Canjeando (27)

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Kise Ryu. 

Un pequeño alfa, de gran carácter y sin miedo a nada. 

Ese era su pequeño bebé.

Había nacido con un poco de anticipación pero estaba completamente sano y su fuerte llanto era una prueba de ello. 

Nada calmaba al pequeño como lo hacia la melodiosa voz de su madre susurrarle palabras al oído. 

Nadie se atrevía a molestar al rubio cuando se encontraba calmando al pequeño y el niño tampoco permitía que nadie se acercara a el cuando ambos estaban juntos. 

Sin duda, un alfa hecho y derecho que cuidaba a su madre omega.

Porque si, el pequeño Ryu era un alfa con grandes instintos desarrollados, le había informado el doctor cuando le reviso, seria un niño excepcional, sin duda. 

Ahora que tenia cerca de un mes, Kise no podía separarse mas de unos minutos de él o sino el pequeño comenzaba a llorar con fuerza. 

Al igual que cuando venia... él.

-veo que el pequeño aun no quiere compartir a mamá- sonreía Kai entrando con regalos a la habitación. 

-no necesita compartir nada, yo soy su madre- hablo el rubio tomando al pequeño en sus brazos que apenas sentía el aroma de su madre tomaba su camiseta negándose a soltarle. 

-bueno, hasta que encuentre a su pareja, después de eso, deberá dejar a mami irse- hablo dejando las cosas a un lado en el velador de Kise. 

-nunca dejare de ser su madre- sonríe mirando a su hijo y este se acurruca en sus brazos. 

Kise sabia que el niño se pegaba a el por instinto, pero estaba seguro que también lo hacia al sentir la falta de su padre, la falta de la otra mitad de su madre que no estaba en aquel momento con ellos. 

-es un bello niño- el hombre intento acariciar la cabeza del niño pero este no se dejo, removiéndose incomodo, Kise lo alejo de él- lo siento, es solo que es tan bello que no puedo resistir el querer mimarle.

Kise no sabia si era suerte, si era algo mas, o solo el destino que quería ser indulgente con el, pero aquel bello y mimado pequeño era de piel clara y poseía algunas hebras de cabello rubio en su cabeza. Por el momento, no había rastros o evidencias de quien era su padre, cosa que el rubio agradecía mucho. 

Aunque debía reconocer que cuando el niño abrió los ojos, se llevo una gran sorpresa, lo único que el pequeño había heredado de su padre, ademas de su estatus de alfa, habían sido aquellos ojos color azul eléctrico. Algo que Kise amaba... y le dolía.

Estuvo toda la tarde en su habitación, al igual que todos los días, dejo de mirar hacia afuera, ahora tenia un pequeño que requería mas atención que sus sueños. 

Una noche, mientras su hijo dormía, Kise se asomo a la ventana. Creyó ver al moreno, incluso tuvo la tentación de correr hacia él, pero la silueta le miro y luego se alejo sin voltear ni una sola vez. 

Lloro, si, porque su corazón se sentía vacío, pero apenas vio a su pequeño durmiendo, este se lleno de amor otra vez, pero de amor por su hijo.

No importaba si Aomine le amaba, ya no importaba si venia a buscarle, lo único importante, desde ese momento, para Kise era su niño. 

Por muy extraño que parecía, su madre le había dejado en paz todo un mes, su hijo estaba sano y fuerte, a pesar de haber nacido prematuro, gozaba con una excelente salud. 

Pero la paz de Kise no podría ser eterna, su hijo tenia dos meses cuando fue llamado un día por su madre. 

Con miedo bajo por las escaleras con su pequeño entre sus brazos, entro con miedo al estudio de aquella mujer y esta le pidió sentarse en uno de los sofás. 

Esperaron cerca de media hora cuando Kai Takahashi apareció con la misma sonrisa de siempre y con un papel entre sus manos. 

-Bien, Ryouta, deje que tuvieras a ese bastardo, pero es momento de que respondas a lo que haz hecho- el rubio le miro sin comprender hasta que la mujer dejo un papel en frente de el- firma eso y seras la esposa de Kai- hablo con voz decidida la mujer. 

-no...- susurro mirando la hoja- no puede ser cierto...- miro al hombre pelirrojo frente a el y este asintio. 

-es cierto, y deberías estar agradecido, no todos los alfas decentes están dispuestos a tomar algo sucio y darle este tipo de oportunidades, así que firma rápido y tu junto a ese pequeño bastardo serán parte de la familia de Kai. 

El rubio volvió a negar. 

-Ryouta, eres un estúpido malagradecido- su madre le miro con aquella expresión que le decía que en cualquier momento le golpearía- Kai es un hombre respetado en sociedad posee negocios y grandes empresas, es un Alfa de renombre, y ademas, esta dispuesto a hacerse cargo de ese error que cometiste- su madre hizo una mueca de desagrado al hablar del pequeño- ya trajiste demasiada vergüenza a nuestra familia, al menos, libranos del peso de tener a un bastardo con nuestro nombre. 

Kise bajo la mirada sin lograr decir nada.

Su hijo tenia un padre, quizás Aomine le estaba buscando aun, quizás pronto vendría por el... quizás... siempre un quizás... 

-escucha- Kai se arodillo frente a el- he sido totalmente sincero durante todo este tiempo, de verdad me atraes, Kise, eres el omega mas hermoso que he visto en mi vida- con cuidado el alfa había tomado su mano- cásate conmigo, Kise, te daré todos los lujos que el dinero puede comprar, te llenare de amor cada día y respetare tu espacio cuanto tu quieras, nunca te forzare a nada, ni te lastimare, solo te pido una oportunidad- con suavidad, el hombre había dejado un pequeño beso en sus manos.

Kise miraba a su madre y luego al hombre frente a el. 

Pronto, aquella mujer le comenzaría a molestar por el dinero... y si aceptaba, al menos tendría mas seguridad...

-solo acepto... con una condición...

Los dos adultos le  miraban atento y Kise estaba seguro de lo que quería pedir.









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La proxima semana no habra capitulo, asi que las dejo en la intriga.

Saludos!

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