Pensando (18)

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El rubio le miró unos segundos sin cambiar su expresión para luego soltar una gran carcajada.

-es un poco tarde para preguntar esas cosas ¿No?- Aomine sonrió pero no dejó de mirar al rubio.

-si, bueno... es en serio está vez...- nuevamente hubo un silencio entre ambos.

-¿A qué te refieres con ''en serio''?- el moreno soltó un suspiro y se quitó de la posición en la que estaba.

Kise le miró extrañado al ver como se sentaba a un lado.

-es sólo que... la otra vez te obligue... Y me siento mal por eso, ¿Sabes? Si... si llega otro Alfa que te trate mejor... y te vas con él... no se... no se que sentiría... no se que siento ahora... ¡Sólo! ¡Sólo escucha! Parezco con idiota ahora.

Si bien Aomine estaba encantado con el pensamiento de tener a Kise a su lado, aún no sabía bien acerca de sus sentimientos.

Además, arriesgarse a una marca para luego romper el lazo era demasiado para él.

-Daiki... escucha...- Kise se acercó para tomar su rostro y obligarle a que le viera- aún no estamos seguros de lo que pasa aquí...- el rubio bajo su mano hasta el lado izquierdo del torso del moreno- y aún quedan dos meses para el celo, por lo que aún hay tiempo para pensar...

El rubio le miró con una gran sonrisa y Aomine se acercó para dejar un pequeño beso en sus labios.

-tienes razón...- el rubio comenzó a dejar besos en el rostro de Aomine, a lo cual el moreno le atrajo a su regazo.

-pero aún podemos practicar para ello...- jadeo el rubio en su oído cuando sintió las manos del moreno acariciar su abdomen.

Aomine le vio con una risa mientras comenzaba a dejar besos y mordidas en el cuello del rubio.

Las manos del moreno le subieron la camiseta a Kise, arrojandola lejos una vez que logró quitarsela.

Cada vez que hacía eso, Aomine se perdía en lo perfecta que era la piel de Kise.

Sabía que el chico era modelo y que debía cuidar su cuerpo por ello, pero el había salido con chicas muy guapas, tan bellas que perfectamente podrían pasar por una pasarela, pero ninguna estaba ni cerca de verse así.

Es que simplemente el rubio era perfecto.

-D-Daiki...- gimió el rubio mientras Aomine besaba el torso del rubio- vamos... a la cama...

El moreno asintió mientras Kise se acomodaba para poder sostenerse con sus piernas.

-sostente, bonito...- Kise sintió su rostro arder por aquel apodo pero Aomine no lo noto.

Al llegar a la habitación del rubio, le dejó lentamente en la cama, recostandose entre sus piernas.

-Ryouta...- jadeo el moreno en el oído de Kise- te voy a hacer mío...

Comenzó a dejar besos por el cuerpo del rubio mientras Kise soltaba gemidos y suspiros con su nombre.

Llego a la cadera del rubio y comenzó a bajarle los pantalones.

Aomine tomo su pierna y comenzó a dejar mordisco por ella hasta llegar a la ropa interior, logrando que el moreno se sonrojara a más no poder.

-D-Daiki... Yo quiero...- Aomine se separó de él y le tomó por las caderas.

-volteate, hace mucho que quiero hacer algo...- Kise le miró un poco desconfiado pero hizo lo que el moreno le pidió.

Sintió los dedos del moreno deslizarse por sus glúteos, lentamente.

Apretaba y soltaba a gusto mientras Kise gemia contra la almohada.

De la misma lenta y tortuosa manera, Aomine le retiró la ropa interior, dejándole completamente expuesto.

Kise sintió vergüenza en aquel momento, se habían visto desnudos en más de una ocasión, pero aquella posición era demasiado vergonzosa para él.

-Daiki... ¿Qué estás mm...- la pregunta quedó a medias cuando sintió un beso en una de sus nalgas.

El moreno comenzó a recorrer la piel del rubio con sus labios y lengua, causando que el rubio apretara con fuerza las sábanas.

-no... no quiero... Aaahh...- Aomine comenzó a preparar al rubio, metía y sacaba la lengua de aquel apretado espacio que antes le había recibido tantas veces.

-aunque lo hacemos siempre... sigues tan apretado...- susurró el moreno comenzando a meter uno de sus dedos.

El moreno dejó una mordida en una de las nalgas del rubio, a lo cual Kise gimió su nombre aún más alto.

No podía soportarlo más, no cuando Kise decía su nombre de aquella manera, aquella bella y perfecta manera.

-lo siento, bebé, pero no puedo esperar...- no dejó que Kise respondiera, y comenzó a entrar en él.

Las manos de Aomine estaban bien sujetas en los costados del rubio.

Soltaba jadeos a medida que sentía como el interior del rubio le apretaba.

-Daiki... no... así no...- Aomine se acercó para besar el hombro del rubio.

-¿Duele demasiado? Tranquilo... ya pasara...- dejó besos en aquel lugar mientras el cuerpo del rubio no dejaba de temblar.

-no... quiero... quiero verte...- Aomine sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

Salió del cuerpo del rubio y le puso de lado para comenzar a entrar nuevamente, pero está vez, no espero a que se acostumbrara.

Aomine abrazaba una de las piernas del rubio mientras movía sus caderas para llegar cada vez más profundo.

El ruido en la habitación era una perfecta combinación de gemidos, suspiros, el choque de sus cuerpo y el golpeteo de la cama.

Aomine se acomodó nuevamente, tomando la otra pierna de Kise y dejándole sobre su hombro.

-Daiki...- gemia el rubio sin poder controlar lo que decía.

-eres tan hermoso... Ryouta...- Aomine comenzó a moverse cada vez más rápido, logrando que Kise dejará de pensar con claridad.

Ambos estaban cerca del clímax, Aomine comenzó a acariciar el miembro de Kise mientras se movía al ritmo de sus caderas.

-¡D-Daiki- Kise dio un fuerte grito mientras tiraba su cabeza hacia atrás llegando al tan ansiado clímax.

Aomine al sentir lo apretado del rubio, se abrazo a él para que el nudo se formara en su interior.

Se quedaron abrazados y siguieron besandose hasta que pudieron separarse, pero ambos tenían otros planes.

Siguieron hasta que sus cuerpos y corazones quedaron satisfechos.

En mitad de la noche, Kise se levantó para ir por un vaso de agua. Cuando regresó a la habitación quedó completamente conmovido.

-mgn... Ryouta...- Aomine gruñía mientras buscaba al rubio en la cama.

Se acercó y apenas Aomine sintió su cuerpo, lo jaló hasta su torso otra vez.

El rubio dejó un pequeño beso en los labios del dormido moreno y luego susurró.

-buenas noches... amor...

Aomine sonrió en el suelo y Kise se apoyo en el cuerpo de Aomine para volver a dormir abrazados.





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