Esa mañana, Aomine despertó por el insistente ruido de la puerta, se separó de mala gana del rubio y fue a ver.

-¿Que se supone que haces aquí?- gruño apenas vio al chico frente a él.

-sólo quería preguntar... ¿Por qué un omega?

Aomine frunció el ceño.

-¿De qué mierda estás hablando?- habló más molesto al no entender bien de lo que Haizaki quería hablar.

-de que un simple omega no puede complacerte- se acercó a Aomine hasta poner su mano en su cuello- un omega no sabe lo que un alfa como tu y yo queremos...

Susurró cerca de su rostro pero antes de que Aomine pudiese siquiera pensar en empujarle, Haizaki ya había unido sus labios con los del moreno.

No fue un beso apasionado, no fue romántico ni deseado, fue un beso torpe, a la fuerza y que Aomine esperaba olvidar en algún punto de su vida.

-Piénsalo... -susurró separándose y luego miro con una sonrisa burlona a Kise- buenos días, Kise.

Haizaki saludo al rubio y salió de ahí con una sonrisa.

Aomine se volteo de inmediato a mirarle.

Pero incluso luego de que Haizaki se fuera, ninguno pronunció una palabra.

Kise tenía la vista en el suelo, no se atrevía a mirar a Aomine, en cambio el moreno miraba al rubio atento a cualquier cosa.

-yo... -hablo por fin Kise- me iré a duchar...

Susurró y se volteo intentando escapar del moreno. Pero Aomine corrió a su lado para tomarle de la cintura.

-no, Ryouta, por favor... -susurró en su cuello- sabes que solo te necesito a ti... -comenzó a repartir besos por la piel de Kise- no te enojes, bebé...

Kise soltó un sonido de satisfacción al sentir las caricias del moreno.

-no... No estoy... enojado... -hablo entre suspiros.

-¿No?- Aomine apretó su cuerpo al del rubio.

Kise comenzó a frotarse contra Aomine de manera lenta y sexy, tentandole.

Hasta que no pudo soportar más y se volteo para besar a Aomine.

-¡estoy celoso!- gruño antes de comenzar a devorar los labios del moreno.

Porque Kise sabía perfectamente que Aomine no le iba a cambiar por Haizaki, sabía y tenía muy claro que el moreno le quería a él, pero cuando le vio besarse, o más bien, ser besado por Haizaki, sintió que la ira recorría todo su cuerpo.

Aomine tomo con fuerza las caderas del rubio, pegándole más cerca de él, haciendo más profundo el beso, disfrutando cada vez más del delicioso sabor de los labios de Kise.

Cuando Haizaki le había besado, lo único que sintió en aquel momento, fue asco.

Tuvo el deseo de golpear a Haizaki por atreverse a besarle, pero como Kise estaba a su lado, lo más importante era el rubio. Pero apenas viera al otro Alfa se encargaría de dejarle en claro que Aomine Daiki tiene dueño, y ese es su sexy rubio que se encuentra quitándole la ropa en aquel momento.

-¿ansioso?- pregunta Aomine pero su pregunta queda sin respuesta.

Kise comienza a repartir besos y mordidas por el cuello y torso del moreno, descendiendo lentamente mientras Aomine acaricia su cabello. 

-eres mio- Deja una gran mordida en un costado del abdomen del moreno para comenzar a quitarle los pantalones. 

Aomine le veía fijamente mientras mordía su labio, atento a cada movimiento de Kise.

-solo tuyo...- jadeo cuando Kise tomo su miembro en su mano para luego meterlo en su boca. 

Kise estaba ansioso, si, sabia que Aomine nunca se iría con Haizaki, pero su lado omega necesitaba reafirmar que aquel alfa era SU alfa. 

El rubio podía sentir su entrada comenzar a lubricarse, ansioso por tener a su alfa, por gritar su nombre una y otra vez.

-necesito...- jadea sacando el miembro de Aomine de su boca- por favor... -gimió comenzando a bajarse la ropa interior.

Aomine soltó un gruñido de satisfacción al ver lo ansioso que estaba el rubio, mordió con fuerza su labio cuando le vio comenzando a prepararse para que pudiese entrar en él. 

-¿qué quieres, bebé?- gruñó resistiendo lo mejor que podía las ganas de lanzarse sobre el rubio. 

-te quiero a ti...- gimió el rubio. 

Kise le soltó y se puso en 4 frente a él. Llevo una de sus manos a su entre pierna mientras que con la otra comenzó a estimular su entrada. 

El poco control que conservaba el moreno se fue por la borda en cuanto le vio así. Aomine no podía decir otra cosa ademas de que le encantaba cuando el rubio se comportaba de aquella manera.

-te lo voy a hacer duro, suave, intenso, de todas las maneras que pueda... -dejo un beso en el hombro del rubio para comenzar a entrar en él- ngh... me encanta como estas moldeado a mi... -gruñe en su oído comenzando un pequeño vaivén. 

-D-Daiki... -gimió cuando sintió que el moreno entraba por completo- mas... mas duro... muy duro...- grito apretando sus manos en puños. 

El moreno no dejo pasar aquello, comenzó a entrar y salir de Kise de manera rápida, saliendo casi por completo para luego entrar hasta lo mas profundo que podía. 

Kise soltaba el nombre del moreno entre jadeos y gemidos, cada vez mas alto, apenas Aomine tocaba el fondo en su interior sentía una corriente recorrer toda su espina dorsal. 

Pero quería mas... y sabía exactamente como pedirlo...

-mi alfa- pego su espalda al torso de Aomine- lléname, mi alfa, y deja a tus cachorros en mi...- gimió moviendo sus caderas al ritmo del moreno. 

El moreno gruño dejándose llevar por su instinto, se movía con fuerza, dejando que el obsceno sonido de sus pieles chocando se escuchase por todo el lugar. 

Aomine dejaba marcas de mordidas y besos por todo el cuello y hombro de Kise, mientras sus manos se marcaban en la cintura del chico, moviéndose cada vez mas rápido, tomándole de la manera mas ruda que podía. 

-te dejare esperando a mis cachorros, Ryouta, gemelos, como mínimo... -gruño cerca de su oído.

Kise soltó una pequeña risa sintiendo como el nudo comenzaba a crecer en su interior. Con un grito muy alto, nombrando al moreno, Kise sintió su clímax llegar. Aomine lo hizo un par de movimientos después. 

Ambos estaban aun en el suelo del lugar, pero algo era diferente. 

Sentían un calor extraño, algo placentero, pero era diferente... 

Y fue Kise quien comprendió primero lo que pasaba. 

El celo de ambos se había adelantado...