-Es ahora o nunca... - murmuré bajito, dejando que mi dedo índice hiciese una leve fuerza sobre el timbre de aquella casa que llevaba más de dos años sin pisar.

Suspiré con temor, sintiendo los nervios comiéndome por dentro y el miedo tensionando todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo.

Casi por inercia, la pequeña Charlie flexionó su brazo hasta que mi mano hizo contacto con la suya y sus finos y pequeños dedos se estrecharon contra los míos.

-Todo estará bien, mami... - con una dulce sonrisa, la infante me miró con sus grandes orbes verdes y me proporcionó esa tranquilidad de la que tan escasa estaba y tanto necesitaba.

Casi al mismo tiempo que esto sucedió, la mano de Charles se instaló en la línea de mi cintura de manera sutil.

Este delicado movimiento consiguió llamar mi atención pero no por mucho tiempo, ya que en un apenas abrir y cerrar de ojos, la puerta que había frente a nosotros se había abierto y la gran silueta de un hombre pálido, destrozado y de aura triste, reveló el rostro de aquella persona que había sido un pilar fundamental en mi vida no hacía mucho tiempo atrás.

-Allegra... - la sorpresa no dudó en invadir su rostro a la par que en su boca se formó una pequeña sonrisa de emoción.

-Hola... - murmuré bajito, bajo un increíble y cálido sentimiento de melancolía.

La mirada del austriaco enseguida se posó sobre la pequeña que, lejos de estar separada de mí, se había abrazado con fuerza a mi pierna, probablemente temiendo por la imagen del gran hombre que había ante ella.

-Tú debes ser Charlie... - de manera cariñosa y cercana, el adulto se puso de cuclillas, mirando a la castaña con admiración.

La nombrada se limitó a asentir con vergüenza y apretó mi extremidad un poco más.

-Char, él es Toto... Es tu abuelo... - le indiqué a la pequeña, señalando a mi padre, el cual no mostraba una actitud fría y distante, sino, más bien, todo lo contrario. Dejaba que pequeñas gotas de agua rodasen por sus mejillas.

La mirada de la infante se iluminó en el mismo instante que sus oídos recibieron y analizaron la información que había salido de mi boca y ésta, inmediatamente, forjó una amable sonrisa que lograba marcar sus hoyuelos.

Atributos que, sin duda, había heredado de su padre.

-¡Abuelo! - de un saltito, la pequeña se abalanzó sobre el austriaco, pasando sus brazos por su cuello como si lo conociese desde toda su corta vida.

En ese emotivo momento Toto escondió su cabeza en el hombro de su nieta mientras que yo no pude remediar que entre mis labios una sonrisa amplia se estableciese, mostrando mi inmensa felicidad, orgullo y satisfacción ante esa imagen.

Porque, siendo honestos, daba igual todo lo que Toto hubiese hecho años atrás. Ahora yo sabía la verdad, Charles sabía la verdad, todos sabíamos la verdad, y ninguno de nosotros le guardaba rencor alguno al que, por bien o por mal, seguiría siendo mi padre hasta el fin de mis días.

Un ladrido logró llamar la atención de Charlie y del resto. Con una velocidad abrumadora, Troya, la perrita que mi padre había encontrado en la calle y había adoptado hacía dos años, se abalanzó sobre mí, posando sus grandes patas en mi cadera, moviendo su cola con gran emoción.

-¡Troya! ¡Hola, loca! - reí ligeramente y me agaché, poniéndome de rodillas en el asfalto, dejando que la perrita, que ya no era tan pequeña como cuando era cachorro, me abrazase.

Cuando el animal se dió cuenta de la presencia de Charlie, éste no dudo en bajarse de mi cuerpo y acercarse a la pequeña, oliéndola y dándole pequeños golpes con su hocico en su rosada mejilla.

La infante carcajeó y, con ganas de jugar, la perrita se echó al suelo y se puso patas arriba, buscando que la castaña acariciase su barriga mientras mantenía su lengua fuera.

-¡Mira, papi! ¡Troya quiere que le rasque la barriguita! - exclamó Charlie emocionada, posando su mano sobre el pelaje del animal mientras miraba a Charles con admiración.

Los ojos del monegasco se abrieron con gran sorpresa al escuchar lo que su hija acababa de decir y las palabras que ésta acababa de usar.

Era más que evidente que el corazón de Charles se había derretido en cuanto escuchó...

-¿Acaba de llamarme "papi"? - preguntó el oji-verde, observándome con la mirada tan iluminada como si varios fuegos artificiales estuviesen explotando en ella.

-Eso parece - sin poder evitarlo, mi sonrisa se quedó pegada a mi rostro, enternecida por toda aquella casual ocasión que, sin duda, no sería olvidada por ninguno de los presentes.

Toto y yo habíamos decidido hablar y dejar el dolor atrás, Charlie había conocido a su abuelo, y, lo más importante...

"Acababa de llamar "papá"
a Charles por primera vez"

No voy a mentir, he estado al borde de las lágrimas de felicidad escribiendo el final de este capítulo... 🥹

Muchos lo estabáis esperando, de hecho, muchos esperabáis con entusiasmo la reconciliación de Allegra y Toto así que... ¿Por qué no daros un doble momento de felicidad y amor en el mismo capítulo? (para que luego digáis que solo os hago sufrir y os dejo sin estabilidad emocional...😉)

Anyway, ¿opiniones sobre el capítulo? ¿del 1 al 10 cuánto habéis gritado cuando Charlie le llamó papá a Charles? Y, ahora, del 1 al 10 también, ¿cuánto habéis gritado cuando os distéis cuenta de que la persona que iba a visitar Allegra era Toto?

Llevamos dos capítulos de amor, alegría y paz, pero eso no significa que la historia no siga con el drama o que no lo vaya a ver pronto... Just saying

Si os ha gustado el capítulo ya sabéis que una estrellita, un comentario y un follow siempre ayudan mucho.

Si veo que le dáis mucho amor a este capítulo y el anterior, subo otro antes de que termine la semana❤️.

Por cierto, recordad seguirme en mis redes sociales, ya que por Instagram siempre hago muchas encuestas e interactúo mucho con vosotros, dandóos noticias, spoilers...

Atte: Alma<3

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