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—Oh mierda... —Jimin susurra sorprendido mientras se observaba en el espejo del baño de su habitación. Levanta los largos mechones mientras ve como el color brillaba a contraluz. Su cabeza parecía una zanahoria y no podía creer que él haya aceptado eso, un tono anaranjado era lo que ocupaba su nueva cabellera. Pensó en su amigo de la infancia, Taehyung, solo a él se le podrían ocurrir esas locuras.

"Taehyung."

Lo recordó por un momento, el malnacido no se había dignado aparecer, aunque solo había pasado un día desde que había despertado, pero de todas formas, pensó que ya lo encontraría por aquí.

Siguió escaneando su rostro hasta que lo giró un poco, pudo ver el parche que se encontraba ocupando su cabeza, la enfermera esa mañana le había sacado la venda completa que lo cubría, reemplazándola por el pequeño material que veía ahora. Aún recordaba el rostro cercano de la muchacha, lucia como si se lo quisiera comer.

«Raro.»

Suspirando, agarró su suero y volvió de nuevo a la habitación. Ya sentado en la camilla observó a la nada y se quedó un buen rato hundido en sus pensamientos, escudriñando las paredes de su mente por si algún recuerdo volvía.

Nada.

De cierta forma se encontraba asustado, horriblemente asustado de todo lo que había perdido. Podía recordar perfectamente el momento cuando el doctor le había hablado de su pérdida de memoria. Primero, Jimin se había reído, y muy fuerte, hasta formar pequeñas lágrimas, y no precisamente de felicidad. Luego de eso, viendo el serio rostro del doctor, logró calmarse y ya no reía, había comenzado a llorar, como un bebé mientras hipeaba.

No podía creerlo, ¿como pensar que perdió la memoria? Jimin estaba seguro como el infierno que tenía 18 años y no 20 como se le había dicho, era una total broma creer eso. De todas formas, después de unos minutos se había resignado, obligándose a sí mismo a comenzar aceptar su realidad.

Fue así como el doctor le contó que era un universitario que estudiaba danza moderna en la escuela de artes escénicas en la Universidad de Sungkyunkwan. Se sorprendió un poco al escuchar que su dirección estaba en el distrito de Gangnam, aquel era uno de los lugares más caros.

Trató de pensar con optimismo, habían sido dos años y no toda la vida. Estaba consciente de que tenía que dejar Busán, también sabía que sus padres estaban muertos hace ya más de 4 años, si hubiera olvidado eso, entonces la verdad habría sido desgarradora. 

También sabía que tenía un mejor amigo de la infancia, ese era Kim Taehyung, sabía que se mudarían juntos a Seúl así que supuso que estarían compartiendo un apartamento o algo por el estilo. Su amistad no podía cambiar tanto en dos años, ¿o sí?

Eran cerca de las 11 de la mañana, y después de haber desayunado, se encontraba solo y completamente aburrido. Observó el techo por enésima vez sin saber qué hacer, su mirada estaba perdida y se sentía como si sus extremidades hubieran perdido la fuerza. Una parte de su corazón rogaba para que el doctor entrara a su habitación con serpentinas y bocinas gritando que todo había sido una broma, entonces otra persona entraría con una cámara y grabaría su reacción. El tiempo pasó y nunca llegaron las serpentinas, ni tampoco la cámara; no había nada y Jimin tenía que aceptar que todo lo que sucedía era real.

Teniendo una idea en mente, fue hasta los pies de su cama y tomó la ficha que colgaba en el respaldo. Levantó las hojas y comenzó a leer su expediente.

No decía nada comprometedor o que le sirva de ayuda, solo estaba su información personal y el asunto del ingreso.

"Conmoción cerebral por traumatismo encefalocraneal."

Siguió leyendo la causa.

"Accidente automovilístico."

Jimin pensó en ello, nadie hasta ahora le había nombrado algo de lo sucedido, aunque tampoco había pasado mucho desde que despertó.

Siguió leyendo hasta que encontró el nombre de su guardián, decía "Kim Taehyung" muy por al lado del espacio donde debería ir escrito, pues, había otro nombre antes que el de su amigo, un nombre que ahora se encontraba tachado, por lo que alcanzaba a leer en la escritura decía "Min Yoongi."

