Dañando (5)

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El moreno sólo había bajado sus pantalones lo suficiente para liberar su erección y entrar en el rubio.

-no... No quiero...- gemía Kise apretando las sábanas.

-Dios, estas tan apretado...- Aomine ignoraba los intentos de Kise por escapar y se movía cada vez más fuerte.

El celo nublaba el juicio de Kise, por lo que poco a poco comenzó a ceder al placer que le provocaba el moreno.

Aomine por otro lado, a pesar de siempre sentir repulsión hacia los omegas varones, en aquel momento se encontraba perdido en las miles de sensaciones que el cuerpo del rubio le provocaba.

El moreno cambio de posición, quedando el rubio sobre él, mientras que con sus manos le ayudaba a moverse.

-muy... profundo...- gemía el rubio sin dejar de moverse, al igual que Aomine.

El moreno apretaba los dientes, se sentía desesperado, perdido, su lado Alfa le exigía moverse más rápido, le pedía más, mucho más del omega, le pedía...

Marcarlo

Aomine tiro al rubio a la cama y comenzó nuevamente a embestirlo por atrás, dejaba besos y pequeñas mordidas en la pálida piel del rubio, no podía controlarse.

-no... no me marques... por favor...- Kise lloraba debajo de él, tenía el rostro hecho un desastre por el llanto y la saliva que caía por el costado de su labio.

Pero aun así, Aomine no podía detenerse.

-te voy a dar todo de mí, omega, y te dejare esperando un hijo de inmediato...- Aomine le miro con una sonrisa arrogante para apretar más su cuerpo al del rubio.

-¡no! ¡No lo hagas! ¡Ahh!- el moreno anudo en el cuerpo del rubio mientras este sufría espasmos por el orgasmo reciente.

Aomine acerco su rostro a la nuca del rubio y este sintió miedo de que fuese a marcarlo pero en lugar de morder su nuca, Aomine mordió su hombro.

-¿pensaste que te marcaria?- una gran risa salió de los labios del moreno- nunca marcaria a un hombre, omega- Aomine se movió con brusquedad para que su miembro aun anudado golpeara el interior del rubio- pero no significa que lo vamos a pasar mal... te lo hare tantas veces durante estos tres días que me rogaras en tu próximo celo.

Y así fue.

El rubio solo lograba levantarse por un poco de agua en algunas ocasiones, o para comer algo rápido y en pocos segundos se encontraba siendo embestido por Aomine.

El moreno estaba complacido por lo dócil que el cuerpo del rubio era, además de lo flexible.

No importaba donde se encontrara el rubio, o que estuviese haciendo, Aomine le tomaba en donde estuviese, baño, cocina, cama, comedor, incluso estuvo a punto de tomarlo en el balcón de no haber entrado justo a tiempo.

A pesar de que no era una mujer, Aomine no podía dejar de tocarle, le encantaba su delgada cintura, su pálida piel, su cálido interior.

Luego del primer día, Kise ya no lloraba al ser llamado despectivamente "Omega" o al ser tratado de manera brusca.

Al segundo día, ya se había resignado a que Aomine explorara los límites de su cuerpo.

Para el tercer día habían perdido la cuenta de cuantas veces habían tenido sexo, Aomine anudo en él una y otra vez, tanto, que de no ser porque Kise tomo la píldora en aquellos días, era muy probable que tuviese un bebe en su vientre.

-ya... ya basta...- era la cuarta vez que Aomine le tiraba al sofá para entrar en el- el... el celo ya termino... aahh...- en esos días su cuerpo se había amoldado a las caricias del moreno mejor de lo que hubiese querido.

-vamos, será la última, para que me recuerdes- el cuerpo del rubio temblaba debajo de Aomine y este se sentía en la gloria.

-aahhh... no... no te vengas... aahh... no te vengas dentro... ¡Aomine!- el moreno soltó una risa mientras apretaba la cintura del rubio para moverse con más fuerza.

-no me vengas con eso ahora... anudare dentro de ti... porque sé que te encanta...- sin decir mucho más, Aomine se corrió en el interior del rubio.

Kise sintió como el nudo se formaba en su interior provocando que Kise llegara al orgasmo.

Aomine estaba muy satisfecho al pasar su celo con el rubio, esperaba que fuese Ryoko, no su hermano, pero no podía negar que lo había disfrutado al máximo.

Su instinto de alfa le pedía a gritos que marcara al rubio en más de una ocasión durante esos tres días, que le dejara esperando un hijo suyo y que todo su cuerpo se impregnara de su olor.

Pero su gran odio hacia los omegas varones le detuvo.

-bien...- luego de que el nudo bajara, Aomine salió del interior del rubio y miro como este estaba hecho un desastre- estos días fueron inesperadamente satisfactorios.

El rubio no le respondió, solo le daba la espalda mientras lentamente arreglaba su ropa.

-dile a Ryoko que la veré en clases- sin decir más, Aomine salió de aquel lugar con una gran sonrisa.

Kise estaba confundido, su lado omega estaba triste por el hecho de haber dejado ir a su alfa, pero su razón le decía que era lo mejor, Aomine nunca le correspondería.

Se dio un largo baño de tina mientras con su mano repasaba las marcas que el moreno había dejado en su cuerpo y no pudo evitar soltar una pequeña risa.

-si así se sienten las parejas destinadas... no quiero verlo otra vez...- susurro a la nada mientras se salía de la tina.

Al otro día, luego de usar mucho perfume para que no se notara su aroma masculino y el del alfa, se dirigió a clases.

Se topó con Kuroko y Kagami, pero además, sintió unos brazos rodear sus hombros.

-hola, Ryoko- hablo con una risa- ¿tu hermano te dijo que fui a verte? No pude encontrarte, ¿Dónde estabas?

Kise le miro y sonrió.

-fui a casa de una tía, no es bueno que un omega este junto a otro cuando está en celo- el rubio hizo un gesto quitándole importancia a sus palabras- además mi hermano no me dijo nada, quizás se le olvido, tiene otras cosas más importantes en que pensar.

Sin más, se alejó del moreno para seguir a sus amigos, pero algo en el interior del moreno le hizo sentir molesto.

¿El rubio iba a ignorar su presencia?















***************************************************

bien, espero les guste el capitulo ;) 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro