Enfrentando (29)

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-Ryouta...- durante unos segundos ninguno fue capaz de moverse un solo centímetro.

El moreno estaba seguro que era un holograma, que Kise no estaba frente a él, pero la sonrisa de su "esposa" y la manera en que miraba al rubio y luego a él le decía que era verdad.

-Aomine- su voz se escuchó seria, como si no se conocieran... como si no se amaran...

-¿Eres tu? ¿no eres un sueño?- lentamente el moreno comenzó a acercarse al rubio sin saber cómo el temblor en sus piernas se lo permitía.

Se detuvo al notar la imponente figura del alfa a su lado y la manera en la que sostenía firme su cintura.

-Takahashi Kai- hablo el pelirrojo a su lado- un gusto, soy su prometido, pronto esposo- la mirada del moreno se quedó fija unos segundos en la mano que el tipo le estiraba.

-Aomine Daiki- estrecho esa mano con más fuerza de la que debía pero menos de la que quería- ¿prometido?- miro al rubio con una ceja levantada.

-así es, veo que estas casado- habla serio mirando la mano del moreno y el anillo en su dedo.

-es... tiene una explicación... lo prometo...- murmura mirándole- necesitamos hablar a solas...

-no- Kise le respondió serio- he venido a algo puntual- el rubio soltó un gran suspiro- tuve un hijo, tuyo, esta por cumplir un año- el rostro del moreno cambio de la sorpresa al pánico más rápido de lo que Kise pudiese pensar. 

-un... un hijo...- susurró mirándole- ¿donde... donde está?- hablo el moreno nervioso acercándose lentamente. 

-no esta conmigo ahora, si quieres verlo, Kai te hará llegar nuestra dirección- hablo el rubio con rostro estoico- eso es todo, adiós señora Aomine, un gusto conocerla- la omega frente a el le sonrió.

-el gusto fue mio, Sr. Takahashi- el rubio asintió y comenzó a caminar a la salida con Kai rodeando su cintura. 

-Espera... Ryouta...- Aomine sostuvo el brazo de Kise, pero igual de rápido que lo hizo, Kise se soltó- aún debemos hablar...

-¿de qué? ya deje todo en claro, no hay mas de que hablar o nada mas que aclarar- dijo mirándole fijo. 

-aún así, no he terminado de hablar contigo- hablo serio el moreno. 

Estuvieron mirándose unos segundos, sin decir nada, solo esperando a ver quien cedía primero. 

-por favor...- susurró el moreno a lo que Kise suspiro para mirar a Kai.

Aomine le vio fijo, aquel hombre no confiaba en el moreno, para nada, pero nada perdía el alfa pelirrojo en contra del moreno, por lo que asintió.

-Llama a Kai, luego te diré cuando y donde- miró a la chica y luego a el moreno- tu esposa sabe donde contactar con nosotros. 

Sin mas, el rubio se fue de aquel lugar. 

Aomine tenia una gran confusión, ni siquiera cuando Kise estaba molesto con él le trataba asi... pero ahora era como si no se conocieran... 

Sin duda algo extraño pasaba... o eso queria creer el moreno. 

-Daiki...- su esposa susurro a su lado- ¿estas bien?- la chica se le acerco y Aomine la miro serio.

-no, soy un idiota- murmura y la chica se arrodilla a su lado. 

-no eres un idiota- sonrie- quizas ahora que tienes a ese niño, podamos... quizas... pensar en tener nuestra familia... -habla la chica con una sonrisa que Aomine no comparte. 

Sin decir mas, el moreno entro a su hogar y fue directo a su habitacion, se encerro y miro hacia el mueble en el cual tenia la informacion de Kise, toda la que pudo encontrar en ese tiempo. 

Su nuevo trabajo no le permitia mucho dedicarse a buscar, pero con ello al menos podia acceder a la poca informacion de la familia del rubio. 

La asociacion Kise, accionistas en varias empresas sin una propia. 

Sabia que solo vivia su madre, que vivia en Japón, pero por mas que intento, nunca logro dar con la direccion. 

Su madre, y por alguna razon su padre, le dieron opciones para que se casara... le presionaron dia tras dia, hasta que acepto... 

No la amaba... nunca lo haria... pero al menos con eso sus padres dejarian de molestarle con aquello y recibiria el apoyo economico que necesita para poder encontrar a Kise...

Pero ahora no era necesario... 

Kise habia vuelto... llego a pensar en su desesperacion que el rubio habia muerto... pero ahi estaba... habia aparecido... 

Pero ya no era suyo... por idiota...

Su celo habia llegado de manera regular... una tarde había tomado el supresor pero por alguna razón no había funcionado.

Habia marcado a la chica, habia roto el lazo con el amor de su vida, con su alma gemela, lo perdio por una maldita calentura.

La puerta de su habitación se abrió dejando entrar a la chica.

-Daiki ¿Qué piensas?- Aomine no sabia de que hablaba la mujer.

-¿Qué pienso de qué?- dijo el moreno caminando a la cocina, su esposa le seguía de cerca.

-Daiki... yo... yo se que no me marcaste porque me querías, pero...- la mujer jugaba con sus dedos sin mirarle- pero podriamos pasar mas tiempo juntos... mi próximo celo es en unas semanas y quería- el moreno la interrumpió antes de seguir.

-no, no quiero pasar junto a ti tu celo- dijo en tono serio- lo que paso hace un año fue un error mio, lo admiti en su momento y me hice cargo del error que cometí, pero no somos una familia feliz y lo sabes, por todos los cielos, si no fuese porque mis padres están detras de todo esto no estariamos casados y mucho menos viviendo juntos.

El moreno se acercó a la chica y la miró mas molesto que nunca.

-no te amo, no eres mi pareja y nunca te amaré- gruño y se fue a su habitación.

La chica le vio irse con una mueca de tristeza.

-lo siento, Daiki, pero esto es por tu bien- susurro jugando con el pequeño frasco en sus bolsillos.

Esa noche, ni Kise ni Aomine lograron dormir, ambos pensaban en lo lejos que estaban del otro y ambos soñaron con aquella noche en la que habian unido sus almas... esa noche en la que el moreno habia marcado al rubio... el inicio...

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