—¿Min Yoongi? —Preguntó a la nada, ladeó su cabeza pensativo mientras fruncía el ceño, no conocía a nadie con ese nombre, pero definitivamente sonaba reconfortante nombrarlo, como si le gustaran las palabras.

—Min Yoongi. —Repitió más seguro, pero nada. Su mente estaba en blanco, bloqueada. Supuso que fue alguien que conoció en los últimos años, alguien cercano como para ser considerado su guardián.

Siguió leyendo mientras reprochaba la mala escritura del doctor o de quien haya llenado su ficha. Al final volvió a todas las hojas y observó la inicial, lo primero que vio fue la fecha de ingreso, lo que leyó lo dejó helado.

—Ingreso: 25 de enero del 2016, hora: 03:48 de la mañana. —Leyó fuertemente, haciendo que su voz rebotara por toda la habitación; de pronto, se acordó cuando el doctor le mencionó que estuvo en coma por tres meses, eso significaba que ya estaban a mediados de abril o mayo.

Un fuerte dolor punzante comenzó a recorrer su cabeza, rápidamente cerró la ficha y la volvió a colocar en su lugar, fue demasiado, estaba alterado y las emociones lo embargan todas de una.

Tomó sus sábanas y se tapó completamente, cerró sus ojos y su cuerpo comenzó a vibrar debido a los espasmos de su llanto. Al final, lloró hasta quedarse dormido.

No supo cuanto tiempo estuvo descansando, pero cuando una voz lo obligó a despertarse, Jimin ya no tenía ganas de seguir durmiendo.

—¿¡Qué!? pero es importante doctor, es justo que lo sepa. —Aunque la voz se escuchaba más aguda de lo normal, la conocía y muy bien. La pudo reconocer a pesar de mantener sus ojos cerrados. Podía reconocer la voz de Kim jodido Taehyung incluso si estaban en un estadio lleno de personas.

—No, tienen que entender que Jimin no puede saber cosas relacionas al accidente, cosas importantes, sería demasiado drástico, podría ser una especie de palanca que lo obliguen a recordar todo, lo cual es peligroso para su condición. Él debería estar muerto Taehyung, su corazón se detuvo varias veces en la operación y lo sabes. Realmente es un caso único, no sabemos la reacción que podría tener si es forzado a recuperar sus recuerdos. Es mejor que las cosas se den por sí solas.

Por un segundo el pecho de Jimin se infló en orgullo al saber que era una especie de 'caso único', había despertado como un lázaro en la operación, y no es como si tuviera un super poder, pero él se encontraba respirando y vivo a pesar de que debería estar muerto. Sin embargo, las últimas palabras lo molestaron, ¿acaso tendría que esperar para que sus recuerdos vengan por sí solos de vuelta? ¿y si nunca llegaban? ¿si nunca recuperaba esos años? Tan solo imaginar resultaba escalofriante.

—Está bien pero... ¡por lo menos dígale quien soy! —La voz de Taehyung lo sacó de sus pensamientos obligándolo a abrir los ojos y levantar la vista para observarlo.

—Oh Dios Tae ¡tu pelo! —Jimin habló completamente sorprendido, Taehyung era su mejor amigo, desde la infancia y lo recordaba como un travieso castaño. Ahora el muchacho tenía el cabello con unos brillantes mechones de color verde cayendo por su frente. Se veía igual de guapo como lo mantenía en sus memorias, aunque ahora poseía un aspecto mucho más maduro. Jimin aún recordaba como los jóvenes se acercaban a su amigo en busca de alguna travesura, hipnotizados por su belleza. Se preguntó si Taehyung seguía siendo el mismo chico juguetón que saltaba de cama en cama en esos tiempos. El castaño solía decir que tenía demasiado amor para guardárselo a una sola persona.

Cuando sus ojos se encontraron, vio como la boca del chico se abría sorprendido. —¡Jimin! —Taehyung saltó a su cuerpo, rodeándolo y lloriqueando. Su pequeño rostro se acunó en la curva lateral de su cuello, humedeciéndolo con las lágrimas avecinadas. El doctor notó como Jimin hacía una mueca de dolor y rápidamente corrió al lado de Taehyung para despegarlo.

—¡Maldición sr. Kim qué fue lo que dije! —El doctor estaba entre molesto y asustado, Jimin rió un poco porque nunca lo había escuchado maldecir, logró golpear pequeñas palmadas en la espalda de su amigo ante de que se le fuera arrebatado por el canoso hombre.

—Taehyung... —el audible suspiro del doctor llamó la atención de ambos—, ¿puede calmarse, por favor? —El hombre preguntó un poco horrorizado cuando la máquina cardíaca comenzó aumentar la frecuencia de los sonidos debido a que la presión de Jimin había aumentado.

—P-pero... e-es que él no me recordará. —La voz de Taehyung salió entrecortada mientras limpiaba sus lágrimas con las mangas de la sudadera que llevaba. Jimin rodó los ojos, pero de todas maneras se encontraba sonriendo.

—Olvidé dos años Tae, no la maldita vida, naciste prácticamente pegado a mi, no es como si hubiera olvidado todo. —Levantó sus hombros de manera despreocupada. 

—¡Jimin! —Taehyung gritó emocionado, abriendo sus brazos, listo para nuevamente lanzarse de lleno al cuerpo de Jimin. Lamentablemente fue detenido por el doctor que alcanzó a tomarlo, repitiendo varias veces que era peligroso lanzar su cuerpo a un paciente que acababa de despertar de un coma de tres meses con pérdida de memoria de dos años.

Entre lágrimas Taehyung asintió y tuvieron que pasar varios minutos para que se calmara. El doctor le comenzó a enumerar los cuidados básicos que Jimin requería. Asintió obedientemente a cada pauta y de vez en cuando lanzaba miradas hacia Jimin, como si estuviera cerciorando de que realmente este con vida. Cada vez que lo hacía, Jimin tomaba una posición desafiante, observándolo con la mirada fija y seria, como si fuera algún líder de la mafia; lo realizó hasta que consiguió sacar una que otra risa en el rostro del chico, odiaba verlo llorar por su culpa.

El doctor terminó por darle una hoja con todas las pautas e indicaciones sobre qué cuidados debería tener Jimin, les informó que necesitaba una semana más para que lo den de alta. Ambos reaccionaron con un puchero, pero el doctor no se vio tentado ante el tierno gesto, diciéndole que lo positivo de todo, eran los buenos resultados que habían arrojados sus exámenes.

Ese día Taehyung lo acompañó hasta que su horario de visitas había terminado. Le comentó que todo se encontraba bien, que estudiaba danza y que sus notas no eran ninguna broma, además mencionó que era uno de los bailarines más destacados. Le dijo también que era dueño de un café que fue abierto hace un año, donde él trabajaba los fines de semana. Jimin abrió su boca sorprendido ante la nueva información, le gustaba el café y tenía pensado abrir una como la que tenían sus fallecidos padres en Busán, sin embargo, nunca pensó que esa meta la lograría tan pronto.

En los días siguientes, Taehyung lo visitaba cada vez que podía, y Jimin reiteradas veces le preguntó por algún suceso importante en su vida, algo que lo haya marcado en los dos años perdido, pero el castaño siempre le contestaba lo mismo, no había nada, salvo sus notas y la apertura del café.

Aun así, el pecho de Jimin se sentía apretado y dolorosamente vacío. Decidió no cargar más con el tema, no se imaginaba lo culpable que se sentiría Taehyung si le dijese algo que lo deje en un shock emocional. Así que decidiría no ser tan mezquino y dejar que todo tome su curso, como había dicho el doctor.

*

—¡Tengo novio! —Gritó Taehyung un jueves por la tarde, había pasado casi una semana y faltaba un día para su alta, así que el castaño había llegado en el horario de visita con una gran maleta que contenía sus ropas. 

—Oh. —Articula Jimin mientras revisaba las ropas que sacaba de la maleta, cuando observó a su amigo, este lo miraba con una dulce sonrisa en sus labios y los ojos demasiado brillantes, parecía enamorado, pero Jimin creía fuertemente que Taehyung nunca podría enamorarse o conocer si quiera el 'amor'. Para él, su amigo era una especie de alma libre que odiaba sentirse amarrado, no lo imaginaba en una relación seria.

—Sí, 'oh' —Repitió el castaño mientras se removía nervioso en su lugar—, tú me lo presentaste, estudia lo mismo que tú. —Lo vio jugar con sus dedos como si fuera la cosa más entretenidas del mundo. A Jimin casi le da miedo la reacción, se preguntó si estaba drogado o algo, aunque Taehyung no necesitaba esas mierdas, él ya estaba lo suficientemente loco. Lo observó detenidamente y pensó en cuánto había cambiado. Anteriormente, siempre que Taehyung le contaba sobre una nueva captura, era una historia corta y ligera, no sonrisas melosas, ni orejas rojas o jugueteos de manos. Quizás su amigo había madurado estos dos años, y si Taehyung era feliz, entonces Jimin también.

—Así que ¿como se llama el afortunado? —Su tono era burlesco mientras seguía escarbando en sus ropas, se dio cuenta que algunas prendas no iban con su estilo, se preguntó si Taehyung había tomado las ropas de alguien más.

—Hoseok —Respondió animado—, él próximo mes cumpliremos dos años y tu me ayudarás a organizar todo.

Jimin abrió los ojos frente a la nueva y sorprendente información, dos jodidos años, era demasiado para Taehyung.

—Mierda Tae ¿de qué me perdí? —Bromeó lanzando al contrario una de sus camisas.

Ambos rieron fuertes y se quedaron en un cómodo silencio. De pronto, una idea nació en la cabeza de Jimin, obligándolo a seguir con el tema. 

—¿Taehyung? —Preguntó nervioso, el castaño lo observó con las cejas levantadas esperando sus próximas palabras.

—Y-o... bueno, yo... —tartamudeó, enredando su lengua, lamió sus labios por lo seco que los sentía—, ¿yo tengo novio?

Jimin pudo ver como el rostro de Taehyung decayó, y si no lo conociera suficiente, no lo habría notado, pero ya lo conocía, al poco segundo que duró ese gesto el muchacho comenzó a reír fuertemente, un sabor horriblemente amargo se posó en su estómago, porque alcanzó a ver esa reacción, la verdadera reacción, no la actuada de ahora.

—Pero qué dices —Taehyung se burló mientras limpiaba las pequeñas lágrimas de las esquinas de sus ojos—, la verdad es que si hubo uno...

Jimin alzó la vista y lo miró curioso.

—Cuando llegamos a Seúl, te liaste con un chico, duraron apenas una semana, no se si contará como novio. —El castaño negó con la cabeza y Jimin asintió.

—¿Cómo se llamaba? —Preguntó por última vez.

—No recuerdo, no fue alguien importante, ¿algo con Hyunsik, Hyungkook, Jyungi? lo siento, no recuerdo. —Negó Taehyung.

No pasaron más de treinta segundos, cuando otra idea volvió aparecer en la mente de Jimin. 

—Entonces... —Comenzó hablar mientras se paraba y revisaba su ficha, pasó las hojas hasta que llegó al final, donde se encontraba el nombre tachado, volvió a su cama y dejó que Taehyung tomara la hoja entre sus manos— ¿Quien es Min Yoongi?

Tan pronto como la pregunta salió de sus labios, pudo notar la seriedad en su rostro, al castaño nunca se le daba bien mentir y Jimin lo sabía, se sintió como si lo hubiera dejado en un jaque mate.

—¿Tae? —Llamó Jimin, tratando de escudriñar en su mirada, el castaño levantó la vista y le sonrió amablemente mientras dejaba la ficha de lado.

—Es uno de nuestros amigos, él es un hyung cercano, fue el primero que supo de tu accidente así que está marcado como tu guardián, pero cuando nos enteramos de las posibilidades de que hayas perdido la memoria, me dejaron la custodia a mí, pues nos conocemos de toda la vida. —Taehyung se encogió de hombros, despreocupado mientras agarraba una camisa y comenzaba a doblarla de manera gentil. 

—Oh...  —Fue la respuesta de Jimin, sin embargo, algo le causaba una extraña pesadez, como si no estuviera conforme con la respuesta, necesitaba verlo, ansiaba ver a Min Yoongi, el nombre se le hacía demasiado familiar, pero no sabía por qué. Quizás si descubría el nombre de todas las personas que conoció en el transcurso de su vida en Seúl, sus memorias volverían de manera más fácil.

Decidió dejar el asunto hasta ahí y enfocarse en temas mas triviales, de los cuales hablaron casi toda la tarde hasta que Taehyung tuvo que irse porque el horario de visita había terminado. El castaño se despidió mientras le prometía volver al siguiente día.

El resto del día siguió tranquilo y un rayo de luz se mantuvo brillando en el interior de Jimin, acunando las esperanzas en su pecho, porque sabía que en algún momento sus recuerdos volverían.  

